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16. D I E C I S É I S

04 de noviembre, 2020

Siempre me ha parecido maravilloso lo irónica que resulta la vida, cuando quieres encontrarte a alguien no hay manera de verle, o viceversa, el día que quieres evitar con todas tus fuerzas a una persona es el día en que más te lo encuentras. Justo eso es lo que estoy viviendo en estos momentos. Desde el día de la boda de Leslie quiero ver al viejo decrépito, más bien quiero saber de dónde sacó potestad para opinar respecto a mi vida, pero como no le veo últimamente en casa tuve que preguntarle a Kira por él, ella respondió que estaba en un Congreso de no se qué en no se donde.

Normalmente habría hecho una gran fiesta para celebrar que me había librado del viejo decrépito por al menos unos días, creo que incluso rezaría para que su avión se estrellara o volara por los aires por la explosión de algún volcán, sería una muerte digna para un gran hijo de puta. Sin embrago no estoy feliz de su ausencia en estos momentos.

Pero como yo necesito desahogarme con alguien por toda la mierda del viejo decrépito, con alguien de carne y hueso, decido hablar con Kira. En el camino a su habitación casi tropiezo con Perla, por lo llevándola en brazos entro a la habitación de Kira.

— Mamá.

Últimamente he notado que mi voz sale poco natural al decir esa palabra cuando en mi cabeza o ante los demás la llamo Kira.

»Necesito hablar contigo, pretendía hacerlo con el viejo decrépito pero en vista de que él anda por los países y de mi necesidad de desahogarme tengo que decirte que tu novio, o no que sea que seais que no es asunto mío, es un auténtico hijo de puta... ¿por qué estás llorando?

Si me resultó raro que llevara todo el día encerrada en su habitación, pero tampoco pensaba que era porque estuviera llorando.

Con cuidado dejo a Perla en el suelo y me acerco al lado libre de su cama para sentarme y acariciar su espalda.

— Mamá —vuelvo a llamar— ¿qué te pasa?

Kira se giró, quedando frente a mí, sus ojos verdes estaban rojos y cargados de lágrimas, sus mejillas y nariz sonrojados y ya cargaba lágrimas secas en las primeras... ¿cuánto tiempo llevaba llorando sola aquí adentro?

— Kiki... —murmuró, su voz salió ronca.

Desplacé la vista por su cuerpo intentando buscar el origen de su llanto, si estaba herida o algo por el estilo, pero al final devolví la vista a sus ojos al no encontrar nada.

— ¿Qué te pasa, mamá?

Con las manos temblorosas ella se estiró para coger una pequeña fotografía sobre la mesilla de noche y me la pasó para después volver a abrazar la almohada.

Miro de la fotografía en blanco y negro a ella un par de veces antes de caer en cuenta de que se trata.

— ¿Por qué siento que ya viví esto? —es todo lo que soy capaz de formular.

Devuelvo mi vista a la fotografía y trato de localizar ese pequeño puntito, me rindo después de unos minutos.

— ¿Piensas darle más descendencia al viejo decrépito? —pregunto dejando de lado la fotografía.

Ella baja su cabeza y vuelve a tomar la fotografía, o debería llamarla ecografía, veo como su pulgar traza una zona antes de devolver sus ojos verdes a mi y aspirar.

— Yo...

— No, mamá. Hace dieciocho años viviste esto, lloraste y renunciaste a tu vida por tenerme a mi, te lo agradezco, de verdad lo hago, pero ¡Joder! ¡¿Tu acaso no aprendes?! Estas repitiendo la misma historia y con el mismo. Tu no quieres ser mamá, por muy bien que lo hagas no es tu deseo, entonces ¿por qué cojones dejas que te preñe de nuevo?

— Por ti —su voz es un susurro apenas inteligible, pero lo suficiente claro como para escucharla.

— ¿Y yo que culpa tengo? Me parece indignante que me culpes a mi de tus errores ¡Yo no pedí nacer! Joder me hubieras abortado si ibas a estar echándome la culpa de todos tus problemas o haberme dado en adopción, yo no te pedí nacer ni tampoco te pedí qie volvieras a follarte al viejo decrépito, responsabilízate de tus actos.

— Tu padre... —comenzó— él...

— Él es un hijo de puta que te controla porque tú no te impones y quieres echarme la culpa de tu sumisión a mi.

— ¡Déjame hablar Kaylee Elizabeth! —gritó.

Ruedo los ojos y la miro esperando su explicación.

— T-tu padre dijo que si... si le daba u-un hijo se olvidaba de tu ma-matrimonio.

— ¡¿Qué?! Eso no está bien mamá, eso que está haciendo se llama chantaje y es delito.

— ¿Te puedes callar y dejarme hablar?

— Si vas a contarme lo de su enfermedad ya lo sé y esa no es excusa para hacer lo que está haciendo, por mi como si pasa el resto de sus días en una prisión en Guantánamo, eso no es mi asunto.

— Kaylee Elizabeth... —advierte, vuelvo a rodar los ojos— él no pensó bien en las consecuencias de sus actos, embarazarme a mi significa que le es infiel a Gianna... así que o te deja en paz o se lo cuento todo a su familia, a la prensa y... a todo el mundo, en plena campaña electoral no le viene bien un escándalo.

— ¿Arreglas una extorsión con otra? ¿No era mejor amenazarlo con sacar a la luz la Contabilidad B de su partido?

Kira se incorpora en la cama y me ve.

— También era una opción.

— Una que no te iba a dejar con várices o trauma psicológico. Lo que no entiendo es porqué dijiste que él iba a dejar a Gia para estar contigo cuando te pregunté.

— Cámaras —responde.

— Cabrón —mascullo en respuesta.

— Por otra parte, te vi ayer con Riven, él parece hacerte realmente feliz pero tienes que tener cuidado de que tu padre no os vea, lo mejor es que no os veáis cerca de casa, descubrí que las cámaras no tienen micrófono, pero están.

— ¿Si tu plan no funciona igual puedo amenazarle con la Contabilidad B?

— Mejor no te metas en eso, además no te sabes la contraseña de su caja fuerte.

— El cumpleaños de Leslie —respondo con obviedad.

— Que no te metas en eso, Kaylee Elizabeth. Ahora vete a ver ese novio tuyo, anda.

— ¿Me estás mandando a casa de mi novio? ¿Quién eres y que hiciste con Kira?

— Todo con control, querida. No te precipites. Dale, vete, vete.

Llamé a Perla y salí de la habitación, en última instancia me devolví, Kira estaba viendo la ecografía, la llamé.

— Gracias.

•°•°•°•
— Hablé con mi madre antes de venir para acá.

Riven levanta la vista de su ordenador para verme, una de sus cejas enarcadas, la curiosidad brillando en sus ojos azules. En los libros siempre se dice eso de que el galán tiene ojos impenetrables, que ella es tan fácil de leer como un libro, pero la verdad es que Riven es absolutamente abierto con respecto a sus emociones y resulta extremadamente fácil saber que piensa, por ejemplo, ahora está por hacer algún comentario burlesco.

— ¿Vuelve a ser mamá? —cuestiona.

Ahí está el comentario jocoso. Ruedo mis ojos y me acomodo mejor sobre su cama para hablar.

— Ya se ganó mi perdón —respondo, sin embrago intentar bromear acerca de la situación no la hace divertida, suspiro— el viejo decrépito dijo que si le daba un hijo me dejaba en paz y ella ahora está embarazada.

Sin omitir ningún detalle le cuento acerca de mi conversación con Kira y como pretende extorsionar a Roger, también menciono de pasada lo de la Contabilidad B del partido.

— Joder —suspira—. Kay, me encanta que tengas confianza en mí, pero siento que estoy en una película de Ciencia Ficción o algo por el estilo.

— También podemos hablar de otra cosa —respondo a la vez que me encojo de hombros.

Riven se levanta de la silla giratoria en su escritorio y camina hasta sentarse en la cama frente a mí, sus manos me atraen hacia él y me hace sentarme a horcajadas para darme un corto —pero húmedo— beso.

— No me refería a eso. Quiero que confíes en mí, que me cuentes absolutamente todo lo que te atormenta por mucho shock que sea, ¿de acuerdo?

Asentí.

— Mamá no quiere que me meta en sus cosas con el viejo decrépito, pero... Riven ella es una mamá grandiosa, pero sé que en sus planes no estaba serlo, ¿y si ahora se repite la historia? No puedo evitar pensar que con lo de la Contabilidad B del partido podría hacer algo para ayudarla, para alejarla de él.

»Ya después lo que quiera hacer con ese bebé es su decisión y no tendría porqué entrometerme, solo... quiero que ella sea feliz, creo que lo merece.

— ¿Quieres mi consejo?

Muerdo mi labio.

— No lo sé.

— Igual te lo voy a dar —dice, yo ruedo mis ojos—. Tu mamá es adulta y te pidió que no te metieras en su guerra, ella está segura de que puede lidiar sola con ello, entonces déjala hacerlo.

— ¿Y si ella se equivoca?

— Si ella no puede sola con tu padre te estaría protegiendo a ti al alejarte de la guerra.

— No lo entiendo. Si yo la ayudo ella podría librarse de él.

— Mírame, cuando la segunda guerra mundial acabó, no condenaron solo a los líderes nazis, también lo hicieron con quienes seguían sus órdenes. A lo que quiero llegar, hermosa, es a que tu mamá te está protegiendo de lo que sea que tu padre pueda hacerte por estar de su lado en ese conflicto, es cosa de ellos, mantente al margen.

— Tengo miedo —confieso—, pero puede que tengas razón.

— Yo siempre tengo razón —bromea—, es por eso que me amas.

Sus dedos se cuelan por debajo de la camisa que traigo puesta, admito que me gusta que últimamente Riven no parece tener inhibiciones a la hora de tocarme y aunque no lo hayamos vuelto a hacer desde el día de la boda de Leslie sus caricias sí han estado presentes.

— ¿Y a ti quién te dijo semejante disparate?

— ¿No me amas? —pregunta divertido a la vez que le siento soltar el broche de mi sujetador.

— Todo lo contrario —respondo y comienzo a mover mis caderas adelante y atrás—, te odio, te odio muchísimo.

— Que lástima —comenta él, sus labios van a mi cuello y siento como comienza a dejar besos húmedos.

Entonces pasan muchas cosas en una fracción de segundo, Riven pellizca uno de mis pezones, yo gimo y mi celular suena, esa estúpida aplicación que no sé por qué tengo anuncia: llamada entrante de Ian, razón por la que me hago a un lado y contesto, Ian nunca me llama.

— Kiki necesito que vengas a la clínica —dice en cuanto respondo, frunzo el ceño y me levanto del regazo de Riven.

— ¿Está todo bien?

— Mejor ven rápido —es todo lo que dice antes de colgar.

***
Nota de autora: Primera actualización del año!!!!

Bueno ¿qué les parece?

Ay no sé qué decir, aparentemente estar en casa sin ir a la escuela hace estragos en mi mente porque no estoy muy inspirada últimamente.

En fin, para decir mierda mejor me voy.

Bichi-besos 😚🐞💋

Bea S.

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