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XV

Aviso que creo que es importante: a partir de este capítulo se aumenta el grado de intensidad en todos los sentidos. Solo quedan 6 capítulos para el final.

En fin, que disfruten la historia.

La noche transcurría de lo mas tranquila, entre charlas despreocupadas donde se evitaban cierto temas para no hacer incómoda la situación.

Habían comido y bebido hasta que no les quedó otra que ver la película que Zoe llevo.

—¿Qué estamos viendo? No entiendo.— comentó Arabella tomando unos pochoclos del tazón que tenía Hisirdoux en su regazo.

—Shhhh, solo mira.— le reprochó Zoe.

—De verdad no puedo creer que no viste Batman de Nolan ¿Estuviste en un frasco todo este tiempo?— preguntó en un tono burlón Hisirdoux.

—Ya cierren sus bocas.— exclamo Zoe, llevándose la risa de Arabella como respuesta.

—Ni siquiera estas viendo.— le reprochó.—Estas tiqui tiqui con el celular ¿Ya tienes novia nueva?

—¿Celosa? No, estoy pidiendo pizza boba.— respondió tirándole un almohadón.

Hacer momentos donde los tres estén tranquilos, sin peleas, batallas, enfrentamientos, o discusiones, era algo que Arabella apreciaba mucho, a pesar que aún sentía que tapaba el sol con sus manos.

A veces se le hacia difícil disfrutar momentos de paz, pero esa noche no fue así.

Un mensaje a su celular la distrajo del film; tras leerlo palideció a causa del pánico interno. Era Clara diciéndole que no pudo detener a Circe y que iba tras ella.

-Genial, era lo que me faltaba, noche de película y una fugitiva.- pensó levantándose del lado de Hisirdoux.

Cuando hizo el intento de caminar hasta la puerta, disimulando el terror que sentía, alguien llamo a esta. Arabella se freno de golpe, llevándose la mirada de sospecha de sus dos amigos. Dedujo que podían escuchar su corazón golpear con fuerza dentro de su pecho.

-¿Vas a abrir? Debe ser la pizza que pedí.- preguntó Zoe viéndola desde abajo.

-No, no quiero pizza.- contestó con voz temblorosa.

Del otro lado seguían tocando la puerta con insistencia, haciendo que Arabella se paralizada, no era tanto el miedo a Circe, era mas bien el terror que le causaba que Zoe e Hisirdoux supieran que mintió todo ese tiempo.

-Pero yo si quiero, a demás que ya la pedí.- insistió Zoe, levantándose para ir a abrir la puerta.

Arabella se hizo a un lado, y ocultó su rostro entre sus manos cuando la pelirosa abrió la puerta. No ocurrió nada, era el chico del delivery. Tras escuchar su voz, la bruja dio un respiro de alivio, y su corazón igual.

-Entonces ¿Me das una porción?- preguntó, poniendo aquella cara de cachorro.

-No te voy a convidar.- se burlo de Arabella que iba detrás de ella para sacar una porción.

Solo pasaron dos minutos, en que se había relajado por el suceso, hasta que nuevamente tocaron la puerta, y sin preguntar, con mucha rapidez, fue Hisirdoux quien abrió esta vez.

-Siempre se le olvida la pro...pina.- dijo, quedándose sin voz.

Se pudo ver como sus rodillas se aflojaron ante la nueva presencia. La sonrisa de Arabella se borro al mismo tiempo que Zoe corría a la puerta, tras escuchar su voz.

-Tambien estoy feliz de verles.- saludo, abriendo su brazos para ser abrazada por ambos amigos.-¿No te nos unirás, Arabella?

Hisirdoux se alejó de Circe, tomándola por el rostro, girando su cara para todos lados, cerciorándose que fuera ella, y estuviera bien. La risa de la hechicera inundó todo el departamento, dotándolo de un aire diferente, uno al que no le llegaba a Arabella, quien de repente se sintió sola.

-Después de todo lo que haz hecho por mi, lo primero que quiero hacer es abrazarte.- dijo Circe, viendo a Arabella, que aún no sabia bien que hacer.

Callo las voces en su cabeza, y corrió a los brazos de la persona que una vez supo ser su mejor amiga. Se fundió contra su pecho, sintiendo como las manos de Circe acariciaban su espalda para que dejara de llorar.

-No significa que te perdonó, solo agradezco que me hayas sacado de esa cárcel y hacerme una fugitiva.- susurro en su oído.

-No me importa, estas acá, eso me hace bien.- respondió abrazándola con mas fuerza.

Lo que para Arabella casi iba a ser una noche arruinada no fue tan así. Hisirdoux y Zoe se cansaron de preguntar como es que estaba libre, sin embargo Circe llevó muy bien la situación, y no dijo ninguna palabra que incriminara a la bruja.

Para cuando se dieron cuenta era mas de las cinco de la madrugada y Zoe le propuso a la pelirroja que se quedara a dormir en su departamento.

-Así no funcionan las pijamadas.- se quejó Arabella cuando las veía saliendo.

-Primero que tu departamento es muy chico para los cuatro y segundo tengo asuntos que hablar con Cir.- se justificó Zoe antes de cerrar la puerta.

Arabella bufo, cruzándose de brazos antes la escapadas de las otras dos.

-¿Tu también te iras?- le cuestionó al pelinegro, que se levantaba del suelo.-No me importa, pasaré la noche sola.- agregó viendo en sentido contrario para evitar que le vean la cara de enojo.

-Eu, tranquila, yo me quedo si me dejas.- respondió, caminando hasta quedar frente a ella.-Mejor si me haces un espacio, porque creo que estoy algo ebrio.- agregó tirando la cabeza hacia atrás, para luego cubrirse el rostro con una mano.

Tras eso último, y verlo tambalear para los lados, Arabella no pudo evitar reírse de Hisirdoux. No siempre se tiene la oportunidad de verlo en ese estado.

-Si, puedes dormir conmigo.- respondió, para luego darse cuenta de sus palabras.-Ah jajaja digo dormir acá, no precisamente conmigo.

Hisirdoux no la había escuchado, o es lo que le hizo creer a Arabella.

Camino hasta donde estaba su bolsa de dormir, y cayo en seco en el lugar. La bruja dio un largo suspiro de cansancio, el día le pesaba en los hombros. Quería juntarse con quienes fueron sus amigos para relajarse, no todo lo contrario.

Le saco las zapatillas al mago, lo cubrió con una sus colchas rosadas y esponjosas, para luego tirarse sobre su cama. White fue hasta donde estaba Arabella, para recordarse contra su vientre.

-¿Algunas vez pensaste en decirle lo que en verdad sientes?- preguntó la gata, estirándose en su sitio.-Ya sabes antes que sea demasiado tarde para ti. 

 White no siempre actuaba como su consejera romántica, porque desde su punto de vista no terminaba de entender su relación. Por mucho tiempo sostuvo que solo se hacían daño, y que si fuera por ella los mantendría alejados, pero también sabia que eso era una tarea imposible, al menos para la gata. 

-¿Crees que es buena idea?- pregunto Arabella viendo al techo. 

 El familiar se callo, dudaba si fuera buena idea, pero admitía que cuando había paz entre ellos, el mundo que conocía era un poco mejor. 

-Si aprenden a vivir juntos, y dejan de ser tan idiotas.- guardo silencio por unos segundos.-Es una buena idea.

 Arabella sonrió, pero era una sonrisa extraña, un sentimiento extraño. White no sabia nada de lo que ella tenia pensado hacer, y que su familiar tuviera esa esperanza le hacia doler un poco. 

-¿Qué es una buena idea?¿Qué me debes decir?- preguntó Hisirdoux desde el suelo, haciendo que Arabella se sobresalte.-Al final, no me haz dicho sobre cicatriz.- agrego, sentándose para ver a la bruja.

Arabella suspiro ante la insistencia de Hisirdoux, quien no la dejaba de ver, con aquella mirada un poco ebria mas algo cansada. Tras meditarlo un poco, se decidió por narrarle la historia de esa marca al costado de su vientre.

°°°

Narra Arabella.

Esa noche fría, todo sucedió muy rápido. El grupo que venia conmigo cayo mas fácil de lo imaginado. Solo quedábamos Zoe y yo, y ella estaba muy lastimada. No iba a dejar que Desdemona siguiera lastimando gente.

A pesar que Zoe me dijo que me alejara, no le hice caso, me puse frente a ella, esperado el ataque. Se escondía en la sombra, donde no podía ver lo que allí había. Me distraje dos segundo, fue en tan corto tiempo que no me dio lugar a nada.

 Estaba a espaldas mi, y me susurraba algo al oído, de lo cual solo entendí -se acabo tu tiempo, ratoncito.

El dolor crecía, consumía cada vez mas carne, y mas energía. Nunca antes había sentido algo así, el amargo sabor de la muerte.

Una daga fría y envenenada, como tanto le gustaba a la hechicera, me atravesaba. Esa noche supe que dolía mas que te arrancarán el filo de un cuchillo a que te lo clavaran. Y que las lagrimas previas a la muerte eran mas pesadas que cualquier otra.

Cuando se alejó de mi, note el corte, sangraba mucho, pero no fue eso lo que me mato, fue el veneno, que intoxicó el cuerpo mas rápido de lo que uno imagina, no había cura para eso, solo la muerte.

Me desplome, lo último que oí fue el grito de Zoe; luego de eso, oscuridad.

Resulta que en esta vida hay divinidades que ven lo que hacemos, y depositan esperanzas sobre uno.

  Si, morí por unos minutos, pero una diosa me dio una segunda oportunidad, veía algo en mi. No se que, porque al despertar estaba mas enfadaba que antes de morir.

 Tras esa fria noche me di cuenta de mi impunidad. Si alguien mas grande que cualquier humano aun era capaz de velar por mi seguridad, y no reprocharme por mis acciones, entonces aun podía seguir siendo mala. 

 Lo malo de ser mala, es que no me di cuenta hasta el final de Desdemona que involucre a la persona equivocada. Tendría que haber sido quien la matara, y no Circe, que para esa altura ya había perdido todo, y gracias a mi, termino por perder su libertad.  

°°°

Tras el final, y descubrir la verdad detrás de la cicatriz, Hisirdoux la vio pensativo. Ese era un fragmento de su vida que desconocía, aun que con lo de Circe algo sabia. Por mucho tiempo mantuvo una lucha interna, pero su hermana acepto que Arabella solo fue la mala voz de su conciencia.

-No la odio, solo estoy decepcionada.- le solía decir, cuando la veía tan tranquila en su cárcel de cristal. Pero su frase no lo dejaba tranquilo, no al menos como ella estaba. Tampoco entendía aquel estado, y llego a pensar que solo fingía para que él no se pusiera aun peor de lo que estaba.    

Arabella lo trajo a la tierra dando unas palmadas a un lado de su cama, el pelinegro aun no entendía nada.

-Puedes dormir a mi lado.- respondió a su duda.-Solo si quieres.- agregó, sonriendo de lado.

Hisirdoux se sentó a su lado, sin quitarle los ojos de los suyos, aquellos orbes café lo hipnotizaban. Tomo su mejilla para verla mejor por un instante, y de la nada la abrazo, sorprendiendo a Arabella, que mas esperaba palabras que acciones por sobre su relato.

-¿Qué haces?- preguntó al sentir que le acariciaba la espaldas.

-Te consuelo.- respondió en un susurro. Aun que deseaba decirle que le perdonaba por oscurecer la mente de Circe.

Arabella no pudo contener la risa que le provocaba aquello. En su momento si necesitó consuelo, pero después de los cien años dejó de verse afectada por ese momento.

-No hace falta.- dijo la bruja, rompiendo el abrazo, para verlo a los ojos.-Igual gracias, siempre hace falta uno.

Se quedaron en silencio, viéndose, lo cual hizo que White saliera de ahí disgustada. La gata se conocía su historia de memoria, y reconocía ciertas miradas, de las cuales Arabella niega su existencia.

La rubia rompió esa mínima distancia que había, besándolo con cierta lentitud, que poco a poco se fue haciendo mas intensa.

-Espera...- se detuvo, rompiendo el el beso que iba creciendo en intensidad.-¿Estas segura?- preguntó recordando los otros días.

Arabella no le respondió, simplemente lo siguió besando.

 Horas mas tarde, el zumbido de su celular interrumpió la paz en la que Arabella se encontraba. Hisirdoux dormía desparramado, con una pierna fuera de la cama, y usando el vientre de la bruja como almohada.

-Que bobo.- pensó, recordando como es que término así.

El "-Te besaré incansable veces todas tus cicatrices." Se lo tomó muy en serio, y recorrió su cuerpo con sus labios, pese a que no tenía tantas marcas de batallas, solo lo hacía por el puro disfrute de escucharla reír del placer.

Tomó su celular para leer lo que le había llegado. Largo un leve suspiro. Era Circe, anunciando que se apresurada para llevar a cabo su plan, puesto que pronto iban a ir por ella.

Dejó el celular a un lado, y se quedo viendo el techo. Arabella tenia una razón por la cual no quería ir mas allá con Hisirdoux, no revivir viejos sentimientos. Sabia que después de llevar a cabo su plan, lo extrañaría mucho, aun mas.

 Aun tenia la esperanza de detenerse, de dejar de actuar tan dulce con él, pese a que nunca lo hacia, las veces que si sucedía todo era parte de un inocente noviazgo que estaba evitando. Pero verlo así, recordarlo y sentirlo como en la noche, hacia que su mente se nublara. 

—¿Qué estoy haciendo?— se reprochó a sí misma.

 Quería ese noviazgo y mas, pero también deseaba reivindicarse.  

★★★

 Muy buenas ¿Cómo les va? Espero que bien. 

Como dije en el aviso, esto se va a poner bien intenso, y es que lo bueno dura poco. 

 Igual mientras se cocina, y alza temperatura, al menos van a haber momentos lindo, un poco. 

 Yo no tenga mas nada que decir, se me cuidad, y nada, hasta el sábado que viene, besitos besitos, chau chau. 

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