Capítulo 20
En la grandísima mansión de la persona menos favorita de esta historia, así es, hablamos de Scott. En la mansión del oxigenado vemos al ya mencionado que estaba jugando en su consola carísima traída desde Japón en su televisor de 80 pulgadas. Más con un potente equipo de sonido, lo cual hacía la experiencia de juego del rubio mucho mejor.
Tenía su vista en la gigantesca pantalla, apretaba y movía las palancas de su mando, disparaba a tantos objetivos posibles. Ya cuando el tiempo de la partida acabó vio que había quedado en primer lugar, había eliminado más personajes que los demás. Dejó su control por unos momentos para estirar sus dedos.
Vio que le estaban llamando a su celular, miró de quién se trataba. Era uno de sus secuaces, más precisamente era Eric. No sabía para qué le llamaba, ya que anteriormente les había dicho a él y a Stan que solo le llamaran a su celular si fuera algo urgente, o importante. Lo tomó esperando a que fuera importante lo que estaba por contarle.
_ ¿Que es lo que quieres? Y espero que sea importante para que me llames a mi celular.— preguntaba Scott.
_ Es muy importante, más de lo que imaginas. Es sobre el anciano, lo vi con Dana hace unos momentos atrás.— respondía Eric.
Al decir eso toda la atención de Scott aumentó tras esas palabras. Le había dejado claro a Lincoln que no estuviera con Dana, desde hace unos días el albino ha estado desobedeciendo a sus amenazas, y si siguiera así no dejaría de difundir secretos de él en toda la escuela, por lo que quería saber que había hecho Lincoln con su amada.
_ ¿Que viste al anciano con Dana? ¿Que fue lo que hicieron ellos?— volvió a preguntar Scott.
_ No me creerías si te lo dijera, mejor velo por ti mismo.— respondió Eric.
Tras decir eso a los pocos segundos Eric le envió una foto a Scott, el cual vio y en su rostro se formó una mezcla entre ira y asombro. En la foto enviada al oxigenado se podía ver a Lincoln y junto a él estaba Dana. Ambos sentados en una banca en lo que parecía ser el parque de la ciudad, y lo peor de todo, es que ambos estaban besándose.
Esto hizo enfurecer a Scott, sus sospechas de que Lincoln está enamorado de Dana eran ciertas, el albino le arrebató lo que más ama en este mundo, y que desde hace varios años ha intentado enamorarla y atraerla hacia él para que así fuera su novia, solo para que un tipo cualquiera y que en solo unos pocos meses se la robó. No iba a permitir esto definitivamente.
_ ¡¡¿Que es esto?!! ¡¿Cómo se le ocurre a ese hijo de perra hacer eso?! ¡Ven aquí ahora mismo, tendré que tomar cartas en el asunto y dejarle claro a ese idiota que se metió con la chica equivocada!— ordenó Scott a su secuaz en venir.
_ Enseguida voy en camino, en unos minutos estar en tu casa.— acató la orden el cuatro ojos.
Con eso colgó la llamada y luego fue de inmediato a la mansión de Scott. Este último comenzó a lanzar todos los objetos de la habitación, estaba enojado, no. Estaba cabreado, era inaudito, inaceptable, intolerable, e inimaginable lo que había visto. Había visto como Dana, la chica que ha estado enamorada desde el primer día que la vio besar a otro chico que no era él.
Y para colmo, que ese chico que estaba besando el amor de su vida era Lincoln. El chico que desde que llegó a la escuela lo único que ha hecho es ganar popularidad y dejarlo en ridículo en más de una ocasión. Pero ahora había cruzado la línea, había tocado un terreno que no debía meterse, algo que sin duda le costaría caro, y para eso tendrá que tomar medidas drásticas, ya nada de juegos, era mejor actuar ahora mismo.
Días después.
Un par de días pasaron desde la segunda cita de Lincoln y Dana. En esos dos días las cosas para ellos no ha dejado de mejorar. Ambos se la pasaban juntos, llegando al punto de que varios de la escuela empezaban a rumorear de que ellos dos son novios, aunque unos cuantos no se creían eso.
Lincoln se había prometido de estar con su amada novia, luego de la historia que ella le contó sobre su vida se prometió que estaría para ella, que no se sentiría sola, y que nunca la abandonaría así como lo hizo el padre de ella, quien dejó a Dana y a su madre.
Por el lado de Dana, la castaña también se prometió en apoyar a Lincoln en todo lo que hiciera. Luego de saber el por qué Lincoln está viviendo actualmente en Detroit, y de lo que su familia estuvieron por hacer en contra de él, eran motivos más que suficiente para así estar con él y ayudarle a lograr su objetivo, de ser mejor que sus hermanas.
Vemos cómo la pareja se encontraba en el patio de la escuela. Con ellos también estaba la otra pareja, es decir, Demian y Karen. Los amigos de nuestra pareja también se mostraban felices, y no por nada. Ya que ambos son tal para cual, ambos son almas gemelas, y han pasado tiempo juntos y que además se conocen desde hace tiempo.
_ Se ven lindos ustedes dos juntos, Lincoln y yo nos sentimos orgullosos por ustedes, chicos.— comentó Dana a sus amigos.
_ Gracias amiga, y nosotros también estamos orgullosos de ustedes. Desde un inicio Demian y yo supimos que ustedes serían novios, y nunca lo dudamos en ningún momento.— comentaba Karen.
_ Y estamos agradecidos del apoyo que ustedes nos han dado a Dana y a mí. Son los mejores amigos que podríamos tener.— agradecía Lincoln.
_ No es nada viejo, sabes que con los amigos hay apoyo para regalar. Lo único que nos importa es la felicidad de ustedes dos, que sigan felices y que el amor entre ustedes nunca muera.— dijo Demian.
_ ¿Y ya han pensando cuando tendrán otra cita ustedes dos?— preguntó curiosa Dana.
_ Es un poco pronto para pensar en la siguiente cita. Dejaremos que lo nuestro avance a su propio ritmo. Aunque si gustan podríamos salir los cuatro en una salida entre amigos, ¿Que les parece?— proponía Karen una salida.
_ No nos vendría mal, siempre podemos divertirnos como amigos los cuatro juntos. Sea una cita doble o no, lo importante es que la diversión nunca acabe.— decía el peliblanco.
_ Estoy de acuerdo con Lincoln, siempre podemos divertirnos como los amigos que somos. Podríamos hacerlo este domingo en la tarde.— aceptaba Dana la idea.
_ Está bien, este domingo iremos a divertirnos los cuatro juntos.— aclaró Karen lo establecido.
Ya con eso fue que todos volvieron a sus salones para seguir con lo que quedaba de clases. Para cuando era la hora de salida se ve a Lincoln, quien se dirige a su casillero a guardar unos libros que sacó para una clase en donde tenía que tenerlo. Abrió la puerta y metió su libro, justo cuando estaba por cerrarlo vio algo que no debía de estar ahí.
Lo que estaba ahí era una pequeña memoria para celulares con poco almacenamiento de GB. Esto claro para Lincoln era extraño, ya que la única memoria para celular que tiene está en su celular, y no tiene otra de repuesto o algo parecido. A lo que llegó a la conclusión de que alguien la metió ahí para que él la tomara.
_ "Sea lo que sea que signifique esto ya me imagino que será. Por ahora me centraré en lo que queda del día en ir a trabajar y luego veré qué tiene esta memoria"— pensaba Lincoln respecto a esa memoria.
Guardó lo que tenía que guardar y se fue de la escuela con rumbo a su hogar para luego ir a trabajar. Vemos cómo Dana estaba en el autobús con su amiga Karen, las dos amigas estaban contentas de que las cosas entre ellas va a subiendo como la espuma, Dana con Lincoln que ya tienen dos citas y Karen, quien espera tener también su segunda cita con Demian.
Luego de unos minutos el autobús se detiene y ambas amiga bajan del pesado camión y caminaron hasta separarse e ir a sus respectivos hogares. La castaña llegó a su casa en donde vio que su madre estaba en casa, su madre estaba preparando el almuerzo, a lo que la castaña se acerca a su progenitora.
_ Hola mamá, ¿Te ayudo a preparar en almuerzo?— saludaba y preguntaba Dana.
_ Hola tesoro. Descuida, yo misma me encargo de hacerlo.— rechazaba la ayuda la señora.
_ Tranquila yo insisto, no quiero dejarte a ti con todo el trabajo. Déjame ayudarte con esto, tú descansa un poco.— se proponía Dana ayudar a su madre.
