Capitulo 18
Termine de habla con Yerik hace pocos minutos, durante toda la llamada me insistía en llamar a mi mamá. Pero no puedo hacer eso, ¿cómo podría decirle algo tan complicado por llamada? ¿Cómo le explico que tenía elaborada una mentira grande? Que por años decidí vivir, prácticamente, en la clandestinidad. En un mundo de mentiras, donde nada era lo que parecía.
¿Llamar a Kendal? No, eso es lo último que haré hoy. No puede enterarse, entraría en desesperación. Es una persona muy impulsiva, no piensa la situación dos veces.
Por ahora solo sé que ahora estoy sola. Y la verdad es que yo no sé cómo es que estoy despierta, como es que aún no pierdo la calma. ¿Cuánto ha pasado desde que empezó todo esto? ¿Cuántos minutos desde que ese infierno inicio?
Desde que vi el fuego, no pude evitar pensar en el "¿Qué pasaría si no sale de esa casa?", sin embargo, evitaba evocarla. Y todo era por miedo, miedo a una posible respuesta. No quería que algo malo fuera a pasar, no podría perdonarme si es que le pasara eso.
Las unidades de bomberos ya se habían estacionado hace unos minutos, lo más cerca de la casa. Todo llevaban el típico uniforme, con la indumentaria completa y hablaban entre ellos. Uno de los bomberos vino hacia mí, casi corriendo, a simple vista vi a una persona alta, por el casco no vi su rostro.
—Hola — Saludo y se agacho —. Necesito que me contestes algunas cosas, pero quiero que te calme, ¿sí? — Asentí — ¿Cuántas personas hay dentro?
—Una, mi amiga. — Dije rápido.
—¿Sabes cómo comenzó el incendio? — Negué — ¿Solo estaban tu amiga y tú?
—No, cuando llegamos no había nadie en casa — Trague saliva —. Ella se quedó, iba a sacar una caja más, pero no salió nunca. — Frunció el ceño y ladeo un tanto la cabeza.
—Entiendo, entonces quizá fue provocado por algún corto... — Lo interrumpí rápido.
—Espere, espere... Cuando volví a la casa la puerta estaba cerrada con seguro — El hombre me miraba atento —. Cuando pegue mi oreja a la puerta, escuche varios pasos... Habían más personas de lo que parecía.
—¿Había más personas ahí dentro? — Asentí.
—Ese incendio fue provocado, yo sé quién es la única persona que podría haber hecho esto... Hablare después, pero ahora — Solloce — Por favor, solo sáquenla de ahí. — Suplique, junte mis dos manos y las coloque en el pecho. Solo podía agachar la cabeza.
—Está bien hija, tranquila — Me tomo de hombro — ¿Dónde estaba ella cuando saliste?
Mire la casa y señale su cuarto, entonces en ese preciso momento la ventana se rompió. Encogí mi brazo por miedo. El bombero se quedó mirando aquella escena por unos segundos.
— Maldición — Susurro —. Escucha, llama a sus padres, necesito hablar con ellos.
La manguera la trajo uno de ellos, el hombre que se me había acercado unos segundos antes, estaba dando órdenes, señalaba el cuarto que antes había señalado yo. ¿Ahora qué? ¿Solo dejo que ellos se encarguen?
Salí del auto de los oficiales y me dirigí al mío, fui al asiento del copiloto y abrí la guantera. Saqué el celular de Kira y prendí la pantalla, al hacerlo vi dos llamadas perdidas de Kendall y dos de Yerik.
Solo hay alguien podrá tomar esto con calma, quien podría ser intermediario entre todos. Con los dedos temblorosos desbloquee el celular de ella y busque el número de Miranda, la mamá de Kendall. Al encontrar su nombre, marque rápido.
Luego de unos segundos cortos, contesto.
—Hola mi niña hermosa — Contesto —, déjame decirte que estoy feliz al ver que aún te acuerdas de esta señora. — Antes de poder contestar, ordene mis ideas. Hubo un silencio de unos segundos.
—Señora Miranda — Dije rápido.
—¿Quién...? — Hizo una pausa — ¿April? ¿Qué paso...? — Antes que termine de hablar, me adelante.
—Necesito que me escuche, por favor — Suplique —. De verdad, no sé a quién más llamar ahora, solo puedo pensar en usted.
—April, ¿qué está pasando? ¿Dónde está Kira? ¿Están en algún hospital? — Pregunto rápido.
Ella siempre había sido una persona receptiva, rápida para decidir. Y sobre todo una persona que todo lo tomaba con calma, ella siempre tomaba su tiempo en los momentos más críticos.
—Necesito que venga a esta dirección, Kira... — Hice una pausa — Ella está atrapada en un incendio, necesito que venga por favor.
—Dios mío — Susurro — Dime, ¿dónde es?
—Se lo diré, pero quiero que solo usted maneje esta información — Hubo un silencio, una pausa.
—Entiendo — Soltó un suspiro — ¿Ya llamaste a sus padres?
—No, ni podría hacerlo. — Comente manteniendo la calma.
—¿Por qué? — Pregunto con seriedad.
—En serio, es una historia larga, por favor venga ahora.
—Mándame rápido la dirección por un mensaje, ya me encuentro en un taxi.
—Si, si, si, ahora se lo mando — Dicho esto colgué.
En ese instante le mande la dirección por mensaje, siendo lo más exacta posible.
Los bomberos empezaron su trabajo, por la ventana de la sala se centraron en apagar el fuego de ahí, otro grupo estaba empujando la puerta. Trabajaban contra el tiempo, se movilizaban rápido.
Pero, ¿dónde está ella? ¿Estará en su cuarto? ¿O la llevaron a otro lugar? ¿Cuándo podré verla de nuevo?
***
Habían pasado ya como quince minutos desde que llame a la mamá de Kendall, en esos minutos ya había recorrido la acera como cien veces. Muchos vecinos se me aceraron preguntándome que había pasado, la policía volvió a preguntarme cosas que ya había respondido y otras que no supe responder. La ambulancia ya había llegado y estaban preparados para cualquier situación que se presentara.
El humo estaba por todas partes, el calor inundaba cada parte del lugar. Había temor, miedo y pánico en toda la zona, el incendio iba disminuyendo poco a poco, las demás casas tenían riesgo de incendiarse.
La puerta que no había podido abrir, ya se encontraba derribada. Los bomberos usaron esa zona para combatir el agua, otro grupo aún se preparaba para entrar.
Yo solo quería que lo hicieran ya, no esperaran otro minuto más. No podía con esto, era mucho estrés, más del que yo podía lidiar. No podía enfrentarme a esto, no a esto... Podría enfrentarme a esa mujer, gritarle y hasta defenderme de ella, podría haberla protegido de ella si es que otra fuera la ocasión. Pero no era así, no podía luchar contra esto, era muy grande.
Durante los quince minutos, Kendall volvió a llamar a Kira, le mando mensajes. El último preguntaba si todo estaba en orden, que se estaba preocupando y que con solo un mensaje él estaría tranquilo.
No podía abrir esos mensajes, ni tampoco podía contestarle. ¿Qué ganaba mintiendo? Solo que llamara, solo ocasionaría que llame y espere una respuesta de ella. Eso no iba a pasar, primero tenía que verla a ella, tenía que verla viva. Necesitaba ver sus ojos, aquellos que ocultaba muchas veces con su cabello.
—¡April! — Llamaron.
Me giré y la vi correr a mí, rápido. La madre de Kendall tenía el rostro desencajado, no podía imaginar lo que pasaba por su mente, quizá el terror absoluto o desesperación. El cabello en una cola mal hecho y la ropa que siempre solía usar cuando estaba en casa. Un polo manga corta morado y unos pantalones grises sueltos, zapatillas simples.
Es temprano, probablemente recién había enviado a Alexandra al colegio.
—April, ¿han dicho algo? ¿Cuándo la piensan sacar? — Pregunto rápido.
—Yo... La verdad es qué no se nada, los bomberos llevan ahí como quince minutos y....
—April, ¿dónde están los padres de Kira? — No pude evitar encogerme ante la pregunta, la mirada intensa que tenía Miranda me recordaba a Kendall cuando estaba a punto de estallar — Ellos deberían estar aquí, dime qué es lo que está pasando. —Exigió.
—Créame, lo que tengo que decir... — Me quede sin palabras, no brotaba — Lo que yo voy a contar es algo que quizá pueda molestarla, pero lo único que debe saber ahora, es que los padres de Kira no vendrán... — Termine mi oración en un susurro.
La madre de Kendall se encontraba confundida, fácilmente se podía leer en su rostro que no entendía todo. Quizá ella se preguntaba un por qué, buscaba algún motivo del todo esto.
—April, necesito un porqué. — Dijo rápido, pude sentir la presión y la necesidad que ella buscaba.
—La madre de Kira es una persona terrible — Afirmé — y su padre es una persona quién estuvo ausente durante años — Continué —. Estuvo ausente cuando madre la sometía a episodios de violencia física y psicológica por aproximadamente casi más de diez años.
Miranda tenía el ceño fruncido, no había molestia en su rostro, había incredulidad. Llevo las manos a su cabeza, miraba al suelo y su mirada recorría todo el piso. Pasaron segundos antes de que vuelva a levantar la cabeza y pararse firme frente a mí.
—Este incendio fue provocado — No entendía si preguntaba o afirmaba, solo asentí — Ay Dios mío, ¿Kendall sabía de todo esto? — Asentí con miedo, la señora estaba furiosa — ¿Por qué no dijeron nada? Todo este tiempo hemos sido engañados
—Kira no quería que se enteraran, ella quería manejarlas cosas por su cuenta, pero nosotros la ayudamos... —Antes de poder continuar Miranda me interrumpió.
—¿Ayudar dices? ¿Cómo? ¿Eh? — Reclamo — Ustedes eran niños, recién empezaban a madurar y dices ¿Qué ustedes la ayudaban? — Me quede callada ante los reclamos — April, ese no era su deber... Debieron decirme todo a mí, o debiste decirle a tu mamá.
—Nunca creímos...
—¡Es por eso! Ustedes no calcularon la magnitud de los futuros años, solo tanteaban el terreno porque no lo conocían... Y mira lo que eso ha ocasionado — Miranda miro la casa que seguía ardiendo en llamas —. Alguno de ustedes debió buscarme, o buscar una ayuda adulta...
Tenía razón, ella tenía mucha razón... Debimos haber hablado, decir algo o soltar alguna idea. Miré la casa de Fabiola, la única casa que fue un refugio para ella y dónde la única persona adulta supo lo que pasaba. Pero ella se había ido, poco después de saber toda la verdad.
—Señora Miranda, yo lo lamento — Dije entre sollozos —, ya no debía haber peligro, pero es evidente que me equivoqué — Me cubrí el rostro con ambas manos —. Esto es mi culpa, es mi culpa. — Mi corazón quería romperse, no podía con la culpa.
—Es por eso — Los brazos de Miranda me cubrieron, me abrazo —, que ustedes debieron contarle esto a un adulto — Soltó un suspiro —. El pensar que su responsabilidad fue cuidar de ella o protegerla era su obligación, todo está mal.
—Perdón... yo
—April, no te culpes, no lo hagas — Ella frotaba mi espalda tratando de calmarme—. No tenía que ser mi responsabilidad, yo debí ser más precavida. Debí hacerle caso a mi instinto, yo debería haber intervenido.
¿Por qué no se puede detener el tiempo? O mejor aún, ¿por qué no se puede retroceder? La elección de nuestras decisiones nos podría llevar por caminos errados o por caminos de paz. Yo creo qué si tan solo hubiéramos tenido un poco más de valor, tan solo un poco más, todo esto sería diferente. Quizá esa mujer podría estar en prisión, recluida y lejos de Kira, donde no pueda hacerle daño. Si Peter hubiera hablado con ella, o viceversa, ¿Él la habría alejado de todo esto?
No lo sé, nadie en este mundo podría saber. Porqué quizá Peter no habría creído en la palabra de una niña, que ante dudas ojos era una malcriada. Si a Mónica realmente le hubieran dado una sentencia correcta, o si no le habrían dado ninguna. Si nuestros padres no nos habrían apoyado en todo esto, que ellos piensen en un problema que es ajeno a su vida. No sé qué podría haber pasado, por las posibilidades son infinitas.
Tan solo somos personas con futuros diversos, que son tomados por decisiones que creemos correctas y que al final solo nos terminan hundiendo.
—¡Con cuidado! — El grito ocasionó que me separara de Miranda.
Las dos mirábamos la puerta, esperando que nuestra esperanza saliera caminando. Espera ir a abrazarla, pero no podía... No salía nadie, los bomberos seguían combatiendo el fuego, que seguía consumiendo todo. La casa daba atisbos que querer empezar a caerse.
—¡Ambulancia! — grito uno de los bomberos que estaba en la puerta.
Los hombres que esperaban en la ambulancia, los paramédicos, fueron corriendo y llevaban la camilla con ellos. Miranda y yo queríamos acercarnos, pero los oficiales nos impidieron el paso rápidamente.
—Lo siento, pero no pueden acercarse más de la distancia permitida — El oficial nos hizo retroceder —, por favor, esperen en su auto.
¿Esperar? ¿Seguir esperando? Yo ya no quería hacerlo, ya me había cansado de estar de pie, con esta maldita intriga tan grande. Vivir de esta ansiedad, que aún no la saquen de ahí. En cualquier momento esa maldita casa iba a caerse, todo iba consumiéndose.
¿Cómo...?
Uno de los bomberos saco a alguien de la casa, la traía entre sus brazos. Los paramédicos se acercaron rápido y la colocaron sobre la camilla.
—Kira — Susurre.
Dios mío, la sacaron.
—April, quédate ahí, déjalos hacer su trabajo — Miranda tomo mi mano —, ellos tienen que hacer algo para que despierte.
La mano de Miranda estaba fría, muy fría... Ella estaba igual que yo, vivía este presente con ansiedad, con miedo, con total tristeza, pero tenía que guardar la compostura. Ella debía darme el ejemplo de cómo reaccionar ante situaciones desesperantes.
Los paramédico vinieron corriendo, se alejaban de la casa de forma rápida. Entre ellos venían hablando, quería correr para preguntarle algo, pero no podía. Miranda aún me sostenía con fuerza, ella evitaba que yo corriera. Sin embargo, en sus ojos había lagrimas contenidas, su mirar solo seguía cada movimiento de los paramédicos.
—Presenta un pulso muy bajo y la respiración no está bien — Hablo uno de ellos cuando paso cerca a nosotras.
Miranda se acercó caminando, conmigo a su lado. Mantenía la postura, quería calmarse, pero su cuerpo no le permitía.
Sentía su mano temblar.
—Hay quemaduras de primer grande en el brazo izquierdo y de segunda en un área de la mano izquierda.
Continúe escuchando conforme me iba acercando, los paramédicos revisaron cada parte de ella. Vimos cuando ellos le abrieron la boca para revisarle.
—Vías respiratorias obstruidas, necesita oxigeno ahora.
Llegamos a los paramédicos, junto a ella. Junto a un cuerpo que tenía los ojos cerrado y parte de la ropa quemada, el rostro sucio y apenas se podía ver su pecho subir y bajar. Ella tenía que vivir, ella tiene que hacerlo.
—¿Qué está pasando con ella? — Pregunto Miranda, trataba de mantener su voz firme, ella trataba.
—Las vías respiratorias están obstruidas debido a la inflación por inhalación del humo — Explico mientras le colocaban un tubo por la boca —. Hay poca oxigenación, podría ocasionar un coma si no actuamos rápido. La llevaremos al hospital ahora, ¿quién es familiar directo?
¿Dijo en coma? ¿Iba a entrar en coma? ¿Solo por respirar humo?
—¡April! — Yerik llamo y al girarme pude verlo venir correr con desesperación.
La cantidad de personas alrededor había incrementado, eran muchas más que hace unos minutos. Todos estaban detrás de Yerik quien venía corriendo hacia mí, pero no era él único que corría. Había alguien más que tenía prisa por llegar hacia aquí, alguien que venía a ver a su hija.
Alguien corría con un rostro de preocupación, con miedo en sus ojos. ¿Podría llegar a ser tan hipócrita de llorar? Después de desaparecer años de su vida, de escapar de esta casa, de no tener una conversación normal con su hija. Ese tipo venía a mostrar preocupación después de muchos años, su maldita hipocresía iba a hacerlo ver como un padre ejemplar.
Al parecer iba tan concentrada en Peter, que ni me di cuenta que Yerik ya estaba a mi lado. Me tomo del hombro y me hizo girar para verlo, regresándome a una realidad trágica. Los paramédicos ya habían hecho subir la camilla a la ambulancia.
—April, ¿cómo esta ella? — Yerik pregunto.
—Sus... — Dije, no podía seguir hablando. No quería hacerlo.
El padre de Kira llego donde la ambulancia, pasando por nuestro lado como si no existiéramos.
—Tengo que entrar — Dijo —, soy su padre. — Dicho empecé a reírme, como si realmente me hubiera contado un chiste buenísimo.
—¿Padre? — Pregunte sarcástica. El hombre parecía no entender — Usted no puede llamarse, usted... ¡No tiene derecho! — No podía evitar exaltarme.
—Usted... — Me miro con sorpresa — Señorita, usted no sabe que...
—¡¿Qué no sé?! — Pregunte — Déjeme decirle — Me acercaba poco a poco —, que yo sé mucho más que usted, ¿quién la abrazaba? ¿Quién manejaba le ayudaba a sus emociones? ¿Quién trato de sacarla de aquí? — Señale esa casa — Yo estaba con ella luego de cada golpe, luego de cada ¡Maldito insulto! — Yerik me tomo del brazo y me trato de llevar a otro lado — ¡Yo estuve con ella cuando usted huía!
El hombre me observaba con asombrado, no habia molestia ni enojo. Era sorpresa y un estado de shock, estaba pasmado.
—April — Yerik llamo — Basta, por favor, déjalo que él vaya con ella.
—¡¿Por qué?! — Pregunte — Dime, qué derecho tiene, ¿eh?
—Es su padre — Contesto rápido.
—No lo es — Dije rápido —, él no es nadie en su vida.
—April, nosotros iremos en tu carro, piensa en Kira por ahora, ¿sí?
Veía que hacia un esfuerzo en controlarse pues a Yerik nunca le gustaron los problemas o la hipocresía de las personas. La ambulancia ya estaba a punto de salir, las puertas estaban cerradas y yo que quería golpear a un maldito. Había rabia acumulada en mí.
Miranda observaba el suelo, respira pausadamente. Su pie no dejaba de moverse, golpeando el suelo, su ansiedad se mostraba de esa forma.
—Manejare yo — Dijo Yerik —, ustedes suban al auto para irnos ahora.
—Sí, está bien — Contesto Miranda —. April, vamos ahora.
Miranda entro al auto de forma rápida, sin dudar un segundo. Teníamos que salir rápido, antes de perder de vista a la ambulancia. Entre al auto y Yerik hizo lo mismo, le extendí mis llaves rápido y partimos hacia el hospital.
***
Habíamos llegado al hospital, Yerik hizo todo a su alcance para poder llegar rápido, porque jamás vi a una persona manejar tan rápido. Solo vi películas personas manejando rápido, pero en mi familia nadie rebasaba el límite de velocidad.
Cuando llegamos los médicos ya se habían llevado a Kira, no sabíamos a quién preguntar ni a quién dirigirnos. Peter se encontraba aquí, en el mismo espacio, pero alejado. Estuvo en llamadas durante un buen rato, recién estaba sentado y se podría decir que en calma. Tenía los codos sobre las piernas y sostenía su cabeza con ambas manos, no cambiaba de posición.
Que sinvergüenza.
Nos encontrábamos en silencio, nadie emitía hablaba. Todos esperábamos alguna noticia, algún resultado, algo que nos aliente.
—¡April! — El llamo ocasiono que me pusiera de pie rápido.
—Mamá — Susurré.
¿Cómo sabía que estaba aquí? Mire a Yerik rápido, pero él se encontraba atónito también. Entonces...
—Dios mío, hija — Me abrazo cuando llego a mí — ¿Qué les paso? ¿Cómo esta ella?
—Eh... — No salía de mi estado de shock — No sabemos...
—¿Por qué no me llamaste? — Pregunto, vi sus ojos llorosos — Soy tu madre y tengo derecho a saber todo lo que pasa.
—Hola Angie — Saludo Miranda — Ha pasado mucho desde que nos vimos.
Miranda se puso de pie con las pocas fuerzas que le quedaban, ella estaba pálida y con los ojos caídos. Llegando al hospital no pudo evitar quebrarse y lloramos hasta que nos quedamos sin lágrimas.
—Ay, Miranda, gracias por decirme...— Dijo mi madre rápido.
—No, creo que es una situación muy difícil — Miranda tomo aire y continuo —, tú habrías hecho lo mismo.
—Si... Tienes razón en — Miranda la interrumpió.
—Discúlpame que te corte Miranda, pero necesitamos saber muchas cosas que nos han estado ocultando — Mi madre frunció el ceño —. April, debes contarnos todo lo que ha estado pasando durante años. — Miranda me miró fijamente.
—Es que... —¿Cómo hago ahora?
—No hay excusas y no hay mentiras a partir de ahora, ¿entiendes? — Dijo Miranda, se encontraba muy seria.
—¿Qué pasa, April? — Mi madre cambio su mirar a uno más serio.
—Es muy largo, es extenso.
—Sí, créeme que yo lo sé... Tantas mentiras durante años, sin saber a qué se enfrentaban ustedes solos — Hablo Miranda, en un tono muy bajo.
—April, dime qué está ocurriendo. — Hablo mi madre.
—April hablara y contara todo, pero no la sofoquen ni la presionen. — Yerik hablo desde su asiento.
—Vale, no te vamos a presionar, pero debes entender April, que necesitamos nosotras saber — Dijo Miranda —. No me puedes dejar con dudas y preguntas luego de todo esto.
—El incendio fue provocado, esa casa no se incendió sola — Dije —. Kira ha sufrido violencia domestica por parte de su mamá desde los ocho, creo.
Mi madre se encontraba espantada e incrédula por que acaba de decir, seguro no quería creerlo. Miranda escuchaba atenta, su momento de shock y espanto ya habían pasado, Miranda quería respuestas. Yerik no tenía intenciones de hablar, se encontraba sentado escuchando todo lo que decía.
—¿Solo su mamá? — Asentí — ¿Qué nivel de violencia?
—Era horrible, esa señora rompía toda escala — Dije —. No le daba de comer, la golpeaba sin ningún tipo de temor, la humilla constantemente, pero a pesar de todo esto que digo, Kira tenía miedo de demandar o proceder.
Sacaba fuerza para hablar y decir la verdad, sacaba mi razón a flote porque si ponía mis sentimientos ahora, no hablaría y callaría de nuevo. Estaba rompiendo mi promesa, una promesa que le había hecho a Kira.
—Por lo que paso fuera de la casa de Kira, el hombre de atrás es su padre — Asentí —. ¿Él no estuvo en ningún momento con ella?
—¿Por qué creen que el día de la ceremonia ella estuvo sola? Que, ante logros o premiaciones, siempre decía que no le gustaban las fiestas o que ya tenía planes — Mencione —. Él ya tiene otra vida hecha, de la cual excluyo a Kira.
Al parecer iban atando cabos, armaban el rompecabezas porque en algún momento mi mamá me pregunto por sus padres de ella. Sin embargo, yo mentí y cubría esa mentira con otra.
—April, me mentiste — Dijo mi madre —. Tengo que hablar con ese imbécil.
¿Qué?
Mi mamá se dio media vuelta y fijo en el hombre que estaba "preocupado", en aquel que andaba ansioso por la salud de una hija a la cual nunca vio.
—Mamá, no, créeme que yo quiero...—La tome del brazo.
—Peter. — Susurro apenas.
¿Lo conoce?
—¿Lo conoces? — Pregunté.
—Sí, fuimos amigos durante los últimos cuatro años de la escuela — Dijo mirando — ¿Me estás diciendo que él es el padre de Kira? — Pregunto incrédula y solo asentí — No me digas que su mamá es la loca de Mónica — Dijo asustada.
—¿Los conoces? — Pregunte más asustada.
—Claro, por eso, y con mayor fuerza tengo que hablar ahora con él — Dicho mi mamá se acercó a él.
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