11.
KILIAN
Por fin ha llegado el día de irnos y largarnos de este estúpido campamento que solo me quita tiempo valioso para mi y mis hermanos, no he ido a trabajar, me faltan por comprar absolutamente todas las cosas para la fiesta y... ya me estrese. Me incorporo y miro a la derecha sin evitarlo, Havzel sigue dormida como si no tuviéramos que levantar todo e irnos.
—Oye—la muevo del brazo—ya es hora de comenzar a recoger.
—Déjame dormir—se queja y se gira dándome la espalda.
—Okay.
Salgo de la tienda y veo a todos con sus parejas levantando todas sus pertenencias, pero yo solo tengo un oso hibernando como pareja que no piensa levantarse, así que no me queda de otra más que estirarme.
—Que bonito día—murmuro sonriente, acto siguiente tomo los extremos de la casita y comienzo a moverla para todos lados.
—¡Ya voy! —grita desde adentro, pero como aun no sale yo no paro de mover la casita.
—No te veo afuera.
—¡Qué ya voy Kilian!—grita para después abrir el cierre y asomar la cabeza justo cuando me detengo.
—Pues apúrate. Ve sacando las cobijas y todo lo que está dentro, yo iré quitando los clavos de la tierra.
Saco los clavos uno por uno y con cuidado de no rasgar la casa de campaña, minutos después Havzel saca todo lo que esta dentro y se mete a la otra para hacer lo mismo. Luego de terminar de limpiar y recoger todo por fin dejamos las cosas a un lado del autobús e inmediatamente subimos a este para tomar los mejores asientos, por la parte media veo a Ian con los ojos cerrados tratando de dormir y a la vez apartarme el lugar a su lado.
—Hola Ian, ¿cómo despertaste?
—Con sueño—murmura acurrucado contra una frazada.
—Al menos ya nos vamos a casa—me acomodo en el asiento.
—Te carcome no llegar con tus hermanos.
—Los extraño, no puedo evitarlo.
Las personas siguen subiendo al autobús aunque este sigue luciendo medio vacío, así que aun no creo que nos vayamos pronto, pero espero que todos suban en cinco segundos porque ya me quiero ir de este maldito campamento.
—Mira esos dos—señala al asiento en contra esquina al nuestro. Ahí están sentados Tyler y Havzel, ambos hablan sonrientes susurrando como si contaran secretos.
—Hay mucho amor por este autobús, me causan náuseas y diabetes—digo a penas puedo retirar la mirada de ambos.
—Sí, no es lo mío tampoco. No nos sorprendemos cuando Havzel lleve el jersey de Tyler en cada uno de los juegos.
—¿Crees que lleguen a ese punto?, apenas han comenzado a hablar.
—Tyler es todo un romántico amante del amor, si le gusta ella terminarán juntos, no lo dudo ni un poquito.
Sé muy bien que Tyler es todo un amante del romanticismo y la cursilería, con su anterior novia era así, no dejaba de hablar de ella y siempre estaba presente en cada uno de sus juegos, así que creo que estoy de lado de Ian, si a él de verdad le gusta Havzel irá en serio.
—Que suerte tiene, va a saber si ella besa como dicen.
—¿Por qué no vas y lo corroboras tu? —sonrío—te he notado muy interesado en el tema.
—No, no puedo.
—¿Por qué no?
—Porque no—sonríe pero me mira raro, como si se burlara de mi. ¿Qué le pasa?
—¿Y dónde habrá dejado a Townsend?
—Lo vi sentado con Gia.
—Ellos también pueden terminar juntos, ¿no crees?, hacen una bonita pareja.
—No, ellos no.
—¿Por qué no?
—Conozco a Gia desde que teníamos pañales, Townsend no es su tipo para nada.
Que raro, parecen tan buenos amigos en poco tiempo, es justo como Tyler y Havzel, ya están sentados juntos en el autobús riendo como si fueran amigos de toda la vida. Es básicamente lo mismo, ¿o será que Tyler tampoco es el tipo de Havzel y solo quiere ser su amiga?
...
—¡Kilian!—escucho esas bonitas y chillonas voces gritar hasta que tengo a cada uno abrazando una de mis piernas con la fuerza de mil umpalumpas.
—Hola, ¿cómo está todo?
—Te extrañé—susurra Oliver.
—Yo los extrañé el doble—acaricio sus cabezas—¿y tú me extrañaste?—me dirijo a Olivia quien mira en otra dirección, sus ojos se iluminan y me suelta de inmediato corriendo hasta ella.
—¡Havzel!
—Al parecer no me extrañaron—murmuro.
Via abraza a Havzel como si ella la cuidara, le hubiera cambiado pañales y fuera la que se desvela cuando tiene cargas de energía.
—Hola Olivia, ¿cómo estás?
—Mejor ahora que te vi.
Claro, con ella si está mejor ahora.
—Alice Allen—dice Via trayendo a la castaña con nosotros—ella es Havzel, es mi amiga y la invité a mi cumpleaños.
—Hola Havzel, soy Alice Allen, la madre de Ian—extiende su mano y la castaña la estrecha, ambas sonríen amablemente.
—Havzel Relish, un gusto conocerla.
Noah llega hasta nosotros y saluda amablemente con un "buenas tardes" en un susurro apenas audible.
—Nos tenemos que ir Havzel—susurra.
—¿Tú cómo te llamas?—pregunta la señora Allen a Noah, este voltea algo desconcertado por como Alice quiere conocer su nombre, pero al parecer es lo suficiente educado para extender su mano a ella. Ni idea del interés de la señora Allen por él.
—Noah Townsend.
—Tienes una cara muy tierna—dice Alice apretando una de sus mejillas e ignorando su mano, creo que le ha caído muy bien. Extraño.
Giro a ver a Ian quien se está aguantando la risa, ahora las mejillas y realmente toda la cara de Townsend están tan rojas como si de un tomate se tratase.
—Un gusto conocerla, pero Noah y yo nos tenemos que ir, mis padres ya han llegado por nosotros—dice Havzel con su típica sonrisa que no se va con nada. ¿Acaso no se le cansan las mejillas?
—Un gusto conocerlos.
Havzel se pone de cuclillas frente a los gemelos y ellos la miran atentos, bueno mi hermanito no tanto.
—Hola Oliver.
Él ni se molesta en hacer al menos un ruido, solo la mira con seriedad, así que para no quedar como un mal educador me veo obligado a tocar su hombro.
—Oliver...
—Hola—suspira y gira los ojos, pero aun así Havzel no deja de sonreírle.
—¿Ya terminaste el libro?
—Ya—se limita a decir.
—¿Te gustaría tener otro?
Ah no, eso no.
—No Havzel Relish—advierto con firmeza, pero ella ni siquiera me mira, se está pasando mis miradas por el arco de triunfo.
—Tengo unos en casa que...
—Es hora de irnos— me pongo detrás de los pequeños Spinster y pongo mis manos en sus hombros interrumpiendo a Havzel.
—Okay, ya entendí—dice el dolor de cabeza— nos vemos en su cumpleaños. Adiós—se despide para irse junto a Noah hasta un lindo auto negro.
—Que agradables chicos, ¿son sus amigos?
—No—respondemos Ian y yo al instante. Ni lo mande Diosito.
—Parecen agradables, no pude resistirme a apretarle las mejillas a ese chico, algo me llamó de él.
—Es malo, no le creas—murmura Ian como broma.
—No creo, tiene un ángel en su mirada. Vámonos entonces porque hice pizzas con ayuda de estos pequeños y les aseguro que quedaron deliciosas—dice la señora Allen mientras todos nos dirigimos a su auto.
Al fin en casa.
HAVZEL
No creo que haya algo peor que dos hora de geometría en las primeras horas del día, para mi mala suerte esa ese es mi destino del día de hoy. Entro al salón de clases y voy hasta Noah quien espera mi llegada con una sonrisa amable, como siempre me espera en cualquier situación.
—Buenos días—saluda.
—¿Qué tienen de buenos cuando nos tocan dos horas de geometría?
—Perdóname por existir y tratar de saludar a mi mejor amiga...
—Perdón, las matemáticas me ponen agresiva—suspiro.
—Buenos días clase—dice el profesor mientras toma el marcador y coloca la fecha del día. Estoy lista para la tortura—el día de hoy estudiaremos para el próximo examen sobre lo que vimos la ultima de nuestras clases, pueden estudiar con sus parejas de mesa, eso haremos las dos horas y más vale que saquen una buena nota, no aceptaré que algún examen tenga algo abajo de un ocho, si tienen dudas pueden acercarse con toda confianza.
¿Le digo desde ya que lo voy a decepcionar?
—Anda, te ayudaré a sacar al menos un ocho—dice abriendo su cuaderno y dándome un lápiz.
—¿Te he dicho que te amo?
—No lo suficiente—sonríe.
—Pues te amo—aprieto su mejilla y sonríe.
Sé que Noah odia explicar cosas, se estresa muy rápido y la verdad no es el mejor haciendolo, pero que él sea quién se ofrece a ayudarme lo aorecio mucho.
—Mira, sí aquí tienes la ecuación lo primero que tienes que hacer es esto...
Pasan unos treinta minutos y sigo sin comprender ni una sola cosa porque como dije, Noah no es bueno explicando, hace todo el procedimiento él solo como si tuviera limite de tiempo y luego se atreve a preguntar si entendí. ¡Obviamente no!
—¡No te comprendo!—susurro con enojo.
—¡Te lo estoy explicando muy bien!—susurra con enojo.
—No sirves para ser maestro.
Deja el lapiz en la mesa y cierra los ojos romandose un tiempo para respirar, cuando abre los ojos me mira y dice ya tranquilo:
—Traté Havzel, espero que lo que te explique sirva de algo, lo siento.
—Gracias de todos modos, espero que un milagro llegue a mí el día del examen.
—Rezaremos por que sí.
Voy a reprobar definitivamente, ni aunque estudie veinte horas lograré entender a esta materia que será innecesaria en mi vida diaria.
[...]
Estoy frente a la puerta de la casa Spinster esperando que alguien me abra la puerta, he venido a hacer un nuevo proyecto con Kilian sobre la investigación que hicimos en el campamento, así que no, aun no me he podido librar ni un día de Kilian Spinster.
—Hola— dice Via con una sonrisa una vez abre la puerta de par a par.
—Hola Via—le devuelvo la sonrisa.
—Pasa—de inmediato toma mi mano para jalarme dentro de la casa.
—Creí que no te dejaban abrir la puerta.
—Kilian me dejó hacerlo esta vez.
—No es cierto, claramente te dije que no lo hicieras hace un minuto—dice Kilian mientras sale de la cocina.
—Yo escuché un: sí puedes abrir la puerta hermosa Olivia.
—Solo vuelve a la mesa—dice señalando la cocina. La pequeña hace lo que le dicen y se va hasta la cocina no sin antes sonreír y mover sus pestañas un par de veces.
—Puedes ir a la sala, yo iré en un momento, solo termino de darles comida a mis hermanos.
Asiento y voy hasta la sala, saco mi cuaderno donde apunté lo que me pasó Noah. Espero pacientemente unos diez minutos y el chico de apellido raro no se digna en venir, así que saco mi cuaderno de geometría porque cualquier segundo para estudiar es oro o un punto más.
A ver... tengo x²+y²+5x+8y+25=0. Es fácil, primero tengo que... que... ¿que? Agh no sé, no sé nada, estoy frita y voy a reprobar la materia y no entraré a la universidad ni seré pediatra y me moriré de hambre en un cartón debajo de un puente.
—¡Havzel!—grita el apellido raro desde la cocina. ¿Y este que mierda quiere ahora?, me levanto y voy directo a la cocina—¿sabes cómo encender la licuadora?
—¿No lo sabes?
—Por algo te lo estoy preguntando.
—Solo tienes que presionar el botón rojo.
—Creí que eso era para que se destruyera...
¿Es en serio?
—¿Quién haría una licuadora que explota?
—No sé, en las películas el botón rojo es malo—alza los hombros— iré en un minuto, solo tengo que licuar los frutos rojos para hacerles jugo a los chicos y puedan comer.
Asiento y vuelvo a la sala para continuar con mi fracaso de estudio, tomo mi lápiz para resolver el problema pero nada sale de mi cabeza, ni una sola Idea de como resolver esto.
—¿Qué haces?—asoma la cabeza detrás de mi con la vista hacia el cuaderno.
—Yo...
—¿Estudias geometría?, eso es muy fácil, yo ni siquiera necesito tocar el libro.
—Pues para mí es muy difícil, y si no me piensas dar un consejo o algo parecido mejor ni molestes.
Se sienta junto a mí y mira el problema por cortos segundos.
—Mira te lo explicaré de la manera más fácil que conozco—quita el lápiz de mi mano rozando levemente las puntas de sus dedos con esta, comienza a explicarme a paso lento con mucha paciencia, me ayuda a resolver el primero y luego me deja sola con los siguientes, si me equivoco en algo vuelve a explicarme todo de nuevo.
Es muy bueno explicando.
—Wow—sonrío—no sabía que eras un cerebrito matemático.
—Y no se lo digas a nadie.
Finjo cerrar un candado en mi boca y lanzar la llave lejos de nosotros. El solo me mira cansado y suspira.
—Dolor de cabeza, hay que trabajar porque tengo cosas que hacer.
—Está bien Mr. Ocupado.
—Comencemos entonces, tú me dictas y yo escribo.
—Dentro de la excursión...—teclea—... pudimos observar demasiadas cosas...
En general nos acomodamos de nuevo muy bien con la presentación, solo casi peleamos una vez porque el se atrasó y escribió todo mal en el lugar que no era, tuvimos que regresar un poco y perdimos tiempo. Ha pasado al menos una hora y media desde que empezamos y vamos por la mitad del trabajo.
—¿Crees que a Oliver le agrade "Narnia"?
—Pues supongo, sí le gusta Harry Potter.
—Le regalaré ese libro también, solo investigaré si es adecuado para su edad, no te preocupes gruñón.
No me responde solo continua teclado en la computadora, así que decido hacer mi propia búsqueda sobre la edad apta para leer los libros que quiere darle a Oliver, tampoco quiero darle algo que lo traume.
—¿Me harías un favor al terminar el trabajo?—dice de la nada.
—Depende.
—¿Podrías cuidar a mis hermanos?, tengo que ir a comprar sus regalos y cosas de decoración para la fiesta—susurra.
Bueno, si hubiera empezado por ahí aceptaba desde un principio.
—Está bien, pero yo también tengo que comprar el regalo de Via...
—No es necesario que les compres algo, con tu presencia basta.
—Pero quiero darles algo. Te cambio un favor por otro—propongo.
—Habla.
—Cuidaré a tus hermanos pero como mañana no tendré tiempo de comprar el regalo de Via tú lo vas a comprar por mí.
—Ya te dije que no es necesario.
—Aceptas o nada
—¿Qué quieres que compre? —gira los ojos y suspira.
—Compra maquillaje de juguete, un vestido de princesa, una tiara y una barita, además compra vestidos pequeños para su muñeca—tomo la cartera de mi mochila y saco unos cuantos dólares.
—Es demasiado Havzel.
—No lo es, ten—le doy el dinero.
—Sigamos para poder terminar rápido e ir a comprar todo.
Por suerte no volvemos a pelear así que no nos atrasamos mucho en terminar el trabajo, no hablamos sobre nada que no sea del trabajo porque sus hermanos corren por toda la casa jugando y riendo y seguramente si decimos algo de la fiesta los tendremos encima haciendo mil preguntas por segundo.
—Listo, ya guardé el documento así que no hay nada más que hacer más que estudiarla y sacar otro diez.
—Excelente Kilian, todo de nuevo en su lugar.
—Entonces me voy antes de que se haga más tarde. ¡Dispar! —grita llamando a sus hermanos quienes no tardan nada en estar frente a nosotros, están disfrazados de superhéroes con antifaces y todo.
—¿Qué? — pregunta Olivia para luego chupar una paleta.
—¿De dónde sacaste eso?
—Del piso.
—No, dame eso, no comas comida del suelo.
—Pero...
—Y sabes que ya no puedes comer dulces—su cara es de desaprobación, sus brazos se cruzan sobre su pecho y le da una mirada a la pequeña quien alza una ceja y lo mira con ojos de cachorro. Ella sabe porqué su hermano está así.
—Mañana no comerás pastel, ni dulces, ni nada que contenga azúcar si no me das esa paleta justo ahora—le enumera con los dedos.
—Eso es injusto— le da la paleta de mala gana y cruza sus pequeños brazos.
—No lo es.
Un hermano responsable. Sí que critiqué a Kilian solo por su apariencia, no es un chico odioso y malo, no por completo, pero es un muy buen hermano, si yo fuera hermana mayor le daría muchos dulces a mis hermanitos.
—Tengo que ir a comprar algunas cosas así que Havzel los cuidara por un rato.
—¡Sí!—festeja Via.
—Ugh— se queja Oli por lo bajo, se quita el antifaz y su rostro no es de felicidad. Obviamente no le caigo bien, no me conoce lo suficiente, ni siquiera cruzamos palabras así que tampoco espero que me ame como Olivia.
—Oliver Spinster—sentencia Kilian.
—¿Qué?, no dije nadita.
El apellido raro mayor suspira y se pone el abrigo.
—Volveré en un rato y tienen que portarse bien con Havzel porque está siendo buena en cuidarlos.
—¿Podemos ver la tv?
—No, ya es tarde.
—Que malo eres—Via lo señala tratando de hacer un rostro enojado.
—No lo soy, vayan a jugar y portense bien.
No reprochan más y se van a jugar cerca de la puerta que da al patio de la casa, los escucho reírse y hacer ruido así que tomaré como referencia que cuando haya silencio quiere decir que algo malo ha pasado.
—¿Por qué no pueden ver televisión?
—Es sobre estimulación y luego sus horarios de sueño se modificarán y es más difícil hacerlos dormir, así que recuerda eso y que ya no pueden comer dulces, sobre todo Olivia.
—De acuerdo, intentaré que no vean televisión.
—No lo intentes, hazlo.
—Ya vete Kilian, se hará tarde.
—Avísame si pasa algo, vuelvo en un rato.
Lo acompaño hasta la puerta y él finalmente se va, así que oficialmente soy su hermana mayor por unas cuantas horas, esto será tan divertido porque haré que me amen tanto que no querrán que me vaya. ¿Que tan dificil puede ser cuidar a don angelitos?
—¡Havzel!
Problemas.
—¿Qué pasa?
—Oliver no quiere prestarme su Batman.
—Porque es mio, tú tienes tu muñeca.
—Pero quiero que sea el novio de mi muñeca.
—Batman no es un novio, es el caballero de la noche.
—Damelo—trata de quitarselo pero Oli corre hasta el sofá y lo esconde detrás de él.
—No, comprate el tuyo, tu no me quisiste dar paleta y Kilian nos la quitó.
—Que malo eres, ya no te quiero.
—Yo tampoco te quiero.
Oliver se cruza de brazos y mira a Olivia como si estuviera en guardia de su muñeco.
Este primer drama de hermanos pequeños ha sido divertido, raro pero divertido.
—¿Quieres pintar conmigo Havzel?
Trae consigo un gran libro de colorear y una caja gigante de crayolas, las dos nos acomodamos en el suelo para poder pintar en la mesita de centro, mientras tanto Oli nos mira aun haciéndole guardia a su Batman.
—¿Vendrás mañana a mi cumpleaños?
—Sí, vendré mañana.
—Genial, ¿sabías que invite a un niño?—dice de la nada. Así que un niño, ¿será como un interés?
—¿De verdad?
—Sí, él se llama Henry Williams, es un lindo niño, su cabello y ojos son de color café y es muy divertido, siempre me hace reír mucho. Una vez me llevó un chocolate de negro, mi favorito. Es el mejor niño que he conocido en toda mi vida—sonríe mientras sus mejillas se ponen rojas.
Tenemos una pequeña enamorada aquí.
