7. S I E T E
19 De Septiembre, 2020
¿Alguna vez he mencionado lo mucho que odio a Roger Ryder? Quiero decir, se aparece en mi casa y simplemente dice tienes un cita con Oliver Tipton en tal lugar y cuando en mis planes estuvo replicar, Kira simplemente dijo: hazle caso a tu padre, Kiki. Como si el viejo decrépito ese de mierda fuera mi padre.
Pero básicamente esa es la razón por la que ahora estoy en un restaurante malgastando mi tarde del sábado para almorzar con un hombre que ni siquiera se ha aparecido y que tiene la edad de mi hermano, sí, Oliver Tipton tiene la jodida edad de Ian, se va a casar con una niña diez años menor que él únicamente por un estúpido convenio con el grandísimo hijo de... su madre.
Guardo mi diario en el bolso que traigo y estoy a punto de levantarme cuando veo a Oliver Tipton acercarse a mi. No mentiré diciendo que no es un hombre guapo, porque lo es. Es un hombre moreno, de ojos marrones y cabello oscuro, bastante alto y varonil, que verdaderamente se ve bien con ese traje aparentemente hecho a medida y esa barba de varios días en su mandíbula.
¿Dónde está el problema entonces, me casaré con un hombre guapo y millonario? El puto problema está en que no quiero casarme, quiero estudiar, trabajar en la clínica de Ian y descubrir mi sexualidad poco a poco a mi gusto y conveniencia, no porque un jodido viejo decrépito me imponga que tengo que casarme y evidentemente mantener relaciones maritales.
¿Mencioné ya que me siento como Zulema Zahir en Vis A Vis cuando su madre literalmente la vendió como una niña virgen en pleno proceso de maduración a un hombre como veinte años mayor que ella?
— Lamento la tardanza, Kiki.
— Kaylee —respondí en automático.
Algo que odiaba era el hecho de que, porque mi familia y personas allegadas me llamaran Kiki, absolutamente todo el mundo se creyera con el derecho de llamarme así, mi nombre es Kaylee, no intentes buscar un diminutivo para mí o algo por el estilo cuando apenas y hemos compartido cuatro palabras.
Oliver se sentó y miró el menú que ya llevaba ahí como hora y media esperando por él, yo bebí de la limonada que ya había pedido y luego le miré, cuando sus ojos conectaron con los míos no se sintió igual.
Simplemente sus ojos no tenían ese azul oceánico, o ese brillo burlesco en ellos, cuando habló, su voz no era baja y... sensual, ni pronunciaba con mayor énfasis las eses y enes, ni me hacía reírme de un patético acento. Su sonrisa no era pícara y juguetona. Su cabello, perfectamente peinado, no le daba ese aire fresco al estar despeinado.
Muy tarde me di cuenta de lo que estaba haciendo, le comparaba con Riven. Definitivamente estaba muy mal para estarle comparando con él.
Como si tuviera un detector para saber cuando pensaba en él, mi teléfono sonó anunciando una notificación:
(kelizadavies) Riven St. John.
¿Crispy chicken sandwich y smoothie de fresa y banana?
¿Me estás invitando a almorzar?
¿Siempre vas a asumir que te invito?
Algún día podrías pagar tú para variar.
Es broma.
Claro que te estoy invitando a almorzar, principalmente porque me estás evitando.
¿Tengo razones para evitarte?
Quizás.
¿Ves una razón para evitarme que nos besaramos?
Porque eso a mí solo me hace esperar verte con mayor ansia.
¿Por qué?
¿Enserio, Kay?
No he estado tan duro en mi vida y fue solo un beso, si hubiese sido más...
¿Tienes idea de lo jodidamente difícil que fue para mí dejarte y masturbarme?
Lo voy a admitir, por muy sucio que se oiga: quiero estar dentro de ti, hermosa.
Este es definitivamente un mal momento para estar en un restaurante con mi «prometido» y sin Jordyn para preguntarle que responder, aunque su respuesta sea un «bloquealo, Lee»
Eso fue algo... demasiado caliente para decir, creo.
A mi me puso caliente.
Muy tarde me di cuenta de que había enviado ese último mensaje, pero ya era muy tarde porque él lo había leído, quizás debería comenzar a barajar la opción de darle mi número de teléfono y así hablar por WhatsApp, al menos ahí podría enviarle el mensaje y borrarlo para fingir que nada pasó.
¿Enserio?
Apuesto que estás, sonriendo.
Lástima que solo haya sido una broma.
No puedo almorzar ahora, estoy en una «cita romántica» con mi «prometido»
Hablamos después.
Y apagué el teléfono, completamente. Claro que la cuestión de educación y todo eso de que estaba mal usar el móvil en la mesa en estos momentos me la traía completamente floja y si no hubiese sido por ese mensaje quizás me habría ido de aquí a comer al McDonald's con Riven.
Admito que ese mensaje en el que decía que quería estar dentro de mi me puso nerviosa, me puso ansiosa y quizás también un poco caliente, pero sobretodo me asustó, no porque fuese a pensar como Jordyn acerca de él siendo un pederasta, es más el hecho de que, si él quiere eso y yo quiero eso, significaría que estamos en la misma página. Ya dije que me asusta desear algo que no conozco, pero también me asusta que él me desee. Al menos si fuese la única en sentir esa... pasión, podría controlarla, pero ¿Ahora que sé que también quiere dormir conmigo? Esto es muchísimo más fuerte que yo, de cierta manera saber que estábamos en la misma página me ha hecho querer muchísimo más dormir con él, lo cual puede resultar peligroso y una seria desviación de mis objetivos y planes futuros.
— Supongo que ya terminaste con el móvil verdad —habló Oliver.
— Supongo que tienes algún tipo de parafilia, verdad —pregunté, siguiendo su propio patrón.
— No sé a qué te refieres.
— ¡Hola! Tengo diecisiete.
— En menos de un mes dieciocho.
— Y tú tienes veintiocho, ¿por qué coño quieres casarte conmigo? Dame al menos una buena razón a parte de quien es mi papá y me quedo a almorzar contigo.
»Si en quince segundos no tienes una buena razón, me levanto y me voy a pasar el tiempo con gente cuya edad no me pase por diez años.
Si por unos cuantos, pero no por diez.
Casi sonreí al pensar eso, era evidente que Riven me había metido ese bichito en la cabeza y ahora quería ir al McDonald's y pasar el resto de la tarde con él, a pesar de lo infinitamente peligroso que eso podría resultar.
Tal y como lo suponía, los quince segundos pasaron sin que una sola palabra escapara de sus labios, sonreí y tomé mi bolso y volví a encender el teléfono.
— ¿Pagas la limonada? Adiós.
¿Sigue en pie la oferta?
La del McDonald's
Su respuesta tardó menos de quince segundos en llegar.
Dime dónde te recojo.
***
24 De Septiembre, 2020.
Riven me recogió en mi casa. Primero tomó el transportín de Perla y lo metió en el asiento trasero, luego vino hasta mi, acercándose lentamente a la par que yo retrocedía hasta que me tuvo acorralada entre su cuerpo y la puerta del copiloto de su Volvo. Sus manos se apoyaron sobre el techo del auto, a ambos lados de mi cara, entonces él se inclinó, bajando su rostro hasta que sus labios estuvieron sobre los míos.
Dejé ir la respiración lentamente y cerré mis ojos, sus labios suaves y húmedos comenzaron a moverse suavemente sobre los míos. Lo que empezó como un beso inocente enseguida dejó de serlo cuando una de sus manos se enredó entre las hebras de cabello castaño en mi nuca y tiró de ellas a la par que mordisqueó mi labio inferior haciéndome gemir, mis piernas flaquearon y él metió una de las de él en medio de las mías sosteniendome, su rodilla rozando mi centro y fue casi vergonzosa la manera en la que comencé a moverme contra su rodilla buscando fricción para clamar el dolor en medio de ellas.
Su lengua vuelve a jugar con la mía mientras tira de mi cabello hacia atrás levantando mi cabeza y obteniendo mayor acceso a mi boca. Soy consciente de los pequeños gemidos que escapan de mi, que aún busco fricción frotándome contra su rodilla, que mi corazón late demasiado rápido contra sus costillas y que, en cierta manera, mis bragas se están humedeciendo.
— Hola, hermosa —saludó, separando solo unos milímetros su boca de la mía.
— Hola.
Despacio él se separó de mi, sus largos dedos dejaron una suave caricia en mi mejilla y luego sus labios, hinchados y húmedos por el beso que acabábamos de compartir, se presionaron contra mi mejilla.
— ¿Vamos?
¿Por qué tenía la sensación de que en estos momentos yo podría asentir a cualquier cosa que él dijera sin siquiera pensarlo? ¿Acaso eso era normal?
Entré al auto y abroché mi cinturón en lo que él subía, luego miré al frente, segundos después él puso el auto en marcha. No se supone que deba avergonzarme después de que me bese si en mis planes está descubrir esto, se supone que quiero hacer mas cosas con él, cosas que van mucho más allá de un beso, sin embargo, aquí estoy, con las mejillas calientes y la vista en cualquier sitio menos en él.
— Se supone que sería un caballero que te abriría la puerta pero no me dejaste.
Sonreí, él sabía perfectamente la respuesta que le daría a su protesta porque ya se la había dado en otra ocasión, quizás por eso mismo lo dijo.
— ¿Volvemos con los formalismos baratos?
Él también sonrió, ese hoyuelo formándose en su mejilla derecha.
— Esa es mi Kaylee.
Estuvimos hablando de unas cuantas tonterías triviales mientras le indicaba como llegar a la clínica veterinaria donde siempre atendían a Perla. Afortunadamente no fue mucho lo que tuvimos que esperar en la sala de espera, o al menos el tiempo no se sintió pasar mientras conversaba con Riven y medio que alucinaba de la manera en que Perla, la gata más antisocial del mundo, se dejaba acariciar de Riven quien la había sacado de su transportín.
— Es un amor —comentó Riven, luego siguió hablando con la gata.
No sé si sentirme traicionada de alguna manera por mi gata y mi... ¿qué es Riven? En fin, debería sentirme traicionada porque me excluyen de su super interesante conversación sobre el suave pelaje de mi gata y sus lindos ojos azules. Solo Riven diría que sus ojos se parecen en el color a los de mi gata, aunque la verdad, ambos tenían ese color azul oceánico perfectamente definido y hermoso ¡Qué envidia!
Ahora tengo envidia de los ojos de mi gata. Necesito terapia.
— Aunque, tu dueña tiene los ojos más alucinantes del mundo —siguió hablando él con Perla— pero también tiene unos labios deliciosos y es la mujer más hermosa que he visto en mi vida, una que me trae completamente loco.
— ¿Me estás haciendo una declaración de amor a través de mi gata? —pregunté.
— Esto es una conversación privada, Kaylee.
Asentí con la cabeza haciendo un puchero que no disimulaba mucho mi sonrisa y volví la vista a mi teléfono donde conversaba con Jordyn desde que ellos me habían excluido, sin embargo, los dedos de Riven se cerraron en torno a mi barbilla y él me obligó a levantar la cabeza para verle, segundos después sus labios se presionaron levemente en los míos y luego él volvió a su conversación con Perla que parecía muy cómoda en su regazo.
Finalmente el doctor Harris nos llamó, al parecer Riven estaba tan enamorado de mi gata, que entró él a la consulta. Ahora que él no estaba a mi lado presioné el botón de llamada y a mediados del primer timbre mi mejor amiga contestó.
— ¿Ya se me permite decir que estás loca? —cuestionó.
— Riven se enamoró de Perla, creo que pretenden fugarse juntos.
— ¡Oh Dios! —jadeó— tu galán te cambió por una gata... ¿La zoofilia es un delito penitenciario?
— No creo. A propósito ¿qué es la zoofilia?
— Son personas que tienen sexo con animales o algo así, no entendí muy bien.
— Esos son enfermos ¿cómo una persona va a tener sexo con un animal?
— En el mundo hay de todo, Lee.
— Lo sé... ¿tú cómo sabes eso?
— Me voy a casar con un hombre bisexual, estuve investigando un poco sobre los distintos gustos sexuales.
— Cole no es bisexual —aclaré— es queer.
— Es casi lo mismo —respondió Jordyn— según lo que leí, los queer son bisexuales más indecisos, a los bi le gustan ambos, pero están un poco más definidos, es como que si ellos dicen que es azul, es azul. Los queer son más indecisos, hoy dicen azul, mañana amarillo y pasado mañana verde. Al parecer hay días que se sienten hombres, otros días se sienten mujeres, un día le atrae uno, otro día otro, y se pasan con la tontería esa toda la vida.
— ¿Por qué siento que eso te preocupa?
— ¿Qué pasa si el día de la boda Cole se siente mujer y se aparece con un vestido más alucinante que el mío?
— Claro que tu preocupación es que su vestido sea más llamativo que el tuyo.
— Es mi día, Lee. Debo ser el centro de todas las miradas y no lo seré si mi futuro marido se viste de novia. ¿Tendré que ponerme yo un chaqué en ese caso? Mejor encargo un vestido y un esmoquin.
— Dee —la llamé para que se callara— si el viejo decrépito supiera que Cole es queer lo fusilaria como hacían los españoles en los tiempos de Franco. El día de tu boda Cole irá vestido con un impresionante traje hecho a medida y tú con un alucinante vestido que te va a hacer ver hermosísima. Punto y final de la discusión y tus preocupaciones, mi hermano es queer, no gilipollas.
Estuvimos hablando un rato más sobre lo cerca que estaba la boda de Leslie aunque primero era mi fiesta de compromiso (el día de mi cumpleaños) y que si pensaba invitar a Riven, a lo que contesté que no sabía. Ella me contó que hoy había tenido una cita con Cole y que no fue del todo desagradable (que en su idioma significaba que lo había pasado bien) y que Cole no le dio la impresión de ser bisexual a lo que yo volví a corregirla al decirle que mi hermano no era bisexual, ella dijo que se refería a que Cole parecía ser tan mujeriego como Ian y Jackson, que lo era, solo que Cole era un poco más sinvergüenza y no le bastaban solo las mujeres. Al final acabé colgando cuando Riven salió de la consulta con Perla entre sus brazos muy dormida.
— ¿La dejamos en tu casa y luego vamos por ese almuerzo que me prometiste?
***
Nota de autora: Que quede claro que todo lo que dije sobre la sexualidad fue desde el máximo respeto, yo soy perfectamente consciente de que cada persona tiene sus gustos y preferencias y defiendo a capa y espada que nadie debería meterse en eso, solo imagínense como sería el mundo si todos tuviéramos el mismo gusto.
Por otra parte: este par me tiene enamorada.
Y por otra parte: Kaylee y Riven están en Instagram con los nombres de usuario que salen aquí.
Ah, también quiero mencionar que cambié el nombre de Sasha por Audrey ¿por qué? Pues porque cuando Sasha empezó a salir tuvo ese nombre porque fue el primero que se me ocurrió pero no es un nombre que me guste (lo siento por las Sasha del mundo que lean esto) y como yo estoy loca pues lo cambié por Audrey.
Espero que la historia esté siendo de su máximo agrado y créanme que todavía falta por venir lo más fuerte.
Bichi-besos 😚🐞💋
Bea S.
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