Capitulo 39
El nuevo lobo se quedo parado sin hacer nada, solo estaba observando a su alrededor, sobre todo al lobo negro que tenía en el frente, se podía sentir el mal emanando de tan fea criatura que solo lo miraba incrédulo, no podía entender lo que sucedía, así que se sorprendió cuando escucho una voz un poco tenebrosa decirle: "La leyenda se ha cumplido, en luna roja alfa y omega han nacido para ser uno y destruir a sus enemigos"
—¡No puede ser!— hablo Apiwat en su mente —Yo mate a esa omega, me asegure que no sobreviviera... Ese niño nunca nació...
El señor oscuro se rió con carcajadas siniestras y le dijo:—¿Crees que la luna se iba a quedar con los brazo cruzados? ¡Esa perra es una maldita! ¡Desafío al destino... Pero no es la única que puede hacer su voluntad!
Tras eso un humo negro se extendió a los pocos cambia formas que quedaban de su lado en el campo de batalla, estos estaban alli solo para ver cuál era el desenlace de la pelea, pero antes de que se pudieran dar cuenta de lo que realmente sucedía comenzaron a tomar su forma lobuna aumentando su propio tamaño y sus energías estaban completamente renovadas, parecían perros rabiosos en busca de sangre.
Sin pensarlo mucho se fueron encima del lobo gris, ese era el fin del señor oscuro, que otros hicieran el trabajo por él y si estos cambia formas podían acabar con su enemigo era mucho mejor, pero no contó con la presencia de Kao que al ver esto lanzó un aullido al cielo.
Era un aullido de batalla, un llamado, guiado por la misma luna, estaba convocando a todos los cambia formas del este, incluyendo a los que aún seguían en pie de lucha en la manada Joncheveevat y por puro instinto se convirtieron, eran tan fuertes los poderes de la madre luna que en ese momento Max y Tul lograron regresar a su forma lobuna, o bueno el ex alfa de la manada había podido completar su transformación nuevamente.
Incluso los cambia formas pertenecientes a la manada Thitiwat se habían unido al llamado a pesar de que se suponía no pelearían en esa batalla, todos los lobos jóvenes alfas y omegas que aún no habían llegado a su presentación corrieron al claro del bosque, su instinto los había hecho cambiar y reaccionar al llamado; la manada había quedado protegida por los omegas mayores quienes debían cuidar de los cachorros, los pequeños también estaban convertidos, listos para correr en caso de que las cosas no salieran a su favor.
Aqmar era un hermoso cachorro blanco de ojos azules, que brincaba y aullaba en la sala del centro de salud en una pose de liderato a pesar de ser omega, enterneciendo a Gaby que había quedado a su cuidado, pues Lance y Earth también se habían lanzado a la batalla; es de mencionar que en el orfanato se vivía una situación igual, Val y Carmen estaban conteniendo a un grupo de niños ahora convertidos en cachorros para que no salieran a correr.
Todo eso que estaba ocurriendo solo era el preámbulo para que pudieran defenderse en caso de que las cosas no salieran cómo estaban planeadas, después de todo el futuro no estaba escrito en piedra y el destino a veces puede cambiar, para muestra estaba todo lo que había hecho la propia madre luna para mantener con vida a su omega profetizado.
La escena en el campo era de terror, Apiwat y MewGulf estaban cara a cara respaldados por sus seguidores, quienes ya formaban un círculo, y alrededor de ellos diez omegas formaban un círculo externo encerrandolos en medio de un rayo de luz que estaba dirigido a la línea divisoria entre los dos bando en donde se encontraba Amaia convertida en un lobo rojo de ojos plateados, ella seguía en trance y para sorpresa de los presentes a pesar de estar en su forma animal, se le podía escuchar recitando una oración en una lengua muerta en la que solo se le podía entender la palabra "Madre".
En su trance fue despegada del suelo en medio de una levitación por encima de la cabeza de ambos lobos lanzando un aullido lastimero, dando inicio asi a la batalla de las dos grandes bestias; era una pelea sin precedentes, era el bien contra el mal, no habían alfas u omegas, simplemente lobos luchando por sus propios ideales.
Los omegas del este arremetiendo en contra de los alfas rebeldes sin temor, su camino estaba liderado por la madre luna, sin perder de vista la pelea entre la bestia negra contra el lobo gris, ninguno se deba tregua estaban en medio de una danza en la cual se lanzaban gruñidos y golpes certeros buscando salir vencedor.
Todo en medio de un campo de fuerza que las mujeres habían edificado alrededor de la batalla, no querían que la destrucción se siguiera propagando, la misma Amaia ya había tocado el suelo y con ayuda de los poderes de su diosa protectora estaba lanzando hechizos a los lobos negros intentando acabar con ellos lo más rápido posible.
No estaba en su naturaleza dañar, pero por la paz de su pueblo y su familia era capaz de todo, era una pelea sin tregua en donde aún no se veía un claro ganador entre los principales protagonistas, porque en el caso de los subordinados si se podía notar la diferencia, los lobos del este eran más y ya estaban a nada de terminar de someter a todos los engendros del mal, quienes fueron cayendo uno a uno en el campo de batalla.
El destino estaba en manos de los dos protagonistas principales, quienes seguían sumidos en una pelea llena de mordiscos, arañazos y embestidas tratando de derribar al otro, aunado a ciertos despliegues de energía oscura que lanzaba el maligno en contra del lobo gris y sus aliados.
Se podria decir que el maligno se estaba divirtiendo con todo aquello, él siempre había estado en contra de la luna, del sol, de todo aquello que representará la luz, ya iba siendo hora de que la oscuridad reinase en ese mundo, por ello es que había decidido ayudar a Supawit y Apiwat en primer lugar, para él los lobos y los humanos eran cosas mundanas que no le importaban ,pero la promesa de mandar, de someter, le encantaba, eso era lo que le gustaba hacer.
Por primera vez en mucho tiempo se sentía vivo, ya iba siendo hora que todos recordarán quién era y el poder que tenía, lo único que no le gustaba de esa batalla era la presencia de todas esas brujas o lo que sea que fueran, sobre todo la niña entrometida a la cual no había podido alcanzar con sus rayos oscuros.
Ella estaba tramando algo, la estúpida luna estaba a nada de actuar a través de ella y antes de que lo hiciera debia acabar con aquello, por lo que concentrándose en su centro de energía sus ojos comenzaron a brillar más intensamente, logrando que su aspecto se fuera haciendo más intimidante e imponente, no obstante el lobo gris tampoco se quedaba atrás, porque en el ambiente se empezó a percibir un tenue aroma a caramelo mezclado con menta que poco a poco se fue incrementando.
Así como Apiwat se estaba preparando para su ataque final, igual lo estaban haciendo ellos y antes de que el otro pudiera terminar de preparar su ataque se abalanzaron en su contra en medio de una luz cegadora producida por la adolescente para que el enemigo no se diera cuenta de que lo golpeó, el impacto fue fulminante, justo en el momento que fueron a dar el golpe de gracia su aroma hizo de las suyas y paralizaron al enemigo.
Quién recibió el impacto de lleno, haciendo que volara algunos metros más allá de su posición inicial, para cuándo la luz por fin se disipó solo se podía ver el cuerpo inerte de Apiwat Noppakao en el césped, y antes de que alguien se pudiera acercar para corroborar si estaba muerto vieron con horror como el hombre comenzo a convulsionar y un humo negro empezaba a salir de su boca.
Haciendo que Anthika y Julieta se movieran rápidamente para actuar, con uno de los talismanes que habían llevado consigo trataron de absorber la mayor cantidad de magia negra que fuera posible, no querían que la misma se introdujera en algún otro, ellas no eran tontas y sabían que eso que estaban almacenando no era el señor oscuro abandonando el cuerpo del alfa, solo eran residuos de su esencia que aún quedaban en ese cuerpo, él ya había abandonado el barco justo en el momento que Mew y Gulf lo impactaron.
Cabe destacar que estos dos ya se habían separado también, ambos lobos habían quedado de pie esperando ver qué había sucedido y si de verdad ahora sí habían logrado acabar con el enemigo, siendo la anciana la primera en hablar.
—Se ya cumplido el destino de la luna, alfa y omega han triunfado sobre el mal tal y como fue profetizado, Apiwat Noppakao ya no está entre nosotros...
Ante eso se escuchó el aullido de los lobos del este en todo el bosque, habían vencido, habían logrado preservar sus creencias por encima de las ideas arcaicas de su enemigo; estaban cansados, la batalla había durado toda la noche más de lo esperado, por ello no se dieron cuenta cuando la luna comenzo a esconderse dando paso a los rayos del sol, ella ya había cumplido con su parte del trato, sus hijos estaban a salvo.
Había comenzado un nuevo día, uno libre de cualquier amenaza contra su pueblo, y con todos sus aliados aún vivos, eso era lo más importante, así que no les quedaba nada mas que hacer allí, algunos centinelas habían vuelto a su forma humana y comenzaron a apresar a los rebeldes que aún quedaban en el campo de batalla para llevarlos a los camiones, mientras que los demás aún en su forma de lobo regresaron a la manada, encontrandose con el desastre que allí había ocurrido.
Pero por ahora nada de eso le importaba a Gulf, que desde que había llegado había sido seguido por su pareja, ellos tenían una misión encontrar a su cachorro, así que siguiendo sus instintos llegaron al centro de salud en donde se quitaron la transformación y se encontraron con el tierno lobo blanco, que el pelinegro no evito identificar como su hijo.
—¡Aqmar por favor cambia para papi— le pidio al pequeño, no sabía cómo había sucedido aquello pero no le importaba.
En cuanto el niño estuvo en su forma humana lo cargo y lo lleno de besos, mientras estuvo en la batalla en todo lo que podía pensar era en su hijo, en qué su bebé podía quedar huérfano, a ellos se unio Mew, aún estaban desnudos pero eso no importaba, para ellos lo más importante en esos momentos era su pequeño niño después se ocuparían de todo lo demás.
Las horas después de la batalla fueron algo movidas, los refugiados pudieron salir de sus escondites algunos se fueron a sus casas que aún quedaban en pie, otros permanecieron en los refugios, pero en lo que respectaba a los combatientes estos se fueron a tomar un merecido descanso, después de todo no habían dormido en toda la noche y estaban cansados.
A horas del medio día ya todos habían recargado de nuevo sus energías, había llegado el momento de evaluar los daños, pero antes de eso debían despedirse de los aliados ellos también querían llegar a sus manadas y ver cuánto daño habían sufrido.
—Singto muchas gracias por su ayuda, se que no debían unirse a la batalla pero aún así lo hicieron, de todo corazón muchas gracias lograron mantener a los nuestros con vida. Dile al alfa Thitiwat que estamos eternamente agradecidos, que si algún día llega a necesitar de la ayuda de las manadas del este cuente con nosotros— comenzó a despedirse Mew.
—No se preocupe, para nosotros fue un placer ayudar y estoy seguro que nuestro alfa los tendrá en cuenta en caso de necesidad, aunque creo que me tendrás por acá más pronto de lo que piensas...
—¿Y eso porque?
—Creo que he encontrado a mi destinado, ayer mientras ayudaba con los refugiados me encontré con un omega que llamo completamente mi atención, lo único que se es que se llama Krist y que pertenece a tu manada, así que espero que no haya ningún problema en que vuelva pronto.
—No te preocupes, las puertas de nuestra manada están abiertas para ti y más si es para cotejar a tu compañero— el castaño estaba feliz, encontrar un destinado era algo importante.
Después de esas últimas palabras el contingente Thitiwat hizo su partida hacia al oeste, tenían un informe que rendirle a su alfa que seguro debía de estar impaciente queriendo saber lo sucedido.
—Bueno nosotros también debemos irnos— hablo ahora Perth Tanapon —Ya nos informaron que todo en nuestra manada está bien, pero no está de más irnos ya y evaluar lo sucedido, puedes llamarme para lo que necesites y por favor no subestimes a tus omegas, ellos son igual de capaces que cualquier alfa.
—Lo se amigo lo tendré en cuenta— Mew le dio un apretón de manos al otro alfa.
—Gulf no olvides nada de lo aprendido— se dirigió ahora Saint al pelinegro que estaba distraído con su hijo —Debes estar hombro con hombro con tu pareja, no le dejes toda la responsabilidad de la manada a él.
—No lo haré, mi deber es estar al lado de mi alfa tal y como lo estuve durante la batalla, no te preocupes— le dio un abrazo al otro omega y lo dejo ir junto a su pareja para luego verlos partir.
—¿Y ahora que hacemos?— le pregunto Gulf a sus suegros.
Con esa pregunta solo quería saber en qué posición estaban, si seguían siendo ellos los líderes de la manada o si por el contrario ellos asumirian de nuevo el cargo que habían tenido que dejar por causa de aquel hechicero, Mew se unió a él pasando uno de sus brazos por encima de sus hombros, esa también era una pregunta que se hacia él.
—Empezar a reconstruir nuestra manada nuevamente, ese es el siguiente paso a seguir— le respondió Tul tranquilamente.
—Papi eso lo sabemos, pero a lo que se refiere Gulf es a nuestra posición en esta manada, ¿Seguimos siendo los líderes o ustedes van a volver a ocupar el cargo?
—Hijo, después de lo que pasó en ese campo de batalla sería injusto que nosotros volviéramos a ser los líderes de la manada del este, ustedes se ganaron ese lugar a pulso en esta pelea, seguirán siendo los líderes... Pero no te preocupes los ayudaremos con todo lo que hay que hacer, una vez que todo esté encaminado nos vamos a ir a ocupar la cabaña que un principio iba a ser suya para que solo ustedes queden en la casa principal, así no hay confusión para nuestra manada.
—Pero... ¿Que pasará con mi hermano?
—Esa es decisión suya, puede irse con nosotros o quedarse con ustedes, aunque creo que la última opción será la escogida.
—Tienes razón, Earth se querrá quedar al lado de su sobrino.
—Asi es, este es nuestro nuevo comienzo libre de cualquier amenaza, un comienzo lleno de paz y armonía.
Allí en la entrada de la manada Joncheveevat se estaba escribiendo un nuevo capitulo de la historia, era oficial, Mew y Gulf serían los nuevos líderes de la manada del este, el destino de la luna por fin se había cumplido; la luna y el sol estaban juntos de nuevo para llenar de abundancia y prosperidad a la manadas de lobos, alfa y omega lo habían logrado, habían traído paz a la manada y la madre luna estaba segura que la mantendrian por muchos años en el futuro, lo que se profetizo se había cumplido al pie de la letra, ahora solo restaba esperar a ver qué les deparaba el futuro.
Fin.
Y con esto terminamos esta historia espero que les hayas gustado Victorita1609 y yo hemos disfrutado mucho haciéndola, ahora solo falta el epílogo el cual estaremos subiendo entre mañana y el sábado todo dependerá del tiempo que tengamos para escribirlo.
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