Estoy hecha de letras que cosecho,
silencio de tantas veces sola
en el lecho. Sentimientos irónicos
que rozan el punto de cosquilleo
en mi pecho, venas donde fluye tinta con derecho.
 
Vine, vi y vencí porque el odio
no me consumió como asumí,
siempre fui un cataclismo pero tan oportuna al momento de predecir.
 
Y es que hoy sin duda es unos
de esos días que escribo tristes posdatas, tan dentro de mi desastre
que mis sentimientos se desatan.
 
Y mi latido medio late dentro
de este pecho de plata, otra vez
jugando al puzle con tantas personas insensatas. Me desconcierta este vendaval de letras, pero es que
la vida me pasa tan rápido y se complementan.