Capítulo 11
En la pizzería Mario y Luigi podemos ver a nuestro amigo albino, quien como en otros días, estaba preparando la masa para preparar algunas pizzas. Lincoln dominaba al 100 por ciento sus habilidades culinaria, algo del cual como saben, lo heredó de su padre, y del cual también quería superar así como a sus hermanas.
Y eso también lo refleja preparando otros platillos, los cuales los hacía sin mucha dificultad o trabajo, eso debido a la experiencia obtenida de su progenitor y además de preparar las tres comidas del día a sus "queridas" hermanas. Más tarde cuando ya estaban por cerrar fue que Lincoln y sus compañeros fueron a la oficina de uno de los dueños de la pizzería.
Se preguntarán, ¿Por qué Lincoln y sus compañeros están en la oficina del jefe? Simple, hoy es día de paga, y como tal cada uno recibirá su pago. Luego de varios minutos le tocó el turno a Lincoln, este entró a la oficina de su otro jefe a parte de Mario, el cual es su hermano de nombre Luigi, usaba una gorra color verde y usaba ropas que consistía en el mismo color con toques de azul.
_ Aquí tienes tu cheque bambino, espero que lo disfrutes.— dijo el segundo jefe a Lincoln.
_ Muchas gracias señor Luigi, lo veré el lunes. Adiós.— agradeció Lincoln y salió.
Al salir fue a buscar su mochila, la cual estaba en el cuarto de empleados, la tomó y procedió a ir a su hogar. Lincoln estaba contento de que recibiera su paga por trabajar en la pizzería, ya llevaba más de tres meses trabajando ahí, y del tiempo que lleva ahí ha podido perfeccionar sus habilidades en la cocina, algo del cual le ayudará más adelante con respecto al tema de la apuesta que hizo con su familia.
Llegó al edificio y de ahí entró a su apartamento, dejó la mochila a un lado del sillón y se sentó en este. Sacó el cheque que le dieron y lo miró, estaba contento de que recibiera un buen pago por sus buenas habilidades para la cocina. Además con el pago que recibe paga el alquiler del apartamento, y otras cosas relacionadas a la escuela.
_ Este mes me ha ido bien, trabajar en esa pizzería es lo mejor del mundo. De lo que he ganado como repartidor y trabajando en la cocina, tendré dinero más que suficiente para pagar mis estudios universitarios.
_ Además de que debo de guardar para pagar el alquiler del cuarto, mañana le pagaré al señor Adam. También tendré que ir al supermercado a comprar provisiones, ya la nevera está casi vacía. Lo bueno es que mañana es domingo y podré ir al supermercado, mejor me pondré a hacer una lista de lo que debo comprar.
Fue a buscar una libreta de su mochila y un lápiz y comenzó a anotar todo lo que tendría que comprar para así reabastecer su pequeña nevera que tiene en ese apartamento. Menos de 10 minutos había terminado de hacer su lista de compras, la miró nuevamente por si se le olvidó poner algo más, al hacerlo si notó que le faltaba algo, huevos... no los había anotado.
_ Bien, ya tengo la lista hecha para ir al supermercado. No me falta nada en la lista, solo tendría que ir mañana y listo.— dijo el albino a si mismo.
Guardó la lista para no perderla, regresó a la sala en donde se sentó en el sillón. No pasó ni 10 segundos cuando su celular había recibido una video llamada, lo sacó de su bolsillo y miró que se trataba de su amigo Clyde, por lo que sin hacerle esperar contesta la llamada.
_ Hola Clyde, ¿Cómo va todo por allá?— saludaba Lincoln al moreno.
_ Hola Lincoln, pues todo está bien aquí. No mucho que contar, solo que le ayudé a mi abuela a preparar unos cupcakes para sus amigos en el asilo, ya que hoy hubo un juego de Bingo.— contaba Clyde lo que hizo.
_ Eso se oye interesante, hoy a mí me pagaron, y mañana iré al supermercado a comprar provisiones. Y también comprar algo para mí.— ahora contaba Lincoln.
_ Increíble amigo, y también quisiera saber, ¿Cómo ha estado las cosas entre tú y Dana?— preguntaba Clyde a su mejor amigo.
Algo que hay que aclarar para evitar preguntas, es que Lincoln le contó a Clyde como ha estado las cosas entre él y Dana, le contó que el asunto sobre la broma hacia Dana se solucionó y que el director se encargaría de encontrar a los verdaderos responsables de colocar ese cañón de pintura. Otra cosa a detallar es que luego de eso ha pasado una semana, en la cual Dana no se a acercado al peliblanco, debido a que se siente algo avergonzada de culpar a Lincoln sin tener pruebas en su contra.
