Capítulo 2
Sigo intentando conciliar el sueño, pero las luces nunca se apagan. Una persistente fragancia química impregna el aire, despertando mi inquietud. Me levanto y veo una gran alfombra, como si el animal hubiera sido asesinado recientemente allí, tocó mi pies la suave alfombra y decido explorar las demás habitaciones.

Todas son idénticas: camas lujosas adecuadas para varias personas, armarios amplios y paredes metálicas.

Curioso, me detengo frente a a la puerta y observo mi reflejo en la manija de la puerta. Veo a una persona adulta, de canas en su cabello,aun conservo el traje negro lujoso de mi fiesta,desvío rápidamente la mirada, asombrado por el inesperado cambio en mi apariencia. Mi mente se llena de pensamientos inciertos mientras intento descubrir qué hacer en esta extraña situación.

Siento que hay algo más en esta extraña prisión. Una inquietante sensación recorre mi espalda y mis pulsaciones se aceleran. Necesito respuestas y una salida de este laberinto desconocido. ¿Acaso estoy atrapado en un experimento siniestro? ¿Seré la rata?.

Sigo mi recorrido por aquel lugar desconocido y llego a la cocina en busca de algo que llene mi estómago vacío. Sin embargo, me encuentro con una desolada y desabastecida despensa. No hay alimentos, ni siquiera unas simples galletas para calmar mi hambre. La situación empeora cuando mi imaginación me juega una mala pasada, y me invade la idea de tener que comer cucarachas para sobrevivir en este lugar.

Un escalofrío recorre mi cuerpo ante tan desagradable pensamiento. Me niego rotundamente a bajar mi dignidad al nivel de comer insectos repugnantes. Pero, ¿qué más puedo hacer? Pareciera que en este extraño lugar estoy privado de las necesidades más básicas.

Decido continuar mi búsqueda en otros rincones de este laberinto de pesadilla en busca de alguna respuesta. Examinando minuciosamente cada puerta, intento encontrar algún indicio de la salida o alguna pista que me aclare mi propósito en esta extraña prisión. Siento una sensación de urgencia crecer dentro de mí, una necesidad de escapar cuanto antes.

El tiempo parece desvanecerse en este lugar, y la oscuridad que lo envuelve solo intensifica mi sensación de incertidumbre. Las luces parpadeantes y el olor químico continúan, acrecentando mi desasosiego. ¿Cuáles son los motivos detrás de esta macabra situación? ¿Cómo terminé aquí y qué se espera de mí?

La angustia se apodera de mí mientras sigo avanzando por los pasillos, cada vez más inmerso en este enigma inexplicable. Cada puerta que abro revela una nueva habitación vacía y cada pasadizo oscuro aumenta mi desesperación. Necesito respuestas y una manera de recobrar mi libertad.

Mientras avanzamos del laberinto, saco mi preciada libreta de notas,cada habitación tiene uno.

Una obra maestra de la papelería, cuyo encanto reside en su exclusividad y calidad sin igual. Cada página lujosamente enmarcada en un delicado borde dorado y elaborada con papel de la más alta calidad, transmitiendo una sensación de suavidad al pasar las páginas.

La cubierta de la libreta está fabricada con un cuero genuino, meticulosamente seleccionado para ofrecer la máxima resistencia y elegancia. Puedo percibir la delicada textura de su superficie bajo mis dedos y apreciar el aroma sutil que emana, recordándome su autenticidad.

En la esquina superior derecha de la cubierta, una pequeña insignia dorada con el distintivo de la marca brilla con delicadeza. Se trata de una renombrada marca de papelería de lujo que se ha ganado una reputación impecable gracias a la excelencia de sus productos. Cada uno de sus artículos se fabrica con meticulosa atención al detalle y un enfoque en la calidad superior.

El trazo pulcro y elegante del plumón transmite una sensación de precisión y marca en el papel una manifestación tangible de mis reflexiones. Sus líneas perfectamente definidas y uniformes dan vida a mis palabras y capturan cada matiz de mi expresión.

Ambos, la libreta y el plumón, son un recordatorio constante de la belleza y la calidad que existe más allá de estos confines oscuros y opresivos. Me proporcionan una pequeña dosis de lujo y sofisticación en medio de la adversidad y me motivan a seguir adelante en mi búsqueda de respuestas y libertad,se que nadie va leer esto, o talvez si,?

Continuaré escribiendo en mi libreta, dejando constancia de cada desafío, cada encuentro y cada descubrimiento a medida que avanzamos en esta misteriosa prisión.
En medio de mi desesperanza, un tenue sonido llama mi atención. Detengo mi paso y me concentro en él. Parece ser una voz, lejana pero audible.

Sigo avanzando cautelosamente en dirección al sonido, con mi libreta y plumón en mano Cada paso que doy produce un eco siniestro en el pasillo oscuro, aumentando mi intranquilidad. La voz se hace más fuerte a medida que me acerco, pero aún no puedo distinguir claramente lo que dice.

Finalmente, llego a la habitación de donde proviene el sonido,la habítacion roja y me quedo paralizado en la entrada. Hay un joven,talvez con 17 años,con camisa blanca de tirantes,algo flaco de peso.
Porque el secuestrador metería un niño aquí,que fetiches tendrá,desvío mi pensamiento y veo al joven yacía en el suelo, visiblemente agotado. Mi corazón late rápidamente mientras trato de asimilar la escena. ¿Cómo podría un niño tan pequeño sobrevivir en esta pesadilla?

Desvío mi mirada,nose si levantarlo pero veo que el hace movimiento. Pero cuando vuelvo a mirar al joven, veo que sus ojos están abiertos y me miran con una mezcla de miedo y confusión.

-Hola... -logro articular, aunque mi voz suena débil, incluso para mis propios oídos.

El joven no responde de inmediato, su atención parece estar fija en algo más allá de mi.

El joven se levanta con esfuerzo y se acerca a mí con cautela. Siento una mezcla de alivio y preocupación al verlo poner su mano sobre mi brazo.

-¿Quién eres? ¿Qué hacemos aquí? -pregunta, su voz temblorosa revelando el miedo que lo consume.

-No lo sé. Estoy tan confundido como tú, pero estamos juntos en esto -respondo sinceramente, tratando de transmitirle cierta seguridad aunque se que aquí lo va pasar peor

Bajo mi libreta y plumón,lo tenía como arma. El pasillo iluminado nos atrae como un faro de esperanza en medio de la oscuridad.

Se sienta en la silla y se limpia con su mano los mocos.
Solo lo miro de lejos pensado,y diciendo en mi mente,¡Hey bastardo,puto fetichista,cómo que te gustan los menores ¡EH!