HAVZEL
El juego de hockey es hoy y en la escuela es totalmente una tradición asistir y animar al equipo, nos vestimos con los colores de la escuela, hacemos carteles, nos pintamos las mejillas y hacemos un bullicio. Me he metido mucho en mi papel de mejor amiga y hacer sentir cómodo a mi mejor amigo en su primer juego escolar, lo he hecho ponerse ropa representativa del equipo igual a la mía y pintarse el rostro como todos aquí.
—Tu primer juego con tu nueva escuela, ¿no estas emocionado?, porque yo si y mucho, porque tu y yo podremos gritar a la par y si no entiendes algo yo te lo puedo explicar y...
—Calma mujer, sí estoy emocionado por pasarlo contigo pero es solo un juego.
—No es solo un juego, es el inicio de la temporada, nuestra última temporada de hockey escolar, luego vendrá el universitario.
—No te alteres, intentaré visitarte en tu universidad para ver juegos de hockey contigo.
—Bueno espero que sí, pero emociónate también porque después del juego será tu primera fiesta de tu nueva escuela, a decir verdad tenemos las mejores, incluso personas de otras escuelas lo dicen—lo tomo del brazo y lo muevo con emoción.
—Havz tranquila, harás que tengamos un accidente— dice sin apartar la mirada del camino.
—Lo siento, me emociona demasiado que compartamos nuestro último año antes de separarnos por la universidad, ¿seguro que no quieres ir a Boston?
—A mi también me emociona poder pasar nuestro último año juntos, después en la universidad será muy difícil porque no nos veríamos mucho, eso sería triste, y no, no quiero ir a Boston, quiero entrar a Yale ¿recuerdas?
Lo miro divertida, a veces se pone sentimental con las despedidas que muchas veces ni siquiera son reales, aunque la de la universidad vaya a ser muy real, yo quiero Boston y él quiere New Haven, trato de convencerlo de ir conmigo y viceversa, pero ambos tenemos claro lo que queremos.
—Tan cursi como siempre
—No te vuelvo a decir nada de ese tipo— dice con indignación.
Suelto una carcajada.
Después de un largo camino de chistes, por fin llegamos al estadio escolar que se va llenando poco a poco, la fila es interminable así que fingimos conocer a unos chicos que afortunadamente entienden que quiero hacer, así de fácil entramos al estadio teniendo la mejor elección de asientos.
—¿A qué hora comienza esto?
—Dentro de unos veinte minutos, suficiente para que Gianna llegue a tiempo, ella es quien trae los banderines.
—Me cayó bien, es una chica agradable.
—Suficiente para que tengan una cita, ¿no?
—No tendré una cita con ella, deja eso Havz.
Ya comenzamos con el siguiente paso, se caen bien y ahora pasarán tiempo juntos, luego sigue que salgan en citas, que ellos juntos vayan a todos lados y luego... me dejan de lado.
No eso último no.
Luego de comprar algunos dulces para ver el juego este comienza con una euforia digna de docenas de preparatorianos, los patinadores salen a la pista y comienzan a moverse pasando el disco de un lado a otro entre los mismos del equipo como calentamiento.
—Permiso, permiso, dije permiso así que déjame pasar aun no comienza el juego—volteo a la derecha y la veo con muchos banderines en mano alegando con un chico porque se queja de que le obstruya la vista.
—Gia, llegas justo a tiempo—sonrío cuando se sienta a mi lado.
—La fila es tediosa, y ese estúpido no me dejaba pasar, quería mi número antes de quitar su enorme pie.
—¿Y se lo diste?
—Claro que no, tal vez cuando tenga unos tragos de más en la fiesta después del juego, si le guste me buscará.
Noah tiene competencia entonces.
Los jugadores comienzan a alinearse y tomar sus posiciones y es cuando todos gritamos el nombre del equipo alentándolos como si se tratara de un juego de los mismísimos Minnesota Wild. Me encanta venir a los juegos porque no solo el deporte es perfecto y emocionante, los jugadores son muy guapos, sobre todos los de otras escuelas porque ni loca me detengo a enamorarme de alguno de los de nuestra escuela, los conozco, son maliciosos respecto al romance, es como si el hielo de la pista los invadiera hasta el corazón.
—¿Crees que ganen? — pregunta Noah.
—Sí, son muy buenos, los chicos estrellas son Ian y Kilian.
—Era de esperarse, tanto egocentrismo no viene de la nada, debía haber una razón por la que sé creen capaces de molestar a las personas por diversión.
Antes de poder responderle la bocina resuena por todo el estadio dando inicio al juego, de inmediato nuestro equipo toma el control del disco y se mueven por la pista dando algunos pases para poder meter un gol.
—Son buenos, al menos tienen una mínima justificación para ser odiosos.
—Ian lo practica desde pequeño, Kilian no lo sé pero ambos lideraron el año anterior la tabla de mejores anotadores de la temporada, este año espero sea igual—comenta Gia sin dejar de ver la pista.
Tan molestos y lo que el mundo sea que diga de ellos, pero nos han dado alegrías de campeonatos y trofeos, podría jurar que ambos ya tienen en la bolsa varias universidades que los quieran reclutar, es lo mejor porque si están dentro del estereotipo deportivo, ambos son unos cabezas huecas.
Veo como el número once que es Kilian patina con fuerza controlando el disco a la perfección, luego hace un pase a otro chico del equipo llamado Tyler quien le devuelve el disco para que pueda anotar sin problemas y todos gritemos al unísono:
—¡Gol!
De inmediato suena "You're The Best" de Joe Esposito, es la canción de celebración de Kilian, y como una tradición desde unos juegos luego que que comenzó a anotar goles en su primera temporada, mientras el alza el palo todos gritamos en un momento específico de la canción.
—You're the best around—grita la escuela al unísono como si se tratara de alabar a un dios de la lluvia para que nos mande unas cuantas gotas de agua. Lo gritamos siempre dos veces hasta que tienen que volver a juego, pero estoy segura que esos segundos son totalmente gloria para Kilian.
—Ya entiendo por qué tanto ego, la escuela se lo grita directamente , aunque tengo que decir que suena genial ese grito.
—A mi me recuerda cuando Joey Kingman grita luego de hacer un gol de campo y todos gritan para que el haga su famoso movimiento, "nunca digas no" —finge rockear mientras murmura la famosa frase de la película.
El juego continúa emocionante, el disco entra a ambas porterías un par de veces hasta que el marcador está empatado, eso quiere decir que la bocina ha sonado el mismo número de veces para ambos equipos y las gradas estamos en total tensión, todos queremos llevarnos este juego a casa, obviamente queremos algo que celebrar en la fiesta de hoy también.
—Apostemos, yo digo que gana la otra escuela—murmura Noah.
—Yo apuesto que ganamos nosotros e Ian mete el gol ganador.
—Por favor, es mas que obvio quien meterá ese gol ganador, ganamos y Kilian cierra el juego, es muerte súbita y es tan competitivo como para dejar ir el juego en empate o irse a peligrosos penales—comento sin perder de vista el disco que va de un lado a otro mientras los chicos chocan entre ellos para evitar que el otro equipo impida que se meta ese gol.
Kilian dirige el disco sin problema después de un pase perfecto de Ian, patina a gran velocidad a través de la pista sin poner atención en todos los monstruos equipados que quieren ir por él. Nos ponemos de pie cuando se acerca a la portería y alza el stick y lanza el disco.
Y nuevamente estamos gritando.
—You're the best around.
Es bastante predecible, es el capitán y el mejor del equipo, además todo un competitivo como para dejar ir la oportunidad de quedarse con el triunfo y tener un merito mas por el que creerse la séptima maravilla del mundo, aunque Noah tiene razón, nosotros no ayudamos mucho gritándole que es el mejor de alrededor.
—Se los dije, ahora uno me debe un pastel de zanahoria y el otro un chocolate con menta.
—Solo quería creer en Ian, bueno ni modo—Gia toma sus cosas al igual que nosotros y seguimos la línea de personas que baja las escaleras para poder salir del estadio y finalmente ir a divertirnos con un chiquitito de alcohol aún ilegal para algunos.
—Tengo ganas de divertirme, siempre has pintado esas dichosas fiestas como las mejores, espero que mis expectativas no se vayan al suelo al llegar — dice Noah a mis espaldas.
—No miento, será genial, te lo prometo.
Luego de unos minutos logramos salir completamente de la multitud, fue agotador y asqueroso oler tantos perfumes y otros que no llevaban ni un solo perfume pero ladraban por uno.
—Nos vemos en la fiesta, no se demoren tanto porque yo llegaré rápido— grita Gia mientras se aleja hasta su auto.
—Llegaremos primero—alcanzo a gritar pero no creo que me escuchara.
Saco de la guantera un paquete pequeño de toallas húmedas. y me quito la pintura de la cara para poder sustituirlo por mi amado rubor rosado, además de que aprovecho para retocar todo el maquillaje y no parecer muerto a mitad de la fiesta.
