Al principio del tiempo solo había oscuridad, luego de eso llego la luz y esta se deshizo de toda esa oscuridad. Por alrededor de 7 millones de años esto siguió así hasta, que se desato un gran conflicto entre la luz y la oscuridad.

Con gran poder la oscuridad separo a la luz en 7 colores diferentes. Cada color representaba un espectro emocional el cual era la representación de un sentimiento, estos eran el miedo, la voluntad, la codicia, la compasión, la esperanza, la ira y el amor.

Estos vagan por el extenso universo buscando a aquel individuo que pueda soportar el poder de estos mismos con el fin de traer de regreso a la luz blanca con el fin de mantener el delicado equilibrio del universo. Y uno de ellos está llegando con dirección a la tierra.

Tirado en el sucio suelo de un callejón se encontraba acostado sobre esta una persona, al acercarnos podemos apreciar que este es muy joven contando con 12 años máximo. Este viste con una camiseta de color naranja sucia y gastada junto a unos jeans igualmente gastados, este no traía puesto ningún tipo de calzado, pero lo que más llamaba la atención es el estado en que se encontraba aquel chiquillo. Este esta acostado sobre un gran charco de su propia sangre que emanaba de varias heridas provenientes de su abdomen, brazos y piernas, el joven con mucha dificultad sigue respirando en aquel callejón frío y sucio.

¿Pero quién causo esto? ¿Porque aquel chico se encontraba en ese estado tan deplorable? ¿Dónde está su familia? La respuesta termina siendo tan mala como la pregunta en sí.

-¡por favor! ¡Déjenme entrar!-

Era un día nublado con una suave llovizna que amenazaba con volverse en una tormenta infernal. Aquel que hacia todo ese alboroto era un joven de 11 años de pelo blanco como la nieve quien vive en la pacifica ciudad de Royal Woods en Michigan.

¿Pero porque hacia tanto alboroto aquel chiquillo? ¿Que intentaba ganar con todo ese alboroto? Podríamos decir que todo comenzó con una simple mentirilla blanca. Pero la mayoría sabemos eso, el chico Loud que vive con 10 chicas, una pequeña mentira sobre tener mala suerte y una familia que toma demasiado enserio las supersticiones. Al final el pobre chico para poder regresar a su hogar tuvo que utilizar una ridícula botarga de ardilla debido a que su familia pensaba que eso traía buena suerte, pero hoy fue diferente. Lincoln se había hartado de utilizar el traje de ardilla por lo que se lo quito y con gran ira destruyo ese saco de sudor y enfermedades, su familia no se lo tomo de buena manera y como castigo obligaron al joven peliblanco a dormir afuera en el frío de la noche como si de un perro callejero tratase. Y si eso no sonara de todo mal, el clima tampoco ayudaba al joven Loud en absoluto.

-¡Lori! ¡Lynn! ¡Quien sea, por favor habrán!- gritaba con mucho miedo el joven Loud al ver la tormenta que se acercaba.

En ese momento la puerta trasera de la casa se abrió con tal fuerza que el chico Loud cayo con fuerza hacia tras terminando manchado de tierra y lodo.

-¿qué quieres?- sonó una voz femenina pero bastante molesta.

-Lynn, gracias a dios que abriste. Se avecina una gran tormenta- dijo al fin con calma el joven Loud.

Lincoln caminaba con la intención de entrar a su cómodo y caliente hogar, pero un fuerte empujón hizo que de nuevo cayera sobre tierra y lodo, esto molesto al joven Loud.

-¿¡qué diablos te sucede!?- manifiesta de forma enojada Lincoln.

-¡no puedes entrar a la casa, tu mala suerte nos destruirá a todos!- dijo de igual manera Lynn.

-...pero, ¡ya te dije que eso lo invente!- trato de defenderse el joven Loud.

-no me importa Lincoln, si tienes que estar afuera durante la tormenta para que los demás estemos seguros, pues correré ese riesgo- dijo la deportista sin tomar en cuenta el comentario de su hermano.

Antes de que Lincoln pudiera decir algo, Lynn azoto la puerta negándole el acceso a Lincoln hacia su hogar.

Con bastante ira por la forma de actuar fe su hermana Lynn, Lincoln decidió buscar un lugar más seguro que la casa de su perro charles, así que se dispuso a ir a la casa de su mejor amigo Clyde con la esperanza de que los señores McBride le den refugio durante la tormenta. Sin nada más que esperar partió del patio de su casa hacia la residencia McBride con suma furia.

El camino hacia la casa de su mejor amigo nunca había sido una molestia para Lincoln, pero el frio de la noche y la lluvia que amenazaba en volverse tormenta no ayudaba. El clima cada vez empeoraba y aún faltaban varias cuadras para llegar a la casa de su mejor amigo.

-diablos, maldito clima- decía Lincoln con bastante molestia.

Todo iba de mal en peor para el joven Loud, en la escuela se burlaban de el por ese estúpido traje de ardilla y ni siquiera estaba a salvo de usar esa cosa en su propio hogar, por eso disfruto destruir aquel traje que lo aprisionaba, pero lo llenaba de una gran ira que su propia familia lo haya tratado de esa manera tan ruin y despreciable.

El joven Loud salió de sus pensamientos al ver en donde se encontraba, el había llegado a una zona en la cual no conocía. Había varios edificios que en algún tiempo pudieron haber sido departamentos en buen estado, las calles estaban desoladas y bastante sucias, de algo estaba seguro Lincoln y eso era que nunca había visto esa parte de Royal Woods.

Sin muchas opciones, Lincoln decidió regresar por donde binó ya que ese lugar le provocaba mucha desconfianza, pero el destino tenía algo diferente para el. La tormenta había finalmente empezado y el chico Loud sin tener muchas opciones decidió entrar en un callejón cercano para poder taparse de la lluvia.

Era un callejón sumamente oscuro que apenas dejaba ver algunas cosas como la basura que se acumulaba por esa zona o los contenedores de basura donde debería ir esta. A Lincoln no le quedaban muchas opciones, pero esto era mejor que nada.

-miren que tenemos por aquí-

Lincoln volteo al instante para ver de dónde binó esa voz, al girar pudo ver a dos hombres de alrededor de 25 años los cuales vestían con ropajes negros y un hombre de 35 con los mismos ropajes que ellos.

-miren, al parecer está perdido el chiquitín- dijo uno con una gran sonrisa que desprendía desconfianza.

-lo dudo Mike, parece que vive en la calle, solo mira su ropa- dijo el mayor de los 3.

Eso era verdad, Lincoln vestía con una playera sucia junto a un pantalón poco rasgado ya que su familia había vendido todas sus pertenencias y nunca les importo conseguirle ropa ya que él tenía que usar el traje de ardilla como vestimenta. De cierta forma esto aumento el enojo en Lincoln.

-miren, sus tenis se ven en buen estado- dijo el que estaba al lado del mayor.

-es verdad Josh, oye niño, danos tus tenis- dijo el mayor de los 3.

¿Enserio eso estaba pasando? ¿¡Lo estaban asaltando y todo por una estúpida mentira que dijo!?

-n-no- dijo con un poco de temor el peliblanco.

-¿qué dijiste niño?- dijo con un tono molesto Mike.

-¡¡dije que no les daré nada!!- dijo en forma de grito el joven Loud.

El silencio reino por varios segundos hasta que de forma calmada el mayor de aquellos tres dijo de forma calmada.

-ok, chicos... hagan lo suyo-

Lincoln no pudo reaccionar a lo que paso, en un momento se estaba defendiendo de aquellos ladrones y en el siguiente se encontraba tirado en el piso siendo pisoteado por aquellos criminales. Sentía cada pisotón con un gran dolor, sentía como sus costillas se partían por la gran fuerza en las pisadas de aquellos 2 hombres, sentía como la sangre de su pequeño cuerpo brotaba de las heridas hechos por aquellos hombres.

Intentaba gritar, pero la sangre en su boca y los continuos golpes le impedían soltar cualquier quejido, el dolor era tan insoportable que por algunos momentos sentía que se iba a desmayar, pero intentaba no sucumbir a esta sensación con miedo a no poder despertar después. Al cabo de unos minutos dejo de sentir las pisadas de aquellos hombres, pero el dolor es su cuerpo continuaba latente. Esperaba que al fin se hubieran ido, pero con mucha dificultad vio como uno de ellos se acercaba hacia él.

-creo que no me he presentado, mi nombre es Steve y estos son mis compañeros- decía con suma calma aquel hombre

-sabes, nosotros mandamos por aquí y este tipo de cosas les pasa a los que no nos obedecen- después de decir eso le soltó una fuerte patada en el estómago a Lincoln y este solo escupió sangre debido a sus múltiples heridas.

-quisiera quedarme para acabar el trabajo, pero tengo un itinerario muy ocupado, así que espero que hayas aprendido la leccion- Steve antes de retirarse le soltó otra patada al cuerpo moribundo de Lincoln y se fue riendo con los otros 2 sujetos por donde bino.

Lincoln con mucha dificultad se mantenía consiente debido a la gran cantidad de sangre que perdía, en ese momento sentía muchas cosas, pero lo que más sentía era ira. Aquella ira por aquellos 3 idiotas que lo lastimaron, aquella ira por su familia que lo llevo a terminar en esta situación, aquella ira hacia sí mismo por ser tan débil y la única vez que trato de defenderse termino en este estado.

"Que la furia te guíe"

Lincoln se sorprendió al oír esas palabras y no podía ver de quien venía, a duras penas el joven Loud se podía permanecer consciente e hizo lo primero que le paso por la mente.

-...p-por favor a-ayúdame- dijo con lo poco de fuerza que le quedaba el joven Loud.

"Si quieres ayuda lo primero que debes hacer es aceptar el odio, aquella ira que quema en tu ser"

Lincoln no entendía lo que aquella persona quería decir, antes de que pudiera decir algo más fue deslumbrado por una luz de color rojo. Esta lo segó por unos segundos y poco a poco esta perdía intensidad, Lincoln con mucho esfuerzo observo frente a él un extraño objeto de color carmesí, que curiosamente tenía la forma de una vieja lampara.

"Acerca tu mano y acepta tu odio hacia aquellos que te han herido, acepta el deseo de venganza que sientes hacia ellos y acepta este poder"

Algo crecía dentro de él, una gran furia, deseo de venganza, ni siquiera el mismo entendía de donde surgía este sentimiento, pero de algo estaba seguro y es que quería venganza hacia aquellos que le provocaron esto. Con mucha dificultad acerco su mano con mucha dificultad hacia aquel extraño aparato y al tocarlo sintió algo que nunca había sentido, era un sentimiento de furia mayor que cualquiera que haya sentido. sentía como su sangre empezaba a hervir y la sangre de su boca empezaba a arder. A Lincoln le costaba razonar que estaba pasando, pero podía escuchar una frase que pasaba por su mente haciendo que esta doliese y así siguió hasta que el muy herido peliblanco termino diciendo esa misma frase.

-Con sangre e ira de rojo carmesí

Arrancada de un cuerpo recién muerto

Todos juntos con nuestro odio infernal

Haremos que todos ardan

¡Ese es tu destino!-

Mientras tanto, en algún lugar olvidado del basto cosmos.

-Ion, ¿acaso sentiste eso?- hablo un ser desconocido que flotaba en medio del espacio.

-si, al parecer Butcher ya encontró a su poseedor- contesto una voz tranquila.

-tenemos que ir por el, antes de que Ophidean llegue primero- después de eso aquella figura desapareció dejando un tenue destello de luz verde.