🎓Veinte🎓
🔝 Recuerden la canción 🔝
En mi defensa, ando obsesionada con GOLDEN ✨
🎵Please Don't Change ~ JK 🎶
Los segundos pasaron muy lentos para el abogado Jeon, de hecho, todavía se repite esa frase, la maldita frase de bésame y que está martillando en su interior. Él por reflejo se quedó estático en su lugar con sus ojos bien abiertos y dejándose llevar por el contrario, grabó cada instante sin pudor y a la vez congelado. Fue observando como el corazón no se le explotó en el momento en que Jimin espetó con un tono melodiosamente sexy que le daba consentimiento, hasta que el propio chico rubio lo agarró de su saco, cerró sus ojos y le acercó sus apetitosos labios que han sido su mayor cruz desde que lo conoció. Jungkook como el adulto que se considera no va a mentir, muchas veces soñó despierto con esos esponjosos belfos mientras que se auto regalaba placer a su nombre; ya sea en su cama o bajo la ducha.
¡Y ohh... rayos!.
Saben mucho mejor que como imaginó. No puede explicar lo que significa sentir la cálida y suave textura de esa boca que ahora se posó en la suya con brusquedad y exigencia. Pero era tanto su desconcierto que estaba quieto, pese a que una humedad con sabor a frambuesa lo invadió y su pulso lo ensordeció. Fueron unos delicados roces, algo bastante inocente y a la vez significativo que lo convirtió de nuevo en un adolescente... O esa es su débil excusa para combatir ¿su cobardía?.
Le es inevitable preguntarse: ¿qué demonios está haciendo si él mismo, Jeon Jungkook, estuvo rogando por esto?.
En cuanto a Jimin, todo le temblaba. Seguía recostado a la mesa del archivero por mucho que se siente flotar, pero sus manos ejercieron más fuerzas en el agarre en el traje del pelinegro que teme romperlo, y su corazón se elevó hasta su garganta cuando besó a Jeon. Momento justo en que sus labios tuvieron una conexión, como un pequeño corte eléctrico y que los sacudió, o por lo menos así le sucedió al de ojos azules, que no cree lo bien que se siente la fricción con los labios de su superior. Es como cuando estas nervioso y suspiras desvaneciendo la opresión que no te dejaba respirar. Park se sentía poderoso y en las nubes.
¿Por qué se cuestionó tanto que estos sentimientos estaban incorrectos, que era otra jugarreta de la vida?.
Si se sienten como si corriera en el cielo, como si sus labios nacieron para encajar con los finos de Jeon.
Entonces... que los jodan a todos.
El joven rubio, sin notar el estremecimiento contrario, se acomodó removiendo sus caderas hasta que obtuvo una posición cómoda para abrir sus piernas y recibir a Jeon en lo que alzó sus brazos hasta enrollar el cuello del nombrado. Jimin quería más, no importaban esos miedos que lo cohiben, él necesitaba esto y por eso expandió sus labios para que su lengua tuviera protagonismo a la hora de catar ese terreno desconocido llamado Jeon Jungkook.
Y fue cuando el abogado tuvo su dosis de realidad.
¡Sí, Park Jimin lo estaba besando sin remordimiento!.
Un jadeo ronco se le escapó a Jeon cuando la delicada y rasposa lengua del rubio palpó con descaro su boca. El calambre se acentuó en su abdomen bajo como si sus instintos primitivos hubieran despertado en estos segundos y no le dio tiempo a que Jimin se percatara de su perplejidad, reaccionó como una fiera hambrienta y correspondió al beso.
Ellos ahora estaban en un paraíso que fue pincelado exclusivamente para los dos, como si viniera de la mano del destino y que solo Jungkook y Jimin saben apreciar.
Las emociones en ambos estallaron en sus pechos cuando Jungkook condujo sus grandes manos a la diminuta cintura del rubio y se acopló al danzar de sus labios, transformando el ingenuo beso en uno demandante y pasional. Sus cuerpos también despertaron por el gesto, empezaron a buscar más cercanía mientras sus extremidades superiores acariciaban a la silueta contraria desordenadamente, pero intenso a la vez y capaz de arrancar gemidos genuinos de placer que ahora los merodea de forma sutil.
El sonido obsceno de sus músculos bucales se evidenció y la llama de la lujuria se apoderó de la estancia. Pero ninguno quería detenerse a pesar que el leve juicio llamaba a que recordaran donde se encontraban y que es vital respirar. En contra de sus voluntades, con Jimin trenzando sus dedos en las hebras azabaches y Jeon amasando la piel de las caderas del rubio por encima de la ropa, se separaron unos centímetros por la falta de oxígeno y se perdieron en la imagen satisfecha del contrario.
El pelinegro casi babea por deleitar su obra de arte, al de ojos azules le brillaban de forma ardiente sus pupilas, estaba sonrojado y con sus voluminosos belfos en carne viva. Mientras que Park se hizo sumiso ante la mirada orgullosa y oscuramente depredadora del abogado Jeon, quien con una imperceptible capa de sudor en la frente y aspecto desarreglado lo sostenía ahora de sus mejillas.
—Oye, Jimin... Jeon... voy a pasar.
Claro, una voz ajena tenía que interrumpir este icónico momento, o sino, hubieran seguido sin tener en cuenta las consecuencias. La vergüenza se apoderó de los orbes celeste aunque fuera incapaz de moverse; fue Jeon quien sonrió y lo hizo, lo soltó separándose al instante para más o menos disimular lo que sucedió, ya que sin duda los llama Min Yoongi desde la entrada.
¿Quién si no?
—¿Mmm... dime, qué pasó? —respondió el pelinegro una vez que se peinó y acomodó su ropa, dejándose ver por detrás de los libreros que en esta ocasión fueron cómplices del primer beso con su ángel.
—Oye, perdona interrumpir —el secretario no lo miraba directo a los ojos, pero Jungkook estaba tan feliz que dejó pasar ese detalle— Es que te llaman desde la dirección del colegio de Somi —y fue cuando Yoongi lo miró.
¿Y nunca han vivido un sueño qué aparenta ser maravilloso, pero qué termina con la sensación de que estás cayendo al vacío?.
Pues algo similar le sucedió al abogado pelinegro, su despampanante sonrisa pícara se convirtió en una mueca escalofriante y todos sus músculos se contrajeron.
—¿Qué? —chistó Jimin al unirse a la conversación.
—La directora está en la linea uno, Jeon —expresó con mustio, y es que en los largos años que ha trabajado para la firma, nunca fue testigo de una llamada así— ¡Dale, ¿qué esperas?... ve! —alzó la voz para incentivar a su amigo y se hizo a un lado mientras que con sus señas le informaba que corriera.
Jungkook boqueó varias veces, negó para despertar y salió desprendido. Su pecho tuvo un bajón de ánimo aunque su ritmo cardíaco no hizo más que incrementar. No es la primera vez que lo llaman del colegio de su hija, pero siempre es a su celular cuando la niña se enfermaba o una que otra puntualidad que le hacía la maestra; eso sí, nunca se ha visto involucrada la directora, algo malo tuvo que pasar. Atrás lo siguieron Jimin y Yoongi hasta hacer fronteras con la recepción porque la desesperación del pelinegro no le permitió a este avanzar hasta su oficina; y decidió descolgar el teléfono de ahí.
—¿Habla Jeon... qué pasó? —refutó el pelinegro apretando el teléfono fijo como si su vida dependiera de ello.
La voz de Jungkook se fue elevando como los decibeles del sonido, eso atrajo la atención de todos los que rondaban al abogado, hasta de Gong quien salió a ver el diminuto espectáculo. Jimin y Yoongi estaban consternados por ver la transformación de Jeon. Su rostro indicaba furia como también la acción de tirar el teléfono al colgar y era una señal más que sumar a su estado.
—¿Qué sucedió ? —cuestionó el mayor mirando a su socio y luego a su secretario.
—¿¡Qué qué sucede!? —repitió rechinando los dientes Jeon y engurruñó sus puños del enojo— ¡Qué Ji Eun esta vez se va a enterar de con quién se metió! —refutó el pelinegro con su mandíbula tensa y dispuesto a dar el primer paso hasta la salida con una capa gruesa de tensión en sus hombros.
Las cosas ya pasaron de castaño oscuro para Jeon Jungkook. Esto es imperdonable y ahora le enseñará a esa malagradecida lo que es no valorar lo que te dan.
—¿Oye... oye a dónde vas? —Gong se interpuso en el camino del pelinegro y le dio un leve empujón por sus pectorales haciendo retroceder a Jungkook que ahora mismo parece la bestia de Tasmania.
—¡¡Tengo que ir o sino expulsarán a Somi por qué su madre de seguro tiene otras cosas importantes que hacer. SAL!!!.
—¡No puedes... CÁLMATE!.
—¡No me importa la puta orden de alejamiento, esto ya es intolerable!.
Entre los gritos hablados de los dos más grandes socios de la firma que llamaban poderosamente la atención, Jimin observaba la escena sintiendo un escozor en su interior como si Jeon le transmitiera sus emociones. Estaba tan anonado que no interiorizaba nada, al lado de Yoongi y en iguales condiciones.
—Es que mi niña no se puede ver perjudicada por las acciones de nosotros, Gong, la quieren expulsar de la escuela... ¿Entiendes lo qué eso significa? —gritaba exasperado el pelinegro— No puedo permitir que su futuro se tronche así —y gruñó.
Y fue cuando el rubio comprendió, una expulsión en primaria es algo grave y que mancha el expediente de un niño de por vida. Además, ese angelito aunque no puede decirse que la conociera en sí era un pan de dios a ojos externos.
¡No, Somi no se merece eso, Jungkook no merece eso!!.
A simple vista parece una situación sacada de contexto o exagerada, pero para los más cercanos a Jeon no lo era, todos se hacían una idea y más el rubio de ojos azules que era como si conociera el alma desnuda del pelinegro. Como si sintiera lo mismo que él.
—¡Jeon basta, esto lo menos qué hará es ayudar a Somi! —y espetó alto logrando que el silencio se presentara.
Jimin tenía su pulso desbocado de mala manera, no sabe si son síntomas del beso o no, pero es como si estuviera poseído por el aura filosa del pelinegro, sentía su misma furia.
—Jimin, pero... —Jeon no pudo terminar su frase.
—Con esa actitud no resolverás nada, aunque no lo pueda comprender del todo, imagino lo impotente que te sientes —habló el rubio retornando a la calma, sin despegar sus perlas celestes del guapo pelinegro y aligerando la tensión— Pero si solo sales como un cavernícola y violas todo, Somi terminará peor, piensa en eso —y musitó una vez que avanzó hasta el aludido.
Fue como un acto de magia, pero Jungkook se tranquilizó un poco con esa voz que se le coló en su organismo por completo y comenzó a respirar profundo para eliminar el fuego interno que lo tiene desesperado de mala manera.
—¿Qué te dijeron en esa llamada? —el rubio cuestionó con suavidad mientras se acercaba al pelinegro— Necesitamos buscar una solución, pero con la cabeza fría y pacíficamente.
—Es que con Lee ya no se puede tener clemencia...
—Bueno en eso Jeon tiene razón —intervino Yoongi como si estuviera pensando para él— Esa mujer parece que está pidiendo a gritos una buena sacudida de cabello, que le viren la cara...
—¡Min Yoongi! —regañó alto Gong que lo miraba aterrorizado, más cuando el secretario se había quedado mirando al frente perdido en sus pensamientos y espetaba con mucho odio.
Sin embargo, eso arrancó una carcajada con un poco de sorna de Jungkook, calmando así sus emociones y por ende la tensión disminuyó.
—Dime, para ver si yo te puedo ayudar o juntos encontrar algo que podamos hacer —pidió el de ojos azules en un susurro para que solamente lo escuchara Jeon.
Este bufó reconociendo que se había exaltado de más, que Jimin y sus compañeros tenía razón, pero se siente tan culpable en estos momentos que todo en su pecho le hinca. Derrotado, con todas esa montaña de sensaciones, alborotó su cabello en lo que tomaba una buena bocanada de aire y se animó a subir la cabeza, topándose al segundo con unas hermosas perlas celestes que lo observaban con preocupación, lo que también tenía algo especial donde el abogado se sentía seguro y querido. Era increíble lo que unos ojos podían causarle y por eso decidió ceder, decidió abriles las puertas más íntimas de él y aceptar que se puede apoyar en Jimin.
—No sé con exactitud, —rompió el silencio ganándose la atención de Park y de los otros dos, Yoongi y Gong que habían caído en una conversación entre ellos y apartada— Me pidió que por favor estuviera a la hora de salida para reunirnos, ya que la situación con Somi se ha vuelto insostenible y hoy cometió una falta grave. Aunque lo peor es que esto se estaba tratando de evitar y por eso le han hecho varios citatorios a Ji Eun, pero como imaginan no ha asistido a ninguno y la que siempre lleva a mi hija a la escuela es la señora Choi, su nana. Tengo que estar ahí hoy, Jimin, entiende que tengo que ir...
—Te comprendo, sin embargo, eso no va a anular la orden firmada por un juez que tienes, Jeon, así que mentaliza conmigo —respondió el rubio y por reflejo le agarró las manos, sin dejar la seriedad que necesitaba la ocasión para hacerlo razonar— Vas hoy, arreglas el problema o no, nadie sabe, ¿y luego...? —suspiró— ¿Después qué crees que pasará?.
—Te vas a meter en un problema más gordo que puede perjudicarlos para siempre, y los sabes Kook, tu eres un abogado de familia que conoce a la perfección las consecuencias que trae actuar a lo loco —expresó el mayor quien rápidamente se unió a la plática.
—¿Y entonces, qué hago? —cuestionó el aludido con voz temblorosa— ¿No estoy en uno de los momentos que más me necesita?, estoy desesperado porque se que tienen razón, pero algo aquí —señaló hacia su pecho— Me dice que si no acudo hoy, la voy a perder —y concluyó con un hilo de voz que le informó a los demás que estaba siendo honesto con sus propios miedos.
Eso los conmocionó a todos, era una realidad que no se merecen y que hasta para ellos es dolorosa e impotente. Les jode que algo así le este sucediendo a Jungkook, a alguien tan transparente y bondadoso como él, y que desgraciadamente están de brazos cruzados para ayudarlo. Sin embargo, cuando el silencio los volvió a abordar, Jimin se quedó pensativo...
Tenía que hacer algo, debía y quería ayudarlo.
— ¡Está bien! —expresó de un momento al otro logrando que todos lo miraran asombrados e intrigados— Te voy a llevar, con la condición que no cometas una imprudencia y me dejes a mí actuar.
—Estás loco —interrumpió Gong Yoo renegando— Jeon debe permanecer alejado de la niña como mínimo 100 metros. No puede...
—Y lo hará —confirmó con seguridad.
—¡Explícate!.
—Jeon se quedará en el auto cumpliendo lo que dice la ley, pero que en esta en ningún instante dicta algo sobre el teléfono y los recursos del internet y que no involucren a la niña directamente. Somi es menor de edad, no tiene que estar presente en la reunión con la directora mientras esté su tutor. Así que yo puedo entrar como el representante e intermediario de Jungkook , y lograr que la directora acceda a una videollamada con él para juntos resolver la situación.
¡Y waoo!
Todos quedaron impactado porque era una muy, pero muy buena idea, mayormente Jungkook que de lo rápido que latía su corazón abrió sus labios estupefacto.
¿Cómo no lo había pensado antes?.
Definitivamente Jimin llegó a su vida para darle luz...
—Claro, así Jeon no estaría violando nada —habló Gong Yoo para él— ¡Es una excelente idea, Park! —y exclamó.
Los cuatros empezaron a asentir y a murmurar sobre cómo procederían, tanto Gong como Yoongi felicitaban al rubio mientras que él se puso tímido por la atención que recibía y el pelinegro lo miraba detenidamente. En eso, bajó la cabeza con sus mejillas sonrojadas y como si fuera involuntario buscó a Jeon. Su corazón casi sufre de un paro al verlo con tanta devoción hacia él, porque sí, todo en Jungkook le gritaba eso, es como si lo observara con estrellitas en los ojos como le avisó su mejor amiga. Entonces, recordó el beso de hace unos minutos y las nuevas mariposas que descubrió en su interior casi lo hacen volar hasta ese instante, a que rememorara cada detalle.
Vamos Jimin, este no es buen momento de revivirlo.
Se dijo tratando de dispersar los pensamientos lujuriosos y placenteros que lo invadió. Ahora tenía que estar enfocado en sacar a Jungkook de este lío por mucho que la cercanía con él sea la culpable de que se le acelere el corazón.
—¿Oigan? —el llamado del secretario Min se escuchó y lo hizo salir de su ensoñación— ¿El hijo mayor de Sun no está también en esa escuela? —preguntó el de piel pálida cuando tuvo todos los ojos posado en él.
Jeon suspiró y asintió.
—¿Por qué entonces no la localizamos y que vaya apoyar a Jimin? La directora debe conocerla, creo que sería mejor a que Jimin entre solo.
—Eso, eso Min, llámala ahora —exigió el mayor para luego girar hacia sus abogados— Y ustedes muévanse, no pierdan más tiempo.
Jimin y Jungkook se miraron entre sí, asintieron a la par y todos se movilizaron. Bajo incertidumbre y angustia cada uno retornó a sus funciones. Min no perdió el tiempo llamando a la abogada Sun mientras que Park y Jeon recogían sus pertenencias para dirigirse a la escuela. Ya eran más de las cuatro y media de la tarde, un día laboral que había comenzado como la mañana de una primavera y que terminaba como si estuviesen alertados de la llegada de un tifón. Sin embargo, todos tienen la certeza que con apoyo y manteniéndose unidos, podrán afrontar cualquier vicisitud.
No habían pasado ni cinco segundos y ya ambos abogados ingresaban al elevador como alma que se la lleva el diablo.
—Jimin —llamó el pelinegro al poner un pies en el ascensor, y este no tardó en mirarlo— Gracias —y le sonrió tiernamente que derritió al rubio.
Ya lo había dicho, amaba esa sincera sonrisa de conejo y motivo por el cuál ahora se lanzó a abrazarlo. Fue como una necesidad para Park, quería sentir ese calor y aroma a cítrico que tanto le fascinó, su piel imploraba por tener contacto con Jungkook, quien gustoso lo recibió en sus brazos. ¡Y cómo no!, si para el abogado Jeon no había nada mejor que tenerlo cerca.
Él no deseaba soltar a Park Jimin, ya era demasiado tarde para eso pese a sus desastrosas decisiones pasadas. Quiere luchar lo que sea para que este hermoso ángel de ojos azules siga en su vida y que lo pueda sostener así.
Ohhh se vienen cosas picantes... y me refiero a ¿DRAMA?.
Bueno, era hora de recordar eso que tiene mal a nuestro abogado Jeon, debe resolver el problema de su hija.
Los quiero y esperen pronto otra actualización mis JeonMochis.
Kath 💜
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