_ Las cosas entre nosotros... he tratado de acercarme a ella, pero Dana no quiere hablarme, aunque no es por estar enojada, más bien ella se siente culpable de acusarme y ver que soy inocente de esa broma que le hicieron.— respondía el peliblanco.
_ Espero que puedan solucionar todo entre ustedes dos. También de que puedan dar con los verdaderos responsables, lo digo por qué quien sabe que esas personas puedan atacar nuevamente.— comentaba el moreno.
_ Si llegan a hacer algo estaré listo para así atraparlos y hacer que paguen por lo que le hicieron a Dana y por echarme la culpa. Así podría estar más tranquilo.— respondía el albino.
_ Todo a su tiempo amigo, en cualquier momento esas personas van a caer y tanto tú, como Dana podrán estar tranquilos sin que nadie los estén molestando.— decía Clyde a su amigo albino.
Estuvieron así ambos amigos hablando y contando que han hecho en estos días, y sobre todo, que han hecho las hermanas Loud. Ya que pese a todo lo sucedido entre Lincoln y Dana, el albino no se olvida de la apuesta que hizo con sus hermanas, quiere saber los movimientos que hacen ellas para así ponerse atento y seguir con su objetivo, ser mejor que ellas y superarlas.
_ Vi que Lola ha hecho pruebas para participar en un certamen regional, y según escuché le fue bien. De Lucy, según me contó Haiku, ella participará en un nuevo concurso de excavación de tumbas. También que tu padre será juez en un concurso de cocina.— contaba Clyde lo que ha hecho los Loud.
_ Ya veo, ahora que las cosas entre Dana y yo están, relativamente bien, será mejor que me ponga al tanto por si se llega a realizar un evento o concurso para así inscribirme y competir.— dijo Lincoln a Clyde.
_ Si llega a pasar algo me avisas. Me tengo que ir amigo, iré a ayudarle a mis papás con los impuestos, hablamos luego.— se despedía Clyde del albino.
_ Está bien Clyde, te llamaré por si pasa algo, o también me llamas por si hacen algo mis hermanas. Adiós amigo.— se despidió de su amigo.
Terminada la llamada fue que Lincoln se recuesta en el sillón, aún seguía pensando en su situación con Dana. Puede que ya todo este mal entendido se solucionó aún los dos no se han hablado, puede que Lincoln ha querido hablar con la castaña y dejar claro que nunca tuvo la culpa de nada, pero Dana es la que no ha querido dar de su parte. No por qué esté molesta, sino por qué Lincoln ha visto que ella está un poco avergonzada por culparlo de todo lo malo que le ha ocurrido, lo entiende perfectamente, pero ya es hora de dejar todo este asunto en el pasado.
_ Espero pronto poder hablar con Dana y dejar este asunto enterrado. Luego de eso me pondré a investigar quien o quienes pueden estar detrás de todo este complot entre Dana y yo.
_ Por ahora lo importante es hablar con Dana y luego encontrar a los responsables. En fin, mañana iré al supermercado a comprar provisiones, no quisiera tener la nevera vacía y pasar hambre.— dijo para si mismo Lincoln.
Fue a su cuarto donde guardó el cheque que le dieron de pago, el lunes lo cambiaría, ya que mañana es domingo y los bancos están cerrados. Lo bueno es que tiene dinero guardado que usará mañana para sus compras.
Al día siguiente.
Es domingo y en este día de descanso, vemos cómo Lincoln caminaba por las calles de Detroit camino al supermercado. Esto debido a que compraría provisiones para hacerse sus tres comidas del día. Llegó a uno de varios supermercados que hay en la ciudad, este en particular tiene de nombre La Colonia, un nombre un tanto curioso.
Entró y vio a muchas personas adentro, las cuales estaban en los distintos pasillos donde había todo tipo de productos, otros estaban haciendo la fila para pagar por todo lo que llevan en la caja registradora. Lincoln tomó un carrito de compras y fue con rumbo a comprar lo que necesitaba. Tomó su lista y de ahí vio lo que apuntó.
_ Veamos, lo primero en la lista es el cereal, luego de eso compro leche, y lo demás que agregué. No pierdo tiempo y será mejor ir a buscar todo lo que necesito.— dijo Lincoln mirando la lista.
Sin perder tiempo Lincoln fue a la sección donde estaban los cereales, vio la gran cantidad que había para escoger. Vio uno que le trajo muchos recuerdos, era nada menos que el "Zombie brain" el cual le gustaba comer cuando era pequeño. Recordó la vez que quiso comprarlo cuando fue al supermercado con su madre, todo hubiera salido bien de no haber sido por sus entrometidas hermanas, quienes, como era de esperarse de ellas, hicieron todo un desastre en el lugar.
Al final si pudo conseguir su cereal, no directamente él, sino sus hermanas se lo dieron, un lindo gesto de su parte, pero a un costo demasiado grande, debido a que ese supermercado les prohibieron el ingreso a todos ellos, y ninguna de ellas fueron dignas de disculparse con el dueño del lugar por el destrozo que hicieron. Esto para Lincoln no le sorprende, conoce bien a sus hermanas y sabe que ellas nunca sienten culpa de sus propias acciones.
_ "Aún no entiendo cómo mis padres no las reprendieron cuando se lo merecían luego de provocar un desastre. Es obvio, ellas les genera dinero con sus concursos y eso evitaba ser castigadas. En cambio a mí me castigaban injustamente mientras ellas simplemente se salían con la suya, vaya padres me tocaron a mí"— pensaba Lincoln de todo lo que han hecho sus hermanas.
Pasaron los minutos en donde Lincoln consiguió todo lo que necesitaba, vio su carrito que estaba lleno, lo revisó si no faltaba nada, hizo un conteo y corroboró que no faltaba nada. Fue a una de las cajas registradoras a hacer la fila para pagar. Mientras esperaba a que fuera su turno de pagar, miró a las demás filas que había, fue en eso que se percató de algo que lo dejó sorprendido.
Vio que en una de las filas se encontraba nada menos que Dana, quien se encontraba con un hombre de cabello negro, posiblemente sea su padre. No se esperó encontrarse con Dana aquí, por su lado Dana estaba con su padre, ya que lo había acompañado a realizar las compras del supermercado.
_ ¿Está todo lo de la lista en el carrito, Dana?— preguntaba el padre de Dana.
_ Si papá, ya está todo aquí. No falta nada, no debes de preocuparte, he hecho esto antes y nada me ha faltado.— respondía Dana.
_ Solo quería estar seguro, me alegra que seas muy atenta. Cómo quisiera que tu hermano fuera un poco más como tú, pero en fin, ese niño es todo un caso que me cuesta entender.— dijo el hombre a su hija.
Tanto Dana y su padre estaban esperando a que fueran atendidos para pagar todo lo que llevaban en el carrito. La castaña estaba aburrida, se maldecía el no haber cargado su celular, no tenía con que distraerse, miró a su alrededor por si veía algo que le llamase su atención. Miró a las otras filas en las cajas registradoras, vio algunas personas que esperaban su turno, no fue hasta que vio algo del cual no se imaginaba ver.
Vio que dos filas de dónde se encontraba ella y su padre estaba nada menos que Lincoln. Quién igualmente la estaba mirando, ambos jóvenes estaban haciendo contacto visual, la castaña no se esperaba encontrarse con Lincoln, con quién no ha hablado desde el día que se supo que el albino no fue el responsable sobre la broma con la pintura en su casillero, eso debido a la vergüenza que sentía por culparlo sin tener pruebas.
Ambos no sabían que decir o hacer, Lincoln si sabía que debía hacer, aunque por muy extraño que parezca, no tenía las fuerzas suficiente para ir donde estaba Dana y hablar con ella. Es como si de la nada ha perdido control de su cuerpo y no puede moverlo. Dana por su lado no sabía que decirle, aún se siente mal por creer que Lincoln es una mala influencia, alguien con quién no debería de juntarse.
Estuvieron viéndose por varios segundos, los cuales parecían eternos, hasta podrían jurar de que estaban los dos juntos, no había nadie a su alrededor, estaban ellos dos, flotando en un espacio vacío, mirándose a los ojos, esperando a que uno se moviera o que dijera algo, pero nada de eso ocurría. Para cuando Lincoln se animó en hablar con su compañera e ir donde estaba, fue que una voz lo sacó de su trance.
_ ¡El siguiente!— dijo una voz.
Lincoln salió de su trance y vio que el cajero le estaba hablando para que pase, vio a los demás en la fila, quienes estaban molestos de que Lincoln estaba parado y sin moverse. Por lo que fue a dónde estaba el cajero y de ahí sacó todo lo que llevaría. Dana, por su lado también vio que su padre era el siguiente en pagar, por lo que le ayuda a sacar todo del carrito y meterlos en bolsas.
Para cuando terminó de pagar por todo y de meter sus compras en varias bolsas, fue que Lincoln se dispone a salir del lugar. Salió del supermercado donde veía si Dana aparece, no la veía por ningún lado, puede que todavía esté adentro o se fue antes que él. No obstante la vio, estaba ayudando a su padre a meter las compras en el maletero del auto, ya cuando terminaron fue que entraron al vehículo.
Mientras el auto avanzaba fue que Dana se fijó que el auto pasó donde estaba Lincoln, y justamente los dos se vieron nuevamente a los ojos. Al momento en que se vieron fijamente todo pasó en cámara lenta, tanto la castaña, como el albino se vieron a los ojos. Dana aún no tenía el valor de poder hablar con su compañero, no después de culparlo sin pensar antes de que podría haber otros culpables, y se dejó llevar por su enojo.
Lincoln por su lado estaba ahí parado con sus compras en las manos, ya no quería seguir esperando, quería nada más hablar con la castaña y dejar aclarado todo este mal entendido. Comenzó a caminar para ir rumbo a su hogar, para cuando llegó subió las escaleras, estando cerca de la puerta de su habitación fue que apareció su vecina Peridot.
_ Buenos días vecino, ¿Con que fue de compras? Y tal parece que viene cargado.— comentaba la chica rubia.
_ Así es, ya la nevera estaba casi vacía, y ayer me pagaron y quise aprovechar en ir al supermercado a comprar provisiones.— decía Lincoln a su vecina.
_ ¿No le gustaría ir a mi apartamento a tomar una taza con café conmigo y Amatista? Y también poder platicar un rato y conocernos mejor.— le proponía Peridot al peliblanco.
_ Me encantaría, solo guardo todo esto y luego iré con ustedes. Con su permiso iré a mi apartamento.— aceptaba la invitación Lincoln.
El peliblanco entró a su apartamento en donde fue a la cocina y de ahí empezó a guardar todo, guardó la comida en el refrigerador, en las alacenas, también fue al baño y de ahí guardó los productos de aseo personal. Al finalizar estaba contento de que su nevera estaba llena.
_ Se ve hermoso, así me gusta verla llena y con mucha comida. Es momento de ir con mis vecinas por la invitación que me hizo Peridot.— dijo Lincoln.
Salió de su apartamento y fue al que estaba al lado, tocó la puerta y fue recibido por la propia Peridot, quien le dejó pasar. Al entrar fue que Lincoln vio que ese apartamento era un tanto diferente al suyo, vio que ahí se encontraba Amatista, quien miraba la televisión, por lo que lo apaga para así recibir la visita del peliblanco.
_ Hola viejo, ¿Que te trae por aquí?— decía la chica robusta a Lincoln.
_ Peridot me invitó a tomar café con ustedes dos. Además que me encantaría tener una agradable plática con ustedes.— respondía el albino.
_ Ahorita mismo iré a preparar el café. Enseguida regreso.— dijo la rubia a los dos.
Mientras Peridot fue a preparar el café tanto Lincoln como Amatista se quedaron mirando la televisión. Estaban mirando una serie sobre una chica, quien es muy infantil pese a su edad, la cual persigue a un pequeño búho y en su travesía llega a un lugar desconocido y que ahí abunda la magia y cosas para nada normales.
_ Es muy interesante esta serie, aunque me recuerda a otras con respecto a la magia.— comentó Lincoln.
_ Apenas lleva dos temporadas y ni te imaginas lo que han hecho sus fans. Vi por ahí que se pelean por cualquier cosa estúpida, más que nada por emparejar a sus personajes del mismo género con otros.— decía Amatista.
_ No me quiero imaginar, en estos tiempos las personas se ofenden por todo. No puedes decirle algo en son de broma y todos se lo toman muy a pecho, por eso no me meto en esas cosas y prefiero mantenerme al margen.— opinó el albino.
Minutos después aparece a la sala Peridot, trayendo consigo una bandeja con tres tazas con café, además con unas galletas para acompañar. Cada quien tomó su café y le agregaron azúcar, tomaron unas galletas y de ahí degustaron del buen néctar de los dioses.
_ Está muy bueno este café. Sabe muy bien.— comentaba Lincoln como estaba el café.
_ Muchas gracias, puedo preparar otro tipo de café. Ya que trabajo en una cafetería.— decía Peridot por el comentario.
_ Ya que estamos aquí podemos platicar un poco. Cuéntenme, ¿Cómo se conocieron ustedes dos?— preguntaba Lincoln a sus vecinas.
_ Bueno, como te contamos cuando nos conocimos, llevamos 5 años de noviazgo. Peridot y yo nos conocimos en una pequeña ciudad llamada "Ciudad Playa" si, un nombre bastante original, al principio no nos llevábamos muy bien, pero conforme pasaba el tiempo nos fuimos conociendo mejor hasta ser mejores amigas, y de ahí ya sabes lo que sucedió después.— relataba Amatista un poco de su historia.
_ Estuvimos así nosotras dos, fuimos a la secundaria y cuando nos tocó ir a la preparatoria lo hicimos aquí. Nos mudamos y estamos a nada de terminar la universidad.— terminaba de contar Peridot.
_ Es una linda historia la de ustedes, de como ustedes no se llevaban bien y que luego se conocieran mejor hasta llegar ser pareja.— decía Lincoln a sus vecinas.
_ Y cuéntanos sobre ti, dinos Lincoln. ¿De dónde vienes tú?— preguntó la morena.
_ Yo vengo de un pequeño pueblo llamado Royal Woods, en donde ahí tengo a la mayoría de mis amigos y conocidos. Ese lugar es ideal para cuando quieran pasar un rato en calma.— contaba Lincoln un poco de él.
_ ¿Y tienes algún hermano o hermana?— preguntó ahora la rubia.
_ De hecho si, tengo hermanas, 10 en total.— respondía Lincoln.
Tanto Peridot, como Amatista escupieron su café al oír la cantidad de hermanas que tiene el peliblanco. Por su parte Lincoln ya se esperaba la reacción de las chicas, ya que para él le es natural el ver cómo todo mundo se sorprende que tenga 10 hermanas.
_ ¡¿Dijiste 10 hermanas?! ¡Que loco! Tus padres si que tienen un gran aguante.— exclamó Amatista sorprendida.
_ Yo aún me pregunto si de verdad mis padres estaban preparados de tener tantos hijos. En mi caso ni sería capaz de soportar tener tantos hijos.— decía Lincoln sobre sus padres.
_ Nos cuesta creer que tus padres hayan tenido tantos hijos, ¿Cómo le hicieron para mantenerlos a todos?— preguntaba la rubia.
_ Ni yo sé la respuesta, solo les diré que mis padres hicieron de todo para mantenernos. Pero en parte fue gracias a mis hermanas mayores.— contestaba Lincoln.
_ Hablando de tus hermanas, dinos como son ellas, y que les gusta hacer.— decía Amatista.
_ Empezando con la mayor. Lori le gusta el golf, es mandona y un poco gruñona, tiene un novio llamado Bobby, actualmente viven en una ciudad llamada Great Lakes City.
_ La segunda se llama Leni, a ella le gusta todo sobre modelaje, le gusta diseñar ropas muy bellas y extravagantes. Tiene un novio llamado Chaz, y los dos viven en una ciudad llamada Hazeltucky.
_ La tercera se llama Luna, a ella le gusta la música Rock, tiene una banda y suelen tocar en pequeños lugares, aunque en ocasiones suelen tocar en vivo ante una cantidad considerable de personas. Tiene una novia llamada Sam, y ambas viven en una ciudad llamada Beaverton.
_ La cuarta se llama Luan, a ella le gusta la comedia y hacer chistes, en ocasiones sus chistes no son tan buenos, y ni se imaginan cuando es primero de Abril, cuando llega esa fecha yo les recomendaría esconderse donde ella no las puedan ver. Tiene un novio llamado Benny, y ambos viven en la misma ciudad con Luna.
_ La quinta se llama Lynn Junior, a ella le gusta los deportes, no hay un solo deporte donde ella haya jugado, es muy supersticiosa, no querrán saber por qué. Ella actualmente no tiene novio, y vive en Royal Woods pero no en la casa donde crecimos.
_ Luego de Lynn vendría yo, así que pasemos a la siguiente. La sexta se llama Lucy, a ella le gusta todo lo que es gótico, le gusta escribir y recitar poesía, también forma parte de un club de poesía. Ella tampoco tiene novio actualmente, aunque estuvo saliendo con un chico que comparte sus mismos gustos, ella sigue viviendo con mis padres.
_ Las siguientes son gemelas, se llaman Lana y Lola. Aunque sean gemelas son opuestas la una a la otra, empezando con Lana. Ella le gusta la mecánica, los animales, reparar cosas, le gusta jugar en el lodo, y no le gusta para nada las cosas de princesa. Lola es lo contrario, le gusta las cosas refinadas, participa en certamenes de belleza, y no le gusta ensuciarse.
_ La novena se llama Lisa, ella desde temprana edad ya se le notaba que tiene un gran intelecto. Suele hacer experimentos peligrosos y otros no tanto, a todo lo relaciona a la ciencia, y también le gusta el rap. Lisa de momento no tiene novio, y vive con mis padres junto a Lucy, Lana y Lola.
_ Y por último está la menor de todas, de llama Lily. A Lily le gusta prácticamente lo que me gusta a mí, leer cómics, jugar videojuegos, ver reseñas de películas, etcétera. También de que tiene un gusto por el arte, desde pequeña le ha gustado dibujar.
_ Y ellas son mis hermanas, ahora saben un poco de ellas.— terminaba de contar sobre sus hermanas.
Ambas chicas estaban aún atónitas por escuchar sobre las hermanas de su vecino, aún les costaba procesar de que Lincoln tenga tantas hermanas, algo que no muchas personas se atreverían hacer, aunque algunos les importa un rábano.
_ Wow, tus hermanas sin que tienen algo que les gusta. Se le notan lo talentosas que son.— comentó Peridot.
_ Debe ser genial tener muchas hermanas, lo digo por qué tanto Peridot, como yo no tenemos hermanos. Se sentiría bien tener uno.— decía Amatista a Lincoln.
_ Es bueno en cierto punto, aunque hubo ocasiones en donde todas ellas me sacan de quicio. Incluso hasta me preguntaba cómo era tener hermanos en lugar de hermanas, aunque lo más cercano a un hermano es a mi mejor amigo Clyde que vive en Royal Woods, y también a mi cuñado Bobby.— contaba Lincoln el como es tener muchas hermanas.
_ Me lo imagino, debe ser toda una locura el estar rodeado de muchas hermanas. Quienes te quieren y apoyan en todo lo que hagas.— dijo Amatista.
_ Como quisiera que eso pasara, sería algo del cual sería feliz.— dijo Lincoln con algo de tristeza.
_ ¿Que dijiste, Lincoln?— decía preguntando Peridot.
El peliblanco se dio cuenta de lo que había dicho, ya que creyó que lo había pensando. Vio a sus vecinas, las cuales se preguntaban a qué se refería lo que había dicho, por lo que, siendo honesto le contaría a sus vecinas el por qué dijo eso.
_ La verdad, el tener muchas hermanas no es como se imaginan. Si se preguntan el por qué, se los explicaré, además de contarles el verdadero motivo por el cual estoy en esta ciudad.— decía el albino.
Así Lincoln le cuenta a sus vecinas lo que había sucedido meses atrás, donde se enteró que sus hermanas y padres querían enviarlo a una escuela militar, eso por el motivo de que él no tiene un talento como sus hermanas, además de que él no ha ganado nada. Les contó sobre la apuesta y de que además sus hermanas nunca le agradecieron por la ayuda que él les dio cuando nadie las ayudaba.
Además de contarles de que todas ellas han provocado destrozos a propiedades públicas y privadas, por culpa de ellas han sido vetados de muchos lugares. Y de cierta forma todas ellas han salido impunes ante sus acciones, y él en ocasiones ha tenido que pagar por los platos rotos.
_ Es por eso que me mudé aquí, ya que les quiero demostrar a mi familia que puedo sobresalir así como a mis hermanas. Inclusive las puedo superar y por mucho.— terminó Lincoln contar sus motivos y aspiraciones.
Nuevamente las dos chicas estaban perplejas por lo que había contado Lincoln, ahora tenían una nueva manera de ver a las hermanas Loud. No se imaginaron que también, el tener muchas hermanas podrían traer muchas consecuencias, y que ninguna de ellas sientan culpa de lo que han hecho, y también de dejarle todo eso a su único hermano, quien ha hecho de todo por ellas y ni un gracias ha recibido por parte de ellas.
_ Viejo, no creíamos que tus hermanas fueran así. Es decir, yo creía que ellas serían amables y respetuosas. Pero esto que nos acabas de contar... cielos, no sé que decirte amigo.— dijo Amatista shockeada por lo que escuchó.
_ También me cuesta creerlo, tanto que hiciste por ellas y así te lo quisieron pagar, diciéndote que no eres nada y que sería mejor mandarte a una escuela militar. Pero también están sus padres que no hicieron nada al respecto.— dio su opinión Peridot.
_ No saben el dolor que sentí al conocer que mi propia familia me quisieron apuñalar por la espalda. Pero eso cambiará, ya que del tiempo que he estado aquí me he hecho con algunos premios, los cuales aunque para unos no sean la gran cosa, para mí son unos grandes logros.— dijo el peliblanco.
_ ¿Que premios has ganado de momento?— preguntaba la morena.
_ Son tres que he ganado, uno lo gané en un campeonato de fútbol, el segundo lo gané en un torneo de mini golf, y el tercero me lo dio el dueño de un salón de bolos, luego de salvar su negocio. Esos son los únicos premios que he ganado.— respondía el peliblanco.
_ Nada mal, aunque ya lo dijiste, aunque no parezca la gran cosa pero es algo del cual lo ganaste con tu propio esfuerzo, y eso es lo que importa.— decía la chica de cabello pintado.
_ Estoy al tanto por si se llega a realizar un evento tanto en la escuela, así como en otro sitio, para así participar y ganar. Aunque de momento no hay nada, pero antes de hacer algo quiero solucionar algo del cual no he podido estar del todo tranquilo.— comentaba Lincoln.
_ ¿Nos podrías contar sobre eso que quieres solucionar? Para así poder ayudarte si necesitas apoyo.— decía la rubia al peliblanco.
Lincoln sonrió al oír lo que Peridot había dicho, sabía que podría contar con ellas dos para lo que necesite estando en esa ciudad. Por lo que procedió a contarles todo lo que ha pasado en los últimos días con respecto a él y Dana, el como por culpa de uno o algunos de sus compañeros le han hecho bromas a la castaña y luego le echaban la culpa.
Estuvo por varios minutos contando cómo fueron las bromas que Dana sufrió, el incidente en la cafetería, el como metieron su ropa en el casillero de Lincoln en el gimnasio, y como colocaron un cañón de pintura en el casillero de Dana. Todo eso mientras Lincoln era señalado culpable, pero luego les cuenta que toda la verdad salió a la luz y que Lincoln nunca tuvo la culpa de nada.
_ ¡Pero que cobardes que son! El hacerle bromas a esa chica y luego culparte a ti por algo que no hiciste. Eso es caer bajo.— exclamó Amatista realmente molesta.
_ Por lo menos ya todo eso fue resuelto y no fuiste expulsado. Aunque me pregunto quién o quienes pueden estar detrás de esas bromas contra tu compañera.— se preguntaba la rubia.
_ Yo también me lo pregunto, hasta el momento solo tengo un sospechoso, puede que haya más, eso lo sabré después. Lo importante es poder hablar con Dana, para decirle que no estoy molesto con ella, y dejar todo este asunto y seguir con nuestras vidas.— dijo Lincoln a sus vecinas.
_ Esperamos puedas dar con esos canallas, deben de pagar por lo que le hicieron a tu novia y a ti.— decía Amatista.
_ Dana no es mi novia, solo es una compañera y amiga nada más. No tengo nada con ella, ni ella conmigo.— corregía Lincoln a la morena.
_ De igual modo nosotras estaremos para apoyarte, si ocurre algo no dudes en decirnos.— dijo Peridot.
Los tres estuvieron platicando de otros temas aparte de los que hablaron, estuvieron así hasta que Lincoln regresó a su apartamento. Le alegraba en cierto modo pasar un rato y conociendo a sus vecinas, quienes son muy amigables, y que sin duda para cuando ocurra un problema no dudaría en ir con ellas.
_ Si que son amigables Peridot y Amatista, y que sin duda son la una a la otra. Aunque me es curioso que Amatista creyera que Dana es novia mía, aunque no puedo decir nada, cualquiera puede equivocarse.
_ Aún es temprano, podría salir un rato y ver que puedo hacer y no estar aquí todo el día.— dijo Lincoln.
.
Por lo que sin dudar tomó sus llaves y salió del apartamento para ir a pasear un rato y ver que puede hacer para distraerse.
Al día siguiente.
Es otro día en Detroit, y vemos cómo Lincoln había llegado a su escuela, no veía a Dana por ningún lado, posiblemente esté adentro en el salón, o quizás no ha llegado. Caminó para ir a su salón, vio que la castaña no se encontraba ahí, algo que le desanimó un poco, ya que quería aprovechar ese corto tiempo para hablar con ella.
Se sentó en su pupitre a la espera de que empiece las clases. Poco a poco sus compañeros empezaban a llegar, vio a Demian entrar, lo saludó y se sentó al lado de su amigo. Luego vio que los últimos en llegar eran Karen, Scott y por último venía Dana.
Tal como sucedió el día anterior los dos jóvenes hicieron contacto visual, donde Dana apartaba la mirada de Lincoln, este por su lado estaba decidido en hablar si o si con ella, no importa el lugar o momento, sea como sea hablaría con ella y dejarle claro que todo esto quede en el pasado. Las clases empezaron dónde todos prestaban atención, las horas transcurrieron normalmente, para cuando se acercaba la hora del recreo fue que la maestra haría un anuncio.
_ Chicos, antes de que salgan al recreo les dejaré de tarea hacer un reporte, el cual lo harán en pareja. Yo misma me encargaré de escoger a sus parejas.— dijo la maestra a sus alumnos.
Algunos no estaban del todo empcionados sobre ese reporte que tienen que hacer. Mientras que algunos si lo estaban, uno de ellos era nada menos que Scott, quien pedía que lo pongan con Dana.
_ "Espero que me toque con mi amor, así podré pasarla bien con ella y así poder enamorarla y que sea toda mía"— pensaba Scott de estar junto a Dana.
La maestra escogió las parejas para esta tarea, algunos estaban conformes, otros no tanto, fue ahí que la maestra formaría otra pareja para este reporte.
_ La siguiente pareja será, Lincoln y Dana, la siguiente será Demian y Karen.— decía la mujer a los alumnos.
Esto sorprendió tanto a Lincoln, como a Scott, aunque con resultados diferentes, por un lado Lincoln estaba contento de que le haya tocado con Dana, esta era una buenísima oportunidad para así poder hablar con ella y puedan dejar este asunto en el pasado. Mientras con Scott estaba que se lo llevaba el diablo, no creía que a Dana le haya tocado estar con Lincoln y no con él, era totalmente inaudito.
_ "¡¡Me tienes que estar jodiendo!! ¡¿Con el anciano, le tocó con el maldito anciano?! ¡No voy a permitir esto, tengo que hacer algo y pronto!"— pensaba Scott a nada de echar fuego.
_ Maestra, ¿Podría cambiar de pareja? Por favor.— decía inocente el rubio, aunque estaba controlando su furia interna.
_ Lo lamento, pero ya están establecidas las parejas, y no pueden cambiarlas, si lo hacen les costará unos puntos a su tarea. Ahora si, pueden salir al recreo.— dijo la maestra a sus alumnos.
Ahora sí los alumnos salieron del salón para ir a la cafetería y disfrutar del recreo, Scott por su parte estaba que insultaba a la maestra de mil maneras que podría asustar al mismo diablo. Por otro lado Lincoln estaba contento de que tiene una oportunidad de oro para así estar con Dana y poder hablar con ella.
_ Amigo que suerte tienes, te tocó a Dana para esta tarea. Es tu oportunidad para aclarar este asunto de lo ocurrido con ustedes dos.— dijo Demian a Lincoln.
_ También no me la creo, no voy a desaprovechar esta grandísima oportunidad. Es momento de que ella y yo hablemos y por fin estar tranquilo los dos.— decía Lincoln a su amigo.
Las horas de clase pasaron rápidamente, ya en la hora de salida Lincoln salió de la escuela donde se despidió de Demian, esperó afuera a qué Dana saliera. Estuvo así hasta que la vio salir con Karen, antes de que se subiera al autobús fue que le daría la dirección de dónde vive.
_ Dana, como seremos compañeros en este trabajo quiero darte la dirección de dónde vivo. Ya sabes, para que podamos hacer el proyecto los dos juntos.— dijo Lincoln a su compañera.
_ Cierto... no lo había pensado antes.— dijo Dana a su compañero.
Dicho eso Lincoln tomó un cuaderno y apuntó la dirección del edificio de apartamentos dónde vive él, se lo dio a la castaña para así ella pueda ir y entre los dos hacer el trabajo.
_ Te estaré esperando, le pediré a mi jefe que no iré a trabajar para así podamos hacer esto los dos.— decía el Loud a la castaña.
_ Está bien... te veré allá.— respondió Dana.
Ya con eso la castaña subió al autobús y de ahí este arrancó. Lincoln fue con rumbo a su hogar, en donde tendrá que llamarle a su jefe y contarle de que no irá a trabajar. Cerca de ahí, escondido, se puede ver a nada menos que Scott. Quién vio como su tan preciosa Dana no debería de estar con Lincoln, eso por lo enojada que está con él debido a las bromas que planeó junto a sus secuaces.
_ No sé cómo y por qué Dana no está molesta de que le tocó al anciano, además de que la noto rara. Sea como sea he avanzado mucho para separar a esa plaga de mi chica, por lo que no me queda otro remedio que tomar medidas más drásticas que las de antes.— dijo Scott mirando todo.
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Hola amigos, ¿Cómo están? Espero que bastante bien.
Aquí el capítulo 11, en donde Lincoln pasa un tiempo con sus vecinas Peridot y Amatista. Conociéndose mejor y dónde Lincoln les cuenta sobre su situación tanto con su familia, como con Dana. Cabe mencionar que ellas dos tendrán relevancia más adelante, de eso no lo olviden.
Solo quedan tres capítulos para llegar a dónde quedó la historia. Ya estoy emocionado de poder llegar a dónde había quedado esta joya, para que puedan ver lo que sucede más adelante, lo que vendrá y que sucederá.
Ya sin nada más que decir, los dejo con mis bendiciones para despedir este capítulo.
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