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Capitulo 9


Era cansado estar constantemente yendo de mesa en mesa, pero esta es la manera de sobrevivir para mí. Lo que me gusta de este trabajo son las propinas, hacia 20 a 40 dólares de propina casi diarias. Cuando llegaba a mi cuarto quería dormir, pero tenía que estudiar. Sentía que si lo dejaba de hacer, olvidaría algunas cosas y no quiero que eso me pase, quiero ser la mejor.

— Kira — Blanca me llamó. —, en el tocador hay una señora que necesita ayuda. Ve y asístela. — Dicho su orden se fue a la cocina.

Nada cuesta decir por favor, o ser un tanto delicada.

Me dirigí hacia el tocador. Hay una señora apoyada en el lavadero con un pañuelo. Tiene un vestido azul noche que le llega hasta las rodillas, un cinturón negro a la altura de su cintura que define su cuerpo esbelto y unos tacones negro que brillan. El cabello lo tiene en forma de trenza para el costado. Se encuentra encorvada.

—Señora, ¿se siente bien? ¿La puedo ayudar en algo? — Me mantengo, aproximadamente, a cinco pasos de ella. No la puedo ver muy bien, ni siquiera con ayuda con el espejo. El cabello y el pañuelo son un estorbo.

—Solo deseo estar sola. — Me dice en tono firme.

—Entiendo, señora. Pero, por favor, no se guarde nada. No le diré a nadie y si necesitará que le comprara algo, por favor avíseme. — No sé qué tiene. Si algún alimento le ha afectado o tal vez discutió con alguien. Infinidad de cosas que le pudieron haber pasado.

Escucho fuertemente como ella toma aire y vuelve a ponerse recta.

—Quiero que me hagas un favor, me retirare pero quiero que hagas algo. — Su voz aparenta seguridad e ímpetu. Pero si la estudias bien, sabes que ella quiere quebrarse.

—Si está a mi alcance, la podré complacer señora. — Mire al piso. Sabía que había llorado, estoy segura que ella no quiere que la vea.

—En la mesa numero 13 hay un hombre con una señora. Quiero que le des este pañuelo, ten cuidado, dentro de este pañuelo hay un anillo. — Puse mis manos delante para recibir las cosas. — Muchacha, no soy quien para que mires al suelo. — Levante las mirada y me encontré con unos ojos azules, tiene señales de haber llorado.

La verdad es que ahora no sé cómo sentirme, yo sé quién es esta señora. La vi en ciertas ocasiones, como para mi graduación y para los partidos de Kendall.

Es la madre de Dalton.

—Lo siento señora, creí que le incomodaría si la mirara. — Me mantengo serena.

—A todos nos ha pasado, solo te pido que me ayudes a salir de aquí sin que nadie me vea. — Trata, en vano, de sonreír.

—Hay una puerta trasera, solo la usa el personal del restaurant. No creo que le molesten que salga por ahí. — Ella asintió.

— ¿Cuál es tu nombre?

—Me llamo Kira, señora. — Es la madre de Dalton, maldita sea.

—Mi nombre es Rebeca. Una cosa más Kira, si él te pregunta de dónde has sacado el anillo, le dices que te lo dio un joven de ojos azules y cabello negro. Que la inicial de su nombre comenzaba con la letra D. — Esta orden hace que me dé escalofríos el cuerpo. — Después, ya le inventas cualquier cosa si te continúa preguntando.

—No se preocupe, yo le cumpliré su encargo. — Guardo el pañuelo y el anillo cuidadosamente en mi bolsillo. — Ahora sígame señora, le mostraré la salida.

Salimos del tocador, con mucha tranquilidad. La guio por el pasadizo y no demoro en captar las miradas del personal, sé que podré explicar por qué después.

—El lugar tiene mucha luz, así que no es peligroso y comúnmente pasan muchas personas, como atajo. — Abro la puerta.

—Kira, le entregas esto a la señorita encargada de los registro. — Me hace entrega de un billete de cien dólares. — Te quedas con el cambio, por las molestias que te he dado.

—Señora, en serio, no hace falta. — Sonreí.

—En serio, lo tomas y muchas gracias. Soy mesa número 23. — Dicho esto salió y cerró la puerta.

