«Todo esse tempo sem perceber».
          (Todo este tiempo sin darte cuenta) .

POV Ethan:

                          Lunes, 4 de enero /2021

Querido diario :

Vi hoy a una chica hermosa, aunque suene muy cursi sentí un impulso incontrolable de ir en su búsqueda. Se veía tan inmersa en sus pensamientos, me encontraba tan inmerso observándola que perdí la cuenta de los minutos que lo hice. Despertó un interés en mí, por lo que detuve mis pasos para acercarme hacia el lugar donde ella se encontraba, pero había desaparecido ya cuando lo había decidido. Quizás algún día me la encuentre nuevamente, no desperdiciaré la oportunidad de entablar una conversación si me vuelvo a cruzar en su camino.

Cierro mi diario y me sumerjo en un sueño profundo en el que mis problemas diarios ya no son prioridad.

                                 ***

Suena la alarma y si soy sincero el ánimo para ir a la escuela era tan nulo, tanta monotonía que ya me tiene agotado, aburrido. Aunque ahora un poco más espabilado me viene a la mente un fragmento de lo que soñé anoche, era ella, la chica que había visto ayer al atardecer sentada en un banco en el Queen's Park.
Estaba tan absorto detallándola en ese momento que me di cuenta de la tristeza que asomaba en su rostro y  del cuaderno en donde se veía tan ensimismada escribiendo. ¿Qué le habrá sucedido, un ángel como ella estará también tan roto como yo? Detengo esos pensamientos al oír a mi madre darme un grito. En serio que no sé de donde saca tanta energía a estas horas de la mañana.

—¡Ethan Smith Sparks acaba de bajar a desayunar! —grita desde la cocina.

—¡Ya voy mamá! —le digo a toda voz, esperando que no continúe gritando.

Bajo los escalones de dos en dos, me la encuentro en la mesa organizando todo.

—¡Por fin hijo mío! Pensé que nunca bajarías, no entiendo porque llegas tan tarde en la noche si sabes...

 La interrumpo, abrazándola por su cintura. Es tan menuda, ha disminuido mucho su peso de una forma notable. 

—¡Buenos días a la mujer de mi vida! ¿Cómo amaneció la reina? —murmuro en su oído.

—¡Ethan, no me cambies el tema! Pero te salvas por eso de lo de reina pero que quede claro de que estoy molesta contigo.— Una gigantesca sonrisa asoma en sus labios mientras me «regaña».

Fingiendo dolor, pongo mi mejor cara de yo no fui, de indignación.

—No me mires así, sabes que me muero de preocupación con tus llegadas tan tardes en la noche. —Su voz suena preocupada, sus ojos muestran una mirada llena de tristeza, miedo.

Nuevamente había sacado a relucir el tema de mis llegadas tardes en la noche.

Si tan solo le dijeras lo que haces.

Ignoro a mi conciencia y le digo con entusiasmo a mi madre:

—¡Mamá!

—Mamá nada. —Una mirada intimidante acompaña su afirmación.

—Es que no entiendo si yo soy un ángel, nunca me meto en problemas, a parte sabes que por muy molesta que estés nunca has logrado  molestarte conmigo y mi hermano Haiaiel por más de cinco minutos, nos amas y mimas demasiado.

—Hablando de tu hermano, hoy me llamó. Dice que le va bien en la universidad y que no espera el momento de volver a verte —exclama con entusiasmo. Sé que lo echa de menos, el idiota ese todo musculito se hace extrañar.

—¡Ay que me emociono! —digo; mi mamá sonríe. —Después de todo cada día estoy más seguro de que ese ñoño no puede vivir sin mí.

—¡Estos hijos míos, por dios! Mira mejor termina de desayunar y acaba de ir hacia tu escuela —comenta con un resoplido.

Haciendo un puchero la observo y le contesto.

—¿¡Rose Sparks me estás echando de mi propia casa, a mí, a tu niño hermoso!?— exclamo con aire dramático.

Oigo que murmura por lo bajo:

—Este niño siempre tan  dramático.

—¿Qué dijiste mamá? —le pregunto como si no hubiese acabado de haber escuchado lo murmurado por ella hace unos momentos.

—Nada, que acabes de irte que se te va a hacer tarde para llegar al instituto.

—¡A sus órdenes sargento!

Cojo la mochila y me pongo en marcha para no llegar tarde. Mi profesor del primer turno no es muy agradable que digamos. En el camino voy oyendo a Ali Gatie cantando It's you y leyendo un libro en lo que el ómnibus llega a la parada que queda al frente de mi escuela.

Entonces ahí está ella, nuevamente en el mismo lugar donde la había visto la noche anterior. Pensé en un principio que era producto de mi imaginación, pero en realidad ahí se encuentra. Va con un paso lento y cabizbaja. A su lado se encuentra una mujer, esta al parecer va discutiendo con ella sobre algún tema, supongo que sea su madre por la forma de expresarse, gesticular y el gran parecido que comparten ambas.

Demasiadas coincidencias, encuentros, habían tenido lugar estos días. Todo se resume a esa chica, la castaña de los ojos color miel.

 El autobús se detiene y llego a la parada de mi instituto. Nada más entrar se me quedan mirando, pero yo hago caso omiso a esas miradas continúas que me han dirigido todos los días durante dos cursos.

Todo comenzó cuando empezaron a esparcir rumores sobre mí. En una ocasión escuché que yo andaba metido en las drogas, cuando nada es más distinto a la realidad. A veces el ser humano habla sin saber el porqué de algunas acciones, muchas personas al ver que había cambiado tanto mi forma de ser, solo se dedicaron a malinterpretar los hechos y juzgarme.

En el camino a mi salón me encuentro con mis antiguos amigos. A veces me pongo a pensar en esos momentos en los que podía ser yo mismo, en los que nosotros cuatro éramos uno solo, pero sabía que no los podía atormentar con mis problemas cuando ellos ya tenían los suyos propios. Poco a poco me fui alejando de ellos, los hice a un lado. Años construyendo una amistad se derrumbaron. Sé que no los debería juzgar por haberse alejado, yo los aísle. En algunas ocasiones se acercaron a donde yo estaba pero solo los ignoraba y me comportaba con una actitud de gilipollas, pero aún así les sigo queriendo, cometí un error soy consciente de ello. Después de todo las amistades son para mí los hermanos que aunque no compartamos ningún lazo sanguíneo forman parte de mi familia, ese confidente, consejero que va a estar conmigo tanto en los momentos malos como buenos. Hoy en día el significado de la amistad ha sido malinterpretado por todos, hemos dejado de un lado el verdadero significado de esta.

Desecho esos pensamientos y sigo mi camino entrando a mi primer turno de clase.

Al culminar mi horario escolar estoy agotado, ha sido demasiado cansino los turnos que nos impartieron. Me dirijo a mi casa caminando, pues la verdad necesitaba un tiempo conmigo mismo para despejar la mente. Las ganas de regresar a mi hogar son nulas, prefiero pasar un tiempo observando el atardecer leyendo, escuchando música, en el Queen's Park.

Llego al parque, me siento en un banco en donde se puede observar de una manera clara y hermosa el atardecer, digamos que tengo un asiento en primera fila para observar tan hermoso momento que nos brinda la naturaleza. Me pongo a leer, ni cuenta me doy del tiempo que ha transcurrido, pero unos gritos a lo lejos me sacan del mundo que me he creado. Una cabellera castaña oscura capta mi atención.

No es ella.

Todo pensamiento queda ignorado en este instante. Ya he comenzado a acercarme hacia ese lugar.

Se encuentra sentada a la sombra de un árbol, cabizbaja y llorando desconsoladamente.

Es como tú. Está rota. Aléjate, suficiente tienes contigo mismo.

Antes de ser consciente de mis propios actos ya estoy a la altura en la que se encuentra y  murmuro un tímido:

—Hola.

N/A: Espero que disfruten este libro a menudo que avancen en él... Solo les digo y no lo consideren spoiler pero esta no es la clásica historia adolescente romántico juvenil no se dejen engañar.

Lxs amo, espero ansiosa sus comentarios e hipótesis.

Ahhh amores si pueden me ayudaría muchísimo sus votos.

Ahora sí. Tchau, adeus.