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5.

HAVZEL

Clase de geometría... La única asignatura donde me va de lo peor, y peor se queda corto, me va de la mierda, no sé por qué tengo que aprender a despejar letras y números y todas esas cosas, no quiero ser ingeniera, pero tristemente es obligatorio. Simplemente no comprendo de qué habla el profe, no comprendo cómo de un número llegamos hasta las x o las y.

-Señorita, Relish- me llama el profesor obligándome a alzar la mirada.

-¿Qué pasa?

-¿Está comprendiendo el tema?

No.

-Sí.

-Muy bien, porque recuerden que en una semana haremos un diagnóstico que equivale al cuarenta por ciento de la calificación final de este bloque.

Definitivamente estoy frita, frita no, quemada. ¿Como se supone que aprenda a hacer todo lo que no aprendí a hacer el año pasado para poder aplicarlo este año, no hay manera de hacerlo, pasé geometría el año pasado porque el profesor me dejo cuidar a su perro para lograr pasar, de no ser así seguiría siendo una chica de segundo año y no una de ultimo.

Llorar es más fácil en este punto.

Al menos tendré excusas para ir a la cafetería a seguir comiendo pastel de zanahoria, aunque tampoco estudié mucho estando ahí, mi cabeza se distrae con facilidad.

El timbre suena, así que todos nos levantamos para poder ir a receso y descansar de la carga estudiantil que se siente horrible las primeras semanas del ciclo escolar.

Al salir me reúno con Noah y caminamos juntos por el pasillo evitando a las docenas de alumnos que quieren ir a lados contrarios.

-Estás muerta-se burla.

Lo miro mal y luego suspiro con pesadez.

-Ya lo sé, no me lo tienes que recordar, además tú tampoco eres bueno en geometría, no estás salvado.

-Soy mejor que tú, sí mucho llegaré a sacar un siete pero aprobaré

-En vez de molestarme deberías de ayudarme a estudiar y así poder sacar el siete aprobatorio.

-¿Ayudarte?, apenas podré estudiar yo para poder pasar, perdón, pero está vez no te puedo ayudar.

Suspiro y me doy por vencida, tendré que encontrar una manera legal de poder pasar, no creo que este profesor me deje sacar a pasear a su cotorro.

Entramos a la cafetería y nos dirigimos a una mesa para esperar que la fila de la comida se acortase.

-¿Quieres ir a la cafetería para estudiar juntos?, separados pero juntos.

-Uff sí, muero por un café y un pastel de chocolate.

Bueno... supongo que tendré que obligarme a estudiar adecuadamente, lo necesito, ay quiero llorar de puro estrés, no se vale que me orillen a esto.

Luego de terminar las clases Noah y yo nos dirigimos directamente a la cafetería, abrimos nuestros libros y pedimos nuestros postres, para ser sincero he estudiado muy bien, creo, aunque ha costado mucho porque esta es una cafetería muy moderna y familiar, siempre hay movimiento por todos lados, música que me gusta y olores que me distraen, pero creo que voy lo suficientemente bien.

-Aquí están sus pasteles y cafés, espero que los disfruten mucho-Alex deja el pedido sobre la mesa y antes de irse me sonríe de una forma muy linda y agradable.

-Le gustas al mesero- dice Noah mientras mira su café.

-No tengo ningún problema, es guapo.

Gustarle a Alex no es un problema, no lo conozco muy bien pero es muy guapo, si lo de adentro es igual a lo de afuera entonces el tiene un diez de diez.

Ambos continuamos estudiando y en ratos comemos de nuestros pasteles, aburrido, quiero chismear y reír con mi amigo, es para lo que vengo a este tipo de lugares, no para mantener mi rostro metido en unos aburridos apuntes mal escritos que ni entiendo.

-A ver Havzel, te ayudaré y mientras te explico yo también estudio, ¿okay?

Asiento con una sonrisa, por un momento olvidé que estaba estudiando.

-Bien, comencemos con el problema uno.

Coloco mi mirada en ese problema y él comienza a explicarme, la verdad no entiendo nada desde la primera palabra que menciona, menos cuando veo el problema escrito y me encuentro con esas horribles letras que nadie sabe por que carajos llegan a las matemáticas, luego pasan unos veinte minutos no muy bien invertidos, pues sigo sin entender nada.

-Es que tú no sabes explicar- le hecho en cara.

-Yo sí sé explicar, tú te distraes con todo y no me pones atención, lo estoy haciendo lo más fácil que puedo.

Me cruzo de brazos y me echo hacia atrás para poder respirar y no sentir tantas ganas de llorar.

-Yo estudiaré sola- le digo sin mirarlo.

-Okay, pero no te enojes, lo intenté, un burro no puede ayudar a otro burro.

No lo miro, trato de evitar su mirada.

-Anda solo es una broma, te compro una rebanada de pastel para que sonrías.

Me ha convencido, soy fácil de convencer.

-Lo quiero ahora.

-De acuerdo, pero acábate el primero al menos-alza la mano llamando la atención de alguno de los meseros. Ahora quien viene a tomar nuestra orden no es Álex sino Kilian, ya había olvidado que trabajaba aquí.

-¿Dónde está Alex?

-Está ocupado- responde con un tono insoportable-¿qué es lo que desean ordenar? - pregunta tratando de ser amable con una sonrisa evidentemente falsa.

-Una rebanada de pastel de zanahoria, sería lo único.

Kilian lo anota y nos sonríe de manera aún más falsa que antes.

-En un momento se los traigo.

Sin más que decir se da la vuelta y se pierde por la puerta que da a la cocina del lugar donde sucede la magia.

-Que pena, no nos atendió tu próximo novio- dice Noah con burla.

-No es mi novio, déjame en paz.

-Aunque Kilian feo feo no es.

-Pero odioso odioso si.

Ambos nos callamos al instante cuando vemos a dicha persona acercarse con el pequeño pastel en sus manos esquivando las mesas, una vez llega hasta la nuestra lo deja frente a mi aun que Noah fue quien se lo ordenó.

-Gracias, Spinster- le digo con una sonrisa falsa.

-De nada, Relish, cualquier cosa me llaman- dice tratando de ser amable, se gira a mirar a Noah-Townsend- dice como despedida.

Extraño como alguien tan egocéntrico y odioso tiene un puesto en atención al cliente, pero quién soy yo para juzgar, mientras me traiga mi pastel sano y salvo seguiré dejando propina.

KILIAN

Dejo la bandeja sobre el mostrador y me quito el delantal pues mi turno ha terminado oficialmente después de llevar y traer órdenes, e incluso limpiar los miles de platos sucios. Antes de poder irme tengo que ir a visitar al jefe, el señor García.

Abro la puerta lentamente hasta que veo al hombre canoso sentado en su silla giratoria mirando la computadora, hasta que entro por completo que me regala una sonrisa cálida, se levanta de inmediato y me abraza.

-Kilian, que bueno que vienes.

-Hola señor García.

Él señor García es como mi padre, no es de sangre ni tampoco es nada de mi madre, es como mi padre porque siempre me ha ayudado, me dio trabajo en esta cafetería desde que me conoció y supo mi historia, cuando se enteró que juego hockey me ofreció pagarme todo, obviamente al principio me negué pero después me explicó que a él le encanta el deporte y siempre quiso ir a ver a uno de sus hijos jugar pero solamente tiene hijas y a ninguna le gusta el hockey. Comenzó a ir a mis juegos, me ayuda a pagar mis viajes, quiso pagarme la escuela pero eso ya lo tenía resuelto, además me deja venir al trabajo cuando puedo, no cuando quiera, cuando puedo, cuando no cuido a los disparejos, no entreno, no tengo juego o visito a mamá, y sobre todas esas cosas me paga muy bien para poder solventar los gastos de casa. Es un gran hombre y lo aprecio mucho.

-¿Qué trae por aquí a mi chico favorito?

-Ya me tengo que ir porque tengo entrenamiento.

-Eso me huele a juego.

-Así es, tengo juego mañana y entrenaremos por último.

-Está bien Kilian puedes irte, estaré en las gradas mañana.

-Gracias señor García. Nos vemos mañana entonces.

-Sin dudarlo, que la pases bien-sonríe acompañándome a la puerta de la oficina. Me despido y salgo del área de empleados por la puerta que da al callejón donde están todos los basureros, subo a mi auto y voy directo a casa donde los gemelos esperan con la vecina, ella los cuida cuando tengo trabajo, entrenamiento o juego, así que es una cosa mas que tengo cubierta.

Al llegar a mi destino que es la escuela bajo corriendo para llegar a tiempo, pues no es muy temprano que digamos, ni muy ético que yo sea el capitán y llegue tarde, tengo que poner el ejemplo y es algo que no estoy haciendo. Cuando llego ya todos están dentro del rink dando un par de vueltas de velocidad, así que me apresuro a ponerme los patines y todo el equipamiento para poder unirme de inmediato.

-Llega tarde capitán-alza la voz el entrenador.

-Había mucho tráfico y estaba en el trabajo...

-No me interesa, dos más y habrá amonestaciones, ahora apresúrate que pronto comenzamos.

Claro que no le importa la vida de los demás, no es como que todos tengamos su mismo tiempo.

Sin más que hacer me apresuro a terminar de prepararme para unirme a mi equipo y dar las vueltas al rink que me faltan, trato de apresurarme para no perder más tiempo de lo que sea que vaya a poner el entrenador después.

-¡Alto!, parejas y a pasar el disco a lo largo de la pista-grita el entrenador como si tuviera un megáfono incluido.

De inmediato me pongo con Ian y comenzamos a hacer los pases de disco a corta distancia.

-¿Estás listo para mañana?

-Obviamente, nos irá muy bien, seguro ganamos-respondo sin quitarle la vista al disco.

-Hablo de la fiesta después del juego.

Es cierto... la famosa fiesta después del juego, de un tiempo para la actualidad he dejado de ir pues tengo que cuidar a mis hermanos.

-No estoy seguro.

-Kilian, tú amas las fiestas, amas la cerveza, amas divertirte...

-Sí, adoro todo eso pero tengo que cuidar a mis hermanos, si no lo hago yo no lo hace nadie.

-Tu vecina los puede cuidar como ahora mismo.

-Mis hermanos son mi responsabilidad por ahora.

-Vamos Kilian, los puede cuidar mi madre incluso.

Suspiro pesado y detengo el disco cuando llegamos al final de la pista, lo miro por unos segundo y asiento lentamente.

-Le preguntaré a la vecina pero no te prometo nada.

-¡Kilian irá a la fiesta!-celebra Ian llamando la atención de todos y ganándose un regaño del entrenador.

De verdad tengo ganas de salir a divertirme, desde que mamá enfermó no he ido a las fiestas después de los juegos o fiestas normales, quiero mucho a mis hermanos, y me gusta protegerlos pero... también me gustaría un tiempo para mí, para despejarme de todos mis problemas...

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