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11. O N C E (+18)

El corazón me martillea frenéticamente mientras entro en la suite y llego hasta Riven, creo que si abro la boca se me saldrá por esta y definitivamente mi respiración es un total desastre, mis piernas timblan y mis manos sudan, y eso no es ni siquiera el resumen corporal de todo lo nerviosa que ando porque ¡Cristo! podría darme un paro cardiorrespiratorio ahora mismo a pesar de tener dieciocho años recién cumplidos.
Riven estaba sentado en la cama viendo algo en su teléfono, tenía el ceño fruncido y una mueca en la cara. Dejé la máscara de Leslie, que ya me había quitado, sobre la mesa del televisor y caminé hasta él, estaba tan ensimismado en lo que sea que hacía en su teléfono que ni siquiera sintió el repiqueteo de los tacones sobre el suelo y se sobresaltó cuando acaricié su cabello.

- ¿Todo bien? -pregunté.

Él suspiró y me mostró su teléfono, estaba en WhatsApp, en el chat de su hermana Bree quien prácticamente le estaba pidiendo consejos sobre que le gustaba que le hicieran a Debbie en la cama porque le parecía que no disfrutaba lo suficiente con ella y que extrañaba... aquello que les cuelga a los hombres.

- ¿Te molesta? -indagué.

Riven abrió sus piernas y me abrazó, metiéndome en el espacio en medio de estas, su cara quedó a la altura de mi vientre.

- No me molesta, sería muy hipócrita que lo hiciera, solo que me parece una falta de respeto. Es como si tú ahora le escribieras a Debbie para saber que me gusta cuando puedes preguntarme directamente a mí.

- ¿Y que te gusta? -pregunté, intentando cambiar su tema, acariciando aún su cabello.

- Cualquier cosa que sea contigo me gusta -dejó un beso justo donde caían sus labios, en mi vientre-, pero ya tendremos tiempo de hablar de eso.

- Quizás este sea un buen momento.

- No lo es, porque ahora lo único que quiero saber es que te gusta a ti.

Sus ojos azules me miraron desde abajo, antes de que dejara otro beso en mi vientre, ¿sería este un buen momento para decirle que yo nunca antes he estado con un hombre? Eso nunca lo sabré porque él se levantó y atrapó mis labios con fiereza. Lo siguiente que supe es que nos estábamos besando como si nuestra vida dependiera de ello. Realmente todas las preocupaciones y dudas que pasaron por mi mente fueron eliminadas en el momento en que sus dedos se colaron entre las hebras oscuras de mi cabello y su otra mano se presionó en mi espalda baja, muy cerca de mi trasero. Casi sin pensarlo le cedí el control del beso al permitir que adentrara su lengua en mi boca, rozando la mía y haciéndome gemir.

La parte trasera de mis rodillas topó con el colchón cuando él nos giró y luego sus dos manos estuvieron en mi trasero, apretándome contra él, gemí al sentir la manera en que endurecía en el pantalón, segundos después caí sobre la cama y vi como Riven se arrodillaba frente a mí.

- Hay algo que quiero hacer hoy, hermosa.

- ¿Él qué? -pregunté, mis ojos verdes clavados en él, me había apoyado en mis codos para verle, aunque dudaba que eso fuera una buena idea porque estaba temblando ligeramente.

Riven tomó una de mis piernas y soltó las correas de mi tacón, lo quitó y dejó a un lado, después hizo lo mismo con el otro, solo que cuando dejó el segundo tacón sobre el suelo él besó mi tobillo, luego mi pantorrilla y cuando quise darme cuenta andaba por mis rodillas. Sus manos subían el largo vestido verde jade por mis costados hasta dejarlo amontonado en mis caderas.

Sentía mis mejillas tan calientes, sobretodo cuando él se me quedó viendo. Estaba odiando a Cynthia por obligarme a usar ese conjunto de lencería negra de encaje con medias y ligueros, la verdad es que era bastante incómodo, pero la mirada de Riven sobre mi... creo que lo valía.

- Adivino -habló- ¿Cynthia?

Le miré y asentí.

- ¿No te gusta? -pregunté, tratando de incorporarme, sus manos me lo impidieron y en segundo él estuvo a la altura de mi boca.

- Creo que podría casarme con tu hermana ahora mismo.

- ¿Eso es que te gusta?

Él no me respondió, en su lugar sus labios cubrieron los míos y me besaron con una dulzura y suavidad que consiguió arrebatarme un suspiro, él sonrió.

- Entonces... ¿hay un sujetador a juego?

Yo sonreí, pero escondí el rostro, era vergonzoso, vergonzosamente excitante para él a juzgar por lo que podía sentir contra mi vientre. Sus dedos en mi barbilla me obligaron a verle, sus ojos azules conectaron con mis verdes, tenía las pupilas increíblemente dilatada y creo que un poco de sudor comenzaba a acumularse en su frente.

- Respóndeme, Kaylee.

- Nunca me habías llamado Kaylee -comenté, él me miró mal haciendo que me riera- sí, si hay un sujetador a juego.
Riven sonrió y bajó la mirada por mi cuello hasta mis pechos.

- ¿Se me permite verlo?

- Eres un tonto -me quejé golpeando su pecho- prácticamente te obligué a venir aquí y me preguntas eso.

- Si, admito que fue muy sexy la manera en la que me propusiste venir aquí, parecía que ibas a violarme, hermosa. Aunque... no sería una violación si yo no me opongo, ¿verdad?

- No, no creo que un juez lo considere así.

- ¿Vamos a hablar de justicia?

Hice una mueca.

- Es un tema interesante... a menos que quieras hacer otra cosa.

Su rostro bajó hasta mi oído y lo próximo lo dijo en un tono increíblemente bajo y ronco.

- Quiero besar ese lunar en tu pecho izquierdo, hacerte tener un orgasmo con mi boca mientras exploro tu cuerpo en busca de otros lunares en lugares... curiosos y después quiero hacerte el amor, hermosa ¿Me dejas?

Asentí, estaba como hipnotizada. Sus labios besaron mi mejilla antes de bajar a mi cuello y de ahí pasar a mi hombro donde comenzó a deslizar muy lentamente los tirantes del vestido con sus manos hasta dejarlo por debajo de mis pechos donde se quedaron sus ojos. Vi su nuez de Adán subir y bajar cuando tragó antes de volver a besarme. No había gota de ternura o romanticismo en ese beso y eso me gustó. Sus labios tomaban todo lo que los míos tuvieran para darme y me besaban con una pasión arrolladora que convirtió mi respiración en jadeos.

Él se separó de mi únicamente cuando necesitamos respirar y solo para levantarme de la cama y terminar de quitarme el vestido antes de que sus labios volvieran a estar sobre los míos, una de sus manos en mi nuca, enredada en los mechones oscuros de mi cabello y manteniéndome muy cerca de su cuerpo y la otra me apretaba contra él y trazaba todo el borde el borde de las muy pequeñas bragas.

Nuevamente le vi caer sobre sus rodillas y pelearse con las tiras del liguero haciéndome reír cuando finalmente logró soltarlas, sus manos acariciaron mis muslos y sus labios no se quedaron atrás al repartir cortos besos en la cara interna de los mismos que enviaban escalofríos a través de mi espina dorsal.

Riven ascedió con sus besos hasta alcanzar el vértice de mis piernas donde lo detuve al echarme para atrás, él me miró y yo simplemente negué con mi cabeza, creo que eso que él pretendía hacer era demasiado, simplemente era algo para lo que no me sentía preparada y que él pareció entender a la perfección porque se levantó y volvió a besarme.

- No tenemos que hacer nada que tú no quieras, ¿de acuerdo?

Asentí con mi cabeza.

- Solo... eso no, pero sí quiero que sigas.
Él me miró y acarició con delicadeza mi mejilla antes de besar mi nariz y dar un paso atrás para mirarme.

- Tengo un serio problema en decidir si quiero quitar todo eso de tu cuerpo o si quiero que lo conserves para contemplarte.

Creo que en cierto modo la primera opción me resultaba tentadora, pero la segunda... por alguna razón que desconozco él que me estuviera observando y no me tocara estaba generando bastante humedad entre mis piernas e incrementando la excitación, algo de lo que él pareció darse cuenta.

- ¿Te gusta que te mire? -preguntó, yo asentí, él repitió mi acción- ¿Quieres que te toque?

¡Demonios sí!

En vez de decir eso volví a asentir y él dio el paso que había retrocedido, como si mis deseos fueran órdenes, para subir sus manos por mi espalda en busca del broche del sujetador que no tardó en desaparecer de mi cuerpo, nuevamente él solo me observó, parecía disfrutarlo más ahora que sabía que a mí también me gustaba, pero no fue mucho el tiempo que me miró porque enseguida volvió a mi e hizo lo que me habia prometido, besar ese lunar en mi pecho izquierdo y no se quedó ahí, él beso, lamió y chupó alrededor de dicho pecho antes de pasar su lengua por la cima fruncida para después metérselo en la boca. Gemí. Una de sus manos me apretó el trasero y la otra subió a mi pecho librez acariciando y pellizcando antes de llevarse ese a la boca y tocar el otro. Yo simplemente me deshice en sus besos, caricias algo bruscas pero expertas y acabé por tener el orgasmo que él me había prometido.

- Quiero desnudarte, Kay -dijo, aunque era más como si pidiera permiso, uno que yo le concedí gustosa.

Mi cuerpo aún se sacudía con los espasmos del orgasmo que Riven me había hecho tener con su boca en mis pechos cuando me hizo sentarme sobre la cama y con las palmas abiertas comenzó a quitarme las medias muy despacio, acariciando mis piernas en el proceso. Sus manos subieron a palma abierta por mis piernas cuando terminó con las medias hasta alcanzar mi cadera y hacerme alzar el trasero para quitarme las bragas.

Riven volvió a ponerse de pie y su mirada me recorrió de arriba a abajo unas cuantas veces y aunque lo estaba disfrutando yo también quería ver, así que me acomodé hasta quedar arrodillada en la cama y tiré de las solapas de su traje para tenerlo frente a mi y empezar por quitarle la chaqueta, lo próximo fue la corbata que por cierto me puse sobre los hombros, eso lo hizo sonreír, yo besé su cuello, ni siquiera sabía si lo estaba haciendo bien, pero él parecía estarlo disfrutando y ese era suficiente incentivo para seguir.

Lo próximo que hice fue desabortonar lentamente cada uno de los botones de la camisa, mis ojos fijos en los de él en el proceso hasta que solté el último botón y los aparté para ver su torso, pecho, brazos y abdomen para después mirar ese tatuaje en medio de sus clavículas «who is this I» tracé las palabras con mi dedo antes de bajar mi mano hasta su abdomen y luego el botón de su pantalón y la cremallera. Riven suspiró antes de tomarme de la cintura y estrellarme contra su pecho para besarme, gemí al sentir la piel desnuda de mis pechos contra su torso también desnudo.

- Kay... no traje preservativos.

- En el cajón hay -informé, Cynthia había pensado en todo, fue una suerte que yo ya conociera la talla.

Riven me soltó y fue hasta la mesilla de noche sacando la caja de condones que había ahí, los miró y sacó un envoltorio plateado de dentro, lo vi quitarse el pantalón junto al boxer, jadee. Riven abrió el envoltorio del preservativo con los dientes y volvió a la cama arrodillándose frente a mi. Sus labios volvieron a los míos y nos fue inclinando hasta que mi espalda topó el colchón, sus antebrazos se apoyaron en la cama a cada lado de mi cabeza y lo sentí posicionarse en mi entrada antes de empujar adentrándose en mi interior con lentitud.

Cerré los ojos y creo que arrugé el rostro, sentía como me expandía y dolía. De repente él se detuvo y me miró, salió de golde de dentro de mi y se sentó en el borde de la cama viéndome.

- Kay... ¿por qué no me dijiste nada?

- ¿De qué?

- De que eres virgen.

Sentí mis mejillas calientes, no sabía que eso se sentía...

- Yo... -comencé- no... surgió el momento.

- Hubiese sido un buen momento cualquiera de estos... -suspiró.

- Riven -me arrodillé en la cama y me pegué a su espalda pasando las manos por sus hombros y abrazándolo desde atrás- ¿estas molesto?

- Claro que no -tomó una de mis manos y entrelazó nuestros dedos, besó mis nudillos-, solo me hubiese gustado que me lo dijeras.

- Bueno pero ya lo sabes y... técnicamente ya no soy virgen.

- Déjame hacerlo especial, ¿vale?

Asentí con la cabeza, él giró la suya y dejó un casto beso en mis labios, se levantó y retiró el condón, tenía restos de sangre en él, aparté la mirada pero luego pasó una cosa por mi cabeza y le miré.

- ¿No puedo... hacer algo por ti? -pregunté.

- No hace falta -respondió él, le miré- ahora me doy una ducha y... te veo arriba en la fiesta, ¿vale?

***
Nota de autora: Bueno... aquí está el capítulo... ¿que os pareció? Yo no tengo palabras la verdad.

Sigan a Kaylee y Riven en Instagram: kelizadavies y rivenstjohn

Bichi-besos 😚🐞💋

Bea S.

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