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Creí que después de conocer al padre de Gohan todo iba a mejorar, pero no fue así. Caí en cuenta de que en este mundo estoy sola, no sé quién soy, ni quienes son mis padres, lo único que sé es que fue un error interesarme por aquél Saiyajin, porque desde ese entonces he sufrido mucho.

—¿Shizuka? —una voz suena fuera de mi habitación. Era Bulma.

—No quiero hablar...

—Solo un poco, por favor... —me pide. Suelto un suspiro.

—De acuerdo. Pasa.

Bulma entra a mi habitación con una pequeña sonrisa.

—¿Cómo estás? —pregunta ella.

Me encojo de hombros sin intención de contestar.

—Veo que te ha afectado ir al pasado. ¿No es así?

Hago una mueca de disgusto, es de lo que menos quiero hablar.

—Lamento que quiera hablar contigo de esto hasta ahora. Pero aquel día, bajaste de la nave y te encerraste en tu cuarto. Solo salías por las noches para mejorar la nave. —sigue explicando.

Eso era cierto. Ir al pasado me había afectado a tal grado de que me quedaba por las noches mejorando la batería de la nave. Así en lugar de esperar ocho meses como la última vez, logré que se cargara la energía por completo en dos.

—Escucha Shizuka. No sé qué fue lo que pasó, pero Trunks se ha sentido culpable de ello todo este tiempo...

—¿Trunks? —pregunto en voz baja.

—Sí, es por eso que vengo a hablar contigo. —Bulma traga saliva.— Trunks se fue hace diez minutos en la máquina. Fue al pasado...

¡QUÉ!

—¿¡Qué dices!? —grito al instante. —¿Trunks se fue? ¡Pero si yo mejoré esa nave para ir con él!

Qué hijo de su mamá. ¿Se fue sin mí?

—Lo sé, y él te iba a llevar pero... recordó cómo te pusiste la última vez, y creo que prefiere mantenerte al margen.

Miro con incredulidad a Bulma. No puedo creer que me haya dejado... He estado esperando durante dos meses para volver a ver al padre de Gohan, y él se va sin mí.

—Shizuka. —Bulma toma mi mano. —¿Qué pasa?

Frunzo el ceño y le miro. Tal vez ella me entendería.

—Conocí al padre de Gohan. —confieso. Bulma me mira con compasión.

—Ya veo...

—É-él... me daba la misma confianza que Gohan cuando le conocí. —miro al suelo avergonzada. — De hecho, se parecía mucho a Gohan, tanto del físico como en lo emocional, es un gran hombre.

Bulma me miraba atenta.

—Entiendo la razón del porqué Trunks no te llevó. —dice ella. Se acerca a mí y aprieta mi mano. — Shizuka, Goku no es Gohan.

Me comienza a temblar el labio inferior.

—Lo sé... —susurro.

—Sé que lo sabes, pero necesito que lo entiendas. Shizuka, mírame. —pide Bulma. Me cuesta trabajo alzar la mirada, pero le termino mirando, con miedo. — Shizuka. Goku no es Gohan, y nunca lo será.

Ahí está. Mi corazón se ha roto una vez más, pero ahora sí por completo. Es cierto, no podía satisfacer mis necesidades con alguien más. Gohan está muerto, y debería de aceptarlo de una vez por todas.

Las lágrimas se acumulan en mis ojos. Aceptar esta realidad duele mucho. Bulma se acerca a abrazarme y a consolarme.

Estrujo su ropa en mis manos.

—Y-ya no quiero estar aquí. Duele mucho recordar a Gohan. —susurro. Bulma acaricia mi espalda.

—Ya encontraremos algo para ayudarte. No pasa nada...

El sonido de una nave se escucha afuera de la casa. Trunks había llegado.

A diferencia de ir al pasado, podías quedarte lo que quisieras, pero al regresar a la misma fecha y hora del día en el que te fuiste, parecería que nada más viajaste un par de minutos.

En este caso Trunks duró quince minutos.

—Vamos a recibir a Trunks. —dice Bulma. Yo asiento con la cabeza, y limpio mis lágrimas.

—¡Mamá! —Trunks baja de la nave con una sonrisa en la cara. Había algo diferente en él. Se podía sentir su ki fuerte y decidido, además de que estaba más alto.

Trunks abraza a su madre, luego su mirada se dirige a mí y su sonrisa se borra.

—Shizuka. —suelta a su madre para hablar conmigo.— Escucha, lamento no haberte llevado... yo...

Trunks no termina su frase, ya que me había abalanzado hacia él a abrazarlo. Le he tomado mucho cariño, aún cuando él al principio me odiaba.

—Has crecido, moradito. —digo con voz quebrada. Trunks me separa para mirarme al rostro.

—Sí, hay una habitación del tiempo en un templo, donde si entras por un día, adentro será un año. —Trunks limpia las lágrimas que han estado cayendo.— ¿Por qué lloras?

Niego con la cabeza e intento sonreír.

—No es nada...

Una explosión a lo lejos, interrumpió nuestra conversación. Otra vez los androides estaban destruyendo.

—Trunks... —susurro. Trunks me mira y sonríe.

—Yo me encargaré de ellos.

Y por primera vez, pude confiar en que él podría contra ellos.

—Hazlo. Venga la muerte de Gohan. —susurro. Trunks asiente y se transforma en Súper Saiyajin. Iría a pelear contra los androides y a acabar con esto de una buena vez.

•|0|•

—No puedes seguir así, Shizuka. Ahora que hay paz en éste futuro, deberías estar más feliz. —me dice Trunks.

Suelto un suspiro.

—Lo intento, pero no puedo. Todo me recuerda a Gohan.

Trunks me mira con lástima.

—Espero que mañana estés mejor, procura dormir esta noche, por favor. —me pide. Se acerca y deposita un beso en mi frente.— Duerme bien, hasta mañana.

Trunks se retira de mi habitación. Espero unos minutos hasta que no escucho ningún ruido en la casa. Quito las mantas que me cubren y salgo de mi habitación a hurtadillas, yendo directamente hasta el laboratorio.

No esperaría otros cuatro meses, tenía un plan y debía aplicarlo lo más pronto posible. Lamento mucho hacerle esto a Trunks y a Bulma, pero no puedo seguir aquí. Necesito irme a un lugar donde no haya nadie, un lugar donde no me recuerde a Gohan cada cinco minutos.

Iría al pasado y me quedaría ahí.

No había problema de encontrarme conmigo misma, según Trunks, aquella vez despertaron a otro Número y me destruyeron a mí junto con el laboratorio.

Obviamente no regresaría a la nueva línea del tiempo que abrió Trunks al ir al pasado, iría un poco después.

Entro al laboratorio y enciendo la luz. Ahí estaba la máquina en la que he estado trabajando desde que llegó Trunks.

Me acerco a los planos una vez más para revisarlos. Puedo hacer que la energía se cargue en tres semanas... con eso bastará.

•|0|•

—¿Shizuka? ¡Shizuka!

—¿Eh? ¡Sí!

Trunks me estaba hablando desde hace tiempo, y no me había dado cuenta.

—¿Dormiste bien ayer? Te ves algo cansada.

Le sonrío.

—He dormido bien, gracias.

Trunks me mira con recelo.

—Estas últimas semanas no te he visto con ánimos.

Bueno, claro que no. He dormido muy poco por trabajar con esa tonta nave.

—Trunks, ya déjala en paz. —le regaña Bulma. Trunks levanta las manos en modo de defensa.

—No estoy haciendo nada.

Bulma pone los ojos en blanco.

—Ve por mi bolso. —le pide. Trunks asiente y se retira de ahí.

Me quedo a solas con Bulma, quien me mira fijamente.

—¿Sabes? —dice Bulma, iniciando una conversación.— Hoy revisé la máquina del tiempo, y vi que se ha puesto a cargar energía por sí sola.

Mi cuerpo se tensa.

—¿Enserio? —procuro no sonar tan nerviosa.

—Sí. De hecho, ya está la energía llena, como para viajar una vez más. —trago saliva.— La pregunta es si... esa nave también está lista para regresar.

Miro a Bulma horrorizada, había descubierto mi secreto.

—Bulma yo... —interrumpe.

—No te preocupes. Shizuka, no necesitas decirme nada. —Bulma sonríe y se acerca a mí.— Sé que has sufrido mucho aquí, y que vernos a Trunks y a mí te recuerda a Gohan. Y quiero que sepas, que quiero que seas feliz.

Le miro sorprendida.

—¿Estás de acuerdo?

Bulma sonríe.

—Sí. Pero despídete de Trunks primero, el te ha tomado mucho cariño.

Sonrío de lado.

—G-gracias Bulma. Por todo lo que has hecho.

Bulma sonríe.

—Gracias a ti por ayudarnos.

•|0|•

Golpeo un par de veces con los nudillos la puerta de Trunks.

—Adelante.

Suelto un suspiro y me adentro a su cuarto.

Habían reconstruido la casa, de hecho están construyendo la ciudad, ahora que no hay amenazas todo está perfecto.

—Hola Shizuka. —saluda Trunks desde su cama. Sonrío de lado.

—Hola Trunks, vengo a hablar contigo.

Trunks me mira sorprendido, así que se incorpora.

—Dime...

Muerdo mi labio inferior con nerviosismo.

—Me voy.

Ahí está, lo dije, ahora me puedo dar la vuelta e ir...

—¿Qué?

No, no creo que haya terminado nuestra conversación.

Tomo un respiro profundo.

—Me voy, Trunks... yo no puedo seguir aquí.

Por un momento me arrepentí de esto, la cara de Trunks era de completa tristeza, no entendía mis razones para hacerlo.

—Shizuka, yo... no puedo obligarte a quedarte pero, ésta es tu casa.

Oh Trunks. Camino hasta él para abrazarle.

—Lo sé, gracias por todo.

Trunks corresponde mi abrazo con fuerza.

—Admito que te extrañaré, pero... podremos vernos algún día. ¿No? —dice en broma, aunque estaba bastante claro que yo no podía bromear.

—No pienso volver. —digo con voz apenas audible. Trunks asiente con la cabeza y mira al suelo.

—No piensas volver, de acuerdo, no pasa nada. —dice más para él que para mí.— Cuídate Shizuka. Recuerda que... estamos aquí para ti.

Sonrío con tristeza y limpio una lagrima que se ha escapado.

—Siempre lo recordaré. —me acerco a besarle la mejilla. Trunks me abraza una vez más.

—Al principio, quería que te fueras... que desaparecieras de nuestras vidas.—admite él, acariciando mi cabello. —Nunca creí que sería tan difícil verte partir.

Río sin ganas.

—No te sientas mal. Siempre estaré ahí, Trunks, no físicamente pero sí con mi alma.

Trunks asiente con la cabeza pero no me suelta. Entierra su cara en mi cabello.

—¿Trunks?

Escucho un sollozo. Oh no, está llorando.

—No, Trunks, no por favor. —le abrazo con fuerza. — No llores por mí, no lo merezco.

—Cierra la boca y déjame. —dice con disgusto. Cosa que me hace reír.

—Lo que ordenes.

Nos quedamos un rato abrazados, hasta que Trunks dejó de llorar.

—Hasta nunca, Trunks.

—Hasta nunca, Shizuka.

Salgo de la habitación de Trunks con un nudo en la garganta, sí que fue difícil. Pero es para un mejor futuro.

Bueno, es hora de partir.

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