Capitulo 20: El comienzo de la tormenta
Capitulo 20: El comienzo de la tormenta.
Al llegar al faro, abro la puerta y entro subiendo las escaleras de dos en dos hasta llegar al final. El viento azota mi cabello haciendo un desastre con él y volviéndolo incontrolable. Me arrimé a la orilla y tomé la fría baranda en mis manos. Frente a mi apenas se veía un horizonte. No habían estrellas ni luna, solo nubes cubriendo el cielo nocturno.
Parecía que habría una fuerte tormenta. Ese pensamiento me llevó a recordar que mi papá comento que Tres le temía a las tormentas.
–Y mamá las amaba...–mi susurro sonó como un grito en el silencioso lugar, o eso me pareció pero no podría estar segura, quizás fue mi imaginación.
Tenía que buscar la hoja, por lo que giré en mis talones y fui a la habitación donde terminamos con Tres. Entré y todo se encontraba oscuro. Llegué a la tabla floja que había encontrado una vez en el suelo y al levantarla saque la hoja doblada guardándola en mi bolsillo.
"Miércoles 18 de mayo 2011:
"No debiste dar el primer paso si no planeabas seguir todo el camino, Ra."
Esto es lo que decía la nota en el faro.
Estoy...estoy algo... es una mezcla de frustración y enojo con un poco de indignación. Tres( porque se que fue él) había cambiado las notas, y tuvo el descaro de dejar esto escrito en ella. ¿Quién se cree que es?
¡Si yo quiero retroceder voy a retroceder! ¡¡Tú, número insignificante!!
Ya son pasadas las dos y en lo único que mi mente puede pensar es en que él tiene mi nota, él la leyó."
"Jueves 19 de mayo de 2011:
Tengo un plan para volver a conseguir mi hoja, la debe de tener escondida en su habitación. Cuando sea la hora entraré y la recuperaré."
Me escondía detrás de un árbol mientras aguardaba a que Tres saliera de su habitación, estaba hablando con Henry (el cual debo aclarar, estaba tan encantador y súper sexy en esa camisa. Nota aparte: tendría que haber sido modelo), me encontraba lo suficientemente lejos para que no me vieran. Lo cual eso quería decir que tampoco podía oírlos yo a ellos. Después de unos minutos ambos salieron del lugar dejando me vía libre. Obviamente espero unos minutos por las dudas de que se hayan olvidado algo o regresaran muy pronto, cuando lo creí oportuno abrí la ventana (quizás aquí tarde mucho más de lo que debería, alguien tiene que arreglar estas ventanas.) e ingresé al cuarto de Tres.
La noche anterior había llovido mucho y el cielo aun se mostraba inestable con probabilidades de fuertes chaparrones, por lo que tenía que apresurarme.
Encendí la linterna que tenía conmigo y comencé a revisar sus libros, luego su cama (en la cual encontré ¿un mono de peluche?) y su mesa de noche, pero nada. Dentro de uno de sus cajones encontré nuevamente sus cuadernos y se me ocurrió que podrían ser sus diarios. Y si tiene diarios, en ellos dirá donde escondió mi hoja. ¡Bingo!
Tome el que parecía más nuevo, pero no lo abrí.
"Viernes 20 de mayo de 2011:
Pude haberlo hecho del modo fácil, ya saben: entro, abro su diario y tengo lo que buscaba, nada más.
Pero habían muchos cuádrenos allí, y estaban llenos de secretos... secretos de Tres. ¿Quién me puede culpar?..."
Dejé a un lado el que sospechaba era el más reciente de los cuadernos, el que tendría la respuesta a lo que buscaba y tome el más viejo, el que tenía las respuestas a lo que no buscaba pero quería saber.
Al abrirlo me encuentro con garabatos y frases sin sentido durante las primeras hojas, luego comienza con frases tachadas y flechas y nombres y números y... me doy cuenta de que esto no me sirve. Tomo el siguiente. Y el siguiente, son todo más de lo mismo y noto entonces que no son diarios, es un borrador de una historia.
–Él dijo que escribía...–susurro.
Tomo el que tenia recientemente y abro en las ultimas paginas.
"Abril, Lunes 18, 2011:
La encontré en medio de dos árboles dormida y pensé ¿Quién duerme así? Pude haber pensado cualquier cosa de esas románticas que leo en libros como: su cabello es hermoso rodeando su cara, sus pestañas son las puerta a mi perdición a sus hermosos ojos; y su boca ¡Dios! Su boca es tan seductora y completamente hipnotizan te. Obviamente ella era todo eso.
Pero para mi desgracia, me pueden gustar los libros y sus historias pero no soy un héroe como sus protagonistas. La mire y no supe que hacer, parecía tener una pesadilla. Me encontraba preocupado y en lo único que podía pensar es en que había leído que no se despiertan a personas con sonambulismo ¿Con personas teniendo pesadillas es igual? Soy un desastre lo sé..."
Tomo el cuaderno y me acomodo en la cama sujetando más cerca la linterna.
"...Ella se despertó de esa manera en que las princesas se despiertan en las películas de niñas, al estilo blanca-nieves y me quedé mirándola un buen rato, preguntándome cómo es que luego de una pesadilla se despierte tan normal. Mi respuesta estuvo allí al ver su cara de desconcierto... ella no lo recordaba.
No se porque me sorprendía, realmente no lo se, Raquel es de esas personas que prefiere olvidar lo que le hace daño... siempre fue así."
¿De qué rábanos habla? Él no tiene derecho a hablar como si me conociera. Enojada busco entre las últimas hojas escritas y encontrando lo que buscaba comienzo a leer.
"Abril, Viernes 29, 2011:
Me sentía con ganas de salir para despejarme de todas las cosas en mi cabeza, a quien quiero engañar solo el dios del sol puede dejarme tan destruido.
Llegué al faro lo cual fue un error, el faro me recordaba a Raquel y el que ella me había borrado de su vida. Y esto me llevaba a recordar a mamá y el porque ella amaba el faro y mamá me recordaba a papá y las historias de amor que siempre me contaban.
Odio ese faro.
Odio estar... odio estar solo.
Y como todo escritor, soy algo masoquista y fui a aquella habitación donde Raquel destrozó lo único que guardaba con tanto cuidado.(¿Soy dramático? No lo creo... tal vez solo lo necesario). Vagaba por el lugar como un perro enjaulado y escuchaba las palabras de Ra en mi mente, casi como si me susurrara a mi, como si estuviera susurrando en mi oído.: "-Lo que sea que teníamos, se acabó. Ignórame como lo he hecho yo durante estos días." una y otra vez como un maldito recordatorio... hasta que lo vi. En el suelo una madera floja y algo saliendo de su interior. Un papel. Una hoja. De ella,¿Por qué la escondería aquí? En mi mente aun se me ocurren muchas razones pero una es la más acertada, quería olvidar. Esta hoja era de ella y ahora yo la tengo, tengo uno de los recuerdos de Ra.
¿Ahora qué?"
Sabía que fue él, lo sabía. Escucho ruido fuera de la habitación y es muy tarde para hacer nada, cuando la puerta se abre. Tres me mira con los ojos llenos de sorpresa por un instante me pareció ver un atisbo de sonrisa en sus labios pero pudo haber sido la luz que acababa de encender.
Él me observa y luego el cuaderno en mis manos. Solo Dios sabe que estará pensando. Cierra la puerta a su espalda y yo salgo de la cama rumbo a la ventana cuando siento sus dedos en mi muñeca, no hay presión pero aun así me quedo en mi lugar.
–Sabía que ibas a venir – murmura.
–¿Lo sabías?– le pregunto girando sobre mis pies, lo cual me arrepentí al instante. Nos encontrábamos muy cerca –. ¡Por supuesto que lo sabias! – espeté dando un paso atrás.
–Terminaste de husmear en mis cosas.
No entiendo por qué me sonroje ante su acusación (la cual era verdadera), pero lo hice. Luego recordé que el tiene mi hoja y me enoje por culparme de algo cuando él había invadido mi privacidad primero. Por ello cuadre los hombros, levante la barbilla y lo miré desafiante.
–Si, busco lo que es mio – logré que mi voz sonara segura.
–Lo que es tuyo...– repitió lentamente, luego miró el cuaderno en mi mano –. En mi habitación, leyendo mi cuadernos... sí, creo que esta a simple vista que es lo que buscas.
Él sonríe de medio lado y casi caigo de rodillas en el piso. Él sonrió, Tres sonrió... y se encontraba conmigo. Un momento ¿Eso es bueno? Él antes no sonreía por mi rechazo, lo sé. ¿Y el que vuelva a hacerlo quiere decir que me supero? ¿Ya no me quiere? ¿Eso me importa? ¡Jesús, sí!
–Sabes de lo que hablo, tú tienes algo que es mio – lo acuso apuntándolo con el cuaderno. Él vuelve a sonreír –. ¡Tres! hablo en serio.
–Lo que buscas esta aquí – una de sus manos toca su pecho, su corazón y me quedo sin aliento –Es tuyo.
–Tres...
La escena hubiese sido romántica y muy cursi, pero mientras me perdía en sus palabras y en sus ojos... y su sonrisa. Olvidé que el abrigo que llevaba tenía un bolsillo por dentro, solo lo recordé cuando lo vi sacar un avión de papel de esta. La hoja, mi hoja.
–Podemos hablar de esto si quieres... –él se sienta en la cama y hace girar el avión en sus manos.
–O me das mi avión y olvidamos que esto ocurrió –le conteste poniendo mis manos en las caderas.
Tres me miró de una manera extraña que no me moleste en descifrar, solo quería mi hoja y volver a mi habitación antes de que comience una tormenta.
–¿Por qué no empezamos con tu madre?–suelta de repente. La respiración se me cortó y lo vi sonrojarse un poco.
–¿Por qué no comenzamos con la tuya?.
–Porque estamos hablando de ti –él desarma el avión y alisa tranquilamente la hoja en sus rodillas. –¿Cómo se llamaba?.
–¿Por qué mierda haces esto?.
–Aquí dice que se llamaba Marina – levanta la hoja leyendo –. ¿Alguna vez le hablaste a alguien de tu madre?.
–La tuya trabajaba aquí...–respondo apretando los puños a mis costados –...papá me hablo de ella.
–¿Por qué evades mis preguntas? –él se para frente a mi con los brazos cruzados sobre su pecho.
–¡No lo hago! ¿Por qué lo haces tú?– le apunto con mi dedo en su cara.
–Tú eres la que comenzó esto, Ra – Tres toma mi muñeca y me acerca más a él, solo a un suspiro de distancia–. Tienes que sacarlo de ti, tienes que decírselo a alguien... no solo escribirlo y tratar de olvidarlo en las profundidades del faro.
–Que melodramático –siseo.
–Estas desviando el tema nuevamente.
–¿Dices que tengo que contarte cosas que están en el pasado? ¡Que hipócrita!–trato de alejarme de él pero no me lo permite–. Tú eres el que más secretos tiene aquí dentro... te ocultas tras un numero de mierda y no hablas con nadie de tu vida – lo miro a los ojos y no puedo notar nada en su precisión –. Solo ríes todo el tiempo como si todo en el mundo estuviera bien, pues adivina qué ¡No es así! Las personas mienten, mueren y son una mierda. Mi madre me abandono ¿Ok?– le grito y no me doy cuenta de que estoy llorando hasta que Tres limpia mis mejillas con su mano.
–Sé que la vida es una mierda, loquilla – él murmura y nos guía a la cama para sentarnos.
–No lo sabes...– le aseguro enjuagando mis lágrimas –. Yo la quería... ella era todo para mi.
–¿Qué sucedió?.
–Ella siempre me contaba cuentos antes de ir a dormir...– le cuento y río–. Ella amaba los días de tormenta... como hoy.
Miro por la ventana, el cielo se volvió oscuro y comienzan a caer pequeñas gotas de lluvia sobre el vidrio. Se puede ver como el viento mueve las hojas de los árboles en el bosque a lo lejos. Tres sigue mi mirada y hace una mueca.
–Odias los días así ¿verdad?– él mira por la ventana pensando y luego asiente – Papá me lo dijo...
–¿Qué más dijo de mi?–me preguntó mirando el papel en sus manos y volviendo a armar el avión.
–Nada...
–Esta bien...–nos quedamos en silencio durante un buen tiempo hasta que él habla nuevamente –. ¿Por qué dices que te abandonó?
–Porque no fui con ella...– le cuento–. Ella me dijo que la acompañara y yo... yo no pude hacerlo.
"...La tía dice que no puedes pretender saber algo si no das algo a cambio... ya saben: ojo por ojo, secreto por secreto... pasado por pasado.
Esa noche con Tres simplemente caí en la cuenta de que él no solo lo hacia por mi, sino que él también lo necesitaba."
–¿Ra?.
–¿Si?.
–Mi mamá también se fue... y se fue con mi papá –él susurra mirando el avión –. Creo que nunca me sentí tan solo como cuando ellos se fueron –sonrió de medio lado. Me lo quedé mirando mientras él le da vueltas al avión –. Creo que la mujer en tus pesadillas, la que aquí dices que vez en el bosque llamándote...es tu madre.
–¿Qué dices? –él sonríe con todos sus dientes antes de volver a estar serio.
–Leí esta estúpida página... dónde dices que ves a una mujer llamándote, dónde dices que la has visto más veces –él susurra –. Te dije que no puedes temerle a lo que no existe.
–No sabes de lo que hablas. Y devuélveme eso – intento quitarle el avión de sus manos pero él me lo impide y termino de espaldas en la cama con Tres sobre mi. Nuestras respiraciones chocaban y sentía nuestros corazones latir con fuerza, no sincronizados pero si conectados. Sus ojos fueron de los mios a mis labios los cuales sin pensarlos entreabrí. ¿Me besará? ¿Quería que lo haga?
–¿Por qué esto me resulta familiar?– susurro con miedo de romper el momento. Solo se escucha la lluvia cayendo de fondo antes de que Tres hable.
–¿Tú crees?...
–El día en que nos vimos, tú no me besaste aquella vez– le recuerdo aunque se que él ya sabe de lo que hablo.
–¿Querías que lo hiciera entonces?– ambos seguimos susurrando.
–Creo que si – Una de mis manos involuntariamente se mueve hacia un mechón de cabello que le cae por la frente y lo retiro.
–¿Quieres que lo haga ahora? –sus ojos vuelven a los mios y también corre un mechón de mi frente.
–No lo se, ¿Tú quieres?.
–No lo se.
–¿Querías antes? ¿Al comienzo?.
–Si.
–¿Qué cambio?– pregunto no solo para él sino para mi.
–Creo que nosotros...– él suspira y se acuesta a mi lado, los dos miramos al techo.
–Si... pasaron muchas cosas.
–Paso eltiempo – río entre dientes.
–Siempre tan... tú.
–Bueno, lo mismo digo – ambos nos reímos.
–Siento lo de tu madre –me dice luego de unos minutos de silencio.
–Siento lo de tus padres.
–Fue hace mucho, era muy chico...– él levanta el avión y lo mira –. A mi papá siempre le gustaban los aviones. Siempre jugábamos con los que me hacia de papel.
Sonrío imaginando a un mini Tres jugando con aviones de papel. Luego mi sonrisa se borra.
–Realmente crees que es mi madre la de las pesadillas –él se pone serio mientras se sienta, yo lo sigo.
–Creo que tienes que hablar de ello.
----------x-----------
Hola!
Lamento mucho haber tardado tanto en subir es que no tenía internet en la compu.
Quería agradecerles por sus votos y por los comentarios para que siga subiendo :D realmente aprecio que les guste lo que escribo.
Mil gracias por ser pacientes y por seguir leyendo :3
Dani
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro