8.
HAVZEL
Estoy sentada en un tronco junto a Noah mientras vemos a algunos chicos jugando fútbol esperando la hora de salida a la excursión, esta es mi actividad favorita, ver chicos guapos haciendo actividades que los hace ver más atractivos.
—Son muy guapos.
—Eres toda una acosadora— ríe Noah.
—Puede ser que sí...
Justo después de un pase uno de los chicos voltea a verme y sonríe ligeramente.
—¡¿Viste eso?! —alardea Noah— él te miró y te sonrió y luego se sonrojó.
Tyler Smith, un chico rubio de ojos verdes que pertenece al equipo de Hockey, es atractivo y por lo que sé muy amable, nunca hemos hablado a pesar de que hemos estado en el mismo salón de clases desde nuestro primer día de preparatoria, solo porque nunca se ha presentado una oportunidad, pero sin duda es de los chicos más guapos de la escuela, eso nadie lo puede negar.
—Tyler no me sonrió.
—Sí lo hizo, te miró y sonrió de forma coqueta.
Tal vez tiene razón, fue una mirada y sonrisa coqueta y avergonzada, como si mi hermoso rostro lo intimidara pero ala vez quiere que le preste atención, así que es lo que hago, sigo sus movimientos por todos lados, volvemos a compartir miradas y Noah no deja de alardear por lo bajo.
—Casi es tiempo de ir a la excursión, iré a ponerme tenis, no es porque quiero dejarte sola y averiguar si a ese tal Tyler le dan ganas de venir a hablar.
Saco el celular y veo la hora, efectivamente ya casi nos vamos de excursión, lo que me emociona, pero lo único inaceptable es que tendré que caminar siempre al lado del Kilian que es tan estresante que...
—Hola Havzel.
Miro hacia arriba encontrándome con ese rubio, con Tyler. Mi mirada nunca falla.
—Hola Tyler— sonrío ligeramente.
—¿Puedo? —señala el tronco.
—Por supuesto—accedo haciéndome a un lado para darle espacio—¿que te trae por aquí?
—Pues te vi aquí sentada y pensé en que nunca había hablado contigo, así que creí que era suficiente y debería hacerlo, de verdad no recuerdo haber compartido palabras contigo, llevamos tres años juntos y realmente no recuerdo ni siquiera pedirte un lápiz o tú pedirme la hora.
—Creo que tú siempre tienes lápices extras y yo un reloj cerca.
Sonríe, de una manera tan bonita, jamás había visto una sonrisa como esa, que hiciera flaquear las piernas al instante, por suerte estoy sentada y sé controlar mis suspiros porque de no ser así estaría tan apenada justo ahora.
—¿Con quién te tocó? —pregunta sin dejar de mirarme, y que no deje de hacerlo porque es tan guapo.
—Amm—de verdad me está poniendo nerviosa—con Kilian.
Mira al frente por un segundo y después volvió su vista a mí.
—Kilian Spinster, es un buen chico, me agrada mucho, aunque a veces puede ser pesado con ciertas personas—ríe.
—Me alegra que hables maravillas de mí, Tyler— se escucha la voz de Kilian.
Tyler se levanta y se para frente a Kilian, ambos sonríen y hacen el típico saludo varonil chocando los hombros. Son amigos del hockey, incluso hacen jugadas juntos, además de que son parte del mismo círculo social.
—Havzel, ya es hora de que nos reunamos con los demás—dice Kilian.
Me levanto y sacudo la posible tierra que pudo quedarme en la parte trasera de mis pantalones.
—Creí que yo te tendría que buscar.
—Pero ya lo hice yo, así que andando — dice con cara seria y cansada.
Giro los ojos.
—Adiós Tyler— le doy una ligera sonrisa.
—Adiós Havzel, supongo que nos podríamos ver más tarde, ya sabes, cuando termine la actividad y tengamos el resto de la tarde libre.
—Me parece bien, ¿te parece si nos encontramos en este mismo lugar?
—Por supuesto, te busco luego.
Doy una última sonrisa y me vuelvo para alcanzar a Kilian quien ya ha comenzado a caminar sin mi.
—¿Le romperás el corazón a Alex? —pregunta cuando me pongo a la par de él.
—¿Qué?
—Le gustas a Alex, siempre quiere llevarte la cuenta o la orden, pero por alguna extraña razón siempre me toca a mí. Eso le enfada pero lo compensa mandando la rebanada más grande siempre.
—No le voy a romper el corazón a nadie.
—Parece ser que Tyler está interesado en ti— me empuja ligeramente con su hombro.
—¿Te importa mucho lo que pasa en mi vida? — me detengo y me paro frente a él, lo miró directamente a los ojos y él sonríe divertido sin quitar la mirada de la mía.
—No te creas tan importante, no me interesa tu vida.
—Me haces pensar que si, tan pendiente de mi alrededor— comienzo a caminar de nuevo.
—Deja de hablar tonterías, hay que ir por las mochilas con los cuadernos y reunirnos con el resto de la clase antes de que nos dejen.
Al llegar a la casa de campaña tomamos todo lo necesario, incluso unos chocolates por si se me baja la presión o algo así, realmente eso nunca te sucede pero uno nunca sabe.
—¿Los guardas en tu mochila? —pregunta refiriéndose a su cuaderno y plumones. Sin rechistar lo hago porque ya es tarde como para demostrarnos más por unos simples plumones.
—Andando —digo mientras coloco la mochila en mis hombros.
Nos reunimos con todos y esperamos a que la profesora dé la indicación de irnos.
—Olvidé mi agua—lo escucho decir a mis espaldas.
—Tal vez alcances a ir por ella.
—¡Hora de irnos! —anuncia la maestra por el megáfono.
Kilian me mira.
—Moriré deshidratado.
—No seas exagerado.
—Que mala suerte.
El camino comienza, cada quien va a la par de su pareja en una larga fila que hemos formado, mientras más caminamos nos adentramos en árboles, hierba y rocas, y me gusta porque es como si estuviera en un live accion de Diego Go, mi eterno crush de infancia, es emocionante estar aquí.
—Me da pereza escribir, mejor voy a grabar una nota de voz y después te la paso—comenta, lo cual es raro porque hasta ahora solo se comporta como un cerebrito en cada cosa que tenemos que hacer.
Comienza a hablar cerca de la bocina del celular, mientras yo me acerco a varias plantas para tomar fotografías de calidad para el proyecto de la próxima semana.
—Oye, no te quedes atrás— dice Kilian parado junto a mi.
Miro a la fila que ya ha avanzado un poco y nos estamos quedando atrás.
—Vamos, no me gusta ser el último.
—No es para tanto, es solo una fila no una competencia—me pongo de pie y continuo mi camino mirando como todos se alejan cada vez más.
Una pila de rocas se interpone en el camino de todos para poder cruzar y continuar el camino, parecen peligrosas pero todos las cruzan con éxito, no veo porque yo no lo haría, aunque son enormes y con tierra, ¿eso será peligroso si piso mal?
Kilian pisa por lugares clave así que piso donde él pisa, todo va bien hasta que el pie se me resbala y se me dobla el pie creando un dolor para poder pisar y levantarme de nuevo.
Me siento en una roca y tomo mi pie, duele bastante, casi tanto como cuando me caí de la bicicleta a los nueve y me raspe las rodillas por completo.
—Kilian— le llamo para ver si no es tan desconsiderado como para dejarme aquí porque pude ver como me mira sobre su hombro y continúa el camino.
Vuelve a mirarme por sobre su hombro tal vez pensando en si dejarme o ser buena persona, pero por suerte solo se queja y regresa a mi.
—Eres una tonta Havzel, ¿qué te costaba caminar por dónde yo?—se queja mientras se sienta en una roca frente a mí.
—¿Y qué crees que estaba haciendo?
—Pues no lo hacías, ¿o acaso me ves con el tobillo lastimado? — me mira con cansancio, toma mis manos y las quita de mi tobillo, comienza a mirar el antes mencionado y tocar en algunos lugares, tal vez para saber donde exactamente duele—¿te duele esto? — presiona un lugar con sus dedos pero niego al no sentir nada —¿y esto? — presiona otro lugar y vuelvo a negar.
Se levanta y me mira desde arriba.
—No es nada grave, solo te dolerá por algunos minutos, ahora levántate y camina de una buena vez.
—Pero me duele al pisar— me levanto y trato de mantener el equilibrio con una sola pierna.
Suelta un gruñido de exasperación y camina hasta mí de nuevo y extiende su mano.
—Dame la mochila.
Se la doy sin entender qué es lo que planea, cuando la toma la cuelga en la parte de enfrente y se pone de espaldas a mí.
—Sube.
Con cuidado paso una pierna por uno de sus costados y cuando la toma entonces subo la otra y paso mis brazos por su cuello y hombros.
—Eres un dolor de cabeza Havzel.
—Gracias.
Con mucho cuidado y algo de dificultad sube las rocas, esperando que ahora no caigamos los dos y nos lastimamos, pero por suerte él tiene más habilidades que yo en estas cosas y evita un accidente.
—No respires porque pesas mucho.
Como se atreve a decirme eso, cuido perfectamente mi alimentación como para que un idiota venga a decirme que peso mucho como si pudiera hacerlo.
—Bájame entonces—trató de sacar mis pies pero me lo impide apretándome más a él.
Lo escucho reír.
—Es broma, en realidad no pesas nada, no te tomes todo tan personal— continúa caminando, estamos un poco alejados de la fila ya que al parecer nadie se fija en nuestra ausencia. —por tu culpa no podré grabar notas para los apuntes.
—Deja de llorar, después le pido apuntes a Noah.
—Ya me cansé de caminar, quiero regresar— se queja—además tengo sed.
—¿Quieres un poco de mi agua? —pregunto mientras recargo mi barbilla en su hombro.
Se aclara un poco la garganta y asiente.
—Sí por favor. ¿Alcanzas el agua hasta acá enfrente?
—Sí —estiro mis brazos hasta el cierre de la mochila, la abro y alcanzo la botella de agua, primero le doy un sorbo yo porque es mía y no quiero sus babas en ese sistema, y luego ya se la doy a él.
—¿Me ayudas?, no olvides que te cargo y tengo ambas manos ocupadas.
Hago la cabeza hacia el frente para poder ubicar su boca, cuando finalmente lo hago le acerco la botella y el bebe. Estoy demasiado cerca y puedo ver que su mandíbula es muy marcada y como la nuez de Adán se mueve con cada sorbo que da.
¿Había mencionado que eso me parece totalmente atractivo en los chicos?, es algo tan estúpido pero a la vez los hace ver demasiado guapos. Cosas raras en las que me fijo.
Retiro la botella y la tapo para después guardarla, antes de cerrar la mochila saco mi chocolate y lo pongo frente a Kilian obstruyendo su vista.
—¿Quieres?
—Claro, necesito fuerzas para no caer por tu culpa.
Sin dejar de abrazar su cuello abro el empaque del chocolate y el delicioso olor llega hasta mí haciéndome suspirar.
—Abre la boca entonces.
La abre ligeramente y acerco el chocolate a su boca, lo alcanza y lo comienza a comer. Así continuamos comiendo, un pedazo yo y otro él, hasta que llegamos al último chocolate, primero como yo el último pedazo y le doy a él el suyo.
—Abre— le digo de nuevo.
Él lo hace pero fallo un poco cuando intento lanzarlo a su boca porque sinceramente me da asco tocarla, no es como que sea dentista y me guste tocar los fluidos bucales de la gente.
—Oye, me has manchado de chocolate— se queja—pero aún así dame ese pedazo— vuelve a abrir la boca.
—Creo que ya puedo apoyar el pie, ya no siento dolor—muevo el pie en el aire.
—¿Segura?, ya casi llegamos a donde están todos.
—Bájame para corroborar.
Con cuidado me deja en el suelo, apoyo el pie y en efecto ya no siento dolor, el tenia razón al decir que no era nada grave, en mi defensa parecía que si, fue mas mi susto que la gravedad del asunto.
—Creo que ya estoy bien.
—¿Segura?
—Sí — trato de no reír, ya que aún no se limpia el chocolate—tienes... — estiró la mano y con mi pulgar limpio el chocolate, miro mi dedo y luego vuelvo a mirarlo mostrándole el dedo.
—¿No me darás las gracias por cargarte casi de principio a fin?
—Gracias por cargarme casi de principio a fin.
—De nada, puedes pagarme el favor dejándome la casa de campaña para mí solo y durmiendo afuera esta noche.
Estoy a punto de contestar pero soy interrumpida por un par de gritos.
—¡Kilian! — se escucha la voz de Ian.
—¡Havz!— se escucha la voz de Noah.
Mi mejor amigo y su mejor amigo vienen caminando juntos hacia nosotros gritando como si estuviéramos perdidos hace mil años, en realidad solo nos apartamos un par de pasos de toda la clase.
—¿Dónde se han metido? — pregunta Noah.
—Tranquilo Townsend, tu amiga es muy tonta y se resbaló— contesta Kilian.
—Sí, me lastimé un poco el tobillo, Kilian me cargó mientras el dolor se iba, por eso nos atrasamos.
Él asiente y mira a Kilian con seriedad.
—Más te vale, Spinster.
—Ya, ya, tranquilo Townsend— dice Ian mientras pone una mano en el hombro de Noah quien de inmediato la retira—no hagas drama— le dice con una sonrisa burlona.
—Vamos, Havz, la maestra está pasando lista para corroborar que no falte nadie.
Sin rechistar tomo su mano y lo sigo hasta donde está reunido todo el salón de clases. Gracias al cielo esta caminata se termino y tenemos la tarde libre, aunque ya no está tan libre para mí porque tengo una cita improvisada con Tyler. Mi era del amor ha llegado tal vez.
KILIAN
—¿Qué hacían ustedes dos? —pregunta de repente Ian.
—¿Insinúas que estábamos a punto de darnos un beso o algo así?
–-Si porque conozco a mi mejor amigo, ¿No era que no la veías de esa manera?
—Solo me quitaba chocolate de la cara y se cayó, solo eso, es verdad lo que dije antes sobre que no la veo de esa manera.
—¿Esperas que te crea?
—Sí, te estoy diciendo la verdad.
Asiente lentamente y luego ríe un poco.
—Noah estaba paranoico.
—¿Por qué?
—Porque su amiga y un chico estaban perdidos, y sabe que cosas le haría ese chico a su amiga.
—¿Y tú por qué venías con él?
—Porque mi amigo estaba perdido con una chica, y sabe que cosas le haría esa chica a mi amigo.
Rio.
—Dramáticos...
Jamas haría algo con ella, no es mi tipo de chica de ninguna manera, ni física ni de forma de ser, ella es tan extraña a a hora de actuar, tan diferente a mi y eso no es bueno, no congeniamos, así toda la escuela diga que ella besa de maravilla y hace otras maravillas en siete minutos al paraíso, porque eso es verdad, lo he escuchado de algunos chicos del equipo, aunque no tantos, tal vez ellos tienen cero experiencia y ella les parece excepcional, pero lo dudo. No quiero saber si es verdad o mentira porque no quiero relacionarme con ella de esa manera.
Con Tyler está bien.
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