Capitulo 30
Los tres alfas estuvieron un rato mirando la pantalla de la computadora, el prisionero no había dejado de moverse en el tiempo que llevaba desde que había salido, asumían que se había convertido en su forma de lobo pero no estaban preocupados por eso, Anthika les había asegurado que el rastreador no se despegaría de él a menos que Apiwat Noppakao lo quitará.
Después de casi 45 minutos de espera por fin el cambia formas dejo de moverse, había llegado a lo que parecía la nada, en el mapa el lugar aparecía en blanco, ni siquiera les daba el indicio de que fuera parte del bosque, en pocas palabras era como si no existiera, se imaginaban que el hechicero tenía que ver algo con eso.
Para ellos lo importante era que el prisionero había llegado a su destino, ya no podían hacer más, la pelota estaba del lado de su enemigo, así que cerraron el programa de rastreo y se fueron a ocupar de sus asuntos; Kao sabía que Earth estaba en la plaza con su sobrino, así que se ofreció para ir a buscarlos y llevarlos a la casa principal, ya no era necesario que estuvieran fuera.
El también quería pasar tiempo con Aqmar, pero al llegar se encontró con una escena que no le gustaba del todo, ¿Quién era ese aspirante a alfa que estaba con su conejito?, No lo conocía, era la primera vez que registraba su presencia y no le gustaba para nada que estuviera con el omega, así que se apresuró en llegar a ellos, siendo el pequeño el primero en darse cuenta de su presencia.
-¡Aqmar! ¿A dónde vas?- Earth llamo a su sobrino viendo como se paraba tambaleante para comenzar a caminar.
Al levantar la vista se dio cuenta hacia donde se dirigía, colocando una pequeña sonrisa en sus labios -¡Kao! Que bueno que viniste, eso quiere decir que ya se solucionaron las cosas- le sonrió al nuevo alfa sin darse cuenta de la pequeña tensión que se sentía en el ambiente.
-Si, ya puedes regresar a casa- se agachó para cargar al pequeño que ya había llegado para sujetarse a una de sus piernas -¿Quién es él?- pregunto señalando al otro chico.
-¡Que mal educado soy!- exclamó el omega avergonzado-Kao él es Santa un amigo que conocí hace poco... Santa él es Kao, el actual beta de mi hermano- les sonrió a ambos, pero para ninguno paso desapercibido que no presento al alfa mayor como su novio, siendo esa la forma de presentarlo desde que tenía 13 años.
-Encantado de conocerte, he escuchado mucho de ti- le tendió la mano Santa a modo de saludo.
-Mucho gusto, en cambio yo no había oído nada de ti, ¿Vas a la escuela con Earth?- le estrecha la mano el pelinegro con algo de fuerza.
-¡Oh no! Yo soy dos años menor que Earth, en realidad comenzamos hablar el día de la presentación del alfa- le contesto el chico omitiendo que había llevado un tiempo observando al omega, conversando en la escuela y saludándose en las ocasiones que se veían, ademas del pequeño detalle de que se sentía atraído por él.
-Ya veo, es bueno que el conejito haga nuevos amigos- le dio algo parecido a una sonrisa, aún no estaba muy convencido con esa amistad, por el olor que el otro emitía podía saber que iba a ser un alfa y eso no le gustaba para nada.
-¡Ya estoy listo!- hablo Earth terminado de meter la manta en su mochila -Ya nos podemos ir- le tendió el bolso al alfa que se lo colgó sin problemas en su hombro -Santa fue un placer pasar la mañana contigo- le dio un abrazo -Espero que nos volvamos a ver pronto.
Con eso se unió al lado de Kao y comenzaron a caminar hacia la casa principal en medio de un incomodo silencio, el omega no entendía la razón de aquello, pero igual no quería preguntar, le daba miedo obtener una respuesta, pero no hizo falta que dijera nada, pues el mismo Kao decidió romper el hielo.
-No sabía que tenías un nuevo amigo.
-Es porque es algo reciente, solo nos hemos visto pocas veces.
-Ten cuidado Earth, no lo conoces de nada y no sabes que intenciones tiene- hablo con voz tranquila el alfa.
-¡Esta bien papá! tendré cuidado pero Santa me gusta
-¿Te gusta?- se paró Kao a unas calles de llegar a la casa principal, no había esperado oírle decir que le gustaba el otro alfa.
-Si, me gusta... él Me hace sentir bien, por ahora solo somos amigos- le contesto con calma el chico, ya iba siendo hora que aclarara las cosas con Kao.
-¿Y dónde quedó yo? ¿Acaso no soy tu novio?- el pelinegro hizo esas preguntas sin darse cuenta -No creas que no me di cuenta que omitiste eso cuando nos presentaste- la verdad es que si se le había hecho extraño que no lo presentará como siempre.
-Si, lo hice...Kao no se lo que quieres de mi... Yo ya estoy lo suficiente mayor para saber que tú no me ves de esa manera, así que necesito encontrar mi propio camino, yo quiero lo que mi hermano tiene con Gulf...
-¿Y piensas que lo tendrás con ese tal Santa?- pregunto entre dientes Kao acomodando al pequeño en sus brazos, este se había quedado dormido.
-No lo se, eso el tiempo lo dirá... Solo se que no puedo andar por allí diciendo que somos novios, no puedo perder la oportunidad de conseguir alguien que me quiera, también va siendo hora de que tú hagas lo mismo ¿O es que tú ves un futuro conmigo?- lo último lo pregunto con un pequeño resquicio de esperanza de tener una oportunidad en el corazón del testarudo alfa.
El cual solo se lo quedó viendo, ¿Que estaba haciendo? El no tenia el derecho de cuestionar lo que hacía ese omega, en el fondo tenía razón no podía seguir teniéndolo a su lado por comodidad, tenía que dejarlo ir, Earth se merecía encontrar la felicidad con alguien dispuesto amarlo, tenía que empezar a entender que ya tenía 16 años y en dos años ya se estaría presentando, en definitiva debía dejarlo ir.
-Lo supuse- hablo el castaño ante el silencio del pelinegro -Yo siempre he sabido que no soy tu futuro-se acercó a tomar a su sobrino y el bolso, quería regresar a casa solo.
-¿Esto es todo? ¿Así terminan las cosas entre nosotros?
-Kao no se puede terminar algo que nunca empezó- se acercó y le dio un beso en la mejilla para luego darle la espalda y continuar su camino, estaba algo dolido por lo que había hecho, pero era lo mejor, tenía que comenzar a pensar en él y no le había mentido en que Santa le había empezado a gustar, tenía que darse la oportunidad de conocerlo, definitivamente tenía mucho que hablar con Amaia, con ella era la única que se podía desahogar.
Kao se quedó allí parado sin saber que hacer, aquel adolescente tenía razón, se había portado de una forma tan madura que lo había sorprendido, él siempre lo había visto como un hermanito y había sabido que su farsa en algún momento iba a terminar, pero nunca pensó que sería de aquella manera, suspiro nuevamente dándose cuenta que ya no estaba en las calles del pueblo, ahora estaba en el claro del bosque en donde se había llevado la presentación.
¿Cómo había llegado allí? ¿En qué momento había comenzado a caminar sin darse cuenta? No lo sabía, pero cerro los ojos y se dejó llevar por la paz que se respiraba en el lugar, hasta que a sus oídos llegó el ruido de unas pisadas y comenzó a percibir un tenue olor a cerezas.
-¿Quién está allí?- pregunto mirando más allá de los arbustos.
-Lo siento, no quería interrumpir tu meditación... Solo quería estar un momento a solas.
-¿Mal día?
-No, solo me gusta venir aquí y sentarme a contemplar el paisaje por cierto... mi nombre es Up- le tendió la mano a modo de saludo.
-Yo soy Kao...
-Lo se, soy amigo de Gulf.
-¿De verdad? ¿Porque no te había visto antes?
-No lo sé, quizás estabas ocupado- le sonrió el chico para pararse a la par del alfa.
Ambos se quedaron callados disfrutando de la compañía del otro, allí en ese claro del bosque el destino había vuelto a obrar juntando dos almas que aún les faltaba para reconocerse, pero que podían comenzar por una bonita amistad, aunque ya uno de ellos estaba seguro de saber lo que quería con el otro.
El prisionero nada más le dieron la premisa de lo que pasaría con su vida si no hacia lo que le pedían había comenzado a correr, no sabía si sería bueno lo que se conseguiría una vez que llegara con su señor, pero quizás podía alargar su tiempo de vida, se sentía asustado, no quería morir aún, pensó que transformándose en lobo se iba a poder librar del aparato pero no fue así, allí seguía pegado a su pata, burlándose de él, haciéndole saber que le quedaba poco de vida.
Llegó en tiempo récord a la fortaleza de Apiwat, se identifico con los guardias quienes lo miraron sorprendidos por su presencia, ellos ya lo habían dado por muerto, pero no había tiempo para dar explicaciones, debía ver a su señor lo mas pronto posible y así se los hizo saber.
Tuvo que esperar cinco largos minutos hasta que uno de ellos volvió y le indico que sería recibido por este en su sala de comando, al entrar no lo encontró solo, como se imaginaba estaba con su siempre querido Supawit a la derecha, por lo que inmediatamente que estuvo en su presencia se dejó caer en sus rodillas como forma de sumisión.
-Mi seño...
-Levántate, no tengo tiempo para tonterías... ¿En donde estabas? Según me informan estabas desaparecido de la fortaleza desde el ataque a los Joncheveevat, incluso ya te daban por muerto- hablo Apiwat de manera serena.
-Lo siento mi señor pero me atraparon, todo esté tiempo me mantuvieron en un calabozo...
-¿Cómo lograste escapar?- pregunto suspicaz el hechicero, hasta donde sabía nadie lograba salir con vida de los calabozos de la manada Joncheveevat.
-No escape- comenzó hablar nervioso el hombre-Ellos... Ellos me dejaron salir... Querían que le trajera un mensaje...
-¿Y así de fácil te dejaste convencer?- lo golpeó Apiwat -¿No se te ocurrió que te pueden estar siguiendo? Ya pueden estar allí afuera preparando una emboscada- Apiwat estaba furioso, el muy estúpido estaba poniéndolos a todo en peligro.
-¡No!... Ellos no me siguieron me cerciore de eso- tragó saliva buscando las mejores palabras para lo siguiente que debía decir -Ellos... Ellos colocaron una bomba en mi pierna con magia... Usted es el único que me la puede quitar... En ella hay un mensaje para usted.
-¡Eres un imbécil!- lo volvió a golpear sin ningún tipo de remordimiento-Haz vuelto aquí con una bomba envuelta en tu tobillo para ponernos en peligro a todos, eres un maldito estúpido .
-Yo no quiero morir mi señor- le suplico -Ellos dijeron que si usted la quitaba nada pasaría
-¿Y les creíste? En lo que a mí respecta esto puede ser una trampa... ¡Supawit! Hazle una revisión rápida al dichoso aparato, evalúa si hay que sacar a este retardado inmediatamente de las instalaciones.
-Como ordene mi señor- el hechicero colocó manos a la obra inmediatamente, dándose cuenta de la treta, eso que llevaba el hombre en su pierna no era una bomba, pero si estaba adherido con magia para que solo Apiwat la pudiera quitar.
-¿Y bien? ¿Que encontraste?
-No es una bomba, pero si es cierto que está adherido con magia... Es su decisión si quieres leer el mensaje o no.
-Bien, déjame ver qué es lo que quieren nuestros enemigos que se tomaron tantas molestias para hacerlo llegar.
A paso decidido se acerco a dónde estaba su subordinado arrebatandole el dispositivo rápidamente, detrás del mismo había un papel prolijamente doblado que abrió y comenzó a leer para luego arrugarlo y tirarlo al suelo en una bola de papel que fue recogida por Supawit.
-¿Que se han creído estos imbéciles para venir a colocarme un ultimátum a mi?
-¿Que sucede?
-Léelo tu mismo
Y eso hizo el hechicero abrió la bola de papel para encontrarse con las siguientes palabras "Ha llegado el momento de que definamos este conflicto de una vez por todas, no podemos seguir esperando que te decidas a atacar o que nos tomes por sorpresa veámonos en una semana en el campo de batalla, enfrentemos nuestros hombres de una vez por todas y veamos quien sale vencedor, si estás interesado en dilucidar este conflicto te esperamos en las siguientes coordenadas 4° 23' 234.578" E a las 5 de la tarde, dejemos que la luna sea la guía de nuestra batalla, si estás de acuerdo con esto mándanos un mensaje, si no es así huye porque encontraremos la manera de atraparte y de terminar de una vez por todas contigo.
Atentamente...
Suppasit Joncheveevat líder de las manadas del este"
Ahora entendía la rabia de su señor, ¿como se le ocurría a aquel mocoso a darle semejante mensaje? Al parecer era un suicida -¿Que haremos mi señor?
-Combatir, ¿Que más vamos hacer? Si no acepto el desafío se verá como si fuera un cobarde... Te juro que los vamos aplastar, vamos a terminar con todos ellos sin que se den cuenta, hay que comenzar alistar las tropas- el hombre había comenzado a entrar en plan batalla no se iba a dejar amilanar por ese alfa recién presentado -¡Tu!- señaló al cambia formas que todavía estaba postrado en el piso -Vas a volver a la manada Joncheveevat y les vas a decir que aceptamos el desafío.
-Pero mi señor... Si regreso me volverán a meter a ese feo calabozo, no me dejaran volver con usted...
-¡No me interesa! Si no haces lo que te digo morirás en este instante por mi mano-y para hacerse entender Supawit le mando un pequeño hechizo cortante para que viera que no estaban bromeando.
El subordinado no sabía que era peor, si que le hicieran creer que tenía una bomba en el pie o la amenaza de que sería asesinado al instante.
-Es mejor que hagas lo que mi señor te está pidiendo y no te atrevas a querer huir, porque lo sabre, ese no fue un simple hechizo cortante, si no cumples con tu cometido en cinco horas estarás desangrado, debes hacer que el alfa Joncheveevat toque tu herida- se rió de manera sádica el hechicero, mientras que Apiwat colocaba su propia sonrisa de victoria.
Le encantaba cuando su chico se ponía malicioso y retorcido, esos gestos hacían que se calentará, pero no era el momento de darle rienda suelta a sus bajas pasiones, tenía una batalla que planear, debía llamar a sus mejores hombres para que comenzarán con los preparativos, en definitiva debía ganar esa guerra, debía cumplir con los objetivos que se había trazado.
De todos modos ese enfrentamiento se iba a dar más tarde que temprano, y al parecer ya había llegado el momento de demostrar quién era el que mandaba, cual ideología era más fuerte; las cartas ya estaban echadas ya todos los participantes estaban en la misma sintonía, el momento de la verdad estaba más cerca que nunca, ya no había incertidumbre de cuando iba a ser el próximo ataque ya tenían lugar, fecha y hora para descubrir quién era el vencedor, si la doctrina arcaica o la moderna, no había espacio para esas dos formas de pensamiento en las manadas del este.
Feliz fin de semana 🤗🤗🤗
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