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Capítulo 4. The B.O.Y.S

Chica estaba jugando con sus cereales mientras miraba la televisión en la cocina, escuchando un tanto desinteresada la entrevista que tenía su actual novio, Golden. La verdad no le interesaba de lo que estaba hablando, con sólo ver su imagen nuevamente sus mejillas adquirían un leve color rojizo y una sonrisa se plantaba en sus labios rosados. Aunque no sentía que su corazón saltara de alegría al escuchar su voz, se sentía bien al pensar en el rubio como su pareja, a pesar de casi no tener tiempo para estar con ella por culpa del trabajo. Aún así, los pequeños momentos en los que estaba a su lado, esforzándose por hacerla feliz con regalos que conseguía para ella, eran más que suficientes para seguir queriéndole así. La voz de su madre la sacó de sus pensamientos.

- Hija, no me dijiste que tu novio fuera un famoso de la tele- rió la rubia mayor, besando los cabellos aún desordenados de la joven.

- Te dije que salía con un chico, ¿no es suficiente?- sonrió la de ojos magenta para luego comer otra cucharada de cereales.

- Un chico que sale en las noticias y es de familia rica, bien hecho- le bromeó sirviéndose una taza de café.

- Mamá, no salgo con él por su dinero- le corrigió-. Es por su actitud amable y caballerosa, además de que es muy divertido y sabe escuchar...

La adulta de ojos verdes prestó atención al rostro de su hija. Notaba cierto rubor en sus pálidas mejillas y su mirada perdida. Le recordaba a sus días jóvenes también, cuando se enamoró por primera vez.

- Pues me gustaría mucho conocerlo algún día- comentó divertida y marchándose de la cocina.

Chica abrió los ojos como platos. ¿Que Golden conociera a su familia? Le daría un tanto de miedo el qué pensarían sus familiares al verla con alguien de clase más alta, nunca había aspirado a tanto, pero realmente la daba cosa presentarlo de modo formal. Además, no estaba segura, apenas y lo sabía Bonnie, Freddy, Fred, Fox...

Foxy... El nombre de aquel muchacho estuvo mucho tiempo en su cabeza. Tenía varias dudas sobre él, siempre había sido muy amable con ella, lo cual era un gran esfuerzo para él, conociendo su mal genio en general. Hasta una vez le ofreció de su pudin, lo cual le pareció un gesto realmente encantador, conociendo lo mucho que adoraba aquel postre. Nunca había querido admitir que alguna vez había sentido algo más que amistad por aquel pelirrojo, todo por no querer alejarse de él y perder su amistad.

- Hum... Tal vez sí sea buena idea ir al concurso- sonrió para tomar su móvil y contestarle al pelimorado. La idea sonaba interesante, además de que le daba ilusión ir por primera vez a un concurso como espectadora y no como concursante.-. Al menos podré volver a verle... y a Fred, obviamente- pensó en voz alta, mientras sentía sus mejillas arder.

Debía pensar qué ponerse.

(...)

- No lo sé, Joy, no me entusiasma la idea de salir hoy- una peliblanca escuchaba la emocionada voz de su amiga por la otra línea del móvil.

- Por fa, Meg, será divertido~- le pedía con voz dulce y empalagosa-. Además, por lo que me ha contado Chica, Fred estará allí, y necesitaré tu ayuda para poder hablar con él.

La rubia estaba jugando con un mechón de su cabello un tanto nerviosa y sonrojada, pues le causaba nervios volver a hablar con el de cabello azabache. Ya no estaba enfadada con él, lo había perdonado, pero tras cómo le había hablado y lo distante que se había presentado los últimos días con él... Le daba pena volver a presentarse ante él.

- Pues lo siento, pero ya les he dicho a los chicos que me quedaría en casa, ellos tienen planes.

- Claro, porque ellos también van a participar en el concurso- soltó una risita al creer que había pillado por sorpresa a su amiga, y su pequeño silencio se lo confirmó.

- ¡¿Qué?!- saltó de la cama la mayor- ¿Cómo que van a participar? Me dijeron que se iban con unos amigos a hacer un trabajo.

- Ah~, la típica excusa- se carcajeaba la joven de ojos azules sobre sus sábanas blancas-. ¿Te acuerdas de cuando Bon nos dijo lo mismo para no ir al ensayo y quedar con ese chico pelimorado?

- ¡¡Hijos de su...!!- soltó un bufido masajeando su sien con enojo- No, ¿sabes qué? Iré contigo, solo para darles su merecido- sonrió victoriosa, no dejaría que se salieran con la suya.

- ¡Yey! Entonces decidido, quedamos a las cuatro y media en la puerta del instituto- estaba feliz de que la peliblanca la pudiera acompañar.

- Está bien, hasta luego- colgó antes de tirar su móvil al otro lado de la cama y resoplar-. ¿Por qué me habrá mentido?

Tomó un libro de su cajón, el cual abrió con una llave especial que tenía colgada al cuello. Era oscuro, con letras doradas y plateadas que escribían "Trabajo de biología". ¿Qué? No era tan tonta como para escribir que era su diario viviendo con un par de chicos tremendamente cotillas.

Lo abrió por la parte en que se quedó la última vez, quitando la cuerda que se encontraba en la mitad. Cogió un boli azul que se encontraba al lado, suspirando antes de empezar a escribir.

Querido diario:

Hoy Joy me ha pedido que le acompañe a un estúpido concurso de talentos. Hace mucho que no participo desde el concurso de primavera. Extrañamente, tras esa presentación el jefe ya no nos pidió más competiciones, dijo que ya estaba harto de nosotros, así que nos dejó libres.

Pero eso no era lo que quería contar, sino que tanto Fox como Spring van a participar. ¡Y ni siquiera me lo han dicho! Me lo esperaba de Rojo, pero... ¿De Spring? Pensaba que él confiaba en mí, ahora entiendo que estaba equivocada. No sé cómo sentirme, si molesta o... triste.

Es curioso, me he sentido un tanto extraña a su lado últimamente. Cada vez que sonríe, o me mira o siquiera me habla... siento que se me eriza la piel al completo, mis mejillas arden y mi corazón se acelera mucho. Me está volviendo loca, no puedo evitar ser un tanto ruda con él. No quiero que sepa el poder que tiene sobre mí.

Cerró de golpe el libro y lo devolvió a su sitio. Se levantó finalmente hasta su armario, mirando qué poder ponerse.

(...)

- ¿Eh? ¿Pero por qué no puedes venir?- una pelirroja con mechas claras en las puntas de sus coletas se quejaba por su móvil-. Te vas a perder la cata de chocolates de la plaza.

- Lo siento, gordis, pero ya tengo planes- se disculpó el pelirrosa al otro lado de la línea, probando con sus amigos los atuendos para la tarde.

- Vaaaale, ¿pero podemos saber al menos qué vas a hacer?- preguntó curiosa la de ojos lima.

- Sorry, pero es un secreto- soltó una risita.

- ¡Félix, esto me va demasiado grande!- se quejaba un joven de piel grisácea.

- ¡Ya voy, un poco de paciencia!- suspiró agotado-. Luego te llamo, hermosa.

- Okey- colgó un tanto confundida, cruzando los brazos.

- ¿Y qué te ha dicho?- preguntó una peliazul al lado, poniéndose las gafas que acababa de limpiar con su camiseta.

- Está ocupado- suspiró triste la más bajita.

Estaban ambas amigas en el centro comercial de la ciudad, compartiendo un batido de frutas. Además, estaban acompañados de un muchacho de cabello rosado con partes blancas, el cual miraba entre aburrido y traite su batido, jugando con los bordes de este.

- Mejor, ni sé merece estar ya en nuestro grupo...

- Fede, ¿no crees que exageras?- Lily le miró preocupada.

- Sí, no digas cosas de las que luego te puedas arrepentir en un futuro- su otra amiga lo miró con tristeza-. Además, no fue todo culpa de Félix, debiste controlar más tus celos.

- ¿Qué querías que hiciera? Ese chico se le estaba prácticamente echando encima, ¿y él hizo algo? ¡No! Hasta le siguió la corriente- contaba hecho una furia-. No quiero ni imaginarme qué hubiera pasado si no llego a separarlos a tiempo...

Ambas féminas se miraron entre sí preocupadas. Sabían lo coqueto que podía llegar a ser su amigo pelirrosa, y no querían que su amistad se rompiera por aquel malentendido.

- Fede...- llamó Abby a su bollito, tomando su mano para que le mirase-. Tú sabes bien que a Félix no le gustaría verte a sí, le dolió el hecho de que empezaste a ignorarlo desde lo que pasó.

- El caso es que las peleas no se solucionan distanciándose- habló ahora la más alta-, sino hablando de ello. Deberías hablar con Félix, seguro está esperando que lo llames.

- Oh, pero ahora no- recordó-. Está ocupado con una cosa "secreta"- marcó las comillas.

Fede suspiró, no estaba segura de querer volver a ver a su amigo, el cual ahora mismo se encontraba encorriendo a un peliturquesa que intentaba escapar de sus manos bien cuidadas.

- ¡Bon, vuelve aquí!- los demás se estaban carcajeando por la cómica persecución, mientras el moreno se intentaba esconder.

- ¡No te atrevas a tocarme las orejas!- amenazó tapando estas con sus manos.

La cosa era que para el conjunto que tenía pensado para el moreno, Félix tenía pensado hacerle algunas perforaciones en las orejas para verse mejor, pero no contaba con que el peliturquesa fuera un cobarde ante las agujas.

- Tranquilízate, tampoco te voy a cortar una oreja- suspiró ya cansado de tanto correr-. Vamos, Bon, prometo que no te voy a hacer nada de daño.

Inseguro, el de ojos verdes salió de su escondite, con la cabeza agachada y se acercó al de ojos ámbar. Los otros tres los miraban listos para volver a retorcerse de la risa en el suelo. En cuanto calmó al menor, puso un cubito de hielo en su oreja izquierda.

- ¡¡Aah!!

- Sólo era el hielo, Bon- gruñó.

- Y-Ya lo sabía, es que estaba frío- se excusó-. ¡¡Ay!!

- Eso era el rotulador para ver la marca.

- ¿Qué viene después...?- temió la respuesta.

- Esto- escuchó para luego sentir un pinchazo en el lóbulo de su oreja.

El grito que pegó se debió escuchar en todo el lugar, mientras las risas de sus compañeros inundaban la sala donde estaban.

- Cómo os odio...- musitó adorolido intentando no tocarse sus nuevas perforaciones, una en el lóbulo de su oreja izquierda y otra en el pabellón de la derecha.

Admitía que no quedaban mal, pero el dolor nadie se lo quitaba, ni la vergüenza por ser tan miedica.

(...)

- ¡Bienvenidos todos al concurso de talentos de FNAFHS!- la voz animada del presentador pelinaranja inundó la sala, recibiendo numerosos aplausos del pequeño público que se encontraba ahí.

Mientras daba las instrucciones y el orden de los participantes, un par de chicas se encontraban en aquella multitud.

- ¿Los últimos? Debieron apuntarse el último día- se quejaba la peliblanca cruzada de brazos.

- Bueno, al menos sólo hay tres grupos, así que no tardarán- contestó entusiasta su amiga, la cual había dejado el móvil un rato de lado.

Estaban cerca del escenario, pero no lo suficiente como para ver el suelo de este, así que estaban a una buena distancia, según decía la peliblanca. Habían llegado pronto, pues apenas anunciaban que la primera concursante iba a salir en breves instantes.

- Veo que al final Meg se unió a la fiesta- un voz un tanto aguda pero igualmente llamativa alertó a ambas jóvenes.

- ¡Chica!- sonrió la rubia contenta abrazando a su amiga-. Gracias por decirnos sobre el concurso, de no ser por ti nos lo habríamos perdido, seguramente.

La chica sonrió igualmente devolviendo el abrazo a la rubia contraria.

- En realidad fue idea de Bonnie- la joven apuntó a su amigo que se encontraba a su lado, pero apenas se habían percatado de su apariencia.

Aquel chico de peculiar cabellera morada saludó a ambas chicas un tanto nervioso. Ya las conocía, y se llevaba bien con ellas, pero sabía que tenían relación con su "maestro" y no quería causar ja mala impresión para que luego se la contaran al moreno.

- ¿Y a qué venía esta invitación?- sonrió divertida la del mechón rosa, viendo cómo el contrario jugaba con sus dedos-. No creo que haya sido solamente para ver actuar a los chicos.

- Sino para ver a un chico en especial~- le siguió la de ojos como el cielo, sonriendo cómplice al ver el sonrojo de las mejillas del mayor.

- N-No sólo he venido a ver a Bon, y-yo ...- tartamudeó mirando al suelo, dándose cuenta de su error.

- ¿Quién dijo nada de Bon?- rió su amiga rubia de mechas limas-. Tranquilo, Bonnie, es más que obvio que ese chico te trae loquito~.

Jugó con sus mejillas como una madre con su pequeño, ganándose un puchero de su amigo y unas risas colectivas de las otras dos chicas, haciendo que sonriera. En ese momento las luces comenzaron a apagarse, como si fuera una película a punto de empezar en un cine, y una joven de cabello azul recogido en dos coletas, para cantar.

- Madre mía cómo esta la gente- el pelirrojo del último grupo miraba por las cortinas de detrás del escenario todo el público.

- No me extraña, todos están esperando a verme~- presumía un azabache terminando de peinarse frente al espejo para luego colocarse su sombrero con elegancia.

- Querrás de decir a vernos- corrigió sutilmente un coqueto pelirrosa, terminando de colocarse algo de colorete en las mejillas, no por nada, si no para que la luz no le reflejara la piel y le hiciera ver mal.

- Uf, he de admitir que estoy algo nervioso, ¡pero emocionado a la vez!- confensaba un energético rubio, saltando en su sitio con una sonrisa.

- No esperaba que hubiera tanta gente- un peliturquesa miraba sutilmente tras la cortina, sin dejar de ver una peculiar cabellera morada que le había hecho suspirar más de una vez seguida. Esperaba no fastidiarla delante de aquel que hacía llamar, en su mente, su amor imposible.

- ¡Preparaos, chicos! Sois los siguientes- avisó el pelinaranja que se encargaba de organizar el evento.

Los cinco chicos que se encontraban allí se miraron entre sí, terminando de prepararse y tomando sus micrófonos.

- Vamos allá- colocó el pinganillo en su oreja derecha y guio al resto al escenario.

Había terminado su acto el segundo grupo. ¿Quién dijo que un perro, una rata y una paloma no se pudieran apuntar al concurso? Pues ni tú ni yo sabemos cómo lograron entrar, pero parece que les encantó al público.

- ¡Wow, menuda actuación de Bestia y los Bestiers!- entró animado el presentador-. Y ahora vamos con nuestro último grupo. Son nuevos en esto, pero sé que podrán cautivarnos con su gran talento- guiñó un ojo a los presentes-. ¡Demos la bienvenida a los B.O.Y.S!

El público estalló de aplausos esperando que aparecieran de una vez para poder irse ya a sus casas. Seamos sinceros, no es el mejor de los planes estar una tarde de sábado en el instituto pudiendo estar en el cine o de fiesta con los amigos, o incluso estar en casita. En fin, tras esa presentación salió al escenario un único joven, de piel caramelo y con sus ojos esmeraldas cerrados.

El grupo de adolescentes que había estado esperando por su aparición por fin prestaban atención, sobre todo cierto chico de ojos rubí, quien presentaba un gran brillo en estos al ver a su maestro por fin. Además, debía admitir que se le veía atractivo con aquel conjunto. No evitó el mirarlo de arriba a abajo unas tres veces por lo menos, tenía tantas ganas de poder hablar con él nuevamente.

Llegado al centro de la plataforma, el chico dio una señal al encargado de la música, pues le habían dado la pista de su canción, así que en cuanto empezó a sonar la melodía suspiro, listo para empezar.

- Serás... Mi fuego...- comenzó con voz tranquila y grave, con una mano sobre su corazón- Lo que... Más quiero... Creerás... Si digo...- miró al público, con confianza- Que yo lo quiero así...

Cantaba con su alma, esperando poder mostrar sus sentimientos a través de su voz. Estaba seguro que al menos podría quitarse un peso de encima, fundiéndose una vez más con la música, su más fiel aliada y compañera en momentos de soledad.

El rostro de Bonnie se notaba rojo y caliente, por la sangre acumulada en sus mejillas. Jamás había escuchado la voz del contrario de una forma tan apasionada como ahora, y sentía que con cada palabra que pronunciaba aceleraba su corazón. Estaba embelesado.

Su voz... Sus expresiones... N-No sé cómo lo hace, pero siempre logra que se me pare el corazón. Me siento un tonto al haberme distanciado de él y... haber ocultado mis sentimientos por él. Nunca quise admitir que me gustaba, no quería que se alejara de mi lado... otra vez. Pero ahora comprendo que... parece ser que alguien más ha debido ganar su corazón...

- Es la... Distancia... Que nos... Separa a los dos...- entró entonces un rubio al escenario, con las manos en sus bolsillos- Si dices... Que yo lo quiero así...

Miraba al frente con una sonrisa y uno de sus ojos cerrados. Concentraba su letra en sus sentimientos, teniendo el sentimiento de que cada palabra que pronunciaba describía la relación que tenía con cierta albina de ojos ámbar.

La cual miraba estupefacta su persona. No quería admitir que se le oía genial de aquella manera, viéndose tan relajado como siempre, pero su sonrojo tan poco sutil mostraba cómo se sentía realmente.

Nunca pensé que llegaría a escuchar a Spring cantar algo que no fuera rap. L-La verdad es que canta muy bien, no lo niego... Debería dejar que cantara más a menudo en la banda... Pero la letra... ¿A quién se referirá?

- Di por qué...- preguntó al aire mirando al suelo, casi cerrando su único ojos abierto.

- No es más que un mal de amores...- entraron los tres restantes, acompañando a los otros dos, creando una gran melodía.

Todo el público estaba encantado con aquella actuación, no tenían duda que aquellos chicos eran espectaculares, formaban un gran grupo.

- ¿Soy yo... tu fuego?- preguntó el de cabello azabache con sus manos de forma que pareciera que estuviera sosteniendo una llama de fuego-. ¿Soy tus... deseos? Si lo sé... Es tarde... Pero yo lo quiero así...

Joy sentía su mirada ardiente justo encima de ella, notaba que su piel quemaba, sobre todo sus mejillas, y su corazón rebotaba nervioso y alocado. Sentía escalofríos y un gran deseo de poder abrazarle ahora mismo, diciendo que sí a todas sus preguntas.

Fred es tan... no sabría cómo describirlo. Desde que lo conozco siempre ha sido un galán que se ha ligado e insinuado a cada chica de la escuela, pero... Un día cambió... Se volvió menos mujeriego y... s-siempre me buscaba. Amaba cada momento en el que sus mejillas se teñían de rojo, se le veía muy adorable. Es un chico algo tímido en cuanto a sentimientos se refería. Creo que debería hablar con él y solucionar de una vez nuestra pequeña riña...

- No son más que errores... Di por qué..- seguían cantando, dejando de los sentimientos fluyeran entre el público, el cual les vitoreaba y seguía en su pequeña melodía pegadiza-. No quiero escucharte...

- Que... Yo lo quiero así...- llegó el turno del pelirrojo, quien logró una nota un tanto alta para su registro musical, pero que sin duda clavó con seguridad-. Claro se ve, nuestro amor se arruinó...- sacó un puño de pétalos de rosa de su bolsillo, lanzándolo a los espectadores, a lo que algunas chicas de las que se encontraban allí gritaran de emoción- Nada queda de lo que fue, yeah...

- ¡Da igual la distancia, te quiero decir...- cantaron a coro tanto el pelirrojo como el de mirada oscura- que siento dentro de mí!

Wow... No conocía ese lado tan pasional de Fox... Se ve realmente atractivo de esa forma... ¡N-No, Chica! No puedes pensar así de él, tienes novio y... Bueno, que se vea guapo en esta ocasión no significa que siempre lo sea... ¿o sí? ¡Ay, qué confuso!

Se golpeó suavemente sus mejillas, las cuales estaban rojas cual tomate maduro. No podía apartar la mirada de aquel chico alto, quien había guiñado un ojo al público, pero sintió que en realidad la miraba a ella solamente.

- Serás... Mi fuego...- por último, el pelirrosa había avanzado al centro del escenario-. Lo que... Más quiero... Creerás~

- Creerás~.

- Creerás~.

- ¡Creerás~!

Sin notarlo, por el fondo del salón, un grupo de tres amigos miraban con orgullo a uno de los suyos mostrar su talento musical, al igual que uno de ellos apreciaba su bonita voz.

Debo agradecerle a Abby de decirnos de venir... Yo que pensaba que Félix no tendría nada mejor que hacer en un sábado que irse de fiesta a conocer chicos guapos... para unirse a un grupo para cantar. Aunque he de decir que no ha perdido su toque encantador, hasta seguro que los vestuarios los ha elegido él, se nota su buen gusto.

- ¡Te necesito!- dijo el rubio en un último suspiro, para que sus compañeros terminasen la canción.

- No quiero escucharte...- cantaron a la vez, todos tomados de la mano- Que yo lo quiero así...

- Porque yo sí lo quiero así...- terminó el de piel grisácea, dando por finalizado su espectáculo.

La sala estalló de aplausos y grandes gritos y silbidos de adoración. Sin duda la mejor actuación del día, todos querían que ganasen. Pero eso no les importaba a los jóvenes cantantes, estaban satisfechos de hacer podido liberar todos sus sentimientos acumulados juntos.

Y al fondo de la sala, alguien que los miraba realmente impresionado no dudaría de aprovechar su talento.

- Creo que he encontrado la nueva banda del momento...

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To be continued...

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