El amor se palpó en distintos dilemas,
donde al principio el romanticismo
resaltaba como gemas.
El primer poema se tituló: Indiferentes,
donde ambos hablaban
sólo con la mente.

Se conocieron por suerte,
eso susurraba la gente,
a verlos tan felices en el presente.

De a poco uno se alejó,
ése que nunca se enamoró,
el otro se quedó con su dolor,
y siguió escribiendo hasta partir su corazón en dos.

Los trozos de papel aún los tiene
en las manos, no sabe si recitarlos
o quemarlos. Confundida está,
ésto no fue lo que le dijeron
que iba a pasar.

Solamente le queda sonreír,
y fingir que todavía puede dormir.
Pero aún lo espera con el alma abierta,
sabiendo que el mundo da muchas vueltas.

Decía jamás renunciar a lo que la hizo vivir, incluso cuando esa persona le pedía morir. No lo amó en el pasado, mucho menos lo amo en presente, pero sí lo seguirá odiando eternamente; por el daño que le hizo a su corazón latente.