Capitulo 7: Loca.

“Luego de ese susto, me deje guiar por Tres...”

Caminábamos de la mano (me llevaba a rastras) por el bosque. Todavía no entendía cómo es que alguien como Tres estuviera aquí; no entendía cómo todos los internos jóvenes estaban aquí. Siquiera sabía que estaba haciendo yo aquí. Ninguno de nosotros parecemos locos, aunque después de esta noche voy a empezar a dudar más de mi cordura.

Tres parece un chico normal, si me cruzara por las calles o por el colegio inclusive, ni me fijaría en él. No es mi estilo, lo cual es raro que en estas circunstancias sienta algo inconcluso por él. Mi estilo es el de chico malo, todos los chicos con quiénes estuve lo eran, incluida yo. Esa es una de las razones por la que me metía en problemas: era la chica mala.

–¿Entras? –me dice sujetando la puerta para ingresar al faro.

¿Cuándo habíamos llegado? ¿Estaba tan metida en mis pensamientos que no me había dado cuenta a dónde me dirigía Tres? Sin pensarlo dos vecen ingresé y el me siguió cerrando la puerta detrás.

–¿Y ahora? –susurré en el oscuro.

–Arriba –sentí su respiración en mi nuca y sus manos en mis brazos haciéndome estremecer.

Sin decir nada más, pero sabiendo que con una sonrisa en el rostro, Tres tomó mi mano y me llevo arriba.

“...y debo aclarar que la próxima vez que me dejé guiar por él tengo que averiguar a donde me lleva. Debajo del faro esta todo bien, apenas son unos escalones, ahora subir... es otra historia.”

Ya al final de las escaleras, el viento azotó mi pelo alborotando lo más aun de lo que estaba.

–¡Que hermoso! –exclamo mientras me asomo a la barandilla del balcón y miro el horizonte.

–Bienvenida a la terraza de Lighthouse –dice apoyándose a mi lado.

–Un lugar donde puedes tener las veladas más románticas bajo las estrellas –continuo y él me mira sonriendo de lado, sostengo la mirada hasta un punto en que temo ruborizarme ¿Yo?¿Ruborizada? Entonces vuelvo la vista al mar –.  Nunca fui la chica más romántica de todas...

–¿Por qué dices eso? –preguntó y como respuesta simplemente mordí mi labio inferior, él me dio un golpe en el hombro con el suyo –. No me digas que nadie entiende el concepto de que mover un lápiz hasta poner histérica a una persona es romántico –no lo puedo evitar y me hecho a reír –. Sin olvidar, claro esta, la manía de no hablarle por ¿cuánto era? –se da golpecitos en el labio con el dedo índice como si estuviera pensando –. ¿Media hora? ¿Una?.

–Si que estas loco –le digo mirándolo a los ojos, esos ojos que brillan gracias a la luz de la luna.

–Soy loco –tomó mi mano provocando un extraño efecto en mi estomago –. Pero tú, eres mi loquilla.

Me quede quieta, mirándolo, mirando sus ojos chocolate, su cabello alborotado, su nariz, sus pómulos, sus mejillas, sus labios, todo de él.
Sentía su mano sobre la mía, áspera y fuerte, sentía el calor de su cuerpo salir y chocar contra mi.

¿Qué me estaba pasando?

–No me llames loquilla –solté luego de ese silencio. A lo que Tres respondió con risa.

Nos sentamos en el balcón, apoyados en la vidriera mirando el paisaje. Debían de ser alrededor de las doce o una de la noche.

–¿Qué hacías fuera? –me pregunta en un momento dado con aire preocupado.

–Odio estar encerrada –contesto mirando mis manos que se encuentran entrelazadas en mi regazo.

–Parecías aterrada...– susurra. Lo miro sorprendida ¿Tanto se notaba mi terror por la luz?.

–Lo estaba –lo dije seria. ¿Acaso él no vio la luz, la mujer, ni su blanca y brillante piel?

Mi respuesta lo sorprendió ya sea por que no lo negué o por cualquier otra cosa, pero me miró con mucha más preocupación.

–¿Qué pasó? –preguntó buscando mi mirada, la cual esquive dirigiendola a las estrellas detrás de su cabeza.

–¿Por qué estas aquí?...¿Por qué todos estamos aquí?.

–Porque alguien cree que no estamos bien de la cabeza...

–¿Y lo estamos?.

La idea de que en verdad este loca, de que mi padre y todos tengan razón me esta volviendo...me esta volviendo...

–Depende de como lo mires, Ra –suspiró mirando el cielo.

