|•|CAPITULO 4|•|

URIEL

Habían pasado tres días desde que fui a aquella cabaña.

Tres días en los cuales solo había pensado en Haelh, aún no podía creer que estuviera con vida, era algo irreal pero definitivamente mí corazón y mí alma rebosaban de alegría al saber que pronto estaríamos juntos otra vez.

Me tomé dos días para procesar aquella noticia, logré evadir las preguntas de Michael pero no logré quitarme de encima a Lucifer que no entendía que necesitaba espacio para asimilar ciertas cosas, así que decidí librarme lo más rápido de ese problema para poder estar pronto con Haelh y esta vez nadie me separaría de él, no dejaría que nadie se interponga en nuestro caminó, no cometería ese error por segunda vez.

—¿Por cuánto tiempo es requerida tu presencia en Zebhul?— cuestione observandolo

—Supongo que un par de días—respondió Michael mientras preparaba sus pertenencias para partir

—Con eso te refieres a meses verdad?— dije mientras jugaba ansioso con mis dedos.

—Si, sabes que el tiempo en la tierra es diferente al de los cielos.

—¿Me notificaras cuando regreses verdad?—volví a cuestionar

—Si—respondo un tanto irritado—¿Porque pareces tan ansioso por mí partida?

¡Mierda! Antes de empezar ya la había cagado, fui demasiado obvio y ahora por mí culpa todo el plan se arruinará, no podré volver a ver a Haehl, me condenaran, me cortaran las alas y me matarán.

Me sofocaba con mis propios pensamientos

—¿Uriel, estás bien?— cuestionó Michael irrumpiendo mis pensamientos

—Ehhh si, si ¿Porque lo preguntas?

—Por un momento te quedaste observando un punto fijo con la mirada pérdida—dijo señalando el ventanal de aquella habitación.

Más obvio no podía ser

—Solo recordaba viejos tiempos, descuida.

—¿Seguro que estás bien?—volvió a cuestionar—¿Si quieres puedo enviar a Zachariel para que te haga compañía en mí ausencia? He notado que ahora son mas cercanos después de todo lo ocurrido con Haehl y su condena... se que le tenías un gran estima

No era lo único que le tenía, de eso no había duda... Pero jamás se lo diria, muy en el fondo seguía confiando más en Lucifer que en Michael.

Creo que eso era lo que mas le molestaba a mí hermano, el que Amitiel, Gabriel, Raziel y yo le tuviésemos una confianza mayor a Lucifer, siempre fue así.

—No, no necesito su compañía—

Zachariel era la peor compañía que podría recibir, después de todo lo que le había hecho a Haehl, solo quería matarlo, deseaba sacarle el corazón y darle su cuerpo a los sabuesos de Lucifer.

—¿Estás seguro?— dijo para luego tomar su espada y enfundarla, al notar mí molestia desistió y dejo de insistir—De acuerdo, protege a Camille, por favor. Asegúrate de que no le falte nada, y acompañarla a casa como siempre lo hago.

—Está bien... aunque sigo creyendo que es demasiado lo que hacemos por ella. Podríamos solo llevarla con nosotros y listo.

—Solo házlo— respondió para luego marcharse, dejándome solo en aquella habitación.

No era idiota, sabía que Michael tenía algún tipo de sentimiento hacia aquella mundana, por eso la sobre protegía, aún cuando ella no mostraba el más mínimo interés por el, además pudo enviarme a por ella pero no lo hizo, al contrario vino personalmente para encargarse de este "asunto importante"

•~•~•~•~•

—Bien, está es toda la información que logramos reunir del serafín desde que llegamos —

Hace un día Michael había partido al cielo, así que me encargue de organizar la información para dársela a Thamiel, quien se encargaría del resto, yo solo bebía vigilar a la mundana de que nada le sucediera.

—Por cierto ¿Que se supone que harán con ella?—cuestione dudoso

—Ohhh descuida, solo charlaremos con ella, la conoceremos un poco, eso es todo... no tienes de que preocuparte, podrás estar presente, que te parece dentro de cinco días en la cafetería?—respondió Thamiel

—Eso espero aún que siguen sin tener mí confianza.

—Para que veas que tu hermano está agradecido por tu ayuda, decidió dejarte visitar a Haehl, ya sabes... han pasado muchos años y él está sólo, quizás tu presencia le sentaría bien.

—No necesito su permiso para visitarlo— era el colmo de descaro.

—Estas en lo correcto—respondió mientras abría un portal.

Era una buena oportunidad, no lo pensé dos veces, caminé hasta adentrarme en el portal, perdiéndome en este y llegando justo en frente a la cabaña.

Dos días, solo dos días habían transcurrido y ya no sabía que hacer, digo... me sentía complacido de estar con Haehl pero no era nada entretenido si el único que hablaba era yo, el primer día me dio el tiempo de revisar cada rincón de aquella cabaña y no encontré nada interesante. El segundo día pude explorar alrededor del bosque y nada, así que decidí volver.

Tenía un objetivo en menté, en el encuentro que tendríamos en un par de dias debía obligar a Thamiel a despertar a Haehl del sueño eterno, pero primero prioridades, primero me aseguraría de que la mundana estuviera bien.

Llegué mucho antes para revisar el lugar, al ingresar en el viejo establecimiento donde ella trabajaba note que no estaba dónde usualmente la veía.

Me dirigí hacia una de las mesas junto al gran ventanal que permitía observar la avenida principal por la cual transcurría la gente.

Una muchacha de pelo corto se acerco hasta mi mesa para tomar mí orden, la había visto un par de veces.

—Buenos días, que va a ordenar?

—Un capuchino por favor—respondí para luego verla alejarse

Observé todo el establecimiento, pero no había rastro de la mundana que debía vigilar, poco tiempo después, aquella joven regreso con mí pedido.

—¿Disculpa? Sé que sonara algo imprudente la pregunta, pero ¿Camille no vino hoy? Es que siempre me atiende ella—cuestione

—No vino estos días, dijo que iría a visitar a sus padres y no regresaría hasta inicios de primavera.

Camille no tenía una buena relación con sus padres, hace un par de años había roto cualquier lazo con ellos, lo que solo significaba una cosa.

—Entiendo, muchas gracias — acerque mi mano para estrechar la suya, ella con algo de duda la tomó.

«—Buenas tardes— dos figuras ingresaron en el establecimiento, Camille los atendía como siempre.

Las imágenes se hacían borrosas y otra vez la veía

—un café, un capuchino y dos tartas de frambuesa.

—Enseguida.

—No crees que últimamente vienen hombres muy guapos a nuestro café?

—Me da igual quienes vengan mientras vengan a consumir.

—Aqui tienen su orden— dejo los platillos en la mesa y entonces lo vi, Thamiel se acercó a ella antes de que se fuera, en el bolsillo de Camille puso un par de billetes y algo más que no alcance a ver.

Al terminar se levantaron dirigiéndose a la puerta, pero antes de salir el acompañante de Thamiel se quitó la capucha y tomo la mano de la joven que me permitía ver sus recuerdos.

—Camille no vendrá hasta el inicio de la primavera, visitará a sus padres, díselo a quien te pregunté, de lo contrario camina sin rumbo hasta que tus piernas se destrocen y mueras por el agotamiento—soltó su mano y ambos salieron de la cafetería.»

Me levanté de mí lugar y salí como alma que lleva el diablo, la joven que me atendió hoy se encontraba en un trance gracias a esos ojos verdes que jamás olvidaría.

Aluca

Ella era diestra en las artes de hipnosis, nadie podía igualarse a su poder.

El día que Lucifer cayó un grupo selecto de guerreros se fue con él, por lealtad supongo y digo esto porque ellos mismos se quitaron las alas y el sello, sin duda alguna eran soldados extraordinarios entre ellos se encontraban Asmodeus que ahora era diestro en el arte maldiciones, conocido por sembrar la lujuria en los mundanos, Cassiel y Mikhael los mejores de su clase diestros en combate cuerpo a cuerpo, Amane su velocidad era incomparable al momento de pelear además tenía entendido que al caer obtuvo una maldición, se comió a tantos demonios y a partir de entonces todo lo que toca muere, y por último Amón y Exael diestros en el arte del engaño. Claro no debemos olvidar a Thamiel, el único caído que fue capaz de crear portales desarrollando la magia oscura.

La única razón por la cual Michael no fue a matarlo cuando tuvo la oportunidad fue porque ellos se interpusieron en su camino y pese a todo aún siguen siendo considerados de nivel arcano, capaces de matar a cientos y cientos de angeles sin recibir daño alguno.

Michael no quiso que hubiera más enfrentamientos y que más sangre se derramará en vano, por eso no atacó aquel día.

Aún así todos fueron condenados a pasar la eternidad en la fosa, encerrados sin poder ver la luz del día otra vez.

Pero acabo de darme cuenta que ya encontraron una forma de salir y entrar cuando les place, incluso Thamiel dijo que había venido un par de veces a la tierra e incluso lucifer no estaba enterado.

Cómo fui tan idiota al creer que solo querían conocerla, por todos los cielos... Si no la encuentro Michael va a matarme.

Tengo que analizar la situación con calma...

Haber... si yo fuera Thamiel dónde la escondería? Un lugar en donde nadie se atrevería a buscar, quizás un lugar viejo y abandonado...

Mmm... Chernóbil! Podría ser un gran escondite, el problema es que ella moriría al estar expuesta a la radiación...

¡Mierda! Michael dijo que se iría un par de días, lo que significa que tengo aproximadamente entre dos a tres meses para encontrarla...

Solo espero que cuando la encuentre, todavía esté entera.