La mesa 23 está en el segundo piso, y ella quería que de ese anillo a la mesa 13, que se encuentra en el primer piso. Di media vuelta y voy en busca de la persona número 13. Al pasar por la cocina me encontré con Eliane.

— ¿Quién era la señora? — Susurra.

—Me pidió dos cosas, una era entregarle un anillo al señor de la mesa 13. Lo otro ayudarla a salir de aquí, también me dijo que pagara su cuenta. — Le conteste, según yo, de manera secreta.

—En total son tres cosas. — Dice ella con el ceño fruncido.

—Pues sí, bueno ahora iré a darle el anillo al señor. Puedes darle a Julissa el dinero, le dices que facture de la mesa 23. — Sonreí. — Por favor, Blanca ha estado sobre mí desde que he llegado.

—Todos lo hemos visto, la verdad es que ya me he empezado a molestar, si no la pones en su lugar tú. Lo haré yo. — Sonreí.

—Eliane, gracias. Pero evita decirle algo, la aguantare por hoy. — Encogí los hombros. — Si mañana sigue con la misma actitud, entonces le pondré todo en orden.

—Nada justifica la actitud que está teniendo ahora, absolutamente nada. — Eliane tiene el ceño fruncido y una vena se quiere salirse de su cuello.

—Algo ha pasado, ¿cierto? — Alcé una ceja, o eso trato.

—No, para nada. — Pero que cortante fue eso. Dicho su pequeña frase se fue.

¿Ahora que paso?

Tengo que ir con el señor de la mesa 13, ojala no me pregunte nada. Que tengo que volver a ayudar a la cocina.

Me dirijo hacia el comedor, observando el número de mesas. Cuando doy con la mesa 13, me percato que había un hombre tomando la mano de una mujer.

Me acerco lentamente y aquella mujer muestra una gran sonrisa.

Oh...

Esa mujer.

Sé quién es.

Dios mío.

El padre de Dalton.

Y esa señora.

¿El padre de Dalton y Mónica son amantes?

Respira. Respira. Respira. Respira. Respira.

Volví en mí y fui rápidamente al área del personal. Cojo un asiento y me dejo caer en él.

Mis manos están temblando, yo estoy temblando. Quiero vomitar, expulsar el horrible sabor que tengo en mi boca.

—Esto no puede ser cierto. — Susurro.

¿Por qué? Mónica era la amante del padre de Dalton, todo este tiempo... ¿Él era el que venía por ella? No, tal vez era otro tipo más. Ella debe tener varios amantes, pero... Dios, necesito una respuesta ahora. Quiero un explicación, saber que está pasando. ¿Dalton sabrá que es ella? ¿Él sabe que ella es mi progenitora? Sí lo sabe..., maldita sea, maldita sea.

De todos los lugares, de varios restaurants... Aquí, justo hoy.

Sacó el pañuelo y el anillo de mi bolsillo, con sumo cuidado. Desenvuelvo aquel pañuelo y encuentro el anillo de bodas.

Oh, no.

La madre de Dalton los descubrió, por eso se fue al baño a llorar. Ellos no se han dado cuenta de que ya fueron descubiertos, o tal vez no les importe.

—Kira —Eliane entró—, Blanca está echando fuego por la boca, dese...

—Necesito tu ayuda, por favor. — Aún continuaba sentada, no sentía las piernas.

—Estas pálida, ¿estas enferma? ¿Quieres alguna pastilla? — Ella miro el anillo en mis manos. — Estas temblando, ¿tienes miedo de darle el anillo al señor? — Se me acerca lentamente a mí.

—Eliane, escúchame y ya en la salida me preguntas todo. — Ella asiente nerviosa. — La mujer que me dio este anillo, es la madre de un ex amigo de Kendall. Me dijo que se la entregará al señor de la mesa 13, pero que no diga que ella me la ha dado ella, sino un chico de ojos azules y cabello negro... En pocas palabras su hijo, pero ella no me dijo eso. He deducido eso, yo reconocí a la señora...

—No me digas que es la mamá de Dalton. — Ella frunció el ceño.

—Sí. — Asentí confundida.

—Maldición.

—La persona de la mesa 13 es su esposo, esta con una mujer y...— La voz me temblaba.

