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Capitulo 23: Secretos de mamá y papá.

Capitulo 23: Secretos de mamá y papá.

Al abrir la puerta, encontré a mi papá sentado en la silla junto a su escritorio. Tenía unos papeles esparcidos por la mesa y sus ojos parecían cansados pero lo ocultó inmediatamente en cuando me vio.

–Pequeña... –se levanta de su silla y se acerca con los brazos abiertos –. Ven aquí...¿Qué sucede?

–Papá...–me tiro en sus brazos reconfortando me en su calor, necesitándolo cerca, necesitando tiempo para buscar las palabras adecuadas.

–¿Qué sucede? –pregunta aún abrazando me.

Me alejo buscando las palabras que llevo días susurrando frente al espejo. Me siento en el borde de la cama y él vuelve a su silla frente a mi. Me presta atención, se muestra paciente pero puedo notar la preocupación en sus ojos.

–¿Sucedió algo con Tres?– pregunta ante mi silencio –. Los he visto bien últimamente.

–Estamos bien... somos amigos...– le hago saber.

–Eso está bien.

–En realidad, quería hablarte de... mamá.

Sus ojos se abren sorprendidos pero lo oculta rápidamente. Asiente y espera a que continué.

–Estuve hablando con Tres sobre esto...él me dijo algo sobre que hablar hace bien y esas cosas...

–Muy cierto, hay cosas que a uno lo consume por dentro...

–Solo... ¿por qué no hablaste conmigo antes?.

–Hay muchas razones y excusas que ya no valen nada.

–¿Qué sucedió ese día?.

Papá mueve sus manos con nerviosismo, yo siento las mías sudar. Durante todos estos años traté de borrar ese día de mi mente, tratando de olvidar...

–Yo amaba a tú madre, nunca ame a nadie como a ella –comenzó a contar –. La conocí cuando iba a la universidad, ella aún estaba en su último año de secundaria pero el hermano de una amiga suya era amigo de tú tío Antonio y por esas cosas del destino, como ella solía decir, nos encontramos.

»Nos vimos un par de veces más con nuestro grupo y luego la invité a salir –podía notar fácilmente como su expresión se volvía nostálgica –. Al mes nos enteramos que tú estabas en camino y a pesar de la alegría aún éramos muy jóvenes... Marina ni siquiera había acabado el secundario. Pero te amábamos demasiado para pensar en otra cosa más que tenerte con nosotros.

»Los padres de ella exigieron que nos casáramos y eso hicimos. Lo que tus abuelos no sabían era que nosotros ya teníamos todo planeado.

Lo noto mirar disimuladamente su dedo anular, allí donde estuvo en un tiempo su anillo de bodas.

–No noté que ella estaba mal hasta unos meses después de que nacieras. Atribuía sus cambios de humor al embarazo hasta que una tarde me demoré más de lo debido en llegar a casa por algunos asuntos de la universidad, y ni bien entré ella me acusó de estar engañándola.

»Empezó a decirme cosas sin sentido y gritar me por al menos media hora hasta que logré calmarla y hacerla entender que yo no la estaba engañando –se pasa una mano por el cabello –. Cuando ella se calmó y quedó dormida, fui a comprobar que aún dormías...– negó con la cabeza casi sin darse cuenta –.  Estabas despierta mirándome con ojos grandes y llorosos –sonríe y me mira con un brillo en sus ojos –. Siempre que llorabas ponías una carita tan adorable...–suspira resignado –. Te alcé en brazos y me abrazaste con tus brazitos y noté que estabas sucia, supongo que en ese momento no pensé en un porqué y me encargue de bañarte y acostarte nuevamente. Luego de esa noche volvió a ser la misma por un tiempo... prestaba más atención de ti y cuando volvía a acusarme de engañarla y querer abandonarla pude ver como se alejaba y te dejaba sola... yo corría a cuidarte.

»Las cosas empeoraron con la muerte de sus padres, ella amaba a tus abuelos, y posteriormente la ida de Ellen al extranjero para estudiar... Tú ya eras más grande, tendrías un año y medio o dos y ella estaba mal, te ignoraba la mayor parte del tiempo y hacia un escándalo de todo. Un día cansado de esa situación, aproveché que mi madre se quedó contigo y le dije que tenía que ver a un médico... ella al principio no quería y me decía que estaba bien pero en el fondo ambos sabíamos que no era cierto.

–¿Fue?– pregunto cuando la pausa se vuelve muy larga.

–Sí, yo la acompañe. Falté a varias clases en la universidad y la acompañé.

–¿Y qué pasó?.

–Ella estaba deprimida y sufría de esquizofrenia.

Nos quedamos en silencio, yo asimilando lo que acaba de contarme y él perdido en sus recuerdos.

–La medicaron y pudimos estar bien por un tiempo...

–Hasta ese día.

–Sí. Todo parecía ir bien y fui a comprar a la tienda algo para la cena y cuando volví las encontré juntas en la habitación destrozada. Juro que se me paró el corazón al pensar en que pudo hacerte daño.

–¿Por qué quería hacerme daño?.

–Ella estaba mal, pero te amaba con todo su corazón cuando se encontraba bien.

–¿Y cuándo se encontraba mal?– suspira y veo que le está costando hablar.

–Tú madre creía que por tenerte no había podido tener la vida de una chica normal de su edad. Y decía que sentía que me alejabas de ella.

Siento algo frío recorrer mi cuerpo. Mi madre no me quería... ella me detestaba.

–Luego discutieron...– le digo recordando lo que sucedió después.

–Cuando notaron que me encontraba ahí, tú viniste corriendo a mi y te tomé en brazos.

–Mamá me miraba con odio.

–No estaba bien y no había tomado la medicina. Nunca dejé que estuvieras presente cuando teníamos este tipo de discusión... quería que la recordarás como la persona tierna y dulce que era cuando estaba bien, llena de amor para dar. Pero esa vez no pude hacer nada para sacarte del medio.

–Y cuando pude me escabullí para ver que ocurría.

–Te dejé en tú cuarto entre sus gritos e insultos, olvide trabar la puerta. Cuando se calmó un poco en el comedor fui a buscar la medicina a la habitación.

–Entonces yo bajé y la vi sola sentada en la silla. Su cara era irreconocible... como sí estuviera aguantando sus ganas de llorar.

»Ella me vio y me dijo que estaba sola, que me amaba y me pregunto sí iba con ella. Recuerdo negar con la cabeza y decirle que me quedaba contigo... ella me miró aún con la mano extendida y al no moverme se fue pasando por mi lado hacia el garage.

–Desearía haber trabado tú puerta para que no la siguieras –lágrimas inundan mis mejillas.

–La vi desde la puerta, sentada frente al volante... –mi papá se sienta a mi lado y me abraza, ni siquiera se cuando comenzaron a temblar  mis manos –. Creí que sólo estaba pensando... que necesitaba tiempo a solas, así que me senté en el suelo y la miraba de reojo porque tenía miedo de que se sintiese observada –Sollozo –. Entonces escuché tus pasos acercándose, que me asome un poco al auto. Mamá seguía en la misma posición... sólo que tenía algo en el cuello que no llegué a ver bien porque salí corriendo a mi habitación sin que me veas.

–Tranquila... –me besa el cabello y acaricia mi espalda.

–Ella se mató... ¡le dije que no iría con ella y se mató! –hundo mi cabeza en su pecho –. Es mi culpa.

–No digas eso, amor. No es verdad – levanta mi barbilla y limpia mis mejillas llenas de lágrimas –. Ella estaba enferma, estaba mal... no es culpa de nadie.

"... Mismo día:
Hablé con papá y aún me tiemblan las manos.
Es increíble cómo los recuerdos de cuando era chica comenzaron a atacarme... recuerdos buenos. De mamá enseñándome a hacer galletas, viéndola mientras se arreglaba y me dejaba probarme su ropa aunque me quedara gigante. También recuerdos de los tres estando felices y juntos. Recuerdo frases al azar, películas que le gustaban, comidas que cocinaba y abrazos que me daba.
Lo recuerdo todo como fotos en un álbum... y cada uno duele más que el otro.

Papá se disculpo por dejarme sola con tía Ellen todos estos años. Y al hacerlo noté que no estaba tan enfadada, él me cuido y me protegió siempre y necesitaba su espacio, me parezco mucho a mamá y eso lo mataba.
Aún así me hirió dejando me y yo lo herí cuando él quiso estar en contacto conmigo y yo lo ignoré... muchas veces.
Nos abrazos y lloramos, mientras nos decíamos muchas veces "te amo".

–Incluso aún lloro –digo cerrando el cuaderno y tirando me en la cama.

Tomó el avión de papel que Tres dejó en mi mesita y lo desarmo para leer lo que escribí ese día, cuando dejé a Tres.

"...Tres me recordó a mamá, se llamaba Marina y era tan hermosa.  Hay veces que sueño con ella, me pide que vaya con ella... y hay ocasiones, a veces,  en las que quiero ir..."

Dejó de leer y me seco más lágrimas. Salteó las palabras y llego al final.

"Vi morir a mamá... estuve allí sentada y desearía poder haber hecho algo.
La extraño."

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Hola!

No lo revisé ,perdón sí encuentran algún error. Y esto es ficción pero lo edite un poco para que me sirva de catarsis y poder decir lo que en otro lado no puedo.

Sólo gracias por seguir leyendo. :)

Y algo más personal... Te amo, papi. Perdón por no hablar y decir lo que necesitadas escuchar.

Gracias!

Los quiero.

Dani.

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