—Ahora sigues tú así que acércate.
Con la toallita húmeda remuevo cada rastro de pintura que puse hace unos instantes en sus mejillas, lo hago con delicadez porque conozco a Noah, sé que con cualquier rose tendrá un rubor natural, así le llamo yo pero él prefiere el término médico: rosácea, aunque no es tan notoria como cuando eramos mas pequeños.
—¿Dónde es la fiesta?
—Casa de Ian, te dejé la ubicación ya lista en el GPS.
—¿No llegaremos muy temprano?
—Todo este tráfico va directo a la casa de Ian.
—¿Y si estamos invitados?, ¿sí invitan a todos o solo a los que tienen actitud para estar con ellos?
Sonrío sin evitarlo y suelto su rostro cuando termino.
—Todos están invitados a las fiestas después de los juegos, aunque dentro de ellas tienen su círculo social un poco más limitado, que te digo, viven en una película adolescente.
—Bien, entonces vayamos a la fiesta de Troy y Chad a corroborar si tienen actitud y cabeza para hacer buenas fiestas.
El camino es tedioso por la gran cantidad de autos dirigiéndonos al mismo lugar, pero también divertido porque no dejo de reír y cantar con Noah, era muy rara la ocasión en las que podíamos salir juntos a fiestas escolares, yo siempre tenía un proyecto o el tenía una exposición que estudiar, pero ahora tenemos básicamente el mismo horario de actividades así que ya no hay nada que nos detenga. Luego de minutos finalmente entramos a la calle de Ian donde las casas son separadas por gran distancia haciéndolas más exclusivas.
Ian es un riquillo como la mayoría en esta escuela, pero de todos nosotros él es uno de los más ricos, por lo que su gran casa es ya una locación habitual para las fiestas cuando sus padres no se encuentran en la ciudad.
Personas entran y salen, otros están en la parte de enfrente y deduzco que adentro debe estar a tope, estoy emocionada por entrar y jugar a cosas que me hagan emborracharme mas rápido que flash.
Tomo la mano de Noah para no perdernos entre tanta gente que se mueve de un lado a otro como si de la pista de hielo se tratase, hasta el momento no hay ni un solo jugador, supongo que solo Ian porque es su casa pero no lo veo por ningún lado, mas les vale estar duchándose porque qué asqueroso sería si no.
—¿Lo traes contigo, verdad? — grita Noah para escucharlo sobre la música.
—Sí Noah, además ya no me ha pasado.
—Nunca se sabe, vayamos a tomar algo y a buscar a Gianna.
—Ya la celas... —lo molesto haciendo que gire los ojos.
—No comiences Havz, anda, muéstrame la cocina.
Creo que me se la planta de esta casa de esquina a esquina por la cantidad de fiestas que ha habido, también me sé los mejores escondites y el mejor armario para pasar siete minutos en el paraíso. Solo digo... Me gusta divertirme.
—¡Havz!
—Gia, te buscábamos.
—Me quedé hablando con unos amigos pero por fin me dejaron ir, vi que estaban jugando beer pong cerca del patio así que es mejor que vayamos.
Sin rechistar la seguimos y comenzamos nuestro primer juego, en el que ganamos, luego llega el segundo que perdemos, y el tercero también lo ganamos. Tan solo tres rondas me han bastado para ya estar un poco más feliz de lo normal, ya ni siquiera sé cuánto tiempo ha pasado en el lapso de este juego.
—Tengo que ir al baño— murmuro.
—¿Te acompañamos?
—No, está bien, regreso rápido.
Me muevo entre la gente hasta llegar al baño que afortunadamente está libre, al terminar me lavo las manos y me detengo para mirarme en el espejo. Esa retocada de maquillaje funciono, no me veo mal, hora de regresar al juego, aunque... Si dejo a Noah y Gia solos unos minutos más tendrán tiempo de conocerse, si el juego puede esperar. Iré al patio a tomar aire y regresaré luego.
Salgo al patio y me dirijo a una esquina algo alejada, a medio camino mi celular suena con el tono destinado del contacto de mamá, seguro me pregunta a qué hora regresaré o si Noah me llevará de regreso, siempre me han dejado ir a todos lados, claro que yo debo poner de mi parte no rompiendo su confianza y respondiendo sus mensajes para que estén tranquilos.
Justo cuando voy a sacar el celular choco con alguien grande que casi me cae al suelo, afortunadamente no estoy ebria.