—No me digas que es su amante. — Dijo en voz baja.

— ¿Tú como sabes que es la madre de Dalton? ¿Conoces a Dalton?

—Tyler me hablo de Kendall y Dalton, a ellos solo los he visto varias veces y pocas veces he cruzado palabras con ellos. — Explico calmadamente.

—Guau...

— Pero, ¿estás bien? —Entrego el pañuelo con sumo cuidado y con las manos temblorosas.

—Lo que haga ella, francamente no me importa mucho, solo quiero estar lejos de ella.

—Está bien, metete a la cocina y no salgas de ahí. — Asentí. — Mantente ocupada, que Blanca no joda más, hasta que se vayan ellos. Tú no debes salir. — Guarda el pañuelo en su bolsillo.

Eliane salió del cuarto rápido. Ella debe pensar que me afecta, la verdad es que tengo miedo. Mónica, habiendo muchos hombres... Tenía que ser él.

Salí del cuarto de empleados para irme a la cocina, si hago cosas y estoy con las manos llenas... Blanca no me mandara a atender a los clientes. No quiero verla, no más.

Entre a la cocina y el jefe de cocina me llamo, no dije nada, no quiero hablar.

Solo quiero que el día acabe.

Por favor, acaba ya.

***

No puedo más, quiero llegar y dormir.

—Vamos, Kira. — Eliane me tomo delicadamente del brazo y me jalo. —Has tenido un horrible día, corazón.

Después de lo ocurrido, no pude hablar mucho. Creo que articule unas cinco palabras, pero más no. En serio, que aún sigue en mi mente.

Al salir y respirar el aire fresco de la calle, me sentí un tanto mejor.

—Nunca me lleve bien con Mónica, ella nunca fue una madre para mí. Ni incluso ahora, siempre ambiciona las cosas, ella es demasiado materialista. — Empezamos a caminar lento. — Peter tampoco lo fue, él tiene otra familia a la cual protege y un hijo que sí ama. — Solté un pequeño suspiro. — Yo solo tengo a mis amigos y tenía a Fabiola, que era una madre para mí.

—Entonces, ¿te dolió ver a tu mad...?— La interrumpí antes de que termine su pregunta.

—Llámala Mónica, el título de madre nunca se lo ganó. — Ella asintió. — No me dolió ver la con otro hombre, solo me abrumo. Hace unos días tuvimos una discusión muy fuerte. — Ella no se reirá, lo probable es que sea empática. — Discutí con ella y me dijo que yo no era hija de Peter, sino de otro hombre. No sé quién sea y la verdad que no me importa.

—No estarás pensando que ese hombre pueda ser tu padre, ¿no? — Me detuve en seco.

— ¿El padre de Dalton? No, imposible. — Reí. — Ella cambia de pareja, o tiene a alguien más.

— ¿Conoces a alguien más?

—Hubo una ocasión, cuando tenía unos 9 años, que ella dejo entrar a su amante a la casa. La verdad es que yo en ese tiempo no echaba seguro a mi puerta, y dormía cómodamente en mi cama. — Eliane me abrazo muy fuerte por los hombros. — No me hizo nada, Eliane.

—Tenías 9 años, sé que sentiste miedo. — Una sonrisa melancólica se formó en mis labios.

—Gracias. — Ella me soltó y me sonrió.

—Cuentas conmigo para cualquier cosa, además eres una hermana pequeña. No dejaremos de luchar. — Asentí de manera entusiasta. — Ya no sigues viviendo con ella, ¿o sí? — Me tomo del brazo y empezamos a caminar lentamente, de nuevo.

—Estoy a punto de mudarme, ya conseguí donde vivir. — La idea de vivir en un lugar lejos ella, me entusiasmaba. — Logré ahorrar lo suficiente, ahora puedo decirle adiós a esa casa.

—No guardas nada bueno de esa casa, ¿cierto?

—Lastimosamente no. Todo lo que hay en esa casa para mí, son horribles recuerdos. — Levante levemente los hombros. — Estoy empezando de nuevo, y quiero ser más... Más atrevida y ver el mundo, sin el temor de que al llegar a casa tenga que entrar por un ventana.

—Tienes mucho que contarme, Kira. — Ella suspiro.

