Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Chapter 19 (II), Marie's POV


Me tomé un tiempo para recatar mi desánimo; secar mi llanto con el vendaje, darme unas pequeñas palmaditas en mis mofletes e inhalar hondo para acallar mi lloriqueo y normalizar mi respiración. Más adelante, regresé con el resto al jardín trasero.

-Maldita sea Lena, ¿dónde rayos te habías metido?

Cameron frunció el ceño y articuló molesto, pero este gesto desapareció en ipso facto al notar una desencajada sonrisa en mi rostro.

-Fui a hablar con mi madre sobre... ¡Brochetas! Sí. Le sugerí que para la velada de mañana sirvieran brochetas de ternera a los comensales.

Repliqué ensanchando la comisura de mis labios, haciendo que la mueca en sí misma se viera todavía más exagerada.

-Len, ¿estás bien? -La morena cuestionó con cierta preocupación.

-¿Por qué no debería de estarlo? - Intenté sonar lo más natural posible. Posé mis manos sobre mis caderas mientras me encogía de hombros.

Los mellizos me observaron con extrañeza y se limitaron a cuchichear entre ellos.

-¿Dónde te habías metido pichoncito? Me tenías muy preocupado. - La voz detrás mía me sobresaltó; volteé para ver sobre mi hombro y encontrarme con el desagradable rubiales, quien sostenía un martini en su mano derecha.

Volví mi mirada al frente y lo ignoré.

-¿No te alegra ver a tu amado esposo?-Soltó su fétido hálito a alcohol cerca de mi oreja.

-Me alegraría, si me diera un poco de espacio.

-Por eso me tienes loco nena, porque te resiste a mis encantos. -Me dió una nalgada. Posteriormente, condujo sus pies en dirección hacia la mesita exterior donde se encontraban mis primos.

-¿Por qué no vienes aquí y le das a papito Maximilien unos besitos?

-Eres muy gentil, pero preferiría comer excremento de perro antes de besarte. -Espeté encolerizada.

-Si me disculpan, iré a descansar.

Les di la espalda y me dirigí rumbo a mi habitación.

Atravesé el extenso corredor, subí las escaleras y caminé unos cuantos metros hasta llegar a mi puerta; giré el pomo de esta, avancé hacia el interior y empujé la misma de forma violenta.

Me quité los tacones y los pateé a un lado. Me deshice del abrigo, aventé mi bolso al sillón, me dejé caer en la suavidad de las sábanas recién cambiadas y sepulté mi cara entre el pilón de almohadas.

- ¿Qué había hecho mal?

Esa pregunta, esa misma jodida pregunta hacía eco en mi cabeza; una y otra vez, causando que las heridas más recientes afloren y las emociones negativas emerjan con una intensidad avasalladora.

Me aferré a los cojines como si mi vida dependiera de ellos y finalmente, liberé mi pesar.

-¿Len?

-Len ¿estás ahí?

Mordí la almohada para ahogar mis sollozos y evitar que Abigail escuchara estos, pues no quería angustiarla.

-¿Len?

- Lena, se que estás ahí.

Después de varios minutos insistiendo, la serenidad en su voz desvaneció para dar paso a uno molesto.

- Abre la puerta.

-Elena, no estoy para tus juegos. ¡Abre la puerta!

-¡Abre la puta puerta o te juro que la voy a tirar de una...! -Me asomé por el pequeño espacio y fui abriendo lentamente.

-¡Cielos! -Denotó asombrada. -Te ves fatal.

- No me vengas con eso Abi. Yo... Esto... Duele. - Solté varias frases entre lloriqueos y tapé mi boca con las manos.

-¡Ay bebé! -Me envolvió en sus brazos en un cálido y reconfortante abrazo; recargué mi cabeza en su hombro mientras las lágrimas salían a borbotones cuán río acaudalado.

Me aparté para que ella pudiera pasar. Cerré y nos dispusimos a tomar asiento en la cama.

-Dime, fue por el gesto soez de Maximilien, porque si es eso te juro que le rasgaré su lindo careto con mis uñas y... -No es eso Abi.

-¿Ah, no? Entonces, ¿qué es lo que te tiene acongojada primita?

Suspiré e inquirí melancólica.

-¿Recuerdas a los caballeros que llegaron de improvisto en mi cumpleaños?

Ella hizo una mueca pensativa; llevó su dedo índice hacia la comisura de su boca y frunció el entrecejo.

- Recuerdo muy poco de eso. ¿Por qué?

-Porque, resulta que me relacioné con uno de ellos.

-¿Cómo? ¿Relacionarte en qué sentido?

Cabizbaja, jugaba con mis manos. Sumamente nerviosa.

- Len, ¿tuviste sexo con un militar?

Sus ojos se abrieron con absoluto asombro, mientras que sus labios habían formado una "o" perfecta.

- ¡No!, no, no. Para nada. - Corregí de inmediato.

-¿Entonces?

Cogí aire y proseguí con la extenuante narrativa.

-Yo no entiendo que fue lo que hice mal Abi. Únicamente le entregué todo mi amor y él... Me trató peor que basura.

Me esforcé por no llorar. Sin embargo, esto fue en vano. Me había quebrado y un desgarrador alarido emergió de mi garganta para pronunciar lo último.

-¡Lo amo, Abi! Lo amo como no tienes idea. Y me duele que él se haya ido sin decirme por qué.

Sorbí por la nariz e inhalé con bastante dificultad.

-¡Ay mi cielo!

Me atrajo hacia ella y encajé mi faz sobre su hombro nuevamente mientras ella me achuchaba y mencionaba repetidas veces que todo iba a estar bien. Cuando distensé mis músculos, Abigail se alejó y me dedicó una sonrisa reconfortante, junto a una mirada dulce; le regresé el gesto y ella declaró.

-Buscaremos una solución Len, pero ahora quiero que te quites esa ropa mugrosa y te metas a bañar, que hueles asqueroso.

- ¡Gracias, que amable de tu parte! -Enuncié de forma irónica.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro