Capítulo 8. Muchos cambios
— Eh, eh, espera un momento, ¿por qué yo no salgo en ningún póster?— como era de esperarse, el joven de cabellos negros se indignó al no verse plasmado en ninguno de los anuncios que decoraban las paredes de los pasillos de la escuela.
— La verdadera pregunta es quién ha hecho los pósteres y por qué los ha colgado por todos lados— el peliturquesa se fijaba en todos los papeles que estaban colgados por todos los rincones—. Creo que eso ha influido en el número de las fans que nos han perseguido...
— Bon tiene razón, hay que encontrar al responsable de todo esto— Spring estaba de parte del moreno, no le gustaba mucho llamar la atención, menos ahora que recién se había incorporado al ciclo escolar.
Todos asintieron ante la idea del rubio de buscar al que se había encargado de expandir su fama por la escuela, quedando que se separarían para poder recorrer más rápido todos los pasillos que les diera tiempo de inspeccionar, pues tan solo les quedaban diez minutos de recreo antes de volver a sus clases.
— Cómo os odio a todos— se enfurruñaba el de mirada oscura cruzándose de brazos al ver que a nadie le importó realmente el hecho de que él no apareciera en ninguno de los dichosos pósteres.
— Tranquilo, Fred, si encontramos a quien hizo todo esto le convenceremos de que te haga un póster de ti solito, ¿te parece bien?— la suave y dulce voz de la rubia de ojos zafiro le había hecho bajar de su nube egocéntrica, perdiéndose en la comprensiva y tranquilizante mirada que le regalaba mientras le sonreía tan perfectamente que lograba ponerlo nervioso.
— Bueno... Supongo que es justo— no pudo evitar sonrojarse de más al ver que había posado su delicada mano en su hombro, transmitiéndole un confortante calor que lo tranquilizaba de algún modo—. Mmm...— aún así, por alguna razón, no se sentía del todo bien.
— Venga, vamos, que nos quedamos atrás— reía al ver la cara de confusión del moreno mientras se iba alejando tomando la delantera, causando que el chico, a duras penas, la siguiera.
Seguía un tanto resentida con el chico de cabello azabache, pero no podía evitar sentir algo de ternura cuando éste la veía con aquel adorable sonrojo en sus mejillas grisáceas. Aún no sabía si confiar en sus palabras, no después de ver que aquel show con las fans locas le había gustado al mayor. Suspiró tratando de olvidarse de aquello, ciñéndose al presente en cuanto el contrario ya caminaba a su lado, aun tomando algo de distancia entre ellos, tal vez para no incomodarla. Eso lo agradecía.
— Emm... Joy, y-yo...— carraspeaba su garganta algo nervioso mientras jugaba con su corbata del uniforme, no sabía cómo comenzar su petición—. S-Sé que debes de seguir molesta conmigo, y-y lo entiendo, p-pero...— suspiró, maldecía tartamudear tanto, a veces odiaba a Bon por pegarle sus nervios al hablar—. L-Lo que quiero decir es... Aah, n-no sé si q-querrías que...
— Fred— la chica lo cortó, no creía poder aguantar más la risa—, tranquilo, piensa antes de hablar—, le hizo parar en el camino para que la mirara a los ojos, haciéndolo sonrojar nuevamente causándole una sonrisita—. Yo ya no estoy enfadada contigo, Fred, no tienes por qué preocuparte más por eso.
— ¿E-En serio?— su mirada se abrillantó ante las palabras de la dulce rubia, ilusionándose rápidamente al poder pensar que podrían volver a como estaban antes.
— Sí... Pero— hizo énfasis en aquella palabra, alejándose entonces del de cabellos oscuros— esto no significa que tenga la misma confianza en ti que antes— dejó claro su punto, observando cómo la carita del contrario se entristecía.
— L-Lo entiendo, me lo tengo merecido— bajó la mirada, algo avergonzado por su reciente comportamiento, reconociendo su actitud engreída frente a aquellas chicas que lo trataban con una super estrella, pero es que no lo podía evitar, le encantaba ser el centro de atención.
Aunque para él, el centro más importante en el que le encanta estar es en aquel en donde los ojitos azules de su amada se posan.
— Aun así— se tomó unos segundos para pensar, sonriendo y tomando las manos temblorosas del contrario—, estoy considerando darte una última oportunidad, nada más...
— ¿De verdad?— volvió a preguntar algo sorprendido, no se esperaba aquello, pero no iba a desaprovechar aquella gran oportunidad para poder reconciliarse con la menor—. Oh, Joy, ¡gracias, gracias, gracias!— no evitó abalanzarse contra ella, rodeándola con sus brazos en un confortable y bien necesitado abrazo, escondiendo su rostro en su perfumado cuello, deleitándose en su aroma a vainilla—. Te prometo que esta vez no haré ninguna estupidez que te aparte de mi lado...
Las mejillas de la rubia no evitaron teñirse de un leve rojo, demostrando lo desprevenida que le había tomado aquella muestra de afecto, pero no se alejó, sino que correspondió el gesto, pasando sus manos por la espalda del contrario, apegándose a su pecho. Podía escuchar perfectamente los latidos de su corazón en su oreja, eso la calmaba. Podrían haber estado en aquella postura más tiempo, pero nada es para siempre.
— Siento arruinar vuestra escenita romántica, pero ya hemos encontrado al culpable— justamente un rubio con cara de pocos amigos interrumpía aquel afectuoso abrazo entre los sonrojados adolescentes—, o más bien, a las culpables. Vamos.
Se separaron algo tímidos y siguieron al rubio que caminaba sin verlos delante de ellos, pero estaba claro que seguía con aquella molesta mirada dirigida a ellos, a pesar de que sólo el de cabellos negros la notara justo encima de él. Aún seguían algo sonrojados al ser descubiertos en aquella situación tan íntima para ellos, pero decidieron solo ignorarlo. Ahora Fred tenía otra oportunidad con la rubia para poder ganarse su confianza, tal vez su corazón si jugaba bien sus cartas, pero ya podía volver a hablar sin miedo con ella.
Mientras ellos llegaban, el resto de integrantes hablaban con las personas responsables de difundir aquellos pósteres con sus imágenes. Eran dos estudiantes del cuarto curso, al parecer de la misma clase, ambas castañas, una con el pelo más corto que la otra.
— Perdonadnos, no pensamos que se iba a causar tanto alboroto por nuestros pósteres— se lamentaba la de gafas, agachando la cabeza arrepentida y abrazando unos cuantos enrollados en sus brazos.
— Sí, lo sentimos mucho— decía igualmente su amiga inclinándose hacia adelante a modo de reverencia—. Los descolgaremos de inmediato.
— No hace falta que os disculpéis- sonreía amigablemente el peliturquesa—. Sólo queríamos saber de dónde habían salido.
— Sí, la verdad es que están muy bien hechos— halagaba sincero el rubio de chaqueta de conejo con las manos en los bolsillos de esta—, hasta parecía que eran fotos reales, yo hasta pensé que lo eran y ni cuenta me había dado— recibió un golpe de parte de la peliblanca ante eso, no podía creer lo muy idiota que había sonado eso viniendo de un adolescente de 17 años.
— B-Bueno... Gracias, supongo.
— Aún así, ¿por qué los habéis hecho?— aquella duda seguía rondando por la mente curiosa del pelimorado.
— Ah, eso— empezó a explicar la de cabello largo—. Estuvimos en el concurso de talentos el sábado, nos impresionó bastante la actuación de los B.O.Y.S, y quisimos hacerles un homenaje haciendo unos pósteres que les hiciera parecer como artistas profesionales para que más gente se interesara en ellos.
— Además de que subimos la actuación a YouTube para que llegara a un público más extenso— les mostró la otra chica su móvil donde se veía la actuación de los chicos en primera fila—. No esperábamos que llegara a las cien mil vistas en menos de veinticuatro horas con más de cincuenta mil "me gusta".
— Wow, ¿tan populares somos ya?— el pelirrosa estaba totalmente impresionado y encantado con los comentarios positivos que había en aquel vídeo—. Esto es... ¡Fabulous! Siempre quise aparecer en un vídeo viral de YouTube.
— Pues ya sabes cuáles son las consecuencias de eso— rodó los ojos la de cabello azul con gafas rectangulares—. Igualmente, estuvo mal subir un vídeo de otras personas sin su permiso, aunque no lo creáis es ilegal.
— Lo sabemos, lo borraremos de inmediato si os causa tantos problemas— sentenció la de cabello más corto, entrando a las opciones del vídeo a punto de borrarlo, pero una mano morena la detuvo antes de pulsar el botón.
— No, no lo borres— les regaló una tranquila sonrisa el moreno de ojos verdes—. Es cierto que estuvo mal que subierais el vídeo sin nuestro permiso, pero habéis hecho que más gente pudiera escuchar nuestra música, y eso yo lo agradezco.
— El juguetito tiene razón, por una vez— el pelirrojo se cruzó de brazos sonriendo igualmente, recibiendo un reproche de parte del peliturquesa que ignoró—. Ahora no solo el instituto conoce a los B.O.Y.S, sino probablemente toda la ciudad, por no decir que todo el mundo— rió exagerando con sus especulaciones, siendo apoyado por sus compañeros.
— Aún así, para la próxima, al menos avisad si lo vais a grabar— hizo un puchero el de ojos negros con los brazos cruzados—. De saber que nos iba a ver todo el mundo habría puesto mi mejor perfil para posar.
Todos rieron ante aquel comentario, menos el joven de cabellos dorados que solo resoplaba ante su evidente intento de pedir atención. Al final hicieron de aquellas dos amigas las encargadas de promocionar el grupo por el resto de la escuela, solo esperaban que aquello no produjera aún más fans descontroladas.
(...)
La semana había pasado rápido, el rumor de que había una banda de chicos cantantes se había extendido como la pólvora en un campo desértico y toda la escuela estaba interesada en aquel tema. En esos momentos el grupo se encontraba en el gimnasio practicando la coreografía que tenían que ejecutar perfectamente para el día siguiente, el día de la presentación oficial de los B.O.Y.S frente a todo el mundo en vivo.
— Y uno, dos, tres, uno, dos, tres— la pelirroja que se encargaba de "entrenarlos" en el mundo del espectáculo con sus sencillos -según ella- pasos de baile trataba de mostrarles una vez más los pasos que debían seguir—. Bon, no estés tan tieso, tienes que dejarte llevar por el ritmo, si no se notará que lo haces de memoria y no porque te salga natural.
— Lo siento, mi fuerte es la guitarra, pero justamente el baile no es lo mío— se disculpó nuevamente tratando de seguir el ritmo de sus compañeros que parecían igual de perdidos que él, pero al menos sí se les veía más sueltos que él—. ¿De verdad es necesario que hagamos coreografía?
— Vamos, Bon, no es tan difícil una vez le pillas el ritmo— el azabache ejecutaba los pasos casi a la perfección, causando que el resto le siguieran sin problemas mientras el peliturquesa solo hacía un puchero frustrado.
— Inténtalo de nuevo— lo animaba la pelirroja con una sonrisa acercándose a él para susurrarle al oído—. ¿No quieres impresionar a Bonnie con tus espectaculares pasos de baile?— aquello sin duda hizo sonrojar al moreno, pero en su rostro también se implantó una mirada de seguridad y confianza.
— Tienes razón, lo intentaré de nuevo— dijo decidido acercándose a sus compañeros, que también estaban dispuestos a ejecutar bien el baile.
— ¡Genial! Vamos, chicos, de nuevo— y sin más interrupciones continuó la clase.
Mientras la clase de baile se llevaba a cabo, cierta joven de cabellos rubios se encontraba en la sala de costura cosiendo algunas telas, había decidido hacerles una sorpresa a los chicos creando una nueva colección de ropa para sus conciertos. Le hacía mucha ilusión poder usar su don de costura para que luego pudieran actuar con sus diseños, nunca creyó poder algo así, pero igualmente lo hacía por sus amigos. A su lado estaba también su compañero pelimorado, quien le ayudaba con los adornos y algunas medidas, ya que a pesar de no saber mucho sobre diseño o costura, también quería ayudar.
— Muy bien, ya está lista esta chaqueta— decía orgullosa levantando la prenda para poder apreciarla mejor—. Bonnie, ¿cómo vas con los detalles?
— Hacía mucho que no cosía tanto, pero creo que ha quedado bien— se retiraba el sudor de la frente con su manga larga, pero la sonrisa no se la quitaba nadie al mayor—. Espero que les guste a los chicos.
— Yo también lo espero, es una gran oportunidad para ellos y merecen ir con grandes diseños de famosos— rió la menor dejando a un lado la chaqueta, desplomándose entonces en su silla—. Aunque sí es cierto que cansa, iré a por algo de beber, ¿quieres algo?
— Zumo de uva, si encuentras, por fa— contestó ahora concentrado en un detalle con la lengua fuera, pero sin darse cuenta se pinchó un dedo—. ¡Ay!— se llevó el dedo a la boca con dolor—. Ouh... Y tiritas también...
— Está bien, ten cuidado— rió antes de salir de la sala para acercarse a la máquina expendedora más cercana.
Los pasillos estaban casi desérticos, todos los alumnos estaban en sus respectivos clubes o ya se habían ido a casa, pues eran pasadas las cinco y media de la tarde. Desde que las gemelas se trasladaron de escuela por culpa del trabajo de sus padres, Chica se sentía muy sola en su club de costura -que ella misma fundó-, pero aún así no había dejado de asistir, aquello la mantenía ocupada. Hacía tiempo que había perdido la inspiración, nada era igual desde que la banda se separó tras el evento de primavera y... los problemas del grupo. Nunca creyó que el disgusto mutuo de Golden y Fox los llevara a estar así, separados y distanciados, pero no podía hacer nada. Ahora Fox estaba en un grupo nuevo, al igual que Fred, pero al menos se conformaba con seguir viéndolos junto a Bonnie en la hora de clases. Prefería no pensar en ello, de alguna forma lo ponía muy triste, ellos eran como su segunda familia, a veces desearía volver a esos tiempos.
En cuanto Chica logró tomar su bebida y la de su compañero, lista para volver a la sala, no esperó encontrarse con su novio justo al lado de la puerta.
— ¡Ah, Golden!— sonrió y se acercó a él—. Creía que te habías ido ya con Jeffrey, como no te he visto al salir de clases...— inquirió haciendo un pequeño puchero, pero se le pasó en cuanto el más alto le brindó un pequeño beso en la frente haciéndola sonrojar.
— Me he escapado un rato para venir a verte— le sonrió de aquella forma que la hacía derretir, aunque en su mirada se podía apreciar que no estaba del todo tranquilo como aparentaba—. Iba a darte una sorpresa, pero al llegar solo he visto a Bonnie, así que te estaba esperando.
— Aww, eres un cielo— rió levemente acercándose para darle un beso al rubio, pero él se apartó inconscientemente cuando le sonó el celular—. Oh... Veo que estarás ocupado, de nuevo...— desvió la mirada un tanto chafada por la interrupción, viendo cómo el más alto simplemente tomaba su móvil para contestar.
— Lo siento, linda, son cosas del trabajo— contestó como si nada volviendo a guardar el aparato en su bolsillo—. Nos veremos mañana en clases.
— Claro...
Observó cómo rápidamente se iba de nuevo por el pasillo, dejándola ahí sola al lado de la puerta sin nada más que decir. Soltó un suspiro ahogado en lo que trataba de que no se le cayeran las botellas que llevaba en las manos. Cada vez se sentía más lejana a Golden, él ya no era como antes, anteponía su trabajo a su compañía, no era tan comprensivo como antes, ya no le aceptaba sus muestras de cariño... Sentía que había cambiado. Le dolía el pecho cada vez que lo pensaba, ella lo amaba demasiado como para incluso hablar sobre la situación, temía que la dejara, realmente no quería que eso pasara.
Sin embargo, no pudo seguir auto compadeciéndose de ella misma por mucho rato, ya que una mano se posó sobre su hombro, llamando su atención al mismo tiempo que la asustaba.
— Lo siento, no quería asustarte— se giró ante la rasposa voz a sus espaldas encontrándose con su amigo pelirrojo que la miraba con una sonrisa apenada—. No pensaba que aún estarías a estas horas por aquí.
— Ah, sí, me quedé con Bonnie para terminar unas cosas de costura, pero ya pronto acabaremos— le sonrió con tranquilidad, le alegraba poder verlo incluso después de las clases, realmente no podían pasar mucho tiempo todos juntos por todo lo que les estaba pasando con el grupo, por eso apreciaba los pequeños momentos que tenían.
Y claro, cuando decía "todos" también incluía a Bonnie y Fred, no es como si quisiera estar a solas con Fox, no, para nada. Además, ella quería a Golden y sabía que él la amaba... o al menos eso quería creer.
— Está bien, si quieres puedo esperaros, ya hemos terminado con la coreografía y ya me he reído suficiente de Bon después de pisarnos a todos, sin duda es un patoso de primera— aquel comentario hizo que la rubia riera compadeciéndose del peliturquesa.
— Eres muy amable, pero no hace falta, ya vamos a terminar y nos iremos a casa— jugó algo nerviosa con sus dedos sobre la botella de plástico, de alguna forma la intimidaba aquella mirada dorada posada sobre ella, como si pudiera leer sus pensamientos—. Aunque... S-Si no estás muy ocupado, podrías ayudarme...D-Digo, ayudarnos con las partes de tu traje— le miró nuevamente a los ojos viendo cómo se sorprendía ante su petición—, para ver que se ajusten bien y... eso.
— Ah, bueno, si os sirvo de ayuda entonces me quedaré— hizo su mejor sonrisa para la rubia, quien se quedó algo embobada al verlo tan amable con ella—. Además, seguro que Bonnie quiere que le ponga al día de todo, así aprovecho.
— ¡Genial! Entonces vamos ya, Bonnie está solo con un montón de agujas y ya se ha pinchado varias veces, no quiero que estropee las telas.
Sin más fueron ambos hacia el aula de costura nuevamente caminando uno al lado del otro. Sin embargo, en la mente de la fémina solo podía repetirse la misma pregunta una y otra vez; ¿por qué cada vez que veía al pelirrojo sus latidos eran aún más desenfrenados que cuando estaba con su novio? Su corazón sabía la respuesta, pero su cabeza tenía miedo de aceptarla.
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To be continued...
Lamento muchísimo la tardanza :"3
Gracias a la especial participación de la senpai Donilpower <3
Fanarts preciosos de la mano de EvelynArtistic (pueden seguirla en Twitter e Instagram, mismo arroba uwu)
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 7
Gracias por seguir la historia, hasta dentro de seis meses más, jaja XD
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