—No—habla Oliver—Henry Williams es un tonto niño, y no es divertido, es un tonto cae muy mal con sus tontos chistes y risa fea, además el mejor niño que has conocido, soy yo—dice mientras la mira con el ceño fruncido—no debiste invitarlo a nuestro cumpleaños.
Y también tenemos un pequeño celoso y hermano protector.
—Tranquilos chicos...
—Tú invitaste a esa niña tonta.
—Nadie diga la palabra tonta o ton...
—Ella no es tonta.
—Él no lo es.
Okay, los hermanos Spinster soy guapos, a pesar de que dos son niños, son lindos; pero al parecer dos de ellos son celosos. Se entiende ¿no?, son gemelos, crecieron juntos, no sé cuál de los dos es mayor, pero se cuidan mutuamente.
—Esa niña con la que juegas todos los días quiere toda tu atención, su risa sí es fea y siempre se ríe de todo, me gana mi lugar en el salón de clases, y ella se robó una flor que Henry me dio—Via le lanza un crayón.
—¡No me lances cosas!, tú siempre estás con Henry en los recreos.
—Porque siempre estás con Sofía.
Se quedan en una guerra de miradas en la que yo estoy en medio, justo ahora estoy en peligro, su sus miradas fueran rayos láser yo ya estaría partida a la mitad.
—Bien—me levanto— veamos alguna película y dejemos de pelear.
—Kilian dijo que no.
—No se lo diremos, ¿que quieren ver? —enciendo la televisión y logros
—Barbie escuela de princesas.
—No, Harry Potter.
—¡No!—grita Via.
—Okay, okay, no veamos nada, solo esperaremos a Kilian, aquí, sentados en el sofá.
Me siento entre los dos, ambos están cruzados de brazos y con su mirada al frente.
Se ven tan unidos que es difícil de creer que estén peleando.
Pasa una hora, nunca hablamos, no se movieron de sus lugares, ni mucho menos se dirigieron la palabra.
Pero finalmente llega Kilian.
—Hay mucho silencio. ¿Via se ha dormido?—pregunta apellido raro, mientras deja su chamarra en el perchero.
Me levanto y lo miro.
—No, están peleados—aprieto los labios.
Él frunce el ceño y se acerca.
—¿Por qué?
Cuando estoy a punto de contestar, ambos se dirigen a su hermano mayor.
Ambos hablan al mismo tiempo y muy rápido, evitando entenderles.
—Basta, basta. No les pregunté a ustedes, sino al dolor de cabeza—me señala.
Giro los ojos.
—Al parecer tenemos aquí, dos enamorados...
—¡No es cierto!—se quejan.
—Hey—les advierte Kilian.
—Están peleando porque Via comenzó a hablar de un tal Henry, luego Oli se enojó...
Después de contarle todo, los pequeños recibieron un regaño. Vi a Kilian triste, estricto, cerebrito, y ahora enojado.
Muchas facetas.
Entre todo el regaño, llega la hora de irme, Kilian y yo salimos para ir a su auto.
Abre la puerta trasera y comienza a sacar las cosas que yo le he pedido.
—Gracias por cuidarlos, y lo siento por su pelea—dice dándome las cosas.
—Cuando quieras—tomo todas las cosas—y en realidad su pelea fue reveladora—suelto una risa.
Ríe, finalmente me ve. Su risa es muy varonil y ronca.
—¿Por qué fue tan reveladora?
—Oliver es un celoso protector, y Via está enamorada, probablemente Oli también, pero es difícil.
—Sí, Oliver es protector con Olivia, y no creo que ella esté enamorada.
—Oh, créeme, habló lindo de él. Está enamorada.
Él frunce el ceño y aprieta los labios. Veo que todos los Spinster son celosos.
—Creo que no solo Oliver es celoso.
—Dolor de cabeza— me mira con cansancio—chu, tengo regalos que envolver y esconder.
—Gracias por comprar lo que necesitaba, y por enseñarme geometría, apellido raro.
—Adiós—dice entrando a casa.
Yo subo a mí auto y comienzo a conducir.
Un día más conociendo a los Spinster, los caóticos hermanos Spinster.
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