6. Reencuentros inesperados: parte 1
Observé la sala del baile llena escondida detrás de una cortina. No pude reconocer a nadie. Ni siquiera estaba segura de si Carl era el que hablaba con esa chica que me recordaba a Sara, o si era el que discutía con un chico arrogante que me recordaba a Lyon... O si era el que miraba alrededor como buscándome... Quizá era aquel otro rodeado de chicas. Aunque, pensándolo mejor, parecía más posible que fuera el joven de traje azul que hablaba con unos empresarios. Era imposible, todos se parecían. Pero yo tampoco destacaría, pues viendo los vestidos y peinados de las demás chicas, había escogido bien, pues me camuflaría sin problemas.
- ¿Es la primera vez que asistes a un baile enmascarado?- me sorprendió una voz que me sobresaltó.
Me giré un poco y sí, era él... Lyon. Esperaba que no me reconociera.
- La segunda, pero siempre tengo la impresión de que alguien me descubrirá- traté de hablar de forma que no supiera quién era.
- Créeme, no es tan fácil- sonrió.
"¿Qué le digo para que se vaya?" me pregunté a mí misma.
- Si quieres puedes venir conmigo- me ofreció.
- Siento haberte hecho esperar, señorita- interrumpió un joven que acababa de llegar. Miró a Lyon con un deje de desprecio y me guiñó un ojo para que le siguiera el juego-. Búscate a otra.
Lyon le miró con cara de sospecha, pero hizo una reverencia corta disculpándose y se marchó. Miré a mi salvador enmascarado y tuve una corazonada.
- Nos volvemos a ver- sonreí.
- Así es...
- Gracias, no sabía cómo quitármelo de encima.
- Veo que aún no has aprendido a decir que no- con un gesto, me invitó a salir a la sala-. Sabes que no puedes tener siempre contentos a todos.
- Tienes razón- suspiré mientras le acompañaba a la mesa de aperitivos-. Pero es más complicado de lo que crees.
"Si tuviera a quién recurrir una vez que rechazara a Lyon y este le contara a Carl todo y me dejara en la calle..." pensé, "como Wil". Empezaba a preguntármelo: ¿se anularía el noviazgo si Carl se enteraba? ¿No era eso lo que quería?
- ¿Qué temes?
El joven se sirvió un pastelito y se lo llevó a la boca. Se lamió el chocolate de los labios mientras me miraba de reojo. No podía apartar mi mirada de él. Tenía algo...
- Tienes... Un poco de...- señalé mi mejilla refiriédome a la suya.
Se palpó los bolsillos en busca de un pañuelo y puso los ojos en blanco. Lo había olvidado. Le presté el mío y se limpió.
- No puedo devolvértelo así... Lo mandaré limpiar.
- No importa, quédatelo, me bordaré otro. Además, ¿volveremos a vernos? No creo que haya otro baile enmascarado pronto...- aparté la mirada.
- ¿Quién dice que tiene que ser un baile enmascarado?- insinuó.
- ¿Nos reconoceremos?
- Por supuesto.
- Pensé que querrías mantener el incógnito- comenté probando un pastelito con nata.
- Es divertido un rato, pero para conseguir mi objetivo dudo que funcione si me escondo tras una máscara. Eso sí... Esto queda entre tú y yo.
Se acercó a mí, quitándose un guante y me eché atrás, preguntándome qué pretendía. ¿Qué métodos usaría para callarme? Sin querer, pisé la parte de atrás de mi largo vestido y si no fuera por los reflejos del joven caballero, quien me sujetó por la cintura, me habría caído. Sin embargo, al verme tan cerca de él me sentí insegura y me quise apartar, provocando que ambos cayéramos en dirección a la mesa y contra el mantel de seda blanco. Estábamos medio debajo de la mesa cubiertos por el mantel y por instinto nos metimos debajo de la mesa del todo, antes de que alguien más se diera cuenta. A través del fino mantel, vi que algunos miraron, pero al no ver nada siguieron con la conversación. Todos menos uno...
- ¿Te he asustado?- me preguntó él agachado como podía.
- No sabía qué pretendías...
Llevó una mano a mi cara mientras yo estaba inmóvil sin saber cómo reaccionar y me pasó el pulgar por la comisura de los labios. Se lamió el dedo y luego lo limpió con el pañuelo y volvió a ponerse el guante.
- Tenías un poco de nata.
Se me puso la piel de gallina y sentí un escalofrío. Sentir algo tan fuerte y de ese estilo por alguien... No podía ser... Me acerqué a él y le miré a los ojos. Tragué saliva.
- ¿Quién eres?
- Pensé que cuando me dijiste que volvíamos a vernos ya te habrías dado cuenta- sonrió con picardía-. Por mí te puedes acercar todo lo que quieras, pero... Estamos debajo de una mesa, deberíamos pensar en cómo salir sin que se note antes de que nos encuentren aquí. A mí no me importa, pero a ti...
- Shhh...- le callé sin apartarme, poniéndome un dedo sobre los labios. Me quedé escuchando y miré a los lados-. Nadie se ha dado cuenta- susurré-. Así que no intentes escapar. Tú sabes quién soy... ¿verdad? Y tu cara me resulta muy familiar...
Él me quitó la máscara de repente y me acarició la cara.
- Te has vuelto más hermosa, Sofia. Ya eres toda una señorita que cualquier afortunado querría para sí.
- ¿Tú...? ¿Es posible que seas...?
Él me cogió la barbilla y se acercó para besarme, pero justo en ese momento, alguien levantó el mantel y se agachó para vernos. El corazón me saltó del pecho. Era Lyon...
- Debí imaginar que eras tú- me dijo-. Si alguien podía hacer una estupidez como esa no podía ser otra que Sofia. ¿Y con quién? Creí que no me querías besar por Carl pero si te vale cualquier otro entonces me siento ofendido.
- No me vale cualquiera- protesté.
- Entonces... ¿No será que os volví a pillar otra vez? Ahora no tenéis excusa. Sé lo que he visto.
- No ha pasado- contesté.
- A mí no me engañas. Hoy mismo le diré a Carl que tú y Will...
- Estáis los dos equivocados. Yo no me llamo Will- dijo el joven con cara seria saliendo y marchándose.
Nos quedamos mirando confusos. Por un momento yo también sospeché que era él. ¿Entonces quién era? Lyon tenía una sonrisa malvada en el rostro.
- Pues esto es todavía mejor. No solo te pillé con uno sino con dos.
- Por favor no le cuentes a Carl...- salí detrás de Lyon, que ya se dirigía a buscarle. O eso parecía.
Acabamos en el jardín. Pero ¿por qué había salido? Le cogí de la chaqueta del traje, deteniéndole.
- ¿No querías algo a cambio?
- Ya no. Tengo novia. Ahora no podrás hacer nada para detenerme.
- Espera... ¿Entonces por qué...?
- Por venganza.
- Así que tienes novia... Pues le diré la clase de persona que eres.
- Eso no te funcionará.
Mientras discutíamos, llegamos al pequeño lago artificial del jardín y nos detuvimos en seco. Ambos nos quedamos con la misma cara. Aunque llevaba máscara, pude reconocer a Carl... que estaba besándose con una chica apasionadamