Sol del latín sol, solis, «dios Sol invictus» o «sol», Helios en la mitología griega, que también de la raíz protoindoeuropea sauel-, que se puede llegar a traducir como brillar.

Es una estrella de tipo-G de la secuencia principal y clase de luminosidad V, encontrándose en el centro de nuestro sistema planetario, constituyendo así la estrella más próxima a la Tierra como la mayor fuente de radicación electromagnética en el mismo sistema.

Formada por hidrógeno y helio principalmente con cantidades pequeñas de otros elementos como el oxígeno, carbono, y hierro y neón. Es una esfera casi perfecta de plasma, con un movimiento consecutivo interno que genera un campo magnético a través de un proceso dinámico.

Se formó hace aproximadamente 4.650 millones de años a partir del colapso gravitacional de la materia dentro de una región de una gran nube molecular

Y así como todo el sistema planetario, el Sol se formó a partir de nubes de gas y polvo de los residuos de otras estrellas.

La Tierra se encuentra a la distancia justa del Sol, lo suficiente para que existiera vida, en donde se acumuló el suficiente polvo para formar un planeta que si en un principio era hostil dejó de serio. Porque yo estuve en el momento justo, en el lugar justo, lo suficiente como para chocar con alguien y que algo totalmente diferente surgiera.

Tú amabas el sol, los días soleados, en donde todo parecía resplandecer y ser reflectante. Yo, sin embargo, odiaba los días soleados no se me hacían agradables, hasta que un sol formado por nubes de gas y polvos de estrellas de un galaxia diferente chocó conmigo.

Porque aquel Sol tenía tanto hidrógeno para convertir en helio que no le importaba darle un poco a otros sistemas planetarios con tal de que se mantuvieran encendidos y así recuperarse. Porque tenías tanta energía y corazón que no te importaba darle un poquito a otros.

No te importaba compartirlo conmigo cuando no podía más.

Así como te gustaba el sol, te gustaba la química y un día cualquiera sin tener que ser trece me explicaste la dinámica solar y los procesos termonucleares que sucedían adentro, me dijiste que el sol no es amarillo sino blanco y que todo se debía a los filtros que posee la atmósfera.

En realidad el color amarillo es un color formado por la combinación de la luz roja con la verde, ya que la luz amarilla no existe. Aunque eso es solo en teoría.

Tú eras luz, y tenías la suficiente para iluminar el sistema solar completo. Porque yo odiaba la química y ahora odio no haberte prestado atención aquel día cualquiera, quizás en otro día cualquiera te pude haber confesado que en la noche te terminé comparando con la muerte del sol.

Me habías dicho que se formó hace 4.650 millones de años y que tenía suficiente combustible para 7.500 millones de años más, que luego comenzaría a hacerse más y más grande, hasta convertirse en una gigante roja que terminará por hundirse en su propio peso y se transformará a una enana blanca que tardará unos mil millones de años en enfriarse. Aunque ya nosotros no estaríamos para eso.

Aunque yo pensaba que cuando al Sol se le acabara todo el hidrógeno y las funciones termonucleares dejaran de existir se transformaría en una supernova masiva que poco a poco consumiría a nuestro sistema planetario y al siguiente y al siguiente hasta que el polvo de estrellas lo transformara en un agujero negro.

La Tierra sin el Sol sería un planeta oscuro y frío donde la vida no sería ni remotamente posible. La vida, mi vida sin ti, es precisamente igual a eso, está llena de penumbra.

Y ahora, cuando sé que el sol no volverá a salir, lo extraño y ya me cansé de no tenerlo. Y como siempre, no lo aprecié como debía porque estaba allí, siendo constante y fijo.

Porque estaba equivocado. Porque no era algo constante, porque tú no te transformaste en el agujero negro antes de irte. Porque el Sol no se transformará en una supernova. Porque pensé que estarías mucho más tiempo.

El astro nunca pierde tiempo y transforma 700 millones de toneladas de hidrógeno en cenizas de helio y se hace más liviano a cada segundo. Y así yo tampoco perdí tiempo porque a cada segundo te amaba más, aún lo hago.

El tiempo ha sido descrito tantas veces que es relativo en sí mismo y en los conceptos que lo describen, porque así como el tiempo el Sol, las nubes de gas y polvo, los sistemas planetarios, la Tierra, tú yo también los somos. Somos tan relativos como el tiempo mismo.

Y para el día relativo en que te vuelva a ver, la inverosimilitud de que el sol se convierta en una supernova se volverá relativo y pasará a ser una posibilidad, quizás el sol  deje que ser una estrella, y nosotros que probablemente estaños hechos de polvo y somos nada nos convirtamos en un todo.

.I.