—¿Qué haces aquí?
¿De todos los chicos en esta fiesta tenía que ser el?
—Vine a divertirme, ¿algún problema?
Simplemente odioso, nunca había conocido a una persona tan odiosa como Kilian, al menos sé que no es tan malo con sus hermanos, algo rescatable tenía que tener, no puede haber alguien tan podrido de pies a cabeza.
—¿Pará qué vienes?
—Pará divertirme, ya te lo dije, ¿ademas de idiota eres sordo?
—¿Este es tu concepto de divertido, estar sola en el patio?
—¿Acaso te interesa mucho lo que haga?, ¿sí me divierto o no?
—Vaya humor— se coloca junto a mí, se recarga en la jardinera que no tiene ni una sola flor y nos llega a mitad de la espalda, bueno a él—Hay que divertirnos, estoy aburrido.
—Pues diviértete solo.
—Estoy tratando de calmar tu humos y no ayudas, no seas aguafiestas, divirtámonos.
Puede ser un arma de doble filo con el, puede ser real o una trampa para ser idiota de nuevo.
—¿Cómo?
—Hay suficientes chicos y chicas aquí, tienes que acercarte a un chico y darle un beso, por cada uno que te acepte el beso yo me tomo un shot y viceversa.
¿Besar chicos y él chicas?, ¿ese es su concepto de diversión?
—¿Así te diviertes?, sabes que según los dentistas...
—¿Aceptas o no?, ¿o eres tan aburrida como te ves?—sonríe burlándose de mí y mis datos sacados de páginas dudosas.
Giro los ojos y bebo el último trago de mi vaso.
—Acepto.
Él asiente y toma todo lo que le queda en el vaso y lo pone sobre una de las mesas de jardín cerca y toma una botella abandonada que alguien dejo ahí, la examina agitándola un poco y regresa a mi lado.
—¿Quieres que comience y te muestre cómo se hace?
—No, no tiene ciencia.
—Okay, solo supuse que nunca has dado un beso ni coqueteado con hombres.
—¿Cómo puedes suponer eso sí apenas me conoces?
—Tan solo con verte, no eres del tipo de chica que a los hombres les gusta besar.
No me había sentido tan indignada hace mucho tiempo, me está diciendo fea o asquerosa, algo así quiso decir entre su frase, pero ya verá, no por nada los chicos se emocionan cuando la botella se detiene en mi.
Sin previo aviso camino hasta el primer chico que veo, tomo su brazo y lo giro, su rostro es confundido pero se suaviza cuando me paro de puntas y me acerco a él para darle un gran beso que lleva en todo su nombre "Havzel la mejor besando".
Y según Kilian no soy del tipo chica besable.
Me separo del chico porque es suficiente para demostrar mi primer punto, sin darle oportunidad de hablar regreso a la esquina con Kilian, este solo sonríe de lado y alza las cejas para mover la botella hacia mí como sí estuviera brindando y luego la lleva al aire haciendo el líquido caer en su boca.
—Es mi turno—Va directo a una castaña, simplemente se para frente a ella y le dice algo. El trabajo prácticamente lo hace la chica, no se vale, Kilian debe estar en el top uno de sueños húmedos de más de la mitad de la fiesta.
Vuelve y me mira con una sonrisa arrogante, así que ahora muevo la botella y luego le doy un trago, siento como el amargo líquido me quema la garganta pero no lo dejaré ganar solo porque un poco de alcohol me quema la garganta.
—Tu turno.
Ahora yo voy segura hasta un rubio que vi esta tarde en la librería y me ayudó a alcanzar un libro, sé merece un buen agradecimiento por eso...
Pasan unos cuantos minutos desde que comenzamos a jugar, cada uno lleva unas cuantas personas besadas, los shots ya me están comenzando a hacer daño pero ninguno va a darse por vencido, mucho menos yo, porque yo gano, gano mucho...
—Ess tu turrrrno—lo señalo muy cerca del rostro, casi tocando la punta de su nariz, pude hacer bup bup y sería muy gracioso.
—Creo que ya no deberías beber—me quita la botella de las manos y la deja en la mesa.
—Pero te toca besar a alguien, ¿será que le gané al más odioso de la escuela?
—Ya se te pasaron los shots, luego jugamos y...
—No molestes Kilian— trato de ir por la botella otra vez.
Me detiene del brazo y me deja de nuevo en mi lugar, no se vale...
—Okay general, ¿quiénnn ganaa?
Comienzo a contar con mis dedos pero las cuentas no me dan, según mi vista tengo veinte dedos pero yo no recuerdo haber besado tantas personas.
Kilian me toma la mano dejándola a un lado para que lo mire.
—Ganaste, solo por dos personas, no hubieras ganado sí las últimas chicas no hubieran tenido novio.
—Yes,te gané, te dije que no soy aburrida.
—No te emociones tanto, claro que lo eres como también eres una ebria que no aguanta que el alcohol entre a su sistema.
—Eso es mentiraaa.
—Claro, ¿así hablas siempre?, ya sabes, alargando la última letras de tus palabras, no debe ser el alcohol, ¿verdad?
—Yooo noo—cierro la boca y veo su sonrisa asomarse— mejorr iré a buscar a Noah.
Entro a la casa y me quedo parada al ver a toda la gente bailar y cantar.
¿A dónde iba?
Volteo a un lado y veo la cocina, supongo que para allá voy por algo de beber, necesita algo de beber, no puedo quedarme seca. Tomo una lata de cerveza y voy en busca de alguien que la pueda abrir por mí, afortunadamente choco con alguien sin querer y aprovecho para pedirle ayuda con mi cerveza.
—¿La abres por mí?, por favor.
—Havzel, quedamos que no beberías más— Kilian me arrebata la lata de mis manos.
—Yo no prometí nada—alzo los hombros.
—Será mejor que te vayas a casa, en unos minutos no te podrás ni sostener.
Niego lentamente.
—No quiero.
—Sí, sí quieres, se te subió el alcohol de una forma mala
—Tú no eres mi amigo, no me ordenes.
Suelta un gruñido de enfado.
¿Acaso es luna llena?, ¡¿es un hombre lobo?!
—¿Cómo has llegado aquí?
Alzo los hombros mientras me rio. ¿Con quien vine?, ¿en mi auto?
—¿Has venido con Noah?
—Ah sí, con él vine.
—Ve con él entonces— comienza a guiarme fuera de la cocina.
—No sé dónde está.
Sin responder él continúa llevándome hasta la puerta principal, al salir me sienta en una banca que hay ahí y después vuelve a entrar, me ha dejado como si un lugar de objetos perdidos se tratase, me van a vocear como en el supermercado para que me reclamen.
Que chico tan raro, ¿cómo es que se llama?
La puerta se abre y me deja ver al chico raro de nombre que no recuerdo.
—Levántate, te llevaré a tu casa, espero que te acuerdes donde vives.
Me levanto y camino detrás de él hasta que llegamos a un auto negro, abro la puerta y me subo en el asiento de copiloto mientras que él se sube al de piloto.
—¿Dónde vives? — pregunta mientras coloca el GPS.
Pienso y pienso hasta que recuerdo donde vivo y le digo la calle y el número de casa.
Sin aviso enciendo la radio y tarareo la canción que suena, no se ni su nombre pero tiene un ritmo magnífico que no puedo evitar bailar en mi lugar.
—Basta— dice él chico de nombre que acabo de recordar. Kilian apellido raro.
—¿Qué hice?
—Deja de tararear canciones, estás comenzando a cansarme.
Me callo pero sigo bailando en mi lugar.
—¡Havzel, ya!
—Y la aburrida se supone que soy yo—cruzo los brazos y miro a la ventana.
Afortunadamente no vivo lejos y no tengo que pasar mucho tiempo a su lado. Llegamos a mi casa y bajo de inmediato sintiendo como camina detrás, cuando encuentro las las llaves en mi bolsillo trato de meterlas en la cerradura pero me parece imposible es como si alguien no quisiera dejarme entrar y mueve la perilla para todos lados, deben ser duendes o algo así. Kilian me las quita, mete las llaves y abre la puerta.
—Cierras la puerta Havzel—alcanza a decir porque le cierro la puerta en la cara. Estoy por irme a mi habitación pero la manija se mueve y se abre la puerta—no la cerraste.
—Sí, sí, yo la cierro— vuelvo a cerrarle la puerta en la cara y pongo el seguro, la manija se mueve y cuando la puerta no se abre se escuchan los pasos alejándose y luego el auto.
Tengo hambre y muchas ganas de ir al baño, pero tengo muchas mas ganas de dormir y cubrirme con las cobijas, espero no amanecer hecha pipi porque sería vergonzoso. Siento que olvidé algo en la fiesta pero no sé que, seguro nada importante, mejor me voy a dormir a ver si sueño y recuerdo.
Hoy fue una gran noche.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro