Capitulo 18: Análisis de la situación.

"Jueves 12 de Mayo de 2011:

Uno: mi padre.

✔Estamos pasando más tiempo juntos, no es como si todo estuviera resuelto, pero mejora las cosas..."

-¡Raquel!. -alguien llama a mi espalda, mientras que tomo un trozo de tarta de manzana que la cocinera ha hecho, en realidad es el cumpleaños de una de las enfermeras y puede que haya tomado una porción para alcanzársela a mi padre. Lo se, soy tan buena hija (no me hago cargo de que, por esas casualidades de la vida, llegue la mitad o un cuarto de tarta de manzana). Volviendo al tema, al voltear puedo ver a William caminando en mi dirección.
–Raquel.

–William –contesto inclinando la cabeza.

–¿Iras a ver a tu padre? –pregunta.

–Si... ¿Necesitabas algo?.

–Si, precisamente lo estaba buscando.

Asentí y ambos comenzamos el camino hacía la pequeña oficina de mi padre. En el camino no pude evitar notar como William giraba en sus manos un frasco de pastillas vacío.

–¿Vas por más? –solté sin pensar. Él me miró sorprendido pero luego medio sonrío.

–Si, se me acabaron y olvidé reponerlas.

Asentí nuevamente. Todo quedo en silencio entre nosotros hasta llegar a nuestro destino donde deje que William pasara primero,mientras yo terminaba mi tarta afuera.

Luego de unos minutos, él salió y saludándome educada mente se marcho.

–¿Cómo estas, pequeña?– pregunta mi padre.

–Bien, traje un poco de tarta de manzana... –él mira el plato vacío sobre mis manos y enarca una ceja –. Si, lo traje... pero en el camino me crucé con William... y mientras esperaba quizás lo haya comido.

–¿Solo quizás?.

–Solo quizás –respondo rotundamente.

Él sonríe y ambos nos sentamos. Acomoda los papeles de su escritorio y me mira expectante.

–¿Venías por alguna razón en particular? ¿O solamente por la tarta que quizás te hayas comido?.

–Quería saber que si tenías por aquí alguna foto de mamá.

–¿De...? Claro –aclaró su garganta, caminó hacia una repisa y saco un libro de allí –. Esta es la única que tengo aquí, pequeña.

Me acerqué y observé la fotografía que sostenía en su mano. Mi mamá se encontraba en ella, sonriendo y con una bebe en brazos. Ella tenía su cabello castaño claro recogido en un moño desordenado y una sonrisa que le llenaba los ojos verdes como los míos. Sí, esa es mi madre. Siempre feliz y contenta de la vida.

–Ella era tan hermosa – susurró tomando la foto. Miro a mi padre y él me estaba observando. Sé que para él es difícil hablar de ella; le sonrío y él me devuelve la sonrisa –. ¿Quieres quedarte con la foto? Eres igual a ella –papá sacude la cabeza mientras habla –. No, quédate con ella. Yo tengo otras en mi cuarto.

Asiento y le doy un beso en la mejilla.

–¡Gracias, pa!.

"Dos: Los demás.

✔Algo estaba pasando y no sabía muy bien qué..."

Caminando por la isla directo hacia el árbol de siempre, todo parecía demasiado tranquilo lo cual era un milagro. El hombre que me contaba historias fue enviado a otro hospital unos días atrás, por problemas de índole familiar... en otras palabras los tratamientos eran caros y su familia no poseía el dinero suficiente como para pagar . Nos despedimos con una última historia y le desee buena vida. Aunque dudo que me recuerde. Realmente me caía bien él y se sentían algo solitarias las tardes.

En mi árbol, recostada y mirando los pájaros revolotear y cantar, pensaba que en verdad deseaba algo de música. Y como aquí no habían muchas tecnologías se me ocurrió revisar el faro.

–Sí –me decía mientras caminaba hacía allí –. El faro. ¿Cómo no se me ocurrió antes?

