El guerrero de las sombras
Casi me caigo de boca al suelo y es en ese momento que sentí que alguien me tenía sujetada de la cintura mientras conseguía mantener el equilibrio, cuando por fin lo conseguí dirigí mi mirada hacia la persona que me había salvado de una fatidica caída; cual fue mi sorpresa al encontrarme con el chico ojiverde de la plaza, estaba sorprendida por la coincidencia pero la cercanía que había me hizo sentir incomoda y trate de alejarme de él pero no podía porque su agarre era muy fuerte.
-Puedes soltarme, estoy bien.- Cuando acabe de decir aquello el chico me soltó, y como quedé frente a él, pude ver detalladamente sus facciones y su estatura que de cerca si es considerable, mide por lo menos 1.70, ojos verdes pero de un verde intenso, sus labios un poco gruesos y su rostro cuadrado le dan un aire de hostilidad aunque su sonrisa dice que es amable. - Gracias, por cierto.
- Cuando quieras preciosa- Dijo con una sonrisa arrogante mientras me señalaba con su dedo indice y me guiñaba un ojo y yo entorne los ojos y ahí se acabo el encanto, es el rey de los cretinos, quien se cree Ian Somerhalder.
-Enserio- Dije con ironía mientras levantaba una ceja y me daba la vuelta para irme.
-Lo se, lo se, soy muy amable- Lo escuché mientras me alejaba.
- Si eso es ser amable no quiero saber lo que no es, ignoramus- dije sin importarme si me escucha o no.
Camine apresurada a la papelería y cuando entre una muchacha como de unos 20 años apareció frente al mostrador.
-Buen día en que puedo ayudarte.
-Buen día, disculpa si podrías darme 1 recopilador, una libreta francesa, una libreta italiana de doble raya, 3 plumas una roja, una azul y una negra, lapiz, borrador, sacapuntas y ...
-Mejor dame la lista, así es más fácil traer lo que me pides. - Le di la lista a la chica que estaba frente a mí, se adentro a los estantes y comenzó a salir con todo por partes.
-Algo más que necesites - me dijo mientras acomodaba las cosas para llevarlas a donde tenia la caja registradora.
-No, nada más, ¿Cuánto va a ser?
-Yeny ¿Cómo esta la mujer más hermosa del universo? - dijo un tipo a un lado de mí cuando voltee era el ojiverde de hace unos momentos.
-Son 729 pesos - Le di el dinero a la chica y ella pico más botones, la caja se abrió y me tendió el cambió. Mientras guardaba mis cosas le contesto al chico - ¿Que quieres ahora?- me entrego mis cosas le di las gracias y me fui no me iba a quedar a escuchar su conversación.
Iba bajando la calle cuando siento que alguien me toca el hombro y al virar me doy cuenta de que se trata del "señorito yo soy el rey del mundo" engreído y egocéntrico, bonita combinación.
-No tuve la oportunidad de presentarme, mi nombre es Jaime Medina- dijo mientras me extendia la mano para saludarme como se debe.
-Un placer- dije un poco chocante mientras estrujaba su mano - Soy Emily.
Y con eso ultimo seguí mi camino, pero, un par de cuadras antes de llegar a casa la sensación de estar siendo vigilada se hizo insoportable así que con la poca paciencia que aun conservaba me gire y no vi a nadie, aunque si de algo estaba segura era de que no estaba loca. Camine lo más rápido que pude para llegar a casa y estar segura.
¡Cinco! cinco minutos tarde en llegar a casa lo que nunca hago ni cuando se me hacia tarde en la calle ahora lo hice, una de dos o estoy loca o ya me convertí en un ser extraño de otro mundo que no pertenece a este plano existencial, sino que, pertenece a una realidad alterna. Ok, creo que estoy exagerando.
-Mamá ya llegué- grite mientras iba entrando.
-Que bueno hija, si encontraste todo lo que necesitabas o necesitas que te acompañe a otro lugar- Me regreso el grito desde algún lugar de la planta alta.
-No mamá, si encontré lo que necesitaba- Le regrese el grito desde la entrada.
Subí las escaleras con intención de ir a mi cuarto, cuando me detuve por un fuerte golpe que se escuchó en una de las habitaciones, me asome y vi a mi mamá recogiendo varias enciclopedias.
-Mama, ¿Qué pasó?
-Estaba acomodando las enciclopedias que ya están limpias, pero la tabla del librero se partió.
-No te paso nada.
-No cariño, pero el golpe fue muy aparatoso. ¿Tienes tarea?
- Si mami.
- Ve a hacerla, mientras veo en internet como reparar el estante.
Me fui a mi cuarto e iba a abrir la puerta cuando esta no abrió y entonces recordé que la llave la había puesto en una maceta que estaba cerca de mi cuarto ya que ese era el ultimo lugar en donde Ivan buscaría. Después de lo que parecieron años finalmente pude entrar en mi cuarto y comenzar con los pendientes del día de hoy.
Ya son las seis de la tarde y ya se me hacia que no acaba todos los deberes que había que hacer, por poco creí que entraría en una gran rebelión como la que Katniss le organizo al capitolio para acabar con el odioso sistema, finalmente después de la gran guerra encabezada por mua en mi cabeza, me puedo relajar, estirar, desperezar como si fuera un gato.
Baje al comedor y vi que mi mamá ya había colocado la mesa así que supuse la cena estaba lista pero supe que había acertado con mi respuesta debido a las fuertes zancadas que venían detrás de mi.
-Mamá te ayudo en algo- le pegunte desde la puerta.
-No cariño, mejor siéntate a la mesa ya voy a servir la cena- dijo mientras se dirigía a la cocina.
En el momento en el que volví mi mirada a la mesa para sentarme vi a mi papá y a mi hermano sentados en la mesa, parece que se teletransportan porque no los vi llegar.
- Y ahora tú, ¿Que no estabas de fiesta? - Le dije a mi hermano mientras tomaba asiento.
- Era una reunión solamente, así que me quedé un rato - Me contestó restándole importancia.
Después de la cena yo me retire a mi habitación para dormir, pero, cuando iba pasando por el desván volví a escuchar esos extraños ruidos y la llave que portaba en mi cuello comenzó a brillar y a levitar, algo me gritaba fuertemente que entrara y yo como buena persona que soy le hice caso y entre, al inicio no vi nada fuera de lo normal pero cuando avance hacia adentro note como el portal parpadeaba queriéndose abrir fue ahí cuando me percate de que no me encontraba sola y al voltear vi a un joven, un soldado por su atuendo con una larga cicatriz que atravesaba la mitad de su cara, como un gran zarpazo.
- ¿Quién eres?- le pregunte a aquel joven.
- Soy el guerrero que se esconde en las sombras, aquel que consideran una leyenda, quien ronda por los sitios mas oscuros para proteger al que lo necesita y con una misión en la vida proteger a su señora - y con una reverencia me dijo- soy el guerrero Gaizka y fui elegido para ayudarle en su misión contra la oscuridad.
- Ok, un placer Gaizka me llamó Emily - dije con una sonrisa en el rostro mientras me le quedaba viendo atentamente- Gaizka puedo preguntarte algo no creas que soy una entrometida.
- Por supuesto que quiere saber- dijo un poco a la defensiva.
- ¿Eres un soldado o algo así por tu traje?.
- Yo pertenecía al séptimo pelotón en las lineas de defensa que se enfretabán a la terrible guerra de Secesión en el área occidental de Virginia, la cicatriz que atraviesa mi rostro es producto de mi primer enfrentamiento con las lineas enemigas, yo era un muchacho de 16 años cuando eso ocurrió, estuve a punto de morir, pero un amable anciano me ayudó, él me acogió en su casa y me cuido hasta que sane, me cuido cómo un hijo y desde entonces se convirtió en mi padre y cuatro años después la guerra acabo y la paz volvió a la vida de todos, pero la guerra te cambia y los recuerdos son él peor verdugo que existe en este mundo. - dijo mientras sus ojos se obscurecian siendo llenados por un recuerdo pero rápidamente se iba.
- No me imagino el infierno que vives.
- Los años lo hacen llevadero- dijo con una sonrisa un poco forzada.
- Tengo que preguntar ¿Eres un fantasma o algo parecido?- dije.
- No, soy como una especie de ángel aunque yo prefiero la tierra de los mortales al cielo, es más divertido, además puedes hacer mucho más que allá arriba.
- ¿Enserio?- pregunté incrédula.
- Aunque usted no lo crea- dijo esbozando una sonrisa.
- Imagino que cada quien decide el rumbo que quiere que su vida siga - pensé en voz alta.
- Usted lo dijo, pero pasando a algo más importante su entrenamiento comenzará mañana a las 4:30 am.
- Entrenamiento ¿para que? o ¿que? - Cuando termine mi pregunta él solo sonrió y desapareció en la oscuridad.
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