Capitulo 15: De cuando destrozamos una habitación y otras cosas...

"Jueves 21 de Abril de 2011:

Estoy enojada. Furiosa con ellos. ¿Qué mi padre se arrepentía de muchas cosas con respecto a mi? y ¿Por qué ese maldito número que pacotilla tenía que engañarme? ¿Por qué mi padre lo tenía que mandar a él para averiguar cosas de mi?¿Es lo que estuvo haciendo todo este tiempo? Sí, eso era demasiado obvio ¿Cómo fui tan ilusa de no darme cuenta de lo que ese mal nacido de Tres estaba haciendo? Solo quisiera estar en casa, con tía Ellen ¿Cómo pude si quiera pensar que esta Isla podría ser mi casa? Lleno de ese despreciable olor a medicamento, todo destruido y demacrado... lleno de gente junto a la que no quiero estar. Querido diario, estoy tan enojada que estuve a punto de romperte en mil pedazos.

Esa madrugada me enferme."

Nos encontrábamos en la habitación donde siempre nos reuníamos en la terapia de grupo. Me encargaba de evitar a toda costa las miradas y sonrisas que me lanzaba Tres. Como había hecho hasta ahora. Él estaba sentado junto a Rubí quien le hablaba mientras sonreía y movía los pies como una niña pequeña.

-Tenía planeado que hoy saliéramos a fuera pero como ven el clima no nos ayudó mucho -dijo Sherman mientras se recostaba en la silla y acomodaba sus gafas.

Había llovido mucho estos días y todo estaba mojado y húmedo afuera. Ganándo unos cuantos días en cama por un resfriado causado por estar bajo la lluvia el otro día, mucho no me afectaba ya que mi cuerpo (y mi padre) no me dejó salir de la cama.

-Espero que hallan dormido bien, los días como estos siempre son buenos para dormir -siguió hablando el doctor.

Mis ojos viajaron a Henry quien me sonrió con complicidad, le devolví la sonrisa y me pregunté si él habría podido dormir estas noches en las que llovió o si la chica del cuarto de enfrente no lo dejo disfrutar de un bello sueño.

-Lo dirá por usted, Sherman - dijo Sarah cruzándose de brazos-. La chica de la habitación cerca de la nuestra es insoportable en los días de tormenta.

Sí, ahí estaba mi respuesta. Siguieron discutiendo de como pasaron estos días mientras yo miré al pelirrojo mostrando mi más profunda pena por él y él simplemente sonrió mientras negaba con la cabeza. Alguien carraspeo, se ve que no soy la única enferma. Busque por los presentes quién se veía enfermo y me encuentro con la mirada de Tres. Me frunció el ceño y me miró enojado. Puse los ojos en blanco y lo volví a ignorar hasta que termino la hora.

El doctor se había ido al igual que la mayoría de los jóvenes, los que nos quedamos fue más por las galletas y el chocolate caliente que trajo una enfermera para nosotros y por no tener más que hacer cualquier otra cosa.

Luis me estaba hablando sobre porqué no debemos confiar en la comida de la Isla cuando el grito de Rubí impidió que mi galleta terminara el camino hacía mi boca. Gruñí internamente.

Giré y me sorprendí al ver a Henry en el suelo con una mano cubriendo su ojo izquierdo y Tres frente suyo con los puños tan apretados que sus nudillos se volvieron blancos.

-¿Ves? Por esto mismo no hay que comer la comida de la Isla, los vuelve violentos a todos - dijo Luis tirando mi galleta de un manotazo y quitando mi vaso de chocolate caliente de mis manos. ¡Esa era mi galleta! Lloriqueo como una niña pequeña en mi interior. Le entre cerré los ojos y le gruñí.

-¿Ves?....Violencia -dijo señalándome como si fuera obvio su punto.

-¡Puedes calmarte, Tres! -gritó Sarah al lado de su hermano, quien ya estaba de pie.

Ignorando momentáneamente lo que ocurría con ellos me volví a concentrar en Luis y agarrando su galleta lo empuje en el hombro.

-Lo hago por tu propio bien -le digo fingiendo preocupación -. No queremos que presentes síntomas de violencia.

-Pero...

-Aparte ¡Esa era mi galleta! -bien, admito que no fue muy maduro de mi parte lloriquear de esa manera mientras señalaba la galleta en el suelo con extrema pena. Y me llevé su galleta a la boca -. Sí, ahora me siento mejor.

De un segundo al otro, alguien cae sobre la mesa donde estaba la comida y bebida tirando todo al suelo.

-¡¿Que tienen con la comida hoy?! Una vez que la hacen rica...- me quejo acercándome con Luis al lugar.

-No deberíamos acercarnos a la escena del crimen... ¡Podríamos ir presos! -me decía Luis.

-Ya estamos presos. ¡So memo! - le contesto y él me mira confundido.

-Pero podríamos meternos en problemas... ellos siempre se meten en problemas... podrían extenderme la pena, ¡Ya quiero salir de aquí! -dijo dramáticamente.

Estaba entre reírme o poner mis ojos en blanco por las cosas que decía cuando uno de los vasos de plástico, que antes estaba lleno de chocolate caliente y en esos momentos solo tenía un cuarto del total, golpeó en mi cadera mojándome con el poco liquido caliente.

-¡Santa madre del chocolate! -grité saltando para atrás. No se llamaba chocolate caliente por nada ¿No?.

-Lo siento, lo siento... -Sarah se intentó acercar a mi pero como parte del chocolate caliente se había caído al suelo, se patinó con el liquido y calló de espalda al suelo.

-¿Ves? La escena del crimen...¡peligroso! -la voz de Luis sonó detrás de mi.

Vi como Rubí intentaba ayudar a Sarah pero terminaba en el suelo como ella. Tres y Henry se dedicaban a tirarse vasos y restos de galletas junto a otros internos que estaban en la habitación. Parecía una guerra campal, sorprendida me corrí del medio junto con Luis antes de que suframos otro accidente cualquiera de los dos. Henry, quien sospecho fue el que calló sobre la mesa anteriormente, ponía la mesa en forma de escudo y él junto a su "grupo" se ocultaban detrás mientras seguían tirándose cosas.

-Mmmm... que desperdicio de comida- William a mi lado dice negando mientras sostiene a una Sarah completamente manchada con chocolate -. Y debo admitir que las galletas estaban exquisitas.

-Lo siento Ra, no fue mi intensión golpearte a ti...- me decía Sarah mientras se soltaba del agarre de William.

-No hay drama. Solo agradezco que no nos hallan servido sopa. -hablo mientras observo la escena. Mis ojos se abren sorprendidos cuando alguien del grupo de Tres baja la enorme pizarra que había colgada en la habitación y la utiliza como escudo para su "grupo".

-¿A qué grupo alentamos? -preguntó inocentemente Rubí.

-Al mío -digo con una media sonrisa. Ellos me miraron sorprendidos y yo como si nada agarré una de las sillas tiradas en el suelo y la lanzó contra el grupo de Tres. No tenía nada en contra de su grupo ni nada, pero como ya había dicho: estaba enojada con él.

-¡Estas loca mujer! -gritó uno que logró esquivar por un pelo, literal, la silla.

Tres me miró sorprendido y luego de que volviera a fruncir el ceño cambió la dirección de su ataque hacia donde nos encontrábamos nosotros.

-Rápido, la otra mesa -les digo a los chicos que rápidamente arrastrando una de las mesas que estaban llenas de papeles que estaba ubicada de nuestro lado de la habitación. La colocaron en la misma ubicación que la del "grupo de Henry", quienes seguían tirándole cosas al "grupo de Tres" .

-¡Esto es divertido! -dijo Rubí dando saltitos en el lugar -. Tenemos que tirarles algo... ¿qué le tiramos capitana? -me dijo al estilo militar. Mirando a todos lados buscando que tirarles se me ocurrió una idea.

-Agarren los papeles -William agarra una hoja y la tira, esta cae lentamente a en su cabeza -. Así no. Hagan una pelota y arrójenlas.

Y eso hicieron, de la nada un montón de pelotas de papel eran dirigidas al "Grupo T"- si, así lo llame - pero como no quería que haya favoritismo, me levanté - esquivando una pelota que ahora ellos también tiraban- y agarrando otra silla se la revolee al "Grupo H". Henrry me miró sorprendido, ¿cómo no estarlo? casi le golpeó a él pero la silla pasa de largo hacía la pared sacándole la ya de por si gastada pintura y rompiendo la silla.

Le sonrío inocentemente y él me de vuelve la sonrisa divertido. Todo iba bien hasta aquí, íbamos ganando y yo me había desquitado un poco con las dos sillas que lancé. Salvó que mientras le sonreía a Henrry, una pelota de papel me dio de lleno en la cara. Giré enojada hacía el Grupo T y Tres me miraba entre enojado y divertido, formando en su rostro una sonrisa maligna. Esta vez fui yo la que le fruncí el ceño. ¿Cómo se atrevía el maldito número?

-Eso te pasa por sonreír le - me grita Tres en medio del caos. ¿Pero qué se piensa éste?

-¡Ya bájale a tus celos, Tres!- le grita Henry tirándole un vaso que le da en el hombro. Esté mismo lo fulmina con la mirada y le tira lo primero que tiene a mano: una galleta.

-¡Te dije ya que la comida de la Isla los volvía violentos! Ellos nos están estudiando como a ratas de laboratorio para ver cuál es nuestra reacción - me dijo Luis antes de que una pelota le diera en la cabeza.

-¡Oh! ¡Vamos, esto es de lo más infantil! -dijo Sarah desde un rincón.

-Concuerdo con la señorita -la secunda William.

Yo por mi parte los ignoré a todos y me dispuse a seguir con esta pequeña guerra. Estaba enojada y hacer algo de desorden en este lugar serviría. Un chico que no recuerdo bien su nombre, tiró una de las patas rotas de la silla y rompió el foco de la habitación. Rápidamente y por instinto todos nos cubrimos las cabezas o nos agachamos por los pequeños vidrios que saltaron.

-Creo que esto se esta saliendo de control - la voz de Sarah salió de debajo del cuerpo de Will, al parecer se había tirado a protegerla -. ¡Y ya sal de encima que me estas aplastando!

Empujó a Will, quien callo a su lado. Y escuche como susurraba a mi lado Luis "Violencia". Todo se volvió un completo desastre. Dos chicos estaban peleando con las patas de una mesa. (¿Cuándo hicieron eso?) como si de espadas se tratasen. Unas chicas se revolcaron en el suelo mojado mientras otra las intentaba separar. Seguían tirando cosas y moviéndose por la habitación. Esto era una completa batalla campal. Un momento ¿dónde estaba ese número de pacotilla...?

-¿Buscabas a alguien, Ra? - su voz logró que se me erizarán los pelos de la nuca. Noto algo duro presionando en mi espalda. Me doy vuelta lentamente para encontrarme con la detestable sonrisa de Tres. En verdad a mi me llego a gustar alguien que sonríe todo el tiempo. Que ciega estaba -. ¿Lista para un duelo? -dijo agitando la pata de la mesa que tenía en la mano. Y lanzándome la faltan te.

-Bien, ahora sabemos donde estaban las otras dos... -escuchó como le dice Rubí a Luis. Pero mi atención esta en Tres.

-Vas a perder Tres -traté de golpearlo en la cabeza con el palo pero el lo esquivó.

-¿Por qué me ignoras? -preguntó cuando su palo golpeó el mio.

-¿A quién le importa? Ya lo tendrías que saber - le respondo esta vez esquivando yo.

-Pues no lo se. De un día para el otro me ignoras y comienzas a ser toda "sonrisitas" con Henry - dijo enojado.

-¡No! -golpeo su palo con el mio y ambos hacemos fuerza contra el otro -. No tienes permiso de estar enojado ¡Yo soy la enojada aquí!.

Pierdo el equilibrio y casi me caigo de espalda pero me apoyó en la pared y Tres me acorrala. Ya no sonríe y veo en sus ojos preocupación.

-¿Qué paso? ¿Qué te pasa? Sabes que puedes decirme.

No, no puedo porque se lo dirás a mi papá. Quería gritarle, pero en vez de eso lo empuje y luego comenzamos una secuencia de intento de esgrima, pero en realidad solo parecíamos dos niños pequeños jugando con palos, ¿y a quién engaño? Todos en esta habitación lo eramos.
Esperen... esos enfermeros no.

"Viernes 22 de Abril:

Sí, hicimos un pequeño desastre en esa habitación. Al final el doctor Sherman nos ayudo diciendo que esto nos servía para descargarnos y sacar nuestra ira a fuera. No tengo claro que grupo ganó, solo sé que antes de que me quitaran la pata de la mesa, pude darle un lindo golpe a Tres en la cabeza. Él les aseguró a las enfermeras que no le dolió y solo tendrá un chichón, pero valió la pena. Si destrozar cosas sirve para canalizar la ira, pero aun tengo mucha acumulada.

Ah, también nos hicieron limpiar el desastre que hicimos, Luis se la paso quejando todo el tiempo... pero fue divertido."

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