Siempre sentí algo extraño el hecho de que nadie supo ni habló nunca de aquella fiesta de hace meses atrás.

Mientras me acercaba escuche unos pasos más adelante, por lo que me escondí detrás de un árbol.

–Creó que escuche algo...–dijo la voz del chico –...nos están siguiendo.

–No lo creó... –contestó la chica soltando una risilla –. Lo mismo dijiste hace diez minutos y solo era un pájaro.

–Pero esta vez de verdad escuché algo...

–¿Es decir que las otras trece veces no eran de verdad? –silencio luego la chica soltó una carcajada. - Vamos tenemos que apurarnos y llevar esto antes de que sea más tarde.

–Si nos llegan a atrapar, tú se lo dirás a Henrry.

–Si, si...

Frunciendo el ceño, esperé hasta no escuchar más sus pasos y charla. No había que ser una genio para saber quienes eran. Rubí y Luis. ¿Pero qué estaban escondiendo?

Los seguí a una distancia convenientemente prudente dado a que Luis era demasiado paranoico y seguro como que me llamo Raquel que él me descubriría.

Llegaron al faro, llevaban unas cajas medianas y con la cinta de"frágil" en ellas. Dejándolas en el suelo, Luis abrió la puerta y entró dejando a Rubí fuera con las cajas. Acercándome más, pude ver dentro, él hablaba con alguien en cuclillas hacía la trampilla que guiaba hacía donde se había hecho la fiesta. Luis le hizo señas a Rubí para que le alcanzara las cajas, ella obedeció y comenzó a moverse. Era una cadena, Rubí pasaba las cajas a Luis y Luis a la persona que se encontraba debajo del faro. ¿Qué contenían esas cajas?¿ Qué estaba sucediendo?

"... no se que sucede, pero lo descubriré"

"Tres: él.

✔Estuvimos hablando..."

¡Yo no lo busque! Eso quiero que quede claro. Solo sucedió y cuando estuvimos frente a frente, algo se rompió. ¿Cómo alguien que sonreía todo el tiempo puede tener la vista tan fría?

–Hola –digo.

–Hola –contesta. Mira detrás de mi e intenta pasar por mi lado.

–¿Co...cómo estas? –lo detuve del brazo. No me miró.

–Bien, Raquel –sonaba exasperado, pero no corrió su brazo de mi agarre –. ¿Quieres algo más? Tengo que ver a Sherman.

–Hable con papá –solté, porque no sabía que decir.

–Bien, me alegro – suspiró y me miró. Sus ojos encuentran los mios y por un segundo creo que él sonríe pero no es así. Lo extraño.

Pasados estos meses me acostumbre a él, a su sonrisa, sus chistes, la forma en que me miraba y el hecho de que siempre estuvo a mi lado, solo provoca que me pregunte ¿Por qué yo no sabía nada de él? ¿Es que estuve todo el tiempo que pase con Tres en la luna? ¿Por qué no se nada de él y en cambio él sabe todo de mi e incluso más? ¿Tenía que alejarme, alejarlo para extrañarlo?

–¿Podríamos hablar?– le pregunto tomando su mano. Él mira nuestras manos y en su rostro se forma una mueca pero no se retira de mi contacto.

–Creo recordar que dijiste que te ignorara y dejara en paz – Tres vuelve a mirar mi rostro antes de soltar nuestras manos y niega con la cabeza –. ¿De qué quieres hablar?

¿De que quería hablar? Lo olvide, él solo estaba allí esperando a que hablase y mi voz no podía conectarse con mi cabeza. Las facciones de Tres se volvieron oscuras y inmutables. Tres era como la luz que siempre estaba encendida ¿Por qué tenía que apagarse ahora? Lo único que provocaba esto es que mis palabras se atorasen más en mi garganta.

–Veo que no era importante – tras decir esto, pasó por mi lado y siguió su camino.

¿Qué acababa de suceder?

"...estuvimos hablando o algo parecido. Pero la próxima vez...."

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