Tengo la sombra incorporada,

Cuándo corta el albor.

Y en tus ojos se acelera

El más dulce resplandor,

De los años que aún no llegan

Y osan a volar...

Entre tus dedos y los míos,

Que se aferran sin soltar.

Que tu pena ya es la mía,

Tu tristeza, mi dolor.

Allá va tu fresco cabello

Que comparte el brillo inicial

De un firmamento en dónde el febo

No hace otra cosa que envidiar,

Tus pasos sobre esta tierra.

Y tus gestos al caminar.

Y Si hoy me preguntaran,

¿A qué me gusta bailar?

Es la danza de tus ojos,

Que en tan gracioso compás,

Se unen las almas nuestras,

Bajo el recordado dulzor

De las noches compartidas,

Entre besos y el clamor,

De pedirle a nuestra sangre

Que no olvide su crúor.

El tiempo quedó olvidado,

Y en tus pestañas perdido,

Allí donde corta el río

Muy cercano a tu bajo vientre,

Donde avisa la luna naciente

Que la tormenta es venidera,

Que después será certera,

Tu dulce manera de hablar.

Y la crueldad de mis años rotos,

Por fin quedará ignorada.

En la premisa de quien ama,

A tan desdichado ente.

Que camina recurrente,

Entre tus sueños dorados,

Que se encuentran reflejados

En mi quebrantado pecho,

Dónde tu voz cose los restos

De un corazón herido,

Y comparte sin hastío

Ese beso permanente,

Que nos llama de repente,

E invita a la eternidad,

Navegar juntos por tu afluente,

Lejos de la oscuridad. 

Kakashi