Capítulo. 1

And3r0012. Diaro 3285.

Al fin tengo tiempo para escribir y continuar con este diario. Bueno es curioso decirlo así, solo es un montón de correos de "gmail" que no tienen ningún destinatario, es mío, donde escribo mi día a día y mis pensamientos más profundos que no puedo contar porque me es dificil de hablar, prefiero escribirlo y sacar todo este sentimiento. Este sentimiento llamado amor.

Candy, cual dulce y bonito es tu nombre, hago este diario continuamente por ti. Sabes, en mi vida había conocido a chica más linda y educada como tú. Eres una dulce brisa para esas tarde calientes de verano, como gaseosa burbujeante de limón. Apuesto que te preguntarás que hice hoy y la verdad lo mismo que estas últimas semanas, compras y reparaciones de la nueva habitación, hacer el cuarto del baño, es más duro de lo que pensé, al menos pude encontrar a alguien que sabe sobre instalación y hasta me ayudo con la decoración, aunque la verdad cobro un poco más de lo acordado, sin embargo quedó tan bien y mantendrá tan cerrada su boca, que bueno fue necesario un sacrificio monetario.

Bueno, ¿Te preguntarás para que he estado haciendo todo esto? ¿Por qué debía ser perfecta? Antes de decírtelo, me gustaría que me dieras el honor de escucharme, o, más bien, leerme. Tengo que remontarme atrás, mucho a tiempo atrás, en esa época de bachillerato, no me encontraba entusiasmado con la idea de tener que ir a una escuela nueva tan lejos de mi hogar de nacimiento, en parte, no soy bueno relacionándome con la gente. Eso lo habrás notado en más de una ocasión, fui educado en casa por cuestiones familiares, gracias a mi mamá tuve un excelente nivel académico para mi edad y mi pasión, lo encontré entre las infinitas lecturas y las redacciones entre montañas de ensayos y reseñas a mis lecturas. Eso fue mi lugar seguro hasta que fui soltado al mundo, podía escuchar voces sobre la gente que se dignaba a verme y luego bufar sobre mi persona en manera de una carcajada contenida. 

Luego llegar al bachillerato, rayos recuerdo ese sentimiento, me transporto al día, el inicio de clases. Me senté en casi al fondo, pero no tan lejos de la pizarra - mi campo de visualización no es tan buena -, entonces un tipo gigante se siente al frente, iba pedirle que se moviera, el sujeto se hizo el sordo y se burlo de mí. ¿Lo recuerdas el sujeto gordo y lleno de barros que siempre se acercaba a ti para levantarte la falda? ¿El asqueroso que tenía una foto de Luz  en sostén? Como lo odiaba, aunque no tanto como al "idiota", no diré su nombre, es un sujeto indigno de estar en mi diario, me niego a hacerlo. 

Me tengo concentrar, no me es grato recordar esos primeros días, solo bromas y burlas, con días solitarios, con el salado sabor del sandwich de sardinas que mamá prepara solo por mí, eso me hace recordar el apodo que recibí gracias a ese aroma en mi boca, "Aliento de pescado" eso evoco que en una tarde le gritara a mamá de prepararme de esos sandwiches, si, mi madre fue mi blanco, mi desquite de todo lo que me hacían en la escuela, desde que papá nos abandonó se volvió una mujer muy complaciente, con cualquier hombre que estaba en su hogar y yo pues, era su todo, le hacía algo, gritaba, azotaba y una vez recuerdo haberla empujado y ella solo sonreía, como me molestaba esa sonrisa de mujer idiota. No me malentiendas, era una buena mujer o eso me dijeron cada de sus amigos que salían de su habitación a la mañana siguiente, ese modo de complacencia, me gustaba, pero el hecho de tener ese control por sobre ella y ella solo me pedía perdón, sabes, me molesta decírtelo, realmente me gustaba hacerlo.

Fue en esa mañana quedé a gusto de decirle lo horrible que era la escuela, que yo era un sujeto de casa, no de gente, soy aferrado a mis mundos lejos del real, no de la vida social, para mí era la sucia zorra que me arranco de las entrañas de mi cálido lugar seguro, para lanzarme al mundo del ruido y de las burlas. De camino al autobús entre a la tienda para comprar una bebida. A la par, el destino, bendecido por la diosa afrodita me llevo a conocer a la chica de mis sueños, tú. A espaladas hacia mi, de melena suave y rubio, con el uniforme del bachiller, con la peculiaridad, de tener encima del suéter del colegio, una sudadera blanca, a pesar de que no era pegado noté esas lindas caderas, cuando te agachaste a ver más abajo y encontrar tu bebida, ¡rayos! Me hizo, girar los ojos, al menos por unos segundos. 

Cuando regresé la mirada, me giraste a ver. Sonreíste, te acercaste a mi y me dijiste: 

— ¿Fresa o limón? — preguntaste mientras buscabas mi mirada.

— ¿Eh?

— Es que la hermosa Lulifru ("influecer" que sigo) ha sacado una marca de bebidas de sabores interesantes, burbujeantes y deliciosas — juntaste tus manos mientra distes saltitos, a primera vista me pareciste una chica tonta y ridicula —. Me encantan ambos sabores, quiero que la primera bebida sea especial con el sabor indicado, ¿pero cuál?

Observe ambas bebidas en lata, refrescos, con demasiado gas y frías dentro del congelador de la tienda uno de color rosa y la imagen de una fresa con un sombrero de playa y la otra, la bebida de un limón con brazos y piernas con gafas de sol. Era idiota, en mi opinión con el nombre de la "influencer" que seguramente también era idiota. Entonces cuando te acercaste más a mí, me llego el aroma a limón, era dulce, a pesar de sentir el sabor ácido pasando por mi garganta, un perfume algo curioso. Te respondí limón, solo porque si no decía nada no me dejaría en un buen rato. 

Abriste la puerta del congelador y comprarte ambas latas de sabor a limón. Yo solo compre una bolsa de pasas de chocolate. Cuando salgo de hacer mi compra, te lanzaste a mi y me diste un beso en la mejilla, me invadió el perfume del dulce jugo de limón.

— Gracias — me dijiste —. Es la bebida perfecta.