Entro a la habitación esperaba que esa noche no fuera un cliente con gustos extraños un olor a menta inundaba el habiente pensó que era delicioso y lo vio sentado en el sillón la persona más hermosa que vio su mirada era asustada en ese momento lo supo era su destinado, pero porque no reaccionaba a el será que no lo creía o lo despreciaría.

—hola eres tú el que me solicito esta noche

—bueno si y yo no yo mi amigo quiso que esta noche me quedar lo siento yo no quiero incomodarte puedes dormir si quiere u otra coso no...no importa—takato estaba nervioso, pero se sentía protegido por el un desconocido.

—sabes es la primera vez que alguien no quiere hacer nada, pero dime quieres hablar un poco quiere un refresco o cerveza también hay bocadillos no lo crees

—Bueno está bien dime cómo te llamas mi nombre es Saijo takato un gusto en conocerte.

—soy Azumaya Junta sabes eres muy lindo nunca había hablado con nadie hasta hoy pero que te trajo aquí tú no te vez como un pervertido

—me alegro de escuchar que soy el primero con quien hablas y fui traído por un amigo él dijo que tenía que dejar de ser un virgen irónico no, pero tú no te vez como alguien que está a gusto porque

—bueno cuando tenía doce años fui vendido a este lugar a los dieciséis empecé a prostituirme y trabajo para comprar mi liberta eres a la primera persona que se lo cuento y tú que esconde ese corazón triste.

—mis padres nunca me quisieron yo nací defectuoso, aunque soy omega mi olor es repulsivo para los alfas me disculpo si lo sientes y no puedo sentir el olor de los alfas mi abuela me crio ella me educo y el día que murió pues dejo todo su dinero a mi nombre mi familia me contacto y quería mi dinero, pero los eche sé que soy malo pero me duele lo que hicieron.

—no lo eres, pero tu olor es suave eres increíble sabes tengo a mi familia y entiendo porque me vendieron no les guardo rencor.

—gracias tengo una idea te ayudare a que completes el dinero cuanto falta

—no es necesario además como puedes molestarte

—déjame hacerlo además tú estás cansado a cambio déjame ser tu amigo vendré a verte y pagar por hablar para que no sospeche bueno no encerraremos aquí luego cuando pagues puedes trabajar en mi empresa o con mi amigo aceptas.

Azuaya acepto era la primera vez que alguien extendía una mano sin segundad intensiones además era su destinado al ser libre hallaría el modo de conquistarlo, aunque no pudiera percibirlo los días pasaron y se volvían cercanos conociéndose takato sentía un extraño sentimiento confiaba en Junta se sentía protegido.