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Primer Día De Clases

Me dirigí al desván para ver si encontraba lo que me había dicho mi tatarabuela, cuando iba a abrir me encontré con la grata sorpresa de que estaba cerrada así que baje a la cocina y me puse a buscar en la alacena para ver si encontraba el juego de llaves, revise varios muebles, entre los sillones y detrás de los cuadros pero no encontré nada, y justo cuando iba a darme por vencida, algo llamo mi atención, era un pequeño destello, me acerque a la pared y me encontré con una hendidura y cuando despegue mas la madera me encontré con una llave un tanto peculiar, tenia grecas como esas llaves antiguas que se ven en las películas de época, era de bronce, pequeña, tanto como para utilizarla de dije y tenia una inscripción tallada: "Portae apertae bellum incipiet et officium vestrum implebitur" . Saque mi móvil y abrí el buscador para saber que era lo que tenia escrito, y lo que encontré me sorprendió, primero esto estaba escrito en latín y segundo, la forma en que rimaba era increíble, la traducción "exacta" decía: " Las puertas se abrirán y la guerra comenzara y tu deber se cumplirá". Esto me sonó a película de Holliwood.

Corrí escaleras arriba, descalza  y con mis pantuflas en mano, para llegar al desván y abrir la puerta, pero cuando intente abrirla, la llave desprendió un brillo muy fuerte que logro cegarme por un momento, poco a poco el brillo perdió intensidad y pude ver como la llave que antes era de bronce se había transformado en una de plata con un diseño muy diferente al que tenía, en lugar de los tres círculos que formaban una especie de arco triple o como si fueran tres ojos, fueron sustituidos por una flor de lis con una enredadera de flores al rededor de toda la llave y el centro se adornaba una rosa roja, sorprendida, me quede un instante sosteniéndola y abrí; cuándo entre lo primero que vi fueron un montón de cajas regadas por toda la habitación, algunas estaban apiladas, y las mas viejas se encontraban casi desechas por la cantidad de tiempo que llevaban guardadas ahí, me acerque más y me di cuenta de cuan espacioso era, había varias estanterías llenas de jarrones, botellas con barcos y algunas otras cosas más.

Sentí que alguien o más bien dicho algo agitaba mi mano, así que cuando voltee a ver, la llave empezó a moverse descontroladamente y me arrastro con fuerza, debido a la velocidad que llevaba cerré los ojos esperando el momento en que me estrellaría en la pared, y cuándo por fin paro, abrí mis ojos, me encontraba frente a otra puerta esta era diferente, era de madera como casi todas las puertas de la casa pero esta era blanca, muy blanca y más alta que las otras, yo creo que alguien de dos metros entra sin problema, además de la diferencia de tamaño, tenía tallado un arco de flores y en el centro de esta se encontraba un árbol, creo que era un baobab o un olmo, aunque por la forma creo que es mas un olmo, rodeado de mariposas y a los pies de este, se despliega una preciosa flor de cinco pétalos anchos y terminados en punta, y el picaporte era de un color dorado tan intenso y brillante que podría jurar que es de oro,  si bien he visto muchas películas donde pasan cosas terribles por abrir una puerta, mi curiosidad pudo más conmigo, así que quise abrir la puerta pero no se movió el picaporte, tome la llave y la introduje y cuando moví la perilla, la puerta desapareció dejando a la vista un gran arco formado por una enredadera con rosas y botones de las mismas todo tan detalladamente hecho y parecía que era de oro pero al tocarlo era suave como un algodón y al pasar mi mano por el arco se sentía una tela suave y llena de una muy tranquilizante energía.

-Esto es increíble-dije

-Lo que acabas de tocar es la entrada para las almas-dijo una voz a mis espaldas; exaltada voltee y vi que era un joven alto, con los ojos mas azules que había visto en mi vida, su cabello era pelirrojo y lacio, despeinado a decir verdad y con ropa sacada de inicios del siglo XX se veía extraño y guapo como uno de los personajes de los libros de Jane Austen, ante tal pensamiento tan tonto me reí para mis adentros.

-¿Quién eres y que haces aquí?- Pregunté de manera hosca.

-Me presento madam yo soy Benjamín y Cristina me envió para ayudarte- dijo mirándome con un brillo extraño en los ojos, que hasta escalofríos me dieron.

-Ok, y como porqué mi tatarabuela enviaría a un chico a ayudarme- dije interrogativamente, porque francamente no creía que este chico tuviera idea de lo que ocurría.

- Cristina dijo que eras curiosa pero no creí que tanto, sin embargo para que no haya duda, dos cosas, la primera es que solo me veras esta vez de esta manera y la segunda es que únicamente he venido a entregarte las reglas e instrucciones para encontrar lo que necesitas. Además quería conocer realmente en persona a mi protegida - Dijo con un tono muy dulce que hacia que sus ojos brillaran como los de un padre hacia su hija, aunque era extraño, me sentí como si estuviera con mi papá.

-¿Tu protegida?-pregunte curiosa.

-Soy tu ángel guardián, tu guía espiritual, tu consejero, tu mentor, tu guarro, la persona que te tira de las orejas cuando haces algo malo, puedes llamarme como quieras y siempre que me necesites solo llámame ya que ahora tengo permitido mostrarme ante ti, podre venir sin problemas.

-En lo que sea - Lo interrumpí.

- Woo, tranquila, ahora que ya sabes toda la verdad, te falta mucho por aprender y hay muchas cosas que tienes que ir descubriendo sola. Yo solo puedo ayudarte en lo emocional y protegerte de todo lo que pudiera dañarte físicamente, aconsejarte para que no hagas tonterías, y lo mejor de todo, es que cuando hagas algo malo, ahora si me veras dándote unos tirones de oreja.

-Eres cruel, ademas yo soy un pan de Dios porque me levantas falsos - Dije poniendo una mano en mi pecho, victimizandome.

- Tú, un pan de Dios, te metes en más problemas de los que quisiera.

-Bueno, si tú eres mi ángel guardián ¿Donde están tus alas y tu areola en la cabeza?

-Como te abras dado cuenta no somos como nos pintan, mis alas están escondidas, si hubiera llegado con semejante idea que tienes en la cabeza te habrías desmayado del susto.

-Eso no es cierto- Conteste indignada- ¿Puedo verlas, por favor?- Dije con mi cara más inocente posible. Él me miro negando con la cabeza y yo junte mis manos a modo de rezo y hice una cara como la del gato con botas, ante esto no aguanto más y se río, entonces él hizo una reverencia y giro para dar paso a una gran ráfaga de viento que me hizo cerrar los ojos, cuando los abrí ya no tenia la ropa antigua por el contrario era una más actual y sus alas eran grandes y blancas con un brillo especial, francamente todo parecía sacado de un sueño, no pude pronunciar palabra estaba atónita.

-Sorprendida- Dijo y no pude pronunciar nada solo pude asentir mientras intentaba tocarlas- Ey no hagas eso- Pero poco importo ya que yo ya las había tocado y eran muy suaves, pero las movió de mi alcance y seguido de esto me tendió un pergamino enrollado y un sobre- Tengo que irme pero te estaré vigilando, este - Dijo señalando al pergamino - Te ayudara a encontrar lo que necesites y esta - dijo señalando a la carpeta - A que conozcas las reglas que cumplirás de ahora en adelante - Finalizo para de nuevo hacer una reverencia y dar paso a la ráfaga, lo que indicaba que había desaparecido.

No sabia como cerrar la puerta y no le pregunte antes a Benjamín, así que me tocaría experimentar para saber como cerrarla, lo primero que pensé fue en pasar la llave por enfrente como si tuviera sensor, y dicho y hecho al pasar la llave por enfrente la puerta se cerro. Iba a abrir el pergamino cuando escucho gritar a mi mamá desde la planta baja que bajáramos a desayunar.

Salí del desván y cerré la puerta, me encamine a mi cuarto para bañarme y vestirme. Salí de bañarme en 10 minutos y cuando salí decidí ponerme lo primero que encontrara planchado y decente, lo que encontré fue una blusa blanca con estoperoles en los puños y cuello, un pantalón de mezclilla negro y  obvio no podía faltar chaqueta negra con rosas en la parte de la espalda, ya que es mi favorita,  me puse finalmente mis botines negros con poca plataforma, me desenrede y deje mi pelo suelto, ya una vez lista tome mis cosas que un día antes ya había dejado listas y baje a desayunar; cuando baje mi hermano ya estaba en la mesa comiendo me senté en la silla contigua a la suya y devore mi desayuno que consistía en jugo de naranja con hot cakes, fruta, huevo y frijoles. 

-Niños- hablo mi mamá -Se les está haciendo tarde para ir a clases.

-Ya acabamos -dijimos yo y mi hermano al unisono.

Subí para cepillar mi dientes y baje lo más rápido que pude, ya que Ivan me estaba esperando para irnos juntos. Caminamos bastante, porque eran seis cuadras hacia arriba, dos a la izquierda y una a la derecha y finalmente habíamos llegado a la entrada de la preparatoria.

-Adiós enana- me dijo Ivan.

Él se dirigió a su salón, y yo, no tenia ni una sola idea de donde se encontraba mío, así que hice lo que cualquier persona racionalmente cuerda haría, pedir indicaciones, me acerque a uno de los profesores que vi y le pregunte donde se encontraba el aula de 1°A ya que me indico como llegar no tarde mucho, cuando entre a mi salón, me senté en el único lugar disponible cerca de la puerta como todos tenían su grupo de amigos y platicaban sin parar, yo me salí del salón pero por ir de boba pensando en la inmortalidad del cangrejo no me fije que venia una persona igual de distraída que yo y casi le tiro el café encima.

-Como lo siento se encuentra bien- Dije un tanto apenada ya que casi le quemo con el café; subí la mirada y pude ver que era un profesor, era muy joven como de unos 24 tenia facciones delicadas y sus ojos eran color verde con un toque de café y tenia unas pestañas de envidia-como lo siento, enserio no estaba mirando por donde caminaba y casi le quemo.

-Descuide señorita ademas estoy bien- dijo -Mmm..... usted es nueva no es así.

-Es muy obvio- dije.

-Si, ya que llevo viviendo aquí cerca de dos años y nunca la había visto, ademas, este es un lugar pequeño así que las noticias vuelan y por lo mismo nada es un secreto, porque aquí al final de cuentas todos se conocen-finalizo.

-Entiendo- dije mirando hacia un lado.

-Por cierto, gracias- dijo y yo lo voltee a ver con una cara de incredulidad.

-¿Gracias? porque, por casi quemarle - dije con extrañeza.

-No, por sacarme una sonrisa- dijo con una sonrisa en su rostro- ahora a donde se dirige señorita.

-A mi aula 1°A.- Después de semejante momento bochornoso lo mejor era quedarme en mi salón y estar quietecita en mi lugar. 

-Pues, después de usted, un gusto conocerla señorita- se quedo como preguntándose mi nombre.

-Me llamo Emily Thomson Avila.

-Pase señorita Thomson, soy Carlos Hurtado su profesor de matemáticas.

Camine hacia el salón y entre, la parte buena fue que no me obligo a presentarme frente a todos, su clase paso demasiado rápido, pero, no puedo decir lo mismo de los demás profesores que continuaron, que si me obligaron a presentarme, fuera de eso supongo que el día no puede ser peor o ¿si?

Ya finalmente después de dos horas es el receso, lo que significa que por treinta minutos no hay profesores para mi, me agradaría más esta hora si tuviera a una amiga. Después de estar sentada y haber acabado mi desayuno y cuando casi se acababa el receso, estaba subiendo las escaleras cuando tropecé con una chica que llevaba varios libros apilados.

-Como lo siento, estas bien- Dije mientras le ayudaba a recoger los libros que le tire al piso.

-Si- dijo apresurada- Yo lo siento, debo de ver por donde camino- Continuo.

-No te preocupes soy yo la que debe fijarse por donde pisa, ya ves la torpeza, la torpeza - Dije con una sonrisa para aligerar la tensión, y cuando acabe de ayudarla me presente- Soy Emily, por cierto.

-Soy Heidy-Me regreso la sonrisa.

Subimos platicando a su salón y nos dimos cuenta que estábamos en la misma aula, Heidy era bastante divertida, extrovertida y simpática; estuvimos platicando entre clases y me di cuenta de que era muy parecida a mi, Heidy era un poco mas alta que yo su cabello era de color castaño claro con unos toques de color negro, su tez era blanca y para resaltar sus ojos eran un color avellana con pestañas largas y por lo que pude ver su personalidad es bastante única, pensé que tendría mas amigos porque esta chica es muy divertida, pero al parecer solo le habla a todo mundo y solo tiene dos amigos, bueno conmigo tres.

Finalmente y después de una eternidad, las clases habían concluido y no, no es que no me guste la escuela pero no me gustaba ser del todo la nueva y que el semestre llevará 2 semanas de inicio, pero bueno que se le va a hacer y pues al final de todo, esto era un gran cambio, ya íbamos saliendo yo y Heidy de la preparatoria cuando me encontré con el chico misterioso de los ojos impactantes aunque hubo algo que me hizo sentir incomoda de tan solo verlo, posiblemente un mal presentimiento. Me despedí de Heidy y me fui caminando hacia mi hermano para irnos a casa, aunque por lo visto a Ivan no le costo nada hacer nuevos amigos y llamar la atención de tres chicas, que por lo que veo están de rogonas con él y no lo digo en broma sino que literal las tres chicas se estaban detrás de él, que horror.

-Ivan- le llame.

-Emy no iré a casa contigo, iré con Damian y Liam a terminar un trabajo y después a una fiesta- Me dijo, mientras señalaba a los dos chicos que estaban a su lado. Cuando estaba por preguntarle si le había avisado a mamá la chica pelirroja de ojos grises hablo.

-¿Porque no dejas a tu novia que parece una niña? Yo soy mejor opción.

 En este punto yo estaba indignada, me barren ella y sus amigas y de paso me dicen niña, además de dónde sacaron que yo sería novia de mi hermano; mientras tanto sus amigos estaban rojos de tanto reír porque les divertía mucho la situación.

- A ver linda, en primera la niña aquí eres tú, en segunda yo no pedí tu opinión, ni siquiera hablaba contigo y en tercera me parece que mi hermano merece a alguien mejor- Respondí molesta por la actitud de la chica.

Sus amigos estaban boquiabiertos y la chicas no sabia donde meter la cabeza, pero estaba segura que si no les ponía un alto ahora, después lo lamentaría, aunque jamas contesto a los insultos y casi todo me lo guardo, pero esta ocasión ameritaba que les respondiera para evitarme futuros problemas, en especial porque estoy segura que esas chicas son de cuidado.

-Y ahora tu ¿Que hiciste con mi hermana? - Pregunto Ivan riéndose.

-¿De que hablas?- Al ver que se rio más cambie de tema- Como sea, le avisaste a mamá que te vas de vago- Cuando dije eso sus amigos estaban que casi se ahogaban de tanto reír y estaba segura que mojarían sus pantalones. 

La situación empeoro cuando una chica de cabello oscuro se acerco a mi hermano y le apunto su número en un papel y se lo entrego, aun a costa de que las odiosas estaban todavía ahí, aquello hizo que la miraran con odio; yo por el contrario le lance una mirada interrogatoria a mi hermano que parecía haberse ido a Júpiter a pasear un rato. 

-Alisa es mi compañera de laboratorio y como soy el jefe de equipo a mi me toca armar el grupo para todos- Me explico antes de que empezara a echarle carrilla con la chica. -Enana ya me voy con mis amigos y ya le avise a mamá que llegaras sola, para que no se te ocurra irte de vaga a otro lado - dijo revolviendo mi cabello.

Lo vi alejarse en un Mazda rojo con sus amigos y yo me di la vuelta, y emprendí camino a casa mientras pensaba en lo irónica que es la vida, yo voy a casa caminando y tengo hora de llegada todo el tiempo, mientras que mi hermano se va de parranda a quien sabe donde y hasta parece que se manda solo, entonces donde quedó la autoridad de mis padres ahí. 

-¡Mamá ya llegue!-grite desde la puerta cuando entre, mientras la cerraba. 

-¡Que bueno cariño! - Grito desde la cocina, así que camine hacia allá, cuando llegue le di un beso en la mejilla y ella me lo devolvió - ¿Como te fue mi vida? 

-Bien, no me quejo, aunque las clases se me hicieron lentas e hice una amiga. 

-Por cierto cariño, sabes a donde fue Ivan que solo aviso que se va de fiesta pero no dijo a donde ni a que hora regresa.

-No lo se mamá, lo que si se es que mi hermano se fue con sus nuevos amigos - ven lo que les digo parece que se manda solo, pero hay un Dios que todo lo ve. - Bueno, me voy a mi cuarto a dejar mis cosas y ahorita bajo. 

Subí a mi cuarto a dejar mis cosas para bajar a comer pero antes de bajar decidí revisar que es lo que tenía que comprar de material para la escuela. Cuando baje, vi a papá sentado en la mesa comiendo se veía mejor en comparación a cuando estábamos en mi antigua ciudad.

-¿Como te encuentras papi? - dije acercándome a el y dándole un beso en la mejilla mientras le daba un abrazo.

-Mucho mejor princesa. - dijo sonriéndome.

La comida transcurrió de manera normal mientras les contaba a mi papas sobre el incidente del café, el de los libros y sobretodo lo de las "amigas" de mi hermano, claro que omitiendo la parte del chico ojiverde.

-Mamá- le dije sonriendo - ¿Quién es la mamá mas hermosa e increíble del planeta? 

-Que quieres - Me contesto de regreso, usualmente soy muy cariñosa con mi mamá y con mi papá, pero en cuestiones monetarias, esta es la mejor forma de convencimiento, y eso se lo aprendí a mi hermano, claro que el lo usaba para salir. 

-Necesito material para la escuela, me dieron una lista algo larga. 

-Pensé que querías otra cosa, para la escuela sabes que puedes pedir lo que necesites, pero para gustos banales no, para eso hay que avisar con tiempo. 

-¿Que es lo que te pidieron? 

-Un recopilador, hojas para el recopilador, juego de geometría, y no me acuerdo que más. 

Acabando de comer mi mamá subió a su cuarto y bajo con 800 pesos - Me parece que con esto te alcanza para tu material - los tome y me dijo - Si sobra, quiero el cambio de regreso, no lo gastes en tonterías.

-Si mamá-

-Si que.

-No lo gastare en tonterías y solo comprare el material que necesito. 

- Y no llegues tarde, que te puedes perder. 

Salí de la casa y camine hacia la plaza principal, porque me parecia que cerca de ahi habia una papeleria, pero el problema de ir a un lugar solo una vez es que se me hace dificil ubicarme y por lo tanto me pierdo, no me gusta preguntar a las personas en donde queda un lugar porque me da mucha vergüenza pero, es eso o caminar sin rumbo fijo, así que me acerque a una señora que paseaba a su bebe en una carriola.

-Disculpe podría decirme ¿donde hay una papelería? Por favor.

-Claro, mira caminas dos cuadras arriba y luego doblas a la derecha- dijo la señora mientra movía sus manos.

-Muchas gracias- dije y le regale una sonrisa.

Seguí las indicaciones que me dio la señora y efectivamente ahí estaba una papelería, solo faltaban unos metros, pero justo cuando iba llegando no me fije por donde pise y había un pequeño hoyo en el piso y me iba a ir de boca al suelo.

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