
Capítulo 3: La Fortaleza de las Sombras
Sarah y Marcus avanzaron con cautela hacia la puerta que Adrian había señalado. Pikachu y Flareon permanecían atentos, preparados para cualquier eventualidad. La puerta se abrió con un crujido ominoso, revelando una escalera descendente hacia la oscuridad. Sin dudar, ambos entrenadores comenzaron a bajar, con sus Pokémon iluminando el camino.
La escalera los llevó a una amplia sala subterránea, llena de documentos, grabaciones y una gran mesa central cubierta de mapas y notas. En las paredes colgaban retratos antiguos y fotografías, todas aparentemente conectadas por hilos de color rojo.
"Esto parece un... laboratorio," dijo Marcus, inspeccionando los papeles esparcidos.
Sarah se acercó a la mesa central y tomó una de las notas. Reconoció de inmediato la caligrafía de Adrian.
"Proyecto Evolución: La búsqueda de la perfección a través de la adaptabilidad y la manipulación. La verdadera fuerza reside en la capacidad de cambiar y evolucionar continuamente. La pérdida de confianza y la traición son catalizadores poderosos para el crecimiento."
Sarah frunció el ceño. "Esto no es solo un entrenamiento. Es un experimento."
Marcus asintió, mirando una de las fotografías en la pared. "Mira esto. Es una foto de Adrian cuando era niño. Está con otro chico y un hombre mayor."
Sarah se acercó para ver. El chico junto a Adrian parecía un amigo cercano, y el hombre mayor, probablemente un mentor o un padre. Había algo en sus expresiones que sugería una profunda conexión.
"Esto debe ser antes de que todo cambiara para él," dijo Sarah. "Tenemos que entender qué lo llevó a este punto."
Revisaron más documentos, encontrando un diario escrito por Adrian. En él, detallaba su infancia y el trágico evento que lo había marcado para siempre. Su mejor amigo y su mentor, ambos en quienes confiaba plenamente, lo habían traicionado por motivos egoístas. Esta traición lo había dejado devastado y desconfiado, llevándolo a creer que la verdadera fuerza solo podía alcanzarse a través de la manipulación y la evolución constante.
"Eso explica por qué se enfoca tanto en las Eeveelutions," reflexionó Sarah. "Cada evolución de Eevee representa una forma de adaptarse y cambiar. Para él, es una metáfora de su propia vida."
Marcus miró a Sarah con una nueva comprensión. "Pero eso no justifica lo que está haciendo. Manipular y lastimar a otros para probar un punto... no es la forma de encontrar fuerza."
Sarah asintió. "Tienes razón. Pero al entender su pasado, podemos encontrar una manera de enfrentarlo y quizás ayudarlo a ver que hay otra manera."
De repente, una puerta oculta se abrió en la pared opuesta, revelando una figura que se acercaba lentamente. Era Adrian, acompañado por su Espeon y su Umbreon.
"Veo que han encontrado mi pequeño santuario de la verdad," dijo Adrian con una sonrisa enigmática. "Ahora entienden por qué hago lo que hago. La traición y la pérdida me enseñaron que solo aquellos que pueden adaptarse verdaderamente sobreviven."
Sarah dio un paso adelante, con Pikachu a su lado. "Entendemos tu dolor, Adrian. Pero lastimar a otros no te hará más fuerte. Solo te alejará más de la verdadera fortaleza que buscas."
Adrian suspiró, sus ojos reflejando una mezcla de tristeza y determinación. "Es fácil decirlo cuando no has pasado por lo mismo, Sarah. Pero esto es más que una simple búsqueda de fuerza. Es una prueba del espíritu humano."
Antes de que Sarah pudiera responder, Adrian levantó la mano. "Pero ya hemos hablado suficiente. Si realmente quieres detenerme, tendrás que superar mis últimas pruebas. Solo entonces sabrás si tienes la verdadera fuerza."
Con un gesto, Adrian desapareció por otra puerta, dejándolos en la sala. La puerta que él había abierto se cerró detrás de él, dejando solo un camino para seguir.
Sarah miró a Marcus. "Tenemos que seguir adelante. No podemos dejar que continúe con esto."
Marcus asintió, decidido. "Estoy contigo. Vamos a enfrentarlo y detenerlo, una vez por todas."
Con renovada determinación, Sarah y Marcus avanzaron hacia la próxima prueba, sabiendo que la batalla final con Adrian estaba cada vez más cerca.
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