En las profundidades de las tierras sombrías, donde las sombras se mezclan con la esencia misma del mal, moran tres tipos de dragones demoníacos, cada uno más aterrador y majestuoso que el anterior. Sus presencias son la encarnación misma del poder oscuro, criaturas temibles que siembran el terror dondequiera que sus alas se despliegan.

Dragón Rojo

El dragón rojo, conocido como Ignaroth, es el más grande y poderoso de todos. Su tamaño colosal oscurece el cielo cuando vuela, y su rugido puede hacer temblar las montañas. Su piel escamosa es de un rojo intenso, como si estuviera forjada en los mismos fuegos del infierno. Sus ojos, dos pozos ardientes de fuego líquido, brillan con una furia eterna. Ignaroth posee dos colas, cada una armada con púas que pueden atravesar el acero más duro. Cuando se enfurece, puede escupir dos tipos de fuego: uno, un aliento ígneo que reduce todo a cenizas; el otro, un fuego negro que consume incluso el alma de sus víctimas. Su apariencia es majestuosa, con alas enormes y membranosas que se extienden como velas carmesíes en el viento infernal, y una cresta de espinas que recorre su espalda, irradiando un calor abrasador.

Dragón Azul

El dragón azul, llamado Azurath, es ligeramente más pequeño que Ignaroth, pero no menos intimidante. Sus escamas resplandecen con un brillo cerúleo, y sus cuatro ojos observan el mundo con una mirada penetrante y gélida. Cada uno de sus ojos puede ver en diferentes espectros de luz, permitiéndole detectar cualquier movimiento, incluso en la oscuridad más absoluta. Azurath tiene la habilidad única de escupir dos tipos de fuego: uno es el fuego común, pero el otro es un fuego azul, una llama fría que congela al contacto y quema con una intensidad aún mayor. Su vuelo es rápido y preciso, y su destreza en combate aéreo es incomparable. Con un rugido, puede convocar tormentas de hielo y fuego, sembrando la destrucción tanto en tierra como en cielo.

Dragón Blanco

El dragón blanco, conocido como Glaciar, es el más pequeño y ágil de los tres. Sus escamas son de un blanco puro, reflejando la luz con un brillo deslumbrante que puede cegar a sus enemigos. Su agilidad y velocidad son inigualables, capaz de volar y maniobrar con una gracia letal. Es el único dragón demoníaco que puede nadar, moviéndose a través del agua con la misma facilidad que en el aire. Glaciar escupe dos tipos de aliento: uno es un fuego incandescente, y el otro es un aliento de hielo, capaz de congelar todo a su paso. En el agua, es una fuerza imparable, cazando con una precisión letal. Sus ojos, de un azul helado, pueden ver a través de las profundidades oscuras de los océanos, y su rugido es un aullido glacial que puede hacer temblar hasta el corazón más valiente.

En conjunto, estos dragones demoníacos representan el pináculo del terror y el poder oscuro, cada uno con habilidades únicas y devastadoras que los convierten en los amos indiscutibles de los cielos, la tierra y el mar.

Gromar coge aire y lo expulsa, no puede dejar de pensar en una cosa, en su mente está el momento que el dragón rojo abre la boca y expulsa fuego, para no llamar la atención Gromar fue por senderos pocos trasitasos o senderos que nadie conoce para llegar a la montaña de faro, pero antes hizo una parada en una ciudad, tiene algo en especial que está, esta ciudad esta dentro de una montaña enorme.

En lo profundo de la Cordillera de Eredrith, se erige la majestuosa ciudad de Thalindir, un enclave de sabiduría y poder esculpido en el corazón de una montaña colosal. Sus altas murallas, forjadas por siglos de trabajo artesanal, guardan en su interior un reino de maravillas, donde la naturaleza y la magia se entrelazan con la tecnología avanzada, creando un lugar único en el mundo conocido. Thalindir no es un simple pueblo, sino una casi ciudad, un baluarte de conocimiento y comercio. Sus habitantes, los Thalindrim, son conocidos por su ingenio y destreza. De estatura mediana, con cabellos oscuros y ojos que reflejan la profundidad de las cuevas donde residen, estos "hombres y mujeres" poseen una inteligencia y agudeza que les permite dominar tanto las artes antiguas como la tecnología moderna. Su vestimenta, una mezcla de túnicas elegantes y prendas utilitarias, refleja su dualidad de estudiosos y trabajadores.

La ciudad se extiende por vastos niveles y cavernas, conectados por puentes de piedra y pasadizos iluminados por cristales mágicos que emiten una suave luz azulada. En su centro, se alza la Gran Biblioteca de Thalindir, una torre que surge desde el núcleo de la montaña hacia el cielo, repleta de manuscritos antiguos, pergaminos y libros de todas partes del mundo. Este es el corazón intelectual de la ciudad, donde sabios y estudiantes se congregan para desentrañar los misterios del universo. Las universidades y colegios están esparcidos por la ciudad, cada uno especializado en diferentes disciplinas: desde la magia elemental hasta la ingeniería avanzada. Los mercados de Thalindir son un hervidero de actividad, llenos de comerciantes que intercambian no solo alimentos y bienes comunes, sino también minerales preciosos y piedras mágicas extraídas de las profundidades de la montaña. Este comercio constante ha hecho de Thalindir una ciudad rica, con una economía robusta y próspera.

La defensa de Thalindir es formidable. En puntos estratégicos de la montaña, se han instalado artilugios de defensa, una combinación de tecnología y magia que puede repeler a los invasores más tenaces. Balistas automáticas, lanzadores de fuego alquímico y barreras mágicas protegen los accesos principales, mientras que los guardias Thalindrim, entrenados en el uso de armas tanto convencionales como mágicas, patrullan incansablemente los pasillos y entradas. Además, la propia estructura de la montaña sirve como defensa natural, siendo impenetrable y difícil de escalar. La extracción de materiales no solo proporciona riqueza, sino también una ventaja estratégica. Los Thalindrim poseen un conocimiento íntimo de los túneles y galerías subterráneas, lo que les permite moverse y contraatacar con una ventaja táctica considerable en caso de invasión.

Los Thalindrim, habitantes de Thalindir, son seres que, aunque comparten muchas características con los humanos, poseen rasgos y habilidades que los distinguen claramente. Su apariencia es similar a la de los humanos, pero con diferencias sutiles y marcadas por su vida en las profundidades de la montaña.

Apariencia y Rasgos Físicos

Estatura y Complexión: Los Thalindrim son de estatura mediana, generalmente entre 1.60 y 1.80 metros, con una complexión robusta y musculosa debido a generaciones de trabajo en la minería y la construcción dentro de la montaña.

Cabello y Ojos: Sus cabellos varían del negro al castaño oscuro, con reflejos plateados que brillan bajo la luz de los cristales mágicos. Sus ojos son grandes y expresivos, de colores profundos como el azul zafiro, el verde esmeralda y el ámbar, adaptados para ver en la penumbra de las cavernas.

Piel: La piel de los Thalindrim es pálida con un tono ligeramente azulado, una adaptación a la falta de luz solar directa, lo que les otorga un aspecto etéreo y misterioso.

Habilidades y Capacidades:

Visión Nocturna: Sus ojos están adaptados para ver en la oscuridad, permitiéndoles moverse con facilidad a través de los túneles y pasadizos de la montaña sin necesidad de luz adicional.

Fuerza y Resistencia: Debido a su vida subterránea y al trabajo manual pesado, poseen una fuerza y resistencia superiores a las de los humanos comunes.

Afinidad con la Magia: Los Thalindrim tienen una afinidad innata con la magia, especialmente con las formas de magia vinculadas a la tierra y los minerales. Pueden sentir las vibraciones de la montaña y utilizar este conocimiento para encontrar minerales preciosos y piedras mágicas.

Cultura y Sociedad

Sabiduría Ancestral: La cultura de los Thalindrim se basa en una profunda conexión con sus ancestros y la historia de su pueblo. Valoran la sabiduría y el conocimiento, y sus líderes son elegidos tanto por su inteligencia como por su capacidad para guiar y proteger a su gente.

Tecnología Avanzada: Combinan sus conocimientos mágicos con tecnología avanzada, creando artilugios y defensas que son a la vez eficientes y extraordinarios. Esta fusión de magia y tecnología es uno de los aspectos más destacados de su civilización.

Comercio y Riqueza: Su habilidad para extraer minerales preciosos y piedras mágicas les ha permitido desarrollar una economía próspera. Son comerciantes astutos, conocidos por su habilidad para negociar y su honestidad en los tratos.

Relación con el Entorno

Simbiosis con la Montaña: Los Thalindrim viven en armonía con la montaña, extrayendo recursos sin dañar su hogar. Utilizan técnicas de minería que preservan el equilibrio natural, y los rituales mágicos que realizan aseguran la renovación de las energías de la tierra.

Defensa y Estrategia: Su conocimiento de la geografía subterránea les proporciona una ventaja defensiva considerable. Conocen cada túnel y caverna, lo que les permite diseñar estrategias de defensa casi impenetrables. Los artilugios defensivos, tanto mágicos como tecnológicos, son una extensión natural de su entorno.

Gromar empezó a subir un sendero, del sendero llegó a unas rocas, sube y detrás de esas rocas hay una avertura, se adentra, pero antes se asegura de que nadie lo siguiera, después de unos minutos caminando a ciegas llega a una puerta de piedra, el anillo de Gromar empezó a brillar, Gromar murmura entre susuros, de repente la puerta se abrió, Gromar la cruza pero sin venir a cuento dos  centinelas querían reducir a Gromar, pero Gromar fue mas rápido y redice a los dos centinelas, detrás de Gromar se escuchan unos aplausos, Gromar se gira y ve a un tipo.

Tipo:(riéndose)
— Veo que no has cambiado Gromar.

Gromar:(sorprendido)
— Y por lo que veo tú tampoco Drako

Drako:(emocionado por qué vio a Gromar)
— Dame un abrazo primo.

Gromar y Drako se abrazan.

Drako:
— Tienes que ver algo

Drako asiente con la cabeza y sigue a Drako.