Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 2

Ya es de mañana en la ciudad de Detroit, en donde las personas comenzaban a levantarse y a prepararse para un nuevo día lleno de retos y trabajo. En el edificio de apartamentos vemos a un joven de cabello blanco, el cual estaba muy cómodamente en la cama, dormido profundamente como si fuese un muerto.

Al poco tiempo fue que se escuchó el sonido de una alarma, la cual provenía del celular que estaba al lado. Lincoln, con tanta flojera levantó su brazo y apagó la alarma. Abrió sus ojos y vio la hora, era las 7:30 de la mañana, por lo que debía de prepararse para este día, en donde tendría que hacer unas cuantas cosas.

_ Aquí vamos…. Hoy será un día bastante agitado.— dijo Lincoln a si mismo.

Dio un bostezo y abrió su boca de tal manera que pareciera que estaría por tragarse la habitación. Salió de la cama y fue hasta el baño, se quitó la ropa y de ahí se metió a la regadera. Vio un bote de shampoo, el cual apenas tenía para esta ocasión, por lo que terminó usándolo y se lo puso en su blanquecino cabello.

_ Debo de ir a comprar algunas cosas, ya que esto no es un hotel, por lo que obviamente no puedo pedir servicio a la habitación, veré si encuentro una tienda donde pueda comprar.— se dijo el albino a él mismo.

Cuando terminó de bañarse fue de regreso a la habitación. Buscó entre la ropa que tenía algo que hiciera verse bien. Encontró unas prendas, las cuales fueron un obsequio de parte de Leni. Se las puso olvidándose por unos instantes la apuesta, en la cual también estaba incluida Leni.

_ Me veo bien, aunque esto no signifique que me haya olvidado de la apuesta. Les haré a entender a esas cabezas huecas que yo soy el del talento y ellas las caras bonitas.— dijo Lincoln pensando en la apuesta.

Ya cambiado recordó que en el refrigerador no había nada, obviamente apenas había llegado ayer al apartamento. Por lo que deberá de ir a desayunar a una cafetería, tomó su billetera y salió del cuarto para así hacer lo que tenía planeado hacer.

Al bajar las escaleras para llegar al primer piso fue que vio al señor Adam, el cual estaba leyendo el periódico. El albino se acercó al hombre mayor para saludarlo.

_ Buenos días señor Adam.— saludó el peliblanco.

_ Buenos días a ti también, Lincoln.— le devolvió el saludo.

_ Oiga, le quería preguntar, ¿Saber de un lugar donde pueda desayunar?— preguntó Lincoln al hombre.

_ Por supuesto, a tres calles de aquí hay una cafetería. Ahí venden unos magníficos desayunos, y también el dueño de ese lugar es un buen amigo mío.— respondía el señor Adam a Lincoln.

_ Muchísimas gracias señor Adam, lo veré luego.— agradecía el albino.

_ De nada chico, aunque dime, ¿A dónde irás tú?— preguntaba curiosamente el hombre.

_ Iré a inscribirme a la preparatoria de la ciudad, además de que ayer fui a una pizzería en donde vi que necesitan un empleado, y me gustaría ir y así pueda tener el empleo.— contaba Lincoln lo que haría.

_ Ya veo, se nota que tienes muchas cosas por hacer. En fin, no te retraso más, que te vaya bien muchacho.— dijo el señor Adam.

_ Está bien, lo veré luego.— se despedía Lincoln del señor.

Con eso Lincoln sale del edificio y fue con rumbo a la cafetería que el señor Adam le contó. Caminó tres calles hacia abajo y la encontró. El lugar era un poco grande, pudo ver algunas personas que estaban desayunando, no quedó ahí parado y entró.

Se sentó en una de las mesas de ahí, vio un poco más del lugar, le era agradable, le recordaba a algunas cafeterías que ya ha visitado con su familia. Al pensar en eso la expresión de Lincoln cambió un poco, ya que recordaba las estupideces que hacían sus hermanas, y de las cuales dichas cafeterías ya no les permite el ingreso. Una mesera, muy linda y de cabello negro corto se acercó a Lincoln.

