Día 4: un día después de haber huido, sus padres la encontraron y le ofrecieron disculpas.

–Lo sentimos, pensamos bien sobre el asunto y decidimos ayudarte en el embarazo. –le dice su madre arrepentida.

–¡Gracias! –mamá se alegra y los abraza por un largo rato. Mis abuelos la llevan a casa para cuidarla en los meses siguientes, pero no se salvó de las preguntas.

–¿Quién es el padre?

–No quiero hablar de él, quiso que lo abortará cuando apenas se enteró. –contesta molesta.

Otro día de clases, esta vez mamá sale al recreo para tomar un poco de aire, pero se encuentra con algo que la deja muy mal; ella ve a papá besándose con otra chica en un rincón.

–Vamos, no debes ponerte nerviosa. –sus amigas intentan tranquilizarla pero mi mami es de carácter fuerte.

–Ahora me va a escuchar. –ella camina muy decidida a enfrentarlo -¡¿Cómo te atreves a hacer esto?! ¡Me dejas embarazada a mí y luego te encuentro besando con esta perra!

–No hagas un escándalo frente a toda esta chusma. –él intenta callarla.

–¿Perra? ¡No te permito que me hables así! –le grita la nueva novia de papá.

–A mí no me gritas ¡Perra! –a mamá se le acaba la paciencia y le da un golpe en la cara a la otro chica rompiéndole la nariz.

–¡¿Estás loca?! –papá se enoja con ella y ayuda a su novia.

–Lo sentimos, es por el embarazo, se siente mucho más sensible. –se disculpa una de sus amigas.

–Buen gancho izquierdo… –le dice la otra sonriendo.