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Capítulo X

            «Colecione momentos, não coisas».
               (Coleccione momentos, no cosas).

POV Ashley:
     
                               Martes, 13 de enero/2021
Querido diario:
A lo largo de estos días me he sentido perdida, ojeras han comenzado a acompañar mi rostro. Los sollozos no paran de rodar por mis mejillas. Me paro delante de un espejo y me repito secando mis lágrimas que tengo que ser fuerte.

La vida no es nada justa, soy consciente que en algún momento vamos a morir pero nunca estamos preparados para ver a nuestros padres fallecer. Todo sucedió tan deprisa, se fue, no hubo un último adiós, el próximo hasta luego quedó en el olvido.

Sentir esta opresión en el pecho a cada rato, mis ojos se humedecen con el recuerdo. Quizás no fue la madre perfecta, pero era mi mamá.

Estoy cansada de esas miradas furtivas que me brindan todos cargadas de lástima cada vez que me ven. Hoy entré a la cafetería al doblar  la esquina a tomar un café y leer un rato pero me sentía tan incómoda al sentir como me observaban que decidí marcharme.

Mi padre va a atender a sus pacientes, vuelve a casa, se esconde detrás de los muros de su habitación. A la medianoche se oyen los vidrios rompiéndose. Esa se ha convertido en su rutina diaria.

Quiero estar sola, sin hablar ni ver a nadie. Solo necesito un momento conmigo misma en compañía de la música y los libros para poder olvidar esta tormentosa realidad, la opresión en mí y todo lo acontecido estos días.

Guardo mi diario en el que ha sido su escondite desde que nos mudamos a esta  casa.

Voy pasando por  la cocina y me detengo a beber un poco de agua. Siento la garganta reseca del llanto constante durante estos días.

Reviso mi móvil en busca de alguna notificación, pero no tengo ninguna. Me acerco hacia la ventana de la sala y observo que pronto va a atardecer. Subo a mi habitación y cambio mi ropa, zapatillas. Encamino mis pasos hacia el Queen's Park necesito distraerme de mis pensamientos, me consumen.

Ethan, está aquí en el parque también.

El viento lo despeina murmurándole  secretos mientras escribe en su diario. Se le ve tan sumido en este momento. Decido que mejor no lo interrumpo pero siempre está esa vocecita...

¡Ya claro, ahorráme esta charla y acaba de ir a sentarte a su lado!

Me parecía estar oyendo a Alice en estos momentos. Haciendo caso a mi conciencia me acerco a Ethan y me siento a su lado.

Como toda conversación que él y yo tenemos terminó molestándome. Por unos instantes olvidé mis problemas al oír cada idiotez que salía de sus labios. Se sentía tan bien estar aquí a su lado observando el atardecer, tanta calma a nuestro alrededor.

Llegué a casa con una sonrisa en el rostro. Había sido una tarde fantástica donde reí después de  tanto tiempo que no lo hacía. Sin darme cuenta me había deshaogado con él, me había desecho de esa coraza que se había vuelto en una monótona parte de mí.

Voy en busca de mi padre para decirle que bajara a cenar cuando escucho que está hablando con otra persona al otro lado de la línea. Decido alejarme de su habitación para darle privacidad.

—Señora Sparks tranquila...Claro, mañana nos vemos en la consulta...De eso no se preocupe, ¿su hijo ya sabe de ello? —lo escucho murmurar.

¿Será la madre de Ethan?

Deben ser meras coincidencias.

—Es su decisión... Todo lo que usted me comenta en sus consultas tienen carácter confidencial... No la voy a presionar para que se lo cuente a Ethan, pero él va a terminar descubriéndolo... Comprendo, pero solo le doy un consejo: Sea sincera, él la va a comprender  —explica mi padre de forma delicada.

¿Qué esconde la señora Sparks?

Me voy a mi habitación a descansar después de cenar. Siento como la angustia se extiende por todo mi cuerpo, algo está mal.

Esa llamada.

Pasaron varias horas hasta que conseguí conciliar el sueño.

                                  ***
El tono de la alarma me despierta. Los rayos de sol que se cuelan a través de las cortinas azabache, se reflejan en mi rostro. Me levanto y comienzo a prepararme para un nuevo día en el instituto.

Estaba caminando de camino hacia la parada de la escuela oyendo Anyone de Justin Bieber cuando choco contra alguien.

Siempre ando distraída. ¿Quién será?

Levanto la mirada.

Es él.

Siento como mi corazón comienza a latir desbocado, el miedo se extiende por todo mi ser, mis manos empiezan a sudar.

Huye.

Huyo, corro lo más rápido que puedo. Lágrimas silenciosas se deslizan a través de mi rostro.

¿Por qué regresó?

Volverá a hacerme daño si no me alejo.

Más rápido, corre, huye.

Atisbo la parada donde tomo el autobús junto a los chicos. Miro hacia atrás, ya no se encuentra siguiéndome.

—Aléjate de él. Esta es la primera, única advertencia que te voy a dar. Eres mía muñeca, no lo olvides —susurra con una sonrisa malévola en su rostro.

Joder, ¿en qué momento se acercó tanto a mí que no me di cuenta?

Necesito alejarme de todos.

No pueden descubrir mi pasado. Quiero empezar desde cero en esta ciudad.

Te sigue, te observa. Huye.

Llego a la parada todavía con algunas lágrimas empañando mis ojos.

—¿Qué te sucede Ashley? —pregunta Alice mientras que los chicos van subiendo al autobús sin darse cuenta de mi presencia aún.

Mejor, que no me noten.

—Tranquila, solo todavía no logro superar la muerte de mi madre —murmuro mientras que voy tomando asiento.

Mentirosa.

Todo va a estar bien Ashley, eres una chica fuerte podrás con esto y todos los obstáculos que te presente la vida —dice dedicándome una sonrisa.

—¿Puedo sentarme a tu lado? —pregunta una voz masculina que sabía muy bien a quien pertenece.

Ethan.

Hoy va vestido con un pantalón negro, abrigo gris. Lleva su cabello negro enmarañado despeinado.

¿Cómo se puede ver tan bien con ropas tan simples y sin tan siquiera peinarse?

Es un buenorro.

—Sí —murmuro suavemente.

—¿Qué te sucede? —comenta con un tinte de preocupación en su voz.

Díselo.

No.

Aléjate de él entonces, recuerda te está observando.

Un escalofrío me recorrió el cuerpo al recordar las palabras dichas hace unos minutos por...

—Sé que sí te sucede algo. Te encuentras pálida, tus manos sudorosas no paran de temblar, parece como si acabaras de tener un ataque de pánico —dice al observar que no le contesto nada.

Alzo la mirada encontrándome con sus ojos color café. El sol se refleja en ellos dándoles un brillo hermoso.

Son preciosos.

—Ashley te hice una pregunta —susurra preocupado—. ¿Qué te hicieron, qué pasó? Habla conmigo, dime que soy un idiota engreído. Solo di algo, estoy preocupado, algo no está bien.

—No quiero hablar ahora, por favor
—murmuro observándolo.

—¿Por qué eres tan obstinada? —responde con un resoplido.

—¿Por qué tú eres tan insoportable e insistente? —digo observando como su mirada sigue fija en mí, al acecho de cualquier señal que mi lenguaje corporal le pueda brindar.

— Porque me preocupo por ti —exclama alzando la voz ganándose miradas de todos los presentes.

—No hay necesidad de que te preocupes por mí, no hay motivo para que lo hagas
—replico entre resoplidos.

—Niégalo todas las veces que quieras pero sé que te sucedió algo. Solo te mientes a ti misma cada vez que nos mientes a cada uno de nosotros —contesta negando con la cabeza, desviando su mirada de mis ojos para fijarlos en el paisaje que se puede observar a través de la ventanilla.

—¿Quién diablo te crees para juzgar lo que digo o dejo de decir? —susurro exaltada.

—Solo te trato de ayudar —contesta enojado.

Imbécil.

—¿Quién eres?¿Por qué te contaría cada estúpida cosa que me sucede cada día o cada pensamiento que tengo diariamente?¡Dime! —exclamo irritada por el tono de su última contesta.

—¡Soy tu amigo! —grita.

Sus ojos revelan el enojo que siente.

Todos nos están observando, por dios.

Nunca pensé que tres palabras me dolerían tanto. Supongo que después de todo Alice si tiene razón, me terminó gustando su mejor amigo.

Solo me ve como una amiga, tonta Ashley.

El autobús se detiene y bajo a toda prisa, me pongo mis auriculares. Siento a alguien corriendo detrás de mí.

—¿Estás bien Ashley? —pregunta Alice observándome fijamente.

Escuchó la discusión.

—Sí tranquila —digo con una sonrisa falsa.

—Eso no es lo que parece —comenta.

—Sabes, tenías razón. Pero estoy cansada de que pueda tener algún poder sobre mis sentimientos —replico enojada.

No debiste dejar que el idiota de los ojos color café te conquistara.

Los sentimientos no se pueden controlar, surgen y no hay nada que se pueda hacer para detenerlos. 

—¿Qué acabas de decir Ashley? —Siento preguntar una voz masculina a mis espaldas.

—Que te den —digo de forma cortante a Ethan.

Con esas últimas palabras me encamino hacia la clase de Literatura Inglesa. Al parecer el día de hoy no ha comenzado muy bien que digamos.

Se fuerte, puedes con esto.

Maldito Ethan, todos son unos idiotas.

Pero te gusta.

N/A: Comienzan las preguntas e hipótesis. El misterio acaba de comenzar mis amores. Sigan leyendo... Se los advertí los demonios acaban de regresar.

¡¡¡Lxs amo!!!

Pd: Gracias por el apoyo de todos ya falta cada vez menos para alcanzar las mil lecturas 🎊🎉.

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