Así la joven de 17 años se puso un delantal y se pone a preparar lo que su madre haría de almuerzo. El cual era un guisado de carne, el cual le gustaba a ella. Por su lado la madre de Dana estaba sorprendida de que su hija se proponga en ayudarle en hacer la comida. Ya que son pocas las ocasiones en las que Dana se pone a cocinar, no es que no sepa cocinar, sino que sus nervios le ganan y piensa que haría un desastre.
Pero ahora su hija se ha visto más activa con lo relacionado a sus deberes en la casa. También de que se le ve más feliz y contenta, incluso ni se molesta mucho cuando discute con su hermano menor. En cierta parte le alegraba verla así, nunca antes la había visto de esta manera, ni siquiera en sus cumpleaños o cuando ella era pequeña y la llevaba a sus lugares favoritos se ponía así de alegre.
Y todo eso es gracias a que Dana ha estado saliendo con ese chico llamado Lincoln. Le sorprendía lo que ese chico había hecho con su hija, desde que empezaron a salir Dana ha cambiado radicalmente en el sentido de que siempre está feliz. Tenía sus dudas con respecto al chico que su hija se siente atraída, pensando que era la clase de chico que solo buscaba en su hija un interés sexual, pero no fue así, es todo lo contrario.
Con todo eso tenía curiosidad de conocerlo en persona, lo único que sabe de él gracias a Dana, es que tiene el cabello blanco, algo que pareciera absurdo que lo tuviera de ese color, pero quería conocer a quien será su yerno. Por lo que se dirige a su hija para así tener una breve plática madre e hija.
_ Dime Dana, ¿Cómo te ha ido estos días con Lincoln?— preguntó la madre a su hija.
_ Me ha ido bastante bien, como sabrás hace unos días tuve con Lincoln nuestra segunda cita. Fue especial para mí, aparte que pude conocer más a fondo de Lincoln, es algo triste en parte, pero le prometí que estaría con él y darle mi apoyo.— contaba Dana todo lo de ella y Lincoln.
_ Eso es adorable, es bueno que las parejas se conozcan y así tengan una conexión que los unan. Y también es bueno que le des tu apoyo a Lincoln, ya que eso es fundamental en una relación y también sepa que estás dispuesta a todo por él y así como él a ti.— comentaba la dama.
_ Por supuesto, Lincoln ha hecho mucho por mí desde que nos conocimos. Y en cierta parte cometí un error del cual me arrepiento, pero que estoy dispuesta a rectificar, y para eso le prometí que en todo lo que haga él siempre me tendrá a mí, su novia y alma gemela en todo momento.— juraba Dana estar para Lincoln.
_ Me enorgulleces mucho mi vida, estoy segura que Lincoln estará agradecido de tener a una chica como tú que nunca se apartará de su lado y le brindará esa seguridad y amor que se merece. Y hablando de él, tengo curiosidad de conocerlo en persona, cuentas mucho sobre él que me dan ganas de poder verlo.— decía la madre de Dana.
_ Podría invitarlo a cenar con nosotros. Así tanto tú como papá puedan conocerlo. No menciono a Dylan ya que él lo conoce.— proponía Dana invitarlo a cenar en casa.
_ ¡Es una excelente idea! Así podemos tu padre y yo conocerlo y platicar con él. También le encantará la comida que le haré, le gustará mucho que posiblemente pida más.— decía la mujer entusiasmada.
_ También le encantará la idea de conocerte a ti y a papá. Le podría decirle mañana en la escuela que venga a cenar con nosotros mañana mismo.— dijo la castaña.
_ Muy bien, entonces mañana será la cena en donde Lincoln vendrá y podrá conocer a tu padre y a mí. Haré la mejor cena que haya preparado en toda mi vida.— dijo la madre de Dana.
_ No hace falta que hagas eso mamá, aunque si, me gustaría que Lincoln se lleve una buena impresión de ustedes, así como ustedes cuando lo vean.— le dijo Dana a su mamá.
Luego de esa plática ambas mujeres siguieron en lo que estaban lo cual era preparar el almuerzo. En la mente de Dana pensaba en la cena que tendría cuando Lincoln llegue a su casa, esperaba que sus padres lo conozca y vean la clase de chico que es Lincoln y se lleve una buena imagen de él, y que lo acepten como parte de la familia.
Algo del cual ella misma deseara que fuera lo mismo pero con la familia de su novio, pero luego de lo que le contó Lincoln del por qué está en Detroit, lo mejor sería no tocar ese tema, al menos quería conocer en persona a su hermanita Lily, la única de todas sus hermanas que aún lo quiere y que nunca le haría algo a él.
Con Lincoln.
Volviendo con el peliblanco, luego de su turno en la pizzería ya era momento de regresar a su hogar. Quería descansar, ya que nuevamente al lugar habían llegado bastante gente, eso debido a que se celebró un cumpleaños, y como tal tuvo que hacer varias pizzas.
Llegó y lo primero que hizo fue tirarse en el mueble que estaba en nomás entrado al apartamento. No quería hacer nada más que solo descansar, algo bueno que hizo al mudarse a esta ciudad es que podía descansar cuánto tiempo sea requerido y sin que nadie viniera a molestarlo, algo que sin duda le hubiera venido bien hace años.
Pero pese a su momento de relajación aún no se había olvidado lo de hace unas horas atrás, de la memoria que encontró. Debía de ver lo que trae dicho objeto, aunque sabe lo que puede contener. Lo haría luego de descansar, otra cosa buena de trabajar en esa pizzería, además de que le regalan las sobras de pizza, palitos, y de recibir propina cuando trabaja de repartidor, es que cuando prepara la masa ejercita los brazos, cosa que le cae bien pese a que un rato después le duele.
Luego de descansar y de ir a darse una ducha y cambiarse se hizo de comer. Para cuando había acabado hizo lo que tenía que hacer, tomó la memoria y luego quitó la que tenía en su celular y puso el que dejaron en su casillero. Cuando lo encendió vio que en la parte de su galería había un vídeo, al cual le dio a reproducir.
"¡¡Maldito idiota incompetente estúpido cabeza de hisopo dientes de pala flacucho cara de imbécil bueno para nada!! ¡¿Acaso estás jugando conmigo?! ¡Te dije exactamente que te mantuvieran lejos de Dana o de lo contrario expondría tus más íntimos secretos a todo mundo! ¿Y que fue lo primero que hiciste? ¡Te juntas con la personas que te había advertido que no te juntaras!"
Quién haya hecho ese audio se escuchaba completamente enojado, le hizo recordar las veces en las que Lola solía enojarse con él o con algunas de las chicas. Pero en este caso el tipo le estaba reprochando de que no hiciera caso a lo que le había prohibido, que era acercarse a Dana. No sabía quién pueda ser, si tan solo la voz de ese tipo no estuviera editada.
"Ni creas que esto se va a quedar así, ya me cansé de jugar contigo. No me quedas de otra que tomar el asunto con mis propias manos, y no lo digo en broma. Acabas de cometer el peor error de tu miserable vida, estás a punto de conocer el infierno en vida, fui lo suficientemente estúpido para no hacerlo de la manera que me gusta hacerlo. Nadie te salvará de esta, solo tienes una última opción, o te alejas definitivamente de Dana, o sino, mientras menos te lo esperes, ahí estaré para hacer tu vida una ruina de la cual no podrás escapar"
"Considerate advertido, ya no más juegos, solo te diré esto. Si no te alejas de Dana mejor considera cuidar tus espaldas, ya que yo ahí estaré para verte arrastrándote a mis pies, pidiendo clemencia, suplicando por tu vida, que este martirio acabe. Mejor haz lo que te digo, aléjate de ella o no vivirás para contarlo"
Finalizó el audio y Lincoln se quedó sentado con su celular en mano, quien hizo ese audio se escuchaba que tenía un profundo rencor hacia él. Se le detonaba en su voz el odio que le tenía hacia el peliblanco. Pero lo último que le dijo le estremeció un poco, de que si seguía juntándose con Dana ese tipo iría por él personalmente y así le daría su merecido.
Pese a ello, no le haría caso a su amenaza, simplemente haría lo que ha estado haciendo. Y eso era seguir adelante en su relación con su linda novia.
_ No sé que se trae ese tipo conmigo. Pero está equivocado si me obligará a separarme de Dana. A ver si es capaz de hacer lo que había dicho, pero en todo caso estaré atento por si ocurre algo, nunca se sabe.— dijo Lincoln para si mismo.
Sin más dejó su celular pero antes le quitó la memoria y la tiró a la basura y le puso la que tenía en su dispositivo móvil. Luego de eso se puso a ver la tele para así pasar el rato antes de irse a dormir.
Al día siguiente.
Dejando la noche atrás y dándole la bienvenida a un nuevo día, vemos cómo Lincoln caminaba para ir a su escuela. Durante el camino empezó a recordar lo de la noche anterior, de ese audio que el desconocido hizo especialmente para él.
Por puro instinto veía a sus alrededores por si miraba a alguien sospechoso, no veía a nadie que luzca sospechoso o que por lo menos le llame su atención. Puede que le importa poco lo que ese tipo le dijo, pero no estaba de más estar al tanto por si lo que dijo ese desgraciado no era broma y que de verdad iría por él.
Llegó a su escuela y entró a su salón, no vio a Dana ahí adentro, por lo que se dispone a esperarla. Mientras la esperaba no sabía si contarle lo de ayer, o mejor decírselo en otro momento. Ya que ambos están pasando por un gran momento juntos para que algo así arruine esto, y menos que Dana se preocupe por ello.
Vio a su novia llegar, a lo que la saluda dándole un abrazo, aunque hubiera preferido un beso en los labios pero tenía que parecer discreto. Ya que estaba prohibido en la escuela mostrar muestra de afecto amoroso en las instalaciones.
_ Hola Dana, ¿Cómo amaneció la chica más bella del universo dimensiones?— saludaba Lincoln a su novia.
_ Hola conejito, estoy bien. Desperté mejor que nunca.— respondió la castaña.
_ Me alegra oír eso, y también me alegra ver tu hermoso rostro. No podría vivir sin verlo.— dijo Lincoln a su novia.
Dana se sonrojó por el cumplido de su novio, Lincoln sabía cómo hacerla sentir bien, una de tantas razones por la cual agradece tenerlo de novio. Fue ahí que a Dana le llegó a la mente lo que iba a hacer cuando viera a Lincoln.
_ Gracias amor, por cierto. Te quería decir que si podía venir a mi casa a cenar. Ya que mi madre quiere conocerte, ya sabe que tú y yo somos novios. Y sería bueno que conozcas a mis padres.— contaba Dana lo de la cena.
_ Por supuesto, no hay nada de malo conocer a tus padres. Será bueno poder conocerlo y ellos me conozcan a mí. ¿Y cuando será la cena con tus padres?— preguntó el albino.
_ Será hoy en la noche, a las 7 PM, no tardes mucho. Mamá hará una cena especial para el invitado, o sea tú.— respondía Dana.
_ Está bien, estaré ahí temprano. Entremos al salón antes que venga la maestra.— acató Lincoln estar ahí.
Los dos novios entraron a su salón para así comenzar otro día más de sus vidas en la escuela. Todo lo que pasó durante ese tiempo transcurrió con normalidad, a excepción de que Lincoln seguía pensando en lo ocurrido de ayer, agradecía no haberle contado a Dana de esto, y más que ella le pidió en ir a su casa a cenar con su familia.
Cuando era hora de salida Lincoln fue a su hogar a descansar y prepararse para trabajar, le diría a su jefe de que le deje salir temprano, para prepararse para la cena con la familia de su amada. Para cuando salió de la pizzería lo primero que hizo fue en darse una ducha, fue al baño y se duchó, luego de eso escogió la ropa que se pondría.
Quería verse bien para los padres de su novia, si quería que los padres de Dana aceptara la relación de ellos dos tendrían que verse como un chico ejemplar y no un drogadicto. Encontró el conjunto perfecto, no era tan elegante, pero tampoco para decir que se veía como un chico ordinario.
_ Esto me queda bien, espero poder dar una buena impresión a los padres de Dana.— dijo Lincoln.
Ya cambiado se puso desodorante y algo de colonia, algo que había aprendido de Lori de las veces que escuchaba sus conversaciones con las demás chicas, es que siempre cuenta en lo detallista que es Bobby, y hablando de este último, su amigo y casi hermano le contó una vez que la clave para conquistar a una chica es ser un chico educado, y oler bien.
Se peinó su cabello blanco, vio que no faltaba nada, ya era momento de ir a la cena con la familia de su novia, y que a futuro también será la suya. Caminó para ir a la residencia Miller. Durante el trayecto Lincoln pensaba en como ha avanzado su relación con Dana. Nunca imaginó llegar tan lejos, y ahora estaba por hacer algo que muy pocos han logrado conseguir, caerle bien a los padres de la novia.
Cuando llegó tocó el timbre, al hacerlo por unos momentos su mente comenzó a jugarle una mala broma. Pensaba en que arruinaría la cena con algo que no debía decir o hacer, o que no era lo suficiente como para que los padres de Dana la dejen estar con él. O si ellos creen que es un fenómeno por el color de su cabello, eso y más pensamientos invadieron la mente del albino.
Junto en ese momento la puerta se abrió y de ahí se vio a Dana, quien vio que su novio había llegado. Al verlo notó que estaba algo nervioso, como si estuviera a punto de salir corriendo o con ganas de vomitar.
_ Hola Lincoln, luces bien conejito, me gusta esas ropas.— saludaba Dana a su novio.
_ Gra-gracias Dana. Quise verme bien para esta ocasión, una muy importante para mí, para nosotros dos.— respondía el peliblanco.
_ Jeje, por supuesto. Entra, la cena ya está lista.— dijo la castaña.
Así Lincoln entró a la casa de su novia, la acompañó hasta el comedor en donde ahí mismo estaban los padres de Dana, además de estar ahí Dylan. Quién como siempre estaba ahí sin prestarle atención a nadie. Dana por su lado se dirige a sus padres para decirle.
_ Mamá, papá, les quiero presentarles a Lincoln Loud. Él es mi novio.— presentaba Dana a su novio.
_ Ho-Hola señores Miller, como dijo Dana me llamo Lincoln. Es un honor poder conocerlos.— saludaba Lincoln comenzando a sudar.
Tras la presentación los señores Miller estaban sorprendidos de ver a Lincoln, y no hacía falta decir el por qué estaba así. La señora Miller al ver a su yerno le dejó claro que Dana no mintió al decir que Lincoln tiene el cabello blanco, pero ahora estaba convencida. Por el lado del padre también estaba igual que su esposa, estaba sin palabras al ver a Lincoln y ese cabello tan loco que tiene.
_ El honor es nuestro de tenerte en nuestro hogar querido. Vamos, toma asiento que ahorita mismo te sirvo la comida.— respondió la madre de Dana.
Lincoln hizo caso a lo que dijo la mamá de su novia, tomó asiento el cual estaba entre Dana y Dylan. La mujer castaña sirvió la comida para su familia y la visita, había preparado un estofado de pollo con papas y verduras, el cual olía muy bien, cosa que hizo que Lincoln quedara hipnotizado, si debía de comparar este estofado lo primero que le viene a la mente es uno que suele preparar su padre, si tuviera que escoger en uno de los dos, quedaría empate.
La dama sirvió el estofado para todos, luego de eso comenzaron a comer. Lincoln tomó los cubiertos y comenzó a comer, probaba la comida que su suegra había preparado y al hacerlo sintió un sabor único, ya ha probado algunas comidas diferentes, pero esto era algo completamente distinto, único y le daba un toque especial.
_ Esto sabe increíble señora Miller. Realmente está muy bueno.— halagaba Lincoln la comida de su suegra.
_ Muchas gracias querido, y por cierto, me llamo Diana.— decía su nombre la señora.
_ Dinos Lincoln, ¿Cómo fue que se conocieron Dana y tú?— preguntaba ahora el padre.
_ Ella y yo nos conocimos en la biblioteca de la escuela. Le ayudé con un libro que no podía alcanzar, y yo le ayudé a bajarlo.— contaba Lincoln cómo se conoció él y Dana.
_ ¿Y tu cabello es así o usas un tinte especial?— preguntaba Diana.
_ No uso nada en mi cabello, así lo he tenido desde que nací. Esto lo heredé de mi abuelo materno, quien al igual que yo lo tenía así en su juventud.— respondía Lincoln.
_ Y yo que creía que te lo pintabas por qué quizás tengas algún problema.— comentó Dylan.
_ Escuché eso jovencito, será mejor que te comportes y le pidas disculpas a nuestro invitado.— dijo el padre a Dylan.
_ Descuide señor Miller, no es la primera vez que alguien me dice eso. Ya estoy acostumbrado a recibir ese tipo de comentarios sobre mi cabello.— calmaba Lincoln a su suegro.
_ Y cuéntanos Lincoln, ¿Tienes algún familiar a parte de tus padres?— volvió a preguntar Diana.
_ De hecho si, tengo a mis hermanas, las cuales pese a que tenemos gustos diferentes y que en ocasiones peleamos, al final terminamos bien y todo eso queda como una pequeña anécdota.— fingía Lincoln ser amable hablando de sus hermanas.
_ ¿Y cuántas hermanas tienes, Lincoln?— preguntó el hombre.
_ Tengo 10 hermanas.— respondió Lincoln.
Tanto Diana, como su esposo y también Dylan casi se atragantan al oír la cantidad exhuberante de hermanas tiene el peliblanco. Cosa que no le sorprendió al albino, y eso también iba para Dana, quien igualmente se esperaba esa misma reacción de sus padres y hermano al oír la cantidad de cuñadas tiene.
_ ¡¿Diez hermanas tienes?! Eso es una completa locura.— exclamó sorprendida Diana.
_ "Sin mencionar que no perdían el tiempo sus padres para nada. No me imagino como habrá quedado la madre de ese chico"— susurró el hombre.
_ ¿Es mentira lo que dices viejo? Nadie estaría tan loco como para tener muchos hijos.— preguntaba Dylan.
_ Solo mira por ti mismo, para que veas que no miento.— le dijo Lincoln a su cuñado.
En eso el albino le mostró su celular el cual mostraba una foto familiar, una que fue tomada de hace años, donde se ve a Lincoln junto a sus hermanas, padres y las mascotas reunidos como la familia que eran en ese momento, nada que ver cómo lo es actualmente.
Los señores Miller y Dylan quedaron aún más sorprendidos, ya que era verdad lo que decía Lincoln de que tiene 10 hermanas. Cada una tiene algo de parecido con los padres, siendo Lincoln el único que se diferencia de ellas por el color de su cabello que hace unos momentos atrás explicó de eso.
_ Vaya, realmente tienes una familia muy grande. Lo máximo que he visto yo que una pareja tenga hijos es de 5, o inclusve 6, ¿Pero 11? Es algo excesivo.— opinaba Diana.
_ No quisiera estar en los zapatos de tus padres teniendo que estar al tanto de todas ellas. Debió ser un gran reto de ellos al criarlos a todos ustedes.— decía el hombre a Lincoln.
_ Si que lo fue, pero ahora ya la mayoría de mis hermanas están en la universidad y en casa solo están las menores. Y yo me mudé aquí para seguir con mis estudios.— contestaba el peliblanco.
_ Y hablando de eso, ¿Has pensando que harás para el futuro?— preguntó el padre de familia.
_ Aún no he escogido que haré, solo espero poder terminar la preparatoria y poder ingresar a la universidad estatal de Detroit.— respondía Lincoln.
_ Todavía tienes tiempo para decidir que harás. Eres joven aún, puedes escoger que quieres para tu futuro.— dijo el señor Miller.
_ Tiene razón, tengo tiempo para escoger la carrera que estudiaré para así ser alguien en la vida. Muchas gracias por sus palabras señor Miller.— agradeció Lincoln a su suegro.
_ De nada, y por cierto, me llamo Daniel.— decía su nombre el hombre.
La cena transcurrió en donde Lincoln contaba que hace luego de la escuela, les cuenta que trabaja en una pizzería en la cual gana un buen dinero que le ayuda con los gastos de la escuela y que además está guardando para la universidad. También les contó a sus suegros y cuñado lo que solía hacer cuando vivía en Royal Woods. Las cosas que hacía con sus amigos, con sus hermanas, y los desastres que estas hacían. También los señores Miller contaban alguna anécdota sobre ellos, de como se conocieron y a qué se dedican.
Daniel cuenta que se dedica de gerente de una fábrica de camas. Y Diana se dedica en trabajar en un salón de belleza. Lincoln le cuenta un poco a qué se dedica sus padres, y también a lo que quiere dedicarse sus hermanas. En esta parte Lincoln se tuvo que aguantar las ganas de decirle a sus suegros que sus hermanas son unas hipócritas y unas mal agradecidas, pero no quería contarle de sus problemas familiares con ellos.
Un rato después la cena había terminado, Lincoln había quedado satisfecho de lo que su suegra había preparado en esta ocasión. Ya Lincoln tenía que irse a su hogar, Dana le acompañó hasta la salida. Afuera de la casa se ve a ambos novios, quienes estaban felices de que esta cena haya salido bien y que los padres de Dana vieran bien a Lincoln y que además, dieran su visto bueno en su relación.
_ Fue una cena increíble Dana. Además pude ver qué tus padres les caí bien, no vi que tuvieran alguna duda sobre mí de que sea tu novio.— decía Lincoln lo que pasó en la cena.
_ También lo vi, mis padres en verdad les encantó el verte y conocerte mejor. Fue mejor de lo que imaginé, y como dijiste, mis padres no tienen ningún inconveniente en dejarme que seas mi novio, estoy tan feliz que quisiera llorar.— dijo la castaña feliz de la aprobación de sus padres.
_ Estoy igual de feliz que tú. Por ahora será mejor que regrese a mi apartamento. Nos vemos mañana amor, que descanses.— se despedía Lincoln de su novia.
_ Está bien, descansa tú también conejito.— dijo Dana a su chico.
Antes de separarse se dieron un beso de despedida, uno que duró unos 10 segundos, luego se separaron y Dana entró a su casa. Lincoln caminaba para regresar a su hogar, se le veía contento, feliz y lleno de vida. Su relación con Dana había alcanzado su punto más alto, ahora sus suegros tienen una buena imagen sobre Lincoln y además de darle su aprobación de que sean novios.
Si tan solo su familia no fueran una bola de hipócritas bien les presentaría a su novia a ellos, pero al menos le podría presentarla a Lily, y a sus abuelos, y sus amigos. Las únicas personas que confía más que nadie y que se preocupan por él. Al menos su novia conocería a quienes considera en estos momentos su familia.
En el camino Lincoln seguía pensando en lo que pasó hace unos momentos en la cena, cuando de pronto y sin que él pudiera reaccionar unas manos lo tomaron de varias partes de su cuerpo. Cuando intentó reaccionar esas manos comenzaron a arrastrarlo a un lugar donde no da la luz.
Para cuando lo llevaron a ese lugar recibió un golpe en su estómago que lo hizo caer al suelo de rodillas. Se tomó la parte afectada e intentaba recuperar el aliento, cuando intentó ponerse de pie fue golpeado esta vez en el rostro que lo tiró al suelo nuevamente. No sabía que estaba sucediendo, posiblemente quienes lo llevaron a ese lugar quieran asaltarlo, si es así que tomen sus cosas y que lo dejaran en paz.
_ Te había dicho que te alejes de Dana, pero veo que eres muy necio para obedecer una simple orden.— dijo una voz en las sombras.
Pese al dolor de los golpes recibido Lincoln pudo reconocer esa voz, no sabía si esto era imaginación suya o si de verdad esa voz le pertenece a quien estaba pensando. En eso la persona que había comenzó a caminar hacia donde estaba él, con la poca luz que se llegaba a ese lugar pudo ver quién era, y su reacción era de sorpresa absoluta.
_ ¿Scott?
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Hola amigos, ¿Cómo están? Espero que bien.
Bueno, en este capítulo se nos muestra el como Scott se entera de que Lincoln no ha hecho lo que le dijo y en cambio ya anda de novio con Dana. Cosa que no le gustó para nada al oxigenado, quien, furioso le hizo otro mensaje para Lincoln volviéndole a amenazar de lo que le pasaría si no obedece a sus amenazas.
Por su lado Dana invita a Lincoln a cenar en su casa y que conociera a sus padres. Cena que fue mejor de lo que pensaron ambos, en donde los padres de Dana aprobaron la relación de ellos y que vieran que Lincoln es un buen chico y que no tiene malas intenciones con Dana.
Pero ahora Lincoln está por recibir lo que Scott le había dicho que si no hiciera lo que le dijo. Cómo les había dicho, las cosas aquí se pondría turbias, y el siguiente capítulo será la prueba de ello, el como Lincoln sufrirá por consecuencia a su desobediencia. ¿Que pasará ahora con Lincoln? ¿Podrá salir de esta bien librado de esta? Eso y más en el siguiente capítulo.
Ya sin nada más que decir, los dejo con mis angelitos para despedir el capítulo.
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