Capítulo 3: "Mi primer asesinato"
La guerra es dulce para aquellos que nunca han luchado. (Jess Rothenberg)

Mis pensamientos navegaban en una montaña rusa de emociones. Tenía la inevitable sensación de cercanía con aquella figura, no era de dudar que me conocía, pero por más que revolvía mis recuerdos no lograba relacionarla con alguien. Esa cosa decía mi nombre con una familiaridad perturbadora, como si fuese aparecido sólo para darme un mensaje, uno que yo intentaba comprender pero no podía. Uno que él conocía tan bien.
Ahí me encontraba, con el revolver en la mano a punto de clavarle una bala en la cabeza o lo que se parecía a ella, y probar si era cierto que los objetos atravesaban a los fantasmas. Hice un último intento en preguntar quién era pero la figura no se enmutaba ni daba señal de dar una respuesta, seguía parada al lado del armazón. Mis respiraciones era agitadas, sentía que algo iba a pasar en cualquier instante. cuántas veces me he sentido así. Recuerdo ese día. Mi primera misión como parte del pelotón de artillería, era el nuevo del grupo, así que las ganas de probar mi valentía era lo que más se rumoreaba entre el pelotón.
Era un cúmulo de miedos y nervios, sabía que la guerra no era un juego infantil donde morir es sólo una palabra para el perdedor, esto era real y mi decisión ya no tenía vuelta atrás. Hubo un problema en el reconocimiento del pueblo que nos habían indicado, no recuerdo su nombre, pero se que nos hicieron una emboscada. Me hacía la idea errónea de que podía llegar a ser como un partido de soccer donde los novatos empiezan a jugar en ligas inferiores. Creo que muchos soldados entraron al ejército con expectativas menos altas. Logramos defendernos y huir, aunque algunos murieron en el intento. Ese fue el momento donde ví las primeras muertes en batalla. ¿Qué si me afectó?, Creo que ver la muerte tan cerca te deja con secuelas, pero al no tener más alternativas te vas acostumbrando. Recuerdo que corrimos y nos adentramos a una casa que tenía la puerta abierta, revisamos y no había nadie allí así que descansamos por unos instantes. Nos dimos cuenta que vigilaban la zona, sin opciones a nuestro favor tuvimos que quedarnos hasta la noche. Éramos 4 soldados, los otros se habían separado al huir, así que era difícil la comunicación con ellos, y la idea de un plan en conjunto era imposible. Recuerdo que en la espera, un par de soldados alemanes salieron para revisar las casas cercanas a nuestro lugar de escondite, si no fuera por el estúpido de uno de los soldados, y cuando hablo de estúpido me refiero a mi. Intentando visualizar por la ventana, pisé con fuerza la madera que estaba agrietada en el suelo rompiéndose al instante, llamando la atención de los dos alemanes. Mis compañeros me miraban fijamente con ganas de clavarme un cuchillo. Seguramente indignados de tener en su grupo a un chico de 16 años torpe y completamente virgen en batalla. Aún así creo que la situación favoreció mi posición. Nunca fuí tan precipitado para los golpes, pero si listo a la hora de idear una estrategia. Yo lo sabía muy bien, pero ellos no. Asi que era momento de mostrarlo, de lo contrario seríamos bocadillo para los lobos.
Teníamos segundos para idear algo, les dije que confiarán en mí, cosa que dudaron pero en esos tres sólo había dureza para matar pero no cargo de liderazgo o mentes pensantes que objetaran mi propuesta. Indique la puerta principal y les dije que se situarán dos con solo cuchillos, otro estaría atento en las ventanas por si alguien más merodeaba y yo estaría apuntando con mi rifle por si algo salía mal. Quizás estaba tomando una posición menos vulnerable, pero había que cubrir cualquier franco. La idea es que ellos acuchillaran a los alemanes evitando ruidos y con una muerte rápida. Así todos saldriamos ileso y yo me ahorraría de un enfrentamiento.
Cuando los alemanes abrieron la puerta el soldado que estaba posicionado en la izquierda se abalanzó encima de él tapandole la boca y cortado su garganta. Él otro soldado que estaba a la derecha hizo lo mismo, pero el alemán mordió su mano evitando que cortará su cuello. Aún así mi compañero no soltaba su boca, su mano sangraba y se mordía la lengua para no gritar, pero no se rendía. Debido al mordisco él soltó el cuchillo de su otra mano así que debíamos actuar rápido o no aguantaría más.
—Phoenix toma el cuchillo y matalo —susurraba el soldado que estaba en la ventana.
...
—vamos, ¿Qué esperas Phoenix?
No tenía experiencia para matar a alguien, por más entrenamientos de preparación que haya tenido nada se comparaba a matar realmente a una persona. Estaba congelado, al igual que me siento con ese ser.
—Se acercan otros par de alemanes, rápido o nos descubrirán. —dijo otra vez el soldado mientras preparaba su rifle para matarlo el mismo, aunque eso desencadenaría un enfrentamiento con los otros dos alemanes y posteriormente una batalla a muerte. Cuando admití que tenía que cumplir mi rol, desperté del trance nervioso que me encontraba. Corrí y tomé el cuchillo, y temblando se lo clavé varias veces en el cuello del alemán. Lo hacía con tanta furia que por poco también corto la mano de mi compañero que estaba separando su mano de la boca del ya fallecido, que aún después de muerto no dejaba de morderlo.
Luego escondimos los cuerpos y guardamos silencio. No habíamos salvado por poco. Ese fue mi primer asesinato, hubiera preferido no hacerlo, cada vez que mató a alguien lo digo, aunque admito no tener otra opción.
Al igual que en este momento no tengo más opciones.
Inhale con fuerza y jale el gatillo. El estruendo del disparo y el olor a pólvora bañó el silencio retorcido que se había creado por unos instantes. La bala cual colibrí surco el aire enseñando su majestuosidad y acierto mientras se clavaba en aquel rostro irreconocible pero de alguna forma no desconocido. el proyectil dió en el blanco, la distancia entre él y yo era de aproximadamente 12 o 14 pasos, así que no había manera de fallar. Pero como temí la bala no le hizo daño aunque si penetró su cuerpo oscuro. Dí un paso hacia atrás, volví a apuntar y dispare otra vez y otra vez hasta gastarme las 6 balas que tenía cargada. Pero no provocó agujeros, ni una herida, ni una gota de sangre. En cambio la figura empezó a dar sus primeros pasos en dirección a mí.
Se que los dejé otra vez con suspenso por saber que pasará, pero esta vez lo hago a propósito debido a que el capítulo me quedaría demasiado largo, no obstante tengo noticias de que el 4 capítulo ya está escrito, así que el lunes en la mañana lo tendrán para que se disfruten de la tremenda acción y sorpresas que trae consigo. A todos mis lectores un abrazo a la distancia y espero sigan apoyando este escrito, que a pesar de las ocupaciones sigo trayendo. Usen sus cubrebocas correctamente y tomen awita ^_^.
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