–Estar loco... –murmure más para mi misma que para él.

–Tienes muchas variedades de locos y locuras –me mira sonriendo dulcemente –. Una vez leí un libro en el que ponía este ejemplo: si a alguien que no está loco le enseñamos una corbata y le preguntamos ¿qué es? responderá una corbata, en cambio si esa misma pregunta se la hiciéramos a un loco la respuesta sería: una tela de colores que no tiene ningún uso. En este caso tomaríamos por loca la segunda respuesta...

–¿Tu que dirías? Lo de la corbata, quiero decir.

–Que es muy linda como collar para perro –responde sonriendo.

–Entonces...¿Estas loco?.

–¿Tú que dirías? –me preguntó con una ceja levantada y una media sonrisa.

¿Que diría? Es una muy buena pregunta.

–¿Para que quiero una corbata? –respondo encogida de hombros –. Es una simple tela utilizada de adorno –sonrió satisfecho –. ¿Estas loco? –volví a preguntarle.

–Si –dijo sonriendo –. Al igual que tú y que los dos tipos de las corbatas...

–¿Oh?.

–Todos vemos las cosas de diferentes maneras, Ra. Para lo que a algunos les parezca locura, a otros les parece sensato –me miró a los ojos para luego mirar más allá de mi, señalando la orilla del acantilado –. Si yo me tiro por el acantilado, todos pensaran que estaba loco.

–¿Y no lo estabas? –digo con una pequeña sonrisa.

–No, para mi es sensato saltar. Lo loco es quedarse en la isla –esto ultimo lo dijo serio y por ello mismo comencé a preocuparme, Tres pareció notarlo porque lo siguiente lo dijo con su típica sonrisa –. Para los locos están locos los cuerdos y para los cuerdos están locos los locos.

–Me mareaste locamente.

Permanecimos en silencio un buen rato sumergidos en nuestros pensamientos hasta que el se acercó más a mi y pasando su brazo por mi hombro me estrechó contra si.

–¿De eso estabas aterrada? ¿De estar loca? –preguntó y yo solté una risilla.

–No precisamente...

–¿Cómo, entonces?.

–De...la luz – silencio obtuve como respuesta –. ¿Crees que de verdad estoy loca? Yo sé lo que vi, era una luz...una mujer...brillante.

–Loquilla...no tengas miedo –susurró en mi oído mientras besaba mi coronilla –. Yo también veía cosas cuando llegué.

–¿Crees que son fantasmas?– pregunté.

Nunca le había temido a los fantasmas, pero tampoco nunca había visto uno.

–Puede que sea un fantasma – me alejó un poco para verme a los ojos –. Pero si son fantasmas no pueden hacerte daño...solo... son como el viento en una tormenta, solo asusta si le das la oportunidad de hacerlo.

–Tú – digo tocando su pecho con mi dedo –. tú deberías de ser médico en ves de interno.

Ambos reímos y nos quedamos en silenció, pero no del incomodo sino de un silenció placentero.

“En esos momentos, realmente me encontraba tranquila y segura en los brazos de Tres. Comprendí que podría estar loca, que quizás siempre tuvo razón y estuve loca. Pero sé que al menos no soy loca sola; que lo tengo a él que me comprende.

Esa noche me cruzaron muchas preguntas por la cabeza, preguntas sobre él. Comencé a tener interés por él, por todo él. ¿De dónde era?¿Por qué Tres?¿Cuál era su historia?

Pero el pasado es un bien preciado en La Isla, es lo ultimo que queda de lo que fuiste y sé respetar el silencio. Se respetar sus secretos, porque yo también tengo los mios.”

-------------x----------------;

Perdón por no subir, tuve problemas con el internet (últimamente no me anda muy bien) y sumado a que terminaron las clases y todo eso no tuve mucho tiempo.

Espero que les guste el capitulo y ya estoy escribiendo el siguiente :) también que les guste la nueva emm... ¿Tapa? ¿Portada? (no tengo ni idea como se llama) que hice para esta historia *o*.

Me alegra mucho que les guste la historia y espero no decepcionarlos.

Un adelanto del próximo capitulo: Ra esta haciendo progresos :) ya esta admitiendo que no esta muy bien de la cabeza (jeje). Van a comenzar a salir a la luz varios de los secretos de nuestra loca amiga Ra.

Bueno ya los voy dejando y espero que les guste.

Voten, Comenten (que aunque no conteste leo los comentarios y los tengo en cuenta y me hace feliz recibirlos ) y sean felices (?)

Besos!.

Dani.