_ ¿Puedo tomar su orden cariño?— preguntó la mesera.

_ ¿Ah?... digo, si. Me da cinco panqueques y una taza con café con leche.— pedía Lincoln lo que quería.

_ Muy bien, enseguida te traigo tu orden corazón.— dijo la mujer al peliblanco.

Lincoln se sonrojó cuando la mujer le dijo así, ya había olvidado lo que era ser llamado así de esa manera por una chica. Lo que recuerda son unos comentarios de las amigas de Lori y Leni, quienes solían decirle cosas lindas, aunque eso pasó cuando él era pequeño, ya de una chica de su edad no ha recibido nada, ni cuando Ronnie Anne estuvo con él en esa “relación” que solían tener los dos.

Mientras esperaba fue que Lincoln vio por medio de unos televisores que habían ahí. Estaba pasando las noticias, a Lincoln poco le importaba lo que pasaba ahí, pero no fue hasta que el noticiero fue a comerciales y de ahí pasó un comercial que reconoció al instante. Lo que vio Lincoln era un comercial en donde promocionaban el restaurante de su padre.

¿Quieres comer en un lugar donde sea agradable y que sea rentable para tu bolsillo? ¡Este es tu día de suerte! En “La mesa de Lynn” tenemos una gran variedad de comida para su gusto. En La mesa de Lynn es el mejor restaurante en donde pueden ir toda la familia, estamos disponibles para cualquier evento, ya sea cumpleaños, graduaciones, aniversarios y mucho más. Estamos ubicados en Royal Woods, Michigan. Te atenderemos con el mejor personal bajo el mando del gran cocinero Lynn Loud.

El anuncio siguió un poco más en donde daban la dirección de dónde quedaba. Esto a Lincoln no le importó en lo absoluto, también de que ese anuncio su padre lo mandó a hacer él mismo. Lincoln recordó el día en que su padre les había pedido a él y a sus hermanas en buscar ideas para promocionar su restaurante. Su idea del comercial, para él fue la mejor de todas, ya que atrajo a muchas más personas, a pesar de que el comercial fue hecho por solo dos personas, con poco tiempo y presupuesto.

_ Aquí tienes corazón, espero que lo disfrute.— dijo la mesera a Lincoln.

_ ¿Ah? Si… muchas gracias señorita.— agradeció el peliblanco. 

Sin perder tiempo fue que Lincoln tomó uno de los panqueques, estaba realmente delicioso, y más que tenía chocolate derretido. Siguió hasta que había terminado, pagó por lo que consumió y salió de ahí para seguir con lo que haría ahora, y eso era ir a la preparatoria en donde estudiaría. Y más que nada, en donde pondría a prueba de que él es mejor que sus hermanas.

Vio en su celular la ubicación de dónde se encontraba la preparatoria en donde continuaría con sus estudios. Media hora después fue que había llegado, vio el exterior de ese complejo y era un poco más grande a comparación de la preparatoria en donde estudiaron sus hermanas mayores en Royal Woods.

Al verlo mejor vio que afuera había una estatua de quién es el fundador de dicha preparatoria. Además de que a un lado estaba una plancha de concreto con una que decía “Preparatoria Joseth. R. Álvarez” leyó lo demás que estaba escrito, como la fecha de su fundación el año en que dicho fundador murió. Ya cuando terminó entró al recinto estudiantil.

Caminó por los pasillos, en donde había unas cuantas personas, las cuales eran padres de familia que venían a inscribir a sus hijos. Por lo que tuvo que hacer fila hasta que fuese su turno de inscribirse. Mientras esperaba pudo notar como algunos se le quedaba mirando, era claro que era por su cabello blanco, ya estaba acostumbrado a que la gente se le quede mirando muy curiosos.

Una hora después fue que a Lincoln le tocaba en inscribirse, entró a la oficina del director, en donde ahí mismo tendría que dar sus datos personales y demás para así ser parte de esa escuela.

_ Buenos días señor…. Benjamín Rivers.— saludaba Lincoln al director.

_ Buenos días a ti también joven. Dígame, ¿Viene acompañado de sus padres?— preguntó el director.

_ No, de hecho vengo solo, yo me puedo hacerme cargo de así dar mis datos para que pueda inscribirme.— dijo Lincoln siendo honesto.

_ Está bien, en ese caso comencemos. ¿Cuál es su nombre completo, nombre de sus padres, a qué curso está por ingresar, actividades académicas?— dijo el director pidiendo información.

_ Mi nombre es Lincoln Marie Loud, mis padres son Rita y Lynn Loud, este es mi segundo semestre en preparatoria, y actividades académicas no tengo ninguna, pero espero poder sobresalir en eso.— contaba Lincoln sus datos.

_ ¿Loud? Se me hace conocido ese apellido… un momento, ¿Uste dijo que su padre es Lynn Loud?— preguntaba el director.

_ Así es, él es mi padre, ¿Por qué lo pregunta?— respondía y preguntaba Lincoln.

_ Él fue compañero mío cuando estuvimos en la escuela primaria y en secundaria. Recuerdo que él quería formar parte de una banda, pero no lo aceptaron por qué no tocaba otro instrumento aparte de ese espantoso cencerro.— contaba el director acerca de Lynn padre.

_ Vaya, no sabía que mi padre y usted se conocieran. Es curioso y gracioso a la vez.— comentó el albino.

_ Desde hace años que no sé de él, lo único que supe es que se casó y tuvieron muchos hijos, ¿Es verdad eso?— dijo el hombre.

_ Está en lo cierto, tengo 10 hermanas y conmigo somos 11.— afirmaba el peliblanco.

_ ¿10 hermanas? Ese bastardo no perdió el tiempo, y eso que cuando hacíamos educación física él se cansaba rápidamente. Y una vez cuando se quiso inscribir para el equipo de fútbol americano se acobardó cuando vio al equipo contrario, por lo que siguió con lo que le gustaba, la cocina.— contaba otra anécdota de Lynn padre.

_ “Ahora entiendo el por qué no me gusta los deporte” en fin, ¿Eso sería todo para estar en esta preparatoria?— preguntaba Lincoln para cambiar de tema.

_ Eso sería todo, solo quisiera decirle algunas de las reglas. No queremos peleas aquí, nada de traer sustancias prohibidas, nada de venir con vestimentas indebidas, y más que nada, no queremos alumnos con el cabello pintado de colores raros, por lo que le pediría que se lo cambie a su color natural.— contaba las reglas de la institución el director.

_ De hecho, mi cabello es así, no es teñido, ni tampoco llevo peluca. Mi cabello es 100 por ciento natural.— aclaraba Lincoln lo de su cabello.

_ ¿Enserio? Wow… esta es la primera vez que veo algo así, entonces dejaré que pueda estar en la institución, hablaré con los maestros por si llegan a preguntar por tu cabello. Ahora sí, ya puede retirarse, las clases empiezan mañana, así que lo estaré esperando aquí.— dijo el director al peliblanco.

_ Okey, muchas gracias, adiós.— dijo y se fue Lincoln.

Al salir fue que el director vio salir a Lincoln, aún le costaba creer que ese joven era hijo de un compañero de él en la escuela y secundaria. Y más que nada que ese amigo de él tenga más hijos, cosa contraria a él ya que solo tiene un hijo. Lincoln había salido del inmueble feliz de que ya es parte de ese centro educativo.

_ Bien repasemos, ya encontré un lugar donde vivir, ya me inscribí a la preparatoria en donde voy a estudiar, solo me quedaría encontrar un trabajo. Iré en seguida a esa pizzería a ver si me dan el trabajo.— repasaba Lincoln lo que ha hecho de momento.

Continuó su camino para ir a la pizzería y así puedan darle el trabajo. Durante el trayecto vio algunos lugares que le llamaron su atención. Cómo un salón de juegos, una tienda de cómics, una tienda de ropa, y también una tienda de deportes. El cual, por pura casualidad había un televisor estaba pasando lo que parecía ser un encuentro de béisbol, en donde vio por unos segundos a Lynn.

_ Eso es solo una repetición de un juego del cual asistí, y en donde Lynn como siempre, se llevó todo el crédito y dejó de lado a sus amigas y compañeras. No me sorprende que incluso algunos comentarista la consideren la siguiente joya del béisbol, cuando la realidad es que no conocen nada de ella así como yo.— comentó Lincoln al ver esa repetición de ese juego.

Siguió caminando para así olvidar lo que había visto hace unos momentos. Aunque, inconscientemente empezó a recordar cuando le ayudaba a Lynn en varios de sus actividades deportivas. En todas ellas salía lastimado, y en donde igual ella nunca le agradeció por haberle ayudado.

Aunque lo que si no podía olvidar Lincoln, y es algo del cual en verdad quisiera olvidar, fue cuando Lynn lo acusó de mala suerte cuándo el asistió a un partido de béisbol. Evento el cual pasó de ser algo menor a terminar con toda su familia en su contra.

_ Si se preguntan que pasó luego de eso, fue que pasó unos días y pude hacer entrar en razón a mi familia de que no daba mala suerte. Aunque lo malo es que tuve que dormir en el sofá por un tiempo hasta que lograron recomponer todos mis muebles y algunos de mis juguetes que vendieron.— contaba Lincoln de ese capítulo de su vida.

Dejó de pensar en ese pasaje oscuro de su vida y continuó caminando hasta que había llegado a la pizzería que visitó el día anterior. Entró y vio que había algunos clientes pidiendo algunas pizzas y otros comiendo acompañados de sus amigos. Lincoln se acercó al mostrador en donde estaba atendiendo el mismo empleado que lo atendió.

_ Hola, buenos días.— saludó Lincoln.

_ Hey, tú eres el que vino ayer a comprar. Y como no serlo, con ese cabello es casi imposible no reconocerte.— dijo el empleado al peliblanco.

_ Ese soy yo. Vine a ver a tu jefe para hablar sobre el puesto de cocinero, ¿Se encuentra él?— preguntaba Lincoln por el jefe.

_ Si, él si se encuentra en el restaurante. Enseguida le llamo para que venga a conocerte.— dijo el chico a Lincoln.

El empleado fue a buscar a su jefe para que así pudiera hablar con Lincoln y ver si le dan el empleo. No tardó menos de un minuto, se podía ver a un empleado llegar con un señor bajo, con un pronunciado bigote, cabello castaño, además de llevar prendas de colores azul y rojo.

_ A ver Paulino, dime quién es el giovane del que me hablaste.— preguntaba el jefe a su empleado.

_ Es él quien está ahí, ese es el joven que quiere el puesto de cocinero.— dijo el empleado llamado Paulino.

_ Hola señor, es un gusto conocerlo.— saludaba cortésmente Lincoln.

_ Ciao a usted ragazzo giovane, ¿Con que usted quiere el puesto de cocinero?— preguntó el jefe.

_ Así es señor, vengo por lo del puesto de cocinero. Ya que en verdad necesito un trabajo para pagar mis estudios de la preparatoria.— respondía Lincoln que ocupa el trabajo.

_ Veo que en verdad quieres el trabajo. Para eso necesito ver si en verdad eres un buen cucinare, acompáñame.— pedía el hombre a Lincoln.

En eso Lincoln acompañó al hombre a la cocina, en donde pudo ver a otros cocineros ahí, quienes se encargaban de hacer algunas pizzas, además de otros platillos, como pan de ajo, espagueti, ravioli, y muchos más. Llegaron a una mesa en donde el hombre pondría a prueba a Lincoln de ver si es un buen cocinero.

_ Muy bien ragazzo giovane, quiero ver si eres bueno preparando una pizza. Tienes 30 minutos para prepararlo, ¡Corre tiempo!— habló el hombre poniendo a prueba al peliblanco.

Sin perder un solo segundo Lincoln se puso a preparar la masa para hacer la pizza. Tomó la harina, levadura y agua para empezar a hacer la masa. Lincoln se sabía esto de memoria, ya que anteriormente le ayudaba a su padre a preparar algunos platillos para su familia, por lo que no le sería tan complicado. En eso empezó a darle forma a la masa, y para eso hizo unos cuantos malabares, lanzándola en el aire.

Cuando terminó de darle forma enseguida le agregó los ingredientes, salsa de tomate, queso rayado, además de otros ingredientes, como salami y unos vegetales. Luego lo metió a un horno en donde esperaría a ver como quedó. Unos minutos después Lincoln sacó la pizza del horno, la cual desprendía un aroma irresistible y que hacía agua a la boca a quien la huela.

_ Aquí está señor, lista recién sacada del horno.— dijo Lincoln sacando la pizza.

_ Impresionante, aún así debo de probarla y así estar seguro que te quedó bien.— decía el jefe.

Lincoln tomó un cuchillo especial para pizzas y la cortó en varios pedazos. Tomó una y la sirvió al jefe, quien solo veía muy cerca la rebanada de pizza, veía su consistencia, el grosor, el aroma, todo. No fue hasta que le dio un mordisco y de ahí sus ojos se abrieron, esto a Lincoln lo puso nervioso, ya que pensaba que no le gustó, pero fue ahí que el hombre daría su veredicto.

_ Esto… sabe… ¡Splendida! Tiene un sabor único, está bien hecha, tal como lo hacen mis mejores cucinares.— exclamó el hombre por como quedó.

Esto fue un gran alivio para Lincoln, el oír qué al jefe le había encantado como le había quedado la pizza.

_ Muchas gracias, realmente le puse mucho empeño para hacerlo. Y me alegra que le haya gustado.— dijo Lincoln por el gesto.

_ Dime giovane, ¿De dónde aprendiste a cocinar así de bueno?— preguntaba el jefe.

_ Mi padre es bueno en la cocina,  y él me enseñó todo lo que sabe. Sé preparar algunos platillos, unos más elaborados que otros.— reveló Lincoln su secreto.

_ Tu padre es afortunado de tener a un bambino cómo tú. Tienes talento para esto.— halagó el hombre al peliblanco.

Ese comentario le había sacado una sonrisa, el oír qué alguien te diga que tienes talento en algo es sin duda algo que valorará mucho. Aunque eso no quita el hecho de que el hombre no sabe lo que ocurre con Lincoln y su familia, pero no lo culpa, otro en su lugar pensaría que todo en su familia está bien y todos se quieren.

_ Muchas gracias, entonces, ¿Eso significa que me dará el trabajo?— preguntó Lincoln si está contratado.

_ Así es ragazzo giovane, contratado. Sería un cabeza hueca el dejarte ir al presenciar a una futura promesa en la cocina.— respondía el hombre con bigote.

_ Se lo agradezco, aunque quisiera decirle que yo estaré yendo a la preparatoria, y como tal no podré venir en las mañanas. Por lo que si quisiera si usted me dejara venir a trabajar después del mediodía.— contaba Lincoln que también tiene que ir a la preparatoria.

_ De eso no hay problema, sé que tus estudios son importantes, por eso haré lo que me pidas, para que así no tengas problemas y estés cómodo.— respondía el tipo siendo comprensivo.

_ Nuevamente se lo agradezco, mañana vendré para así empezar a trabajar aquí. Nos vemos señor… ¿Cuál es su nombre?— preguntaba Lincoln por el nombre de su ya jefe.

_ Mario, mi nombre es Mario Montolivo. Tal como se muestra en el letrero de la pizzería.— contestaba el hombre de nombre Mario.

_ ¿Y el otro nombre que aparece ahí es un amigo suyo o es un familiar?— volvió a preguntar Lincoln.

_ Él es mi hermano, y si, su nombre es Luigi. Nosotros abrimos esta pizzería hace años y nos ha ido bastante bien.— decía Mario a su nuevo empleado.

_ Es interesante, ya me tengo que ir, tengo que hacer algunas cuantas cosas en mi casa. Lo veo mañana señor Mario.— se despedía Lincoln de su jefe.

_ Arrivederci giovane, te veo mañana.— se despidió Mario de su empleado.

Lincoln salió de la oficina feliz de que su jefe le haya contratado, estaba feliz de que también Mario le haya dicho que tiene talento para la cocina. Si es así esto sería un avance para lograr lo que quería, ser mejor que sus hermanas, y también mejor que su padre en la cocina. Fue de regreso al edificio y subió hasta llegar a la habitación.

Cuando estaba por entrar vio que una de las puertas cerca de ahí se abrió, en donde salió de ahí dos personas, quienes al ver a Lincoln se sorprendieron, no hace falta decir el por qué. Lincoln también se sorprende por las apariencias de esas dos personas.

_ Oh, ¿Usted debe ser el nuevo inquilino que acaba de mudarse, verdad?— preguntó una de esas personas.

_ Ese soy yo, ayer me mudé aquí. Mi nombre es Lincoln Loud.— respondía Lincoln a la vez que se presentaba.

_ Mucho gusto, me llamo Patricia y ella es Amy. Aunque nos puede llamar de cariño Peridot y Amatista.— se presentaba las vecinas de Lincoln.

Lincoln vio a sus nuevas vecinas, las cuales son dos chicas, la primera es de piel clara, delgada, con cabello rubio, usaba una camisa verde con unos jeans azul, aparte de portar unos lentes circulares. Y la segunda es una chica un tanto gruesa, de piel morena, cabello castaño con las puntas de color morado claro. Usa prendas que consisten en gris y morado.


_ Es un gusto conocerla a ambas.— dijo con cortesía el albino.

_ Igualmente, y oye que loco tu cabello, ¿Acaso quieres parecerte a uno de esos personajes de anime o tienes problemas mentales?— preguntaba la chica de nombre Amatista.

_ ¡Amatista! No deberías de preguntar ese tipo de cosas a personas que apenas conocemos.— exclamó algo molesta Peridot.

_ Descuiden, ya estoy acostumbrado a que todo mundo pregunten por mi cabello. Y no, no trato de imitar a un personaje de anime ni mucho menos tengo problemas mentales. Yo tengo el cabello blanco por mi abuelo, quien en su juventud lo tenía exactamente igual que yo.— contestaba la pregunta el peliblanco.

_ Es impresionante, según tengo entendido, son pocas las personas que tiene el cabello blanco que no son adultos mayores. Es increíble ver uno de cerca.— decía Peridot mirando a Lincoln.

_ Muchas gracias por el cumplido, y quisiera preguntar si no es mucha molestia, ¿Ustedes son hermanas o son amigas?— preguntaba Lincoln a las dos chicas.

_ De hecho, nosotras somos pareja, llevamos cinco años siendo novias.— respondía Amatista.

_ Eso es genial, y la verdad es que ustedes hacen una linda pareja.— comentaba el albino a las chicas.

_ Y cuéntanos, ¿Vienes solo o estás con tu familia o amigos?— preguntaba nuevamente Amatista.

_ Vengo solo, no tengo familia aquí, y me mudé aquí para seguir con mis estudios, ya que voy a segundo año de preparatoria.— contaba Lincoln omitiendo lo de la apuesta.

_ Esperamos que te vaya bien. Nosotras en cambio estamos en la universidad, solo nos falta dos años más para así graduarnos.— decía Peridot que son universitarias.

_ Gracias, ya debo de regresar a mi apartamento, por si necesitan algo me pueden llamar. Nos vemos chicas.— dijo Lincoln entrando a la habitación.

_ Está bien, esperamos verte pronto, Lincoln.— dijo Amatista al peliblanco.

Lincoln ya adentro de la habitación estaba contento de que este día le fue bien, pudo inscribirse a la preparatoria, consiguió un trabajo, y aparte conoció a dos personas con las cuales espera llevarse bien a futuro.

_ Bien, ya la primera fase de la operación “Ser mejor que tus hermanas en sus actividades y demostrarles que no son nada sin mí y que yo no soy el inútil sin talento y buscar un nombre más corto para esta operación” está completa, ahora la fase dos es hacerme conocer por la gente, y que mejor forma que empezar a hacerlo en la preparatoria y destacarme en los estudios.

_ Sé que no será fácil, pero esforzándome y dar todo de mí podré hacerlo. Por ahora iré a descansar, mañana comienza mi primer día de escuela, y también en el trabajo. Espero que todo me vaya bien en esta ciudad y hacerme conocer.— se decía a si mismo Lincoln.

En eso el peliblanco fue a la cocina a prepararse algo de comer, vio que sobró pizza del otro día, por lo qué lo calienta y luego procede a almorzar. Al rato Lincoln recibe una llamada, al revisarlo notó que era de Clyde. Por lo qué sin dudarlo le contesta a su mejor amigo.

_ ¡Hola Clyde! ¿Todo bien allá en Royal Woods?— saludó Lincoln a su mejor amigo.

_ (¡Hola Lincoln! Pues todo aquí es diferente sin ti aquí, pero sabemos cómo seguir adelante. Y dime, ¿Qué has hecho allá en Detroit?)— ahora preguntó el moreno.

_ De momento va bien, ya pude inscribirme a la preparatoria, y además encontré un trabajo en una pizzería.— contaba Lincoln lo que ha hecho.

_ (Súper, espero que todo salga bien para ti en esa ciudad).— comentó el moreno.

_ Ahora dime, ¿Qué han hecho mis hermanas en mi ausencia?— preguntaba Lincoln de sus hermanas.

_ (Hasta donde sé, escuché que Lucy irá a recitar unos poemas a una cafetería. Lisa daría una conferencia con unos colegas y ya de las gemelas no hay nada).— contaba Clyde lo que hacen las hermanas de Lincoln.

_ ¿Y de Lily, sabes que está haciendo ella?— ahora preguntaba Lincoln por su hermanita.

_ (De Lily la he visto que pasa dibujando fuera de la casa, también que la noto decaída. Aunque me doy una idea del por qué).— respondía el afroamericano.

_ Lo sé, aún me duele dejarla a ella sola, pero esto lo hago no solo por mí, sino que también enseñarle a Lily que no sea como mis demás hermanas. Que sepa que en la vida no solo se trata de ganar y hacerse famosa, sino que ser agradecido y disfrutar de lo que hacen.— explicaba Lincoln el por qué hace esto.

_ (Por eso es que siempre serás un chico con un corazón de oro. Si gustas podemos hablar un poco más, no estoy haciendo nada en casa).—  decía el moreno.

Por lo que ambos amigos se pusieron a hablar, en donde Clyde le cuenta a Lincoln de lo que ha hecho sus amigos, también Lincoln le cuenta a Clyde que conoció a sus vecinas, las cuales son gentiles, y que son una linda pareja. Pasado el tiempo fue que Lincoln se tendría que despedir de Clyde y así concordar hablar otro día.

_ Ya me tengo que ir Clyde. Espero poder hablar contigo otro día. Me mandas saludos a los chicos que los extraño.— dijo Lincoln al moreno.

_ (Okey, adiós Lincoln. Si ocurre algo con respecto a tus hermanas te aviso. Y también le mandaré tus saludos a los chicos. Adiós amigo).— se despidió Clyde de Lincoln.

Así Clyde cortó la llamada y Lincoln guardó su celular, vio que aún era temprano, por lo que fue hasta la sala en donde verían algo de la televisión. Cuando era más tarde fue que se preparó para ir a dormir, ya deseaba ser mañana y así comenzar con esta nueva vida, donde dejaría más que claro que Lincoln Loud no es un simplón y que es toda una caja llena de sorpresas, y que callara muchas bocas, las cuales precisamente, son de sus hermanas.

______________________________________

Hello my friends. ¿Como están? Espero que bien.

Bueno, aquí con el capítulo dos, resubido y también que le corregí algunos pequeños detalles que dejé por alto la primera vez. Aclaro que los capítulos puede que tarde en subirlos, pero valdrá la pena para que así ustedes puedan gozarlo.

Ya sin nada más que agregar los dejo con mis angelitos.














Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro