El Despertar de Rosita© - Cap. 1
Capítulo 1
Tomé las tijeras y me dirigí hacia donde estaba ella, sin dudar. Sabía lo que tenía que hacer. Me acerqué lentamente, puse mi mano sobre su cabeza y sentí lo nerviosa que ella estaba. Sabía que no tenía salida alguna, entonces, me dije a mí misma: manos a la obra. Acerqué las tijeras cerca de su cabeza, vi la expresión de su rostro resignado, ella cerró sus ojos y... tomé parte de su cabello y empecé a recortar toda su cabellera. Me sentía muy segura de lo que hacía, y cuando terminé mi obra, mi clienta quedó feliz, se veía hermosa; y después de maquillarla, se veía aún mejor.
Hola, me llamo Ana Rosa, tengo 27 años, soy peluquera y cosmetóloga, y vivo en la ciudad de Valparaíso, que es patrimonio de la humanidad. Las otras ciudades se dividen por poblaciones o comunas, pero Valparaíso se divide por cerros. Yo vivo en uno que se llama Cerro Santo Domingo. Mi trabajo queda en el centro de la ciudad. La verdad, mi ciudad es hermosa, su cultura, sus ascensores, sus playas, los trolebuses, los volantines, el puerto, los cerros, y la canción que la identifica es "La Joya del Pacífico", que es un hermoso vals chileno.
También soy muy hincha del equipo de fútbol de mis amores, "Santiago Wanderers".
Otra cosa que me gusta y hago a veces es ir a misa a la Iglesia La Matriz, que fue construida en 1559, la cual es antiquísima, y tanto el Cerro Santo Domingo como la iglesia forman parte de los inicios de Valparaíso.
Les contaré que la iglesia, en el año 1971, fue declarada monumento nacional. Para qué hablar del sacerdote que se hace cargo de ella, es muy simpático, y siempre nos hace reflexionar en sus misas, y cuando puede, en cualquier momento habla de Wanderers, porque también es seguidor, al igual que yo. Cuando gana el equipo, en la misa no puede faltar su alegría, y lo comenta; y cuando pierde el equipo, nos pide alentarlos en nuestras oraciones. Es muy divertido este padre y ha hecho mucho por la iglesia y por la gente más necesitada de la ciudad.
Mi casa tiene una hermosa vista, cuando uno mira por la ventana se ve casi todo mi puerto querido, si parece un estadio cuando me asomo por la ventana, y sobre todo de noche, se ve precioso. Los turistas quedan encantados con este maravilloso lugar, pero para ser sinceros, también tiene sus cosas negativas, como en todas partes. Pero eso es parte de otra historia.
Me casé hace tres años con un hombre llamado Ismael, que es Ingeniero en Informática, tiene 33 años, es muy apuesto, atlético, inteligente, serio y muy cariñoso. No tenemos hijos todavía, pues queremos disfrutar de nuestro matrimonio. La verdad, nuestra vida es bien relajada, trabajamos en lo que nos gusta y compartimos muchas cosas juntos; eso a mí me encanta. Tenemos un buen pasar económico, una linda casa y dos autos, es decir, no me falta nada. Nuestra vida sexual es muy apasionada, existe una entrega mutua y sin restricción de ningún tipo, pero solo una cosa me detiene, una fantasía de mi esposo que yo no veo con buenos ojos.
Mi trabajo me gusta mucho, tengo excelentes compañeros, somos seis personas trabajando en la peluquería. Está Paulina, José, Gloria, Lucas, Sara y yo, y a pesar de que cada uno tiene una personalidad distinta, nos llevamos muy bien. Paulina es una joven de veinte años, es muy talentosa para los cambios de look, es callada, y podría decir que bastante tímida. José, entretanto, es un señor de cuarenta y tres años, serio, pero muy simpático, y da buenos consejos cuando más de alguno lo necesita. Gloria, en cambio, tiene veintinueve años, es muy extrovertida, alegre y muy enamoradiza. Cuando conoce a alguien dice que por fin encontró el amor verdadero, pero a los dos días se desenamora y halla a otra persona y se vuelve a enamorar; así es su vida. Dice que hay que disfrutar al máximo de ella. También está Lucas, que tiene veintiun años, es chistoso, enamoradizo y muy tierno, y sobre todo muy buen amigo. Tiene una personalidad encantadora. Por otro lado está Sara, quien es la dueña de la peluquería, tiene cuarenta y cinco años, es bastante seria y muy trabajólica. Le gusta que todo salga perfecto, y a veces se enoja mucho, y cuando algo no le resulta, tenemos que escondernos o arrancar de su cólera, porque si encuentra a cualquiera de nosotros, le llama la atención bastante rato. A veces llega a caer muy mal, pero yo converso bastante con ella y en realidad, hay que saberla llevar, es buena persona. Por último, de mí puedo decir que soy simpática, tierna, alegre, y me considero una buena amiga. Me gusta vivir el día a día.
Un día, mi marido me volvió hacer la pregunta de siempre:
-¿Amor?
-Dime, amor.
-Sé que hemos hablado varias veces del tema... Tú sabes que me gustaría hacer algo diferente en nuestra intimidad, y te lo he dicho, ¿cierto?
-Así es, pero no empieces de nuevo con lo mismo -dije ya un poco enfadada.
-Pero no entiendo por qué no quieres probar algo diferente, ¿tanto te cuesta complacerme en eso? Solamente te pido esa fantasía que tengo hace bastante tiempo.
-Mira, Ismael, yo ya te di mis razones. No me gusta la idea, y sé que sería algo diferente, pero de solo pensar hacer un trío con un desconocido, me aterro. Además, ni siquiera fantaseo con eso.
-Amor, estaría yo contigo en ese exquisito momento, no te dejaría sola. Sabes que mi fantasía es entregarte a otro hombre y que él disfrute de ti.
-¡No! Lo siento, no me siento capaz.
-Bueno, no hay caso contigo, Ana Rosa, mejor voy a dar un paseo. Eres una egoísta, nos vemos -dijo muy enojado, me di cuenta de ello, por el portazo que dio al salir.
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