Capítulo 64: Extra.
"El amor que sentías enfermó y ahora se descompone"
—Alondra Calles
Capta mi atención desde que cruza la entrada.
Joder...
Esos ojos negros, más que la puta noche.
Esas pestañas tan largas.
Y esa cara pequeña, como la de una figura de porcelana, provocan que llame la atención casi de inmediato.
Lleva un vestido corto y unas mallas.
Pero de todas formas no puedo evitar pensar que sus piernas se ven tan... jodidamente perfectas.
Me empinó lo que queda de mi cerveza de un trago.
Y ella no me ve.
No me busca.
Sólo es otra cara bonita —pienso, mientras destapo otra cerveza.
Le ponen la pulsera de menores de edad y hace cara.
Me carcajeo por dentro.
Esto te pasa, por maleducada. Lo primero que tienes que hacer es buscar a los anfitriones de la fiesta y saludarlos —pienso, sin dejar de mirarla.
Joder, es que, qué bonita es.
De esas bonitas que actúan como si no se dieran cuenta de que lo son, pero bien que lo saben.
"Esas son las peores" —suelto.
"¿Qué cosa?" —me pregunta Mireles, el baterista.
"Nada"
"¡No mames! ¿Esa no es la hija mayor de los Candiani? ¿Con los que vivías?"
Arqueo una ceja.
"Jodeeer... Se puso demasiado buena la chamaquita... Y seguro que después de unas chelas se le quita lo amargada, o yo se lo quito con unos fajes"
"Cierra el hocico animal. No es de esas" —No sé como lo sé, pero lo sé.
Ahora está hablando con mi novia.
Pero yo solo puedo ver a la chica equivocada.
Tal vez porque... no estoy acostumbrado a que ninguna niña sea tan abiertamente hostil conmigo, así como lo es ella.
Jodida enana.
Ya me acabe otra cerveza sin darme cuenta.
Pues, destapo otra... Estoy en mi casa ¿No? Puedo hacer lo que yo putas quiera.
Marina le deja un beso rojo en la mejilla.
Y me molesta.
Me molesta porque siento que me estorba para seguir viendo su carita...
"¿No que no es de esas?" —pregunta Mireles, mientras la vemos acercarse a Garcés y el puñado de chicas que siempre lo rodean.
Están todos borrachos.
Y ella se saca una baraja de cartas y comienza a jugar.
Cada movimiento de su cuerpo es provocativo, y le sale de manera natural.
Un montón de cabrones la están viendo desde hace rato...
Y ella se acomoda el cabello, y puedo ver como un tipo a lo lejos se saca la verga del pantalón y comienza a masajearse pensando en ella, mirándola.
"Maldito cerdo se mierda" —me trueno los nudillos y me paro.
"Bebé... ¿A donde vas?" —pregunta mi novia.
"Al baño" —la aparto y me sigo de largo.
Dice algo más pero no lo alcanzo a escuchar...
Pronto estoy frente al tipo asqueroso que se está masturbando pensando en Helena Candiani.
Joder... pensar en su nombre me enfurece aún más, así que le suelto un puñetazo sin avisar y la nariz comienza a sangrarle.
La busco con la mirada, pero...
Él tipo me suelta un puñetazo en la boca.
Caigo al suelo y comienzo a saborear líquido caliente con sabor a oxido.
Mierda.
Intento ponerme de pie, pero esta vez me da un puntapié en la mejilla, y vuelvo a caer.
Un guardia de seguridad lo agarra del brazo y lo saca del departamento.
Pero yo me voy detrás como una puta fiera.
Esto no se va a quedar aquí.
Nos agarramos a golpes 1 a 1 afuera del departamento y yo lo dejo en el suelo, a pesar de que me vuelve a pegar en la boca.
"Y todo por tu culpa enana bonita" —me limpio la sangre —"Mínimo me debes un hola, con una sonrisa"
Me regreso adentro a buscarla, pero no la encuentro por ningún lado.
Ya no está tomando con Garcés y las chicas, pero ellos siguen teniendo las cartas.
¿Las perdió?
¿Se las quitaron?
¿Se aprovecharon de ella porque es una niña?
Mierda. Me hierve la sangre.
¿Donde coño estas?
No sé por cuánto tiempo la busco, pero cuando finalmente la encuentro, está en el barandal de la terraza, con otro tipo restregándole el pito en él trasero.
Y a ella no parece que le importe.
