Día 2: A los tres meses, mamá me lleva al doctor para verme por primera vez, ambos esperamos en una sala en el hospital a ser atendidos. Luego de varios minutos la puerta se abre y un hombre la llama, mamá se acuesta en una camilla y descubre su pansa, el doctor pasa un aparato por la misma y en un monitor mamá me ve yo estoy de costado con mi dedo en mi boca. Ella sonríe y comienza a llorar de felicidad.

–¿Ese en mi hijo? –le pregunta con una sonrisa en su rostro.

–Sí, es un niño, el padre debe estar muy feliz también. –supone el doctor.

–No, mi hijo no tiene padre… –contesta un poco seria, pero vuelve a reír al escuchar los latidos de mi corazoncito que también se encuentra contento.