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ℂ𝕒𝕡.43

Maratón 4/¿?.
♡♡♡

Aquello puso fin a la frialdad de SooHyo. Como una decena de nubes vespertinas, una cascada de emociones recorrió su rostro. Incredulidad, furia, pena... estaban todas allí.

Jungkook fue a cogerle la mano, pero ella la retiró bruscamente.

—No busco culpables. Sólo expongo un hecho. No te culpo, SooHyo. Entiendo por qué lo hiciste, pero trata de entender tú mi perspectiva.

—¿Y qué perspectiva es ésa? ¿La de que te traicionaría? ¿La de que intrigaría contra ti? ¿La de que todo lo que te contara sería mentira? ¿Esa perspectiva? —le replicó ella.

Jungkook suspiró.

—Esto no es fácil para ninguno de los dos, cariño, pero, por favor, entiéndeme. Quiero recuperarte. Te quiero con toda mi alma, y siempre te querré.

—¡No lo hagas! —dijo SooHyo espantada, llevándose las manos a la cara para protegerse. —¿Cómo te atreves? ¿Cómo te atreves a decirme eso ahora? —exclamó dolida.

—Es cierto, SooHyo —respondió él con ternura. —Te amo. —ésta, atormentada, le retiró la mirada y contempló los candelabros, pero al menos escuchaba. —Cuando Galen Carrey apareció en nuestra puerta, no lo creí. Me dejó perplejo, pero no pensé que fueses a traicionarme tan descaradamente, ni a traicionar lo que habíamos compartido en Blessing Park. No me parecía posible que hubieses fingido el afecto que me demostrabas.

SooHyo hizo una mueca de dolor.

—Muchas gracias de todas formas —soltó con amargura.

—Pero no podía estar seguro del todo —prosiguió él. —Me mentiste, SooHyo. No me dijiste quién era él cuando te lo pregunté. Habías ido a Pemberheath en contra de mi deseo expreso y lo habías visto allí. Os habíais escrito cartas sin que yo lo supiera. Le diste dinero. Y debes admitir que tú habías llegado aquí en circunstancias un tanto extrañas. ¿Qué iba a pensar yo?

—Yo no te mentí, Jungkook. ¡Simplemente no te lo conté todo! No te conté que era mi primo. Ese fue todo mi delito.

—Semántica, cielo.

SooHyo lo miró furiosa.

—Tú tampoco me lo contaste todo. No me hablaste de tus sospechas ni de la muñeca, ¿Eso fue sólo semántica?

—No te lo conté porque no estaba seguro de tu relación con Galen.

—¿Se te ocurrió preguntar? —inquirió ella amargamente. Pues claro. Pero, si te hubiera preguntado, ¿me habrías contado lo de las cartas o lo del dinero?

SooHyo abrió mucho los ojos, pero no lo miró.

—Si hubieras estado aquí, si no me hubieras abandonado como a una cualquiera, quizá lo habría hecho. Pero ¿después? Lo dudo Ni siquiera eras civilizado conmigo. No creo que hubiese podido contarte algo que tú creyeras. Andabas demasiado ocupado preguntándote si te estaría
poniendo los cuernos —dijo ella incrédula.

—Sentía unos celos enfermizos —reconoció él pesaroso. Aún lo perseguía la imagen de Routier y SooHyo en el laberinto. Meneó la cabeza para quitársela de encima.

—¿No pretenderás que me crea que las cosas horrendas que me dijiste eran fruto de los celos? —exclamó espantada.

—No pretendo que te creas nada, pero las cosas que dije nacieron de los celos. No soportaba verte con otro hombre, sobre todo con Routier —murmuró furioso.

Se hizo un incómodo silencio mientras SooHyo lo miraba boquiabierta. Apoyó los nudillos con fuerza en la mesa para estabilizarse.

—Otro hombre —repitió con un hilo de voz.

—En cualquier caso, pensaba que me habías mentido, y verte bailando con otros hombres, luego riendo con Routier, precisamente, me temo que sacó lo peor de mí. Cuando le negué la mano de mi hermana Somi, juró que me arruinaría. Me pareció que quería servirse de ti para hacerlo. —a pesar de lo doloroso que resultaba, Jungkook se esforzaba por ser lo más sincero posible.

Aquella sorprendente revelación desató en el interior de SooHyo una furia tal que creyó que no podría controlarla. ¿Insinuaba que Routier era el hombre que había divulgado todos aquellos rumores horribles sobre Jungkook? Cielo santo, ¿por qué no se lo había dicho nadie? ¿Por qué no se lo había dicho él?

—A ver si lo he entendido... —habló SooHyo al fin con la voz trémula de rabia. —Yo no te conté que Galen era mi primo; como no estabas en Blessing Park, no te hablé de sus cartas, ni te dije que le había prestado dinero, mi dinero. Y de eso tú concluiste que éramos amantes y que habíamos decidido estafarte.

Jungkook guardó silencio; ella no esperaba una respuesta, quería su yugular.

—Y luego, después de dejarme para ir a ver a tu amante, te pusiste celoso porque me viste reír en compañía de Routier —chilló. De pronto, dio una fuerte palmada en la mesa con ambas manos y se levantó de golpe, la pesada silla de comedor de roble tapizado se cayó hacia atrás. —¡Cielo santo, qué imbécil he sido! ¡Y yo que pensaba que no me creías, que suponías que te había mentido sobre todo lo que te había dicho y todo lo que había sido a tu lado! ¡Qué boba! ¡Me acusabas de ponerte los cuernos porque estabas celoso! ¡Por Dios, Jungkook, si fuiste tú quien me pidió que bailara con otros hombres! —chilló ella. —Pero ¡nunca me dijiste quién era Routier! —Soo dio media vuelta y se encaminó a la puerta.

Él se levantó en seguida y la atrapó antes de que pudiese hacerlo.

—¡Suéltame! —gritó ella.

Jungkook la envolvió con los brazos, atrapándole los suyos junto a los costados. La sujetó con más fuerza cuando ella empezó a revolverse. Su cuerpo tierno estaba pegado al de él y lo inundó aquel aroma a lilas que le era tan familiar.

—Sé que estás enfadada...

—¿Cómo quieres que esté?

—Lo siento, cielo, me equivoqué al sospechar de ti. Sólo quiero recuperar lo que teníamos. Quiero amarte, SooHyo. Y quiero que tú vuelvas a amarme a mí.

Ella no lo escuchaba; le miraba nerviosa el pecho al tiempo que los pensamientos le embotaban
la cabeza.

—Y la próxima vez que me ría, Jungkook, ¿pensarás que te he traicionado? Y, cuando te enfrentes a la muerte, ¿me pedirás que le ponga tu nombre a mi hijo y te irás a la tumba preguntándote si es tuyo? —gritó ella.

Jungkook contuvo la respiración, de pronto consciente de que ella había malinterpretado sus palabras la mañana del duelo.

—Me refería a que, si volvías a casarte, ¡quería que el niño llevara mi nombre! ¡Cielos, SooHyo, me habías mentido! ¡Lo habías defendido! —bramó él.

La joven contuvo un sollozo.

—¡Por Dios, te puedo amar con toda mi alma y aún tener suficiente para otros! ¡No es o todo o nada! Pero ¡tú eso no lo entiendes! Tú eliges entre tu amante y tu esposa, ¡o todo o nada!

—SooHyo...

Ella le dio un pisotón todo lo fuerte que pudo. Jungkook la soltó de inmediato y reculó, retorciéndose de dolor. SooHyo apretó los puños junto a los costados, con la respiración entrecortada por la rabia.

—¿Sabías que cada vez que dudas me partes el corazón en dos? —dijo ella con voz ronca y los ojos empañados de lágrimas sin derramar. Se golpeó furiosa el pecho con el puño. —No queda nada más que pedazos —afirmó con voz áspera. Él se acerco un paso. —¡No! —le gritó indignada. —¡No vuelvas a acercarte a mí! Eres un imbécil, Jeon Jungkook, y te odio —gritó amargamente, y salió corriendo de la habitación.

Pasmado, el marqués permaneció un rato de pie antes de volver a su sitio y a su oporto. La había perdido. Y ella tenía razón. Era un imbécil.

♡♡♡
Bueeeeenas tardeeesss.
He aquí, el cap 43ssss.
👀👇¿Saben qué es esto?👇👀

Jump... déjenme en sus comentarios si los quieren ahora mismo lo.

Ya falta pocooooo..... UwU.
Los de la ✔ son los que he editado.
😏y el cap que viene está hotudo *chizmoxa -la golpea su conciencia.
Okyaaaaaa
Se les amaaaaa.
💜💜

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