Él le secretea cosas al oído.
¿Lo conoce? ¿De donde?
Es muy mayor para ella...
Los puños comienzan a temblarme, así que agarro un trago de la charola más cercana y me lo empino de una.
Cuando vuelvo a voltear; Garcés esta con ella.
Él tipo está en el suelo.
Y él se la lleva a rastras.
Intento seguirlos de cerca, pero un montón de personas me detienen, y solo alcanzo a ver cómo la mete dentro de la casa de juegos, a lado del jacuzzi.
No pierdo la puerta de vista.
Y ellos no salen de ahí.
Me siento extraño.
Mi novia se enrosca en mi cuerpo pero yo lo único que quiero es sacármela de encima y abrir esa puta puerta.
¿Qué mierda me pasa?
Me besa y la correspondo.
Pero en cuanto cierro los ojos, aparece el rostro inocente de esa niña.
De la que sólo vino a mi departamento para revolcarse con el primero que se le cruzara.
Pasa un rato y Garcés sale del lugar sin camisa.
Maldita sea...
Desde que Garcés llegó, parece como si tratara de probar cosas con la que sea.
Pero con ella en especial me molesta demasiado y no sé por qué.
La veo salir después, usando únicamente la camisa que él llevaba puesta.
Una furia extraña se adueña de mí cuando me imagino todo lo que hicieron ahí adentro.
¿Qué no es como las demás?
¿Y yo de donde mierda saque esa jodida idea?
Una de las chicas prende un porro de yerba y yo le tomo la mano y jalo un poco para desestresarme.
Necesito las putas pastillas porque se siente como si me fuera a dar un maldito ataque... y me arde la boca.
Voy a lavarme la cara.
Esto no está bien.
Empujo a los que se me atraviesan para llegar más rápido.
Cierro la puerta y me enjuago la cara.
Mi mirada aturdida me recibe de regreso.
Ya.
Es de las que se saben bonitas pero navegan con bandera de pendejas.
Tocan a la puerta y yo suelto en automático un claro y fuerte:
"Largo"
Pero me jode que abren la puerta de todas formas.
¿Qué mierda?
"¡Con una puta mierda!" —suelto sin dignarme a mirar —"¡Qué está ocupado! ¿Qué ibas a hacer si me encontrabas cagando aquí dentro?"
No hay respuesta.
Trueno la boca y me giro con molestia... y la veo ahí, de pie.
Con esa puta camisa encima, que apenas y cubre esos pequeños pechos redondos, y perfectamente contorneados por la tela.
Cierra cuidadosamente la puerta tras de sí, y no puedo evitar pensar que se ve preciosa.
"Hola..." —joder, su voz también es demasiado bonita.
Y mi garganta se seca en cuanto se acerca.
"¿Ya no te funcionan bien los oídos o que mierda?" —le preguntó en cuanto mis fosas nasales se infundan de ese irresistible olor a vainilla mezclado con alcohol.
¿Qué edad se supone que tiene?
Pero me ignora y se pone a buscar algo ahí.
Como si mi existencia le fuera completamente irrelevante y eso me jode, porque desde que llegó, yo no he podido hacer otra cosa mas que pensar en ella.
Más que mirarla.
Y pensar que, desde aquella vez en el hospital, cada día se pone más guapa.
Como si diario fuera una versión mejorada de ella y no se da cuenta.
¿No se da cuenta?
No.
Esta jodida enana bonita claro que se da cuenta.
En algún momento nuestras miradas se cruzan y yo me paralizo.
Quiero jalarla hacia mi y no sé si lo presiente porque me dice:
"Siéntate aquí..."
Y me mete el pie de tal forma, que caigo sin esfuerzo sobre la taza del baño.
Gruño con exasperación.
Ya hizo de mi todo lo que quiso en esta jodida fiesta, y no voy a dejar que lo siga haciendo.
"No sé que mierda intentas hacer, pero largo de aquí. Este no es el baño de invitados y-" —pero parece que no me escucha y me sujeta la cara como si fuera un jodido títere al que puede mover a su antojo.
Me pierdo mirando sus ojos.
Su boca.
Deseando tener esos labios sobre los míos.
"Te ves muy mal..." —susurra y yo siento que se burla de mí.
Le sonrío para que vea que me es indiferente.
"No me digas... ¿Y que vas a hacer? ¿Limpiarme la puta cara para que piense que eres diferente a las demás o algo?"
Trato de apartarme pero no me deja.
Me sujeta con fuerza de la cara y siento que se me eriza toda la piel.
Quiero tener esas manos delicadas por todo mi cuerpo.
"Sí" —responde en un tono lineal—"Voy a hacer justamente eso. Así que cierra la boca y déjame vivir mi fantasía de niña puberta ¿quieres?" —abre un congelador y saca algo que me pone en la cara.
Se siente frío...
¿Me ve como un puto juguete?
"Pensé que eras mejor peleando..." —susurra mientras hace conmigo lo que quiere —"Eso me dijeron mis amigas, pero te dieron justo en la cara así que no debes ser tan bueno como dicen. Deberías dedicarte solo a hacer música en paz"
¿Piensa que soy un jodido grillo de mierda que solo sirve para cantar?
Me pierdo mirando los reflejos plateados en su cabello, mientras ella mueve la cosa fría en mi cara.
No soporto tenerla tan cerca.
Tengo ganas de tocarla y es mucho más chica que yo.
"Te vale un carajo" —agarro su muñeca y la aviento lejos —"Y gracias, pero puedo hacerlo solo"
Mis dedos hormiguean, quiero tocarla más.
Quiero romperle la camisa y sentarla en mis piernas.
Este pedazo de mujer, me pone demasiado duro y no quiero que se dé cuenta.
"Claro..." —me dice extendiendo su mano con la cosa que me puso en la cara y la tomo rápido para tener el menos contacto posible con ella. Es una piedra—"¿Fumas mucho?" —ladea la cabeza y se le abre el primer botón.
La puta mierda.
Aparto la cara y le digo:
"Vete. Allá afuera hay una fiesta, aquí no hay nada que ver"
"Ajá..." —pero me ignora y comienza a buscar cosas en los cajones del baño —"Conozco personas que también fuman mariguana"
Me rió de su comentario.
¿Con que clase de gente se relaciona?
No.
Esa es una pregunta muy estúpida.
En esta fiesta me dejo muy en claro que tipo de niña es.
Aprieto los puños.
"¡Genial! ¿Por qué no los invitas la próxima vez para que hagamos un puto club?"
Pero vuelve a ignorarme.
Se gira hacia mí.
Y comienza a limpiarme la cara con una bola de alcohol.
No tolero tenerla tan cerca.
Quiero montarla en mis muslos, abrirle las piernas y golpearle las nalgas solo para ver qué tipo de gestos hace.
"¿Terminaste?" —quiero saber.
"Casi..." —se encoge de hombros —"Así que cierra la boca y déjame disfrutar un poco más de mi orgasmo mental ¿quieres?"
Empujo su mano y eso la hace soltar la bola de algodón.
"¿De que forma te hago entender que no necesito de tu pinche ayuda?"
Pero vuelve a ignorarme y saca más algodón del empaque.
Me jode que yo en unas semanas voy a casarme y en lo único que puedo pensar es en esta puta niña.
"Bueno, sigue intentando... Los borrachos podemos llegar a ser muy tercos" —ríe.
"¿Sabes? Creo que ya sé por qué me odias..." —quiero hacerla enfadar, por haber venido a mi puta fiesta y no haberse dignado ni a decirme un puto hola.
"A ver... ilumíname con tu asombrosa teoría. Tal vez la mariguana te conecte más las neuronas y logres dar en el clavo" —vuelve a tocarme la cara, y yo tengo que obligar a cada maldita célula de mi cuerpo, a no tocarla de regreso.
"Estoy seguro de que te rechacé. Y te jodió que me olvidada de ti. Por eso vienes a mi fiesta a revolcarte con mi amigo y a pasearte frente a mí con su ropa" —la jalo con brusquedad de la ropa y la atraigo hacia mí. Mi voz sale completamente dolida y no entiendo por qué—"Pero tienes que saberlo: eres demasiado fea y plana como para ser mi tipo. Desde aquí puedo ver todo lo qué hay ahí abajo..."
Su mirada cambia.
Y yo me arrepiento un poco pero al mismo tiempo necesito cobrármelas por haber jugado conmigo sin siquiera darse cuenta y también quiero bajarle los humos.
Dios.
Es jodidamente preciosa.
Y eso me jode.
Me dan ganas de acercarla más...
Me dan ganas de-
"Eres un patán" —me responde sin rodeos.
Mi pecho pesa, se siente extraño... agitado...
Como cuando está a punto de darme un ataque pero me conozco bien y sé que no es eso.
"Cuéntame... ¿Con cuantos cabrones te viniste a revolcar a mi departamento?"
"Suéltame" —no me había dado cuenta de que seguía sujetando su ropa.
De que estaba tan cerca.
La imagen de ella dejándose hacer de todo por ese puto Garcés, me jode.
"¿Fueron muchos?" —le pregunto —"Seguro que sí, porque para ser una enana tan fea, traes toda la ropa hecha mierda, ¿que tanto te dejaste hacer? ¿A cuantos les abriste más piernas?"
Una bofetada dura me voltea la cara y los ojos se me humedecen al instante.
Se siente como si algo en mi se rompiera, y me doy cuenta de que es el sentimiento más jodidamente real que he tenido en meses, así que me río.
"¿Qué? ¿Toqué una fibra sensible?" —me jode lo que provoca y necesito que se vaya, porque estoy a punto de desmoronarme—"Anda... ¿Por qué no sigues cuidando de mí?"
Tenerla tan cerca me deja con la sensación de que toda mi vida es falsa.
Un vacío.
"¿Todos los días fumas mariguana?" —pregunta.
"Sí, ¿por qué? ¿Quieres?"
"Soy menor de edad..." —me informa.
"Y eso te valió un carajo cuando estuviste bebiendo"
"En tu fiesta"
"No es mi puta responsabilidad lo que la gente haga en mis fiestas"
Me mira de arriba a abajo.
Tiene los ojos llorosos y no entiendo por qué.
Se supone que le importo un carajo.
Se supone que a mí ella igual pero hoy no.
"Eres un drogadicto" —me juzga.
"¿Sí?"
"Sí"
"Pues tú no eres diferente por ponerte borracha" —señaló—"Porque para tu información en escala toxicológica, el alcohol no es menos nocivo que la mota, pero sí más letal"
Frunce el ceño.
Pero todavía se le ven ganas de llorar.
"¿Ya te vas a largar? ¿O hay alguna otra fantasía sexual que quieras que te cumpla, enana?" —tiene que irse o voy a comenzar a besarla.
Y a decirle que todo lo que le dije es mentira.
A tocarla.
Quiero que sea mía.
No puedo hacerle eso a Marina.
Ya he jodido su vida demasiado.
Soy una mierda.
Una jodida mierda y todo esto que siento seguramente es consecuencia de haber mezclado la hierba y muchos tipos de alcohol.
"No" —me responde, y ahí está de regreso ese maldito tono indiferente —"Muchas gracias por los mejores orgasmos mentales de mí vida."
No espera a que le conteste y cierra la puerta.
Su olor se queda conmigo.
Y yo cierro los ojos y me imagino que fui yo el que la encerró en ese cuarto.
Y el que le puso la camisa.
Y que la senté en mis piernas.
Y que enrede mi mano en su cabello y se lo jale con fuerza para obligarla a besarme, con esa carita inocente.
Que le desabotone la camisa y la tomé del trasero con brusquedad.
Que le di un par de nalgadas duras por ser tan desobediente y que la obligue a pedirme perdón mientras me comía su boca.
Aún hay conmoción afuera pero no quiero salir...
No sé cuánto tiempo pasa.
Me meto con todo y ropa a la regadera y me quedo tirado ahí un rato, con el agua cayéndome en la cara y mirando el azulejo de la pared.
"Las 6:03... Las 6:03..." —repito una y otra vez, porque tengo esa jodida hora atorada dentro de la cabeza y ni siquiera sé qué mierda significa.
Lo único que sé es que después de repetirla un rato, el peso en mi pecho se hace menor.
Y... respirar ya no es tan difícil.
Como si fuera una jodida oración.
Cuando abren la puerta, lo hacen de golpe y lo siguiente que veo es un video en YouTube de mi diciendo que fumo Mariguana, e invitándola a ella a hacerlo también.
Su voz suena claramente tomada y se tambalea porque lo está, y yo me veo hecho una mierda.
Lo colgaron hace no más de media hora y ya casi va por el millón de reproducciones.
Lo peor es que solo puedo mirarlo porque el cuerpo no me da ni para levantarme.
"Las 6:03..."
Nota de Marluieth: No sé que decir. Damasco me pidió que escribiera esto y yo solo soy un medium que tiene visiones de un mundo paralelo y las transcribe.
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