En una noche tranquila en una ciudad que no se parece para nada a la muy conocida Royal Woods, en donde se puede ver cómo un gran autobús llegaba a lo que parece ser una terminal. Al parar el pesado automotor se abrieron las puertas, en donde ahí bajaron varias personas.

Entre esas personas bajó ahí un joven de unos aproximados 17 años. El cual tiene una peculiaridad muy llamativa que sin duda sería difícil de no distinguir, y es que dicho joven tiene el cabello completamente blanco, como si fuera un señor de la tercera edad, pero no lo era. Ese joven era nada menos que Lincoln Marie Loud, quien había bajado del autobús cargando una maleta algo grande y una mochila en su espalda.

_ Al fin, luego de varias horas al fin llegué a Detroit. Ahora lo que tengo que hacer es buscar el edificio de apartamentos que busqué en internet, vale más que tengo la dirección anotada.— comentó Lincoln mirando todo.

Con eso el albino tomó su maleta, la cual era las que tiene ruedas, y procedió a caminar para salir de la terminal. Para cuando salió e ir donde estaban estacionados varios taxis, fue que se dispone a subir a uno de ellos. Ya adentro del vehículo Lincoln se dispone a darle un papel al chófer.

_ Quiero que me lleve a esta dirección.— le entregó el papel Lincoln.

_ Enseguida joven, estaremos allí en un santiamén.— contestó el chófer.

Sin más el dueño del taxi encendió el vehículo y se dispuso a ir a la ubicación que decía en el papel. Durante el viaje Lincoln veía todo el paisaje que el lugar ofrecía, en parte le recordaba a Royal Woods, aunque la única diferencia es que su ciudad natal es un poco .así alegre y colorida, mientras que Detroit luce un poco más apagada, aunque no del todo.

Pasaron varios minutos en lo cuales Lincoln además de ver por la ventana, miraba su celular, veía algunas imágenes que tenía en su galería, vio una de entre todas, la cual al verla le generó muchos sentimientos, entre la cual destacaba, la tristeza. Salió de su galería y mejor guardó su celular para seguir viendo por la ventana.

El taxi había llegado a su destino, Lincoln bajó del auto, le pagó al taxista y tomó su equipaje, caminó hasta entrar al inmueble. Ya adentro miró el vestíbulo, aunque sea solo un departamento de habitaciones simples, su interior luce como el de un hotel. Fue a un pequeño escritorio y de ahí tocó una campanita que había ahí, a los pocos segundos apareció un señor de unos 50 años o un poco más.

Dicho hombre se sorprendió al ver a Lincoln, ya que se le hizo curioso que el albino tenga el cabello completamente blanco, en cambio él apenas le estaba saliendo unas cuantas canas. Dejó de pensar en eso y decidió preguntarle a ese joven que necesitaba.

_ Buenas noches joven, ¿Que es lo que necesita?— preguntó el señor.

_ Hola y buenas noches, quería saber si tiene alguna habitación disponible para mí, si no es mucha molestía.— respondió Lincoln lo que quería.

_ Estás de suerte, no hace mucho unos inquilinos que estaban aquí se fueron. Si quieres puedes venir a verla.— le propuso el hombre a Lincoln ver el cuarto.

_ Por mí está bien, muchas gracias señor.— contestó positivamente Lincoln.

_ Adam, mi nombre es Adam.— dijo su nombre el hombre.

_ Me llamo Lincoln Loud, es bueno conocerlo.— dijo Lincoln su nombre.

Asi Lincoln acompañó a Adam a ver la habitación que había disponible. Subieron unas cuantas escaleras hasta llegar a la habitación. Adam sacó unas llaves que tenía en su pantalón y abrió la habitación, entraron y se podía notar que la habitación en si tenía unas cuantas cosas ahí, un pequeño sofá, una televisión de las de antes, tenía una cocina, un baño, y la habitación principal, la cual tenía una cama unipersonal, y un pequeño gavetero.

_ Y bien, ¿Que le parece la habitación?— preguntó Adam a Lincoln.

_ Me parece bien, tiene todo lo que necesito. Me la quedo.— respondía Lincoln aceptando la habitación.

_ ¿Por cuánto tiempo planea estar aquí?— volvió a preguntar Adam.

_ No sé con exactitud por cuánto tiempo, ya que planeo quedarme en la ciudad para asistir a la preparatoria y a la universidad. Estaré aquí por un buen tiempo.— respondió Lincoln honestamente.

_ Es más que suficiente para mí, ahora sí gusta podemos ir a qué llene unos papeles y luego dar el primer pago del alquiler y así podrá quedarse a vivir aquí.— dijo Adam al peliblanco.

_ Por supuesto, vamos y así pueda descansar un poco.— mencionó el albino.

Salieron de la habitación y así los dos hombres fueron a cerrar el trato, Lincoln firmó los papeles y luego le pagó a Adam el primer pago del alquiler, además de que le dieron la llave del cuarto. Luego regresó a la habitación en donde procedió a desempacar sus cosas, las cuales no eran muchas, llevaba consigo lo necesario, su ropa, unos zapatos, ropa interior, además de que llevaba consigo objetos personales, también en la mochila llevaba consigo varios libros y cuadernos.

Para cuando terminó de desempacar sus cosas fue que vio la hora en su celular, aún era algo temprano, por lo que tendría que ir a ver si hay un lugar en donde pueda comprar algo para comer. Fue hasta la sala en donde ahí se dispone a sentarse en el sofá, al hacerlo volvió a sacar su celular y mirar nuevamente la galería de fotos, vio otra vez la misma foto que le causa tristeza, además de una serie de emociones distintas, la cual también se encontraba la decepción, enojo, vergüenza, y también, un poco de alegría.

En eso Lincoln por puro instinto levantó su mirada al frente suyo para ver a sus amigos los lectores, esto le alegró en cierta medida a Lincoln. A lo que este guardó su celular para así hablar con las mismas personas que lo han acompañado cuando tenía 11 años.

_ Oh, hola chicos, es una sorpresa verlos nuevamente. No me esperaba verlos aquí.— saludaba Lincoln a su público.

_ Sé que deben de estar preguntándose muchas cosas, algunas como, ¿Por qué estoy aquí en Detroit y no en Michigan? ¿Por qué estaba triste al mirar mi celular? Y lo más importante, ¿Que fue de mi familia?

_ La verdad, es una historia un tanto larga, pero con gusto se las contaré, pero antes debo de ir a comprar algo para comer, no he comido nada desde que llegué aquí, con su permiso ya regreso y luego les cuento que pasó conmigo y con mi familia.— comentó el peliblanco a los lectores.

Se levantó del sofá y tomó su billetera, tomó sus llaves y salió del cuarto para así ir a buscar un lugar donde pueda comprar algo para cenar y así regresar para contar el por qué se encontraba en Detroit y no en Michigan.

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Hola amigos.

Cómo les había dicho a ustedes, volveré a subir todas mis historias, empezando con esta. La cual estaba en constante actualización. Ya las demás pueden esperar, por lo tanto esta historia será mi prioridad y continuarla en donde la había dejado.

Yo no me iré, me iré cuando ya vea que hice mi trabajo aquí en esta plataforma, que, pese a que me ha golpeado dos veces, no me rendiré. Me levantaré como los grandes y le demostraré a esta plataforma que me puedo reír en su cara las veces que quiera.

Ya sin nada que decir los dejo con Lana para despedir el capítulo.

Esto apenas comienza.