—Lo sabrás, te lo prometo que será así.

— ¿Segundo nombre?

—Peaton.

—Es muy lindo. Mi segundo nombre es Gina, no me agrada mucho. — Ella frunció el ceño.

—En un principio no me gustaba Peaton, pero luego gracias a Kendall empecé a acostumbrarme.

—Tyler siempre me hablaba de él. Me decía que jamás me lo iba a presentar, no hasta que él o yo se casará. —Me reí.

­—A todo esto Eliane, ¿cómo conociste a Tyler?

— ¿Te acuerdas del chico que te comente? ¿Él que gusta? ­— Asentí —. Bueno, es él.

Mi cabeza se llenó de episodios secuenciales donde estuve con él, sobre todo los últimos. Yo veo a Eliane a como una amiga más, fingiré ignorancia sobre las cosas que pase con Tyler estos últimos días.

­—No pensé que estamos hablando él. — Mencione riendo como tonta.

—Lo que yo quise preguntarte es porque lo rechazaste, pero no creo que obtenga respuesta ¿O sí? — Pregunto con una sonrisa irónica.

No puedo fingir demencia ahora.

Mi rostro se sentía caliente.

—No lo tomaría de esa forma, no se me declaro ni nada por el estilo...— Antes de terminar se empezó a reír.

— Te dijo "me gustas" — Resalto la última parte casi gritando.

Empecé a incomodarme con todo este asunto, sé que debe estar molesta.

— ¿Escuchaste todo? — Susurré.

— Él me lo conto. — Soltó con un suspiro.

—Oh, así que por eso...— Tragué saliva.

—Escucha Kira, no te voy a mentir ni hacerme la niña a la que no le importa nada... Porque sería muy hipócrita de mi parte, sé que tienes tus cosas y trato de entender — Soltó un suspiro —. No debiste pasar o no tienes por qué pasar por esta mierda tú sola, así que me tienes como una amiga.

—Gracias, por hablarme con esa sinceridad... Lo apreció. — Agradecí.

—Tyler es mi amigo y sé que quizá hizo cosas que no debio hacer pero... Quizá deberías darle una oportunidad.

— No tienes por qué hacer eso Eliane, yo no estoy interesada en Tyler... Ya no. — Encogí los hombros.

— ¿Entonces antes te gustaba? — Pregunto algo sorprendida.

—Mira Eliane, vamos a dejar todo en claro para que luego no haya confusiones o malentendidos — Tome aire para poder soltar todo lo que debía ­—. Yo lo conocí hace dos años, digamos que me pareció atractivo pero luego fue algo más que eso — Comencé a jugar con mis manos —. Luego de eso vi como él salía con varias chicas, y fueron por unos dos años... Pero luego viene y me dice que yo le gusto, lo tome como un juego más que hacía con las otras chicas.

— ¿En serio? ¿Fueron muchas? — Asentí — Yo creí que fueron solo tres o cuatro...

Comencé a reírme como si fuera el mejor chiste de mi vida.

—Te puedo asegurar que a ese número lo puedes multiplicar por 6 o 7.

—Yo sabía que era mujeriego, pero salir con tantas chicas...

— ¿Estamos hablando de Tyler? Porque déjame decirte que por eso y mucho más, no puedo tomarlo en serio.

—Ahora entiendo porque le rechazaste, yo tampoco podría salir con alguien así. — Soltó un suspiro.

­— ¿Ah? Creí que te gustaba.

— También creí que le dirías que sí, pero mirando en este meollo.

—Bueno ellos son así, no cambian para nada — Solté resignada —. Eso era lo que no me agradaba de ellos, veían a cada chica nueva como un reto —Solté un suspiro rápido —. Pero cuando Kendall rompió con April, ella le dijo algo que me dijo pensando demasiado una semana.

— ¿April? Tyler también me hablo de ella, me contaba que parecía que Kendall al fin se había calmado... Pero parece que se equivocó. —Asentí dándole la razón.

—Me sentí engañada, traicionada y culpable. Yo fui quien impulso esa relación hacia delante, para que... ¡Wow! Recordarlo solo hace que me ponga...

—No te acuerdes. Mejor dime que le dijo April a Kendall. — Acaricio ligeramente mi hombro.

—Piensas en todas como retos, pero cuando hablan de ella así, te molestas. Eres tan hipócrita que hasta me empiezas a dar lastima. — Comprendí mucho más ese día, y al día siguiente me entere de más cosas.

—Debió dolerle. — Ella sonrió. — Toda la semana Tyler estaba en otro mundo, hablaba de que la amiga de Kendall era otra, que no hablaban. Que Kendall estaba en otro mundo y le preocupaba y no sé qué cosas más.

—No te miento, me dolió no hablarle y estar lejos de él. —Mire el suelo. — Pero sentía las risas de los demás y me provocaba rabia, cólera y tristeza. Todas aquellas personas que alguna vez me dijeron que lo iba hacer, se reían. — Sentí que la cólera quería llegar.

—Es comprensible, pero sabes que ya pasó, él te quiere mucho y ha demostrado que él evitará hacerte daño de nuevo — Asentí. —. Dejaré de darle consejo a ese idiota, no puedo creer que fueran tantas... En fin, ¿cuéntame que harás mañana?

—Mañana iré a la universidad, me dijeron que podría ver el campus... Quiero conocerlo e iré con April. —Sonreí. — Si mañana no tienes nada que hacer, puedes acompañarnos sé que te llevarás bien con ella. — Eliane mostró una brillante sonrisa.

—En serio que me encantará ir. — Sus ojos brillaba, realmente era como ver un bebe con su dulce. — ¿Y qué has decido estudiar? Y lo principal... ¿Por qué?

—Decidí estudiar medicina, la razón es que siempre he admirado a los doctores, y estar en los hospitales buscando ayudar a las personas... Me agrada la idea.

—Entonces quieres ayudar a las personas... Yo decidí estudiar veterinaria, amo a los animales.

— ¿Hace cuánto estas en la universidad? — Ella mira hacia el cielo por unos segundos.

—Dos años. — Voltea a verme. — Parece estresante, bueno, lo es... Pero cuando piensas en lo que serás al salir de la universidad... Uf, que te emocionas.

—Sí, ya me lo imagino.

La idea de salir a trabajar, bajo mi profesión... ¡Hacer lo que me gusta! Es tan hermoso de imaginar, siento que el corazón me estallara de la alegría y que parece un sueño. Sé que estudiar parece aburrido, muchas personas se aburrían de aquellos libros pero realmente no es así, cuando muerdes tu lado correcto, es algo que desearas con todo tu ser.

—Entonces, Kira. ¿Dónde dormirás hoy? — Llevamos caminando un buen rato.

—Supongo que a...

Estábamos pasando por una minimarkert, vidrios transparentes y carteles luminosos de 24 horas abierto. Yerik salía de ahí con una bolsa en mano.

—Es lindo, sobretodo su cabello. Me pregunto que shampoo usara. — No pude evitar soltar una pequeña risa. — ¿Qué? ¿No piensas lo mismo?

—La verdad es que sí, envidiable. — Ella sonrió.

Cuando volví a mirar hacia donde estaba él, me encontré con su mirada. Me sonrió y se acercó a nosotras.

—Oh, me muero, dime que no tengo nada entre los dientes. — Eliane dijo divertida.

—Buenas noches, Kira y señorita. — Yerik nos sonrió a ambas.

—Buenas noches Yerik, te presento a Eliane. Eliane te presento a Yerik. — Los estrecharon sus manos gustosamente.

—Un gusto conocerte, Eliane. — Yerik se mostró educado.

—El placer es mío. — Eliane sonrió de manera educada.

—Entonces, ¿qué hacen solas a estas horas? Es demasiado tarde.

—Salimos de nuestro trabajo. — Contesté.

—Hacia donde se dirigen, las podría acompañar. —Miré a Eliane.

— Disculpa, de casualidad ¿Conoces a Leo? —Eliane miro a Yerik con intriga.

— ¿El portero? — Yerik hizo lo mismo que ella.

—Sí.

—No me digas que vives ahí.

—Vivo en el último piso. —Eliane se empezó a reír.

Podría desaparecer y puede ser que no se den cuenta. Empezaron a reírse sin mucho escándalo, al parecer Cupido acaba de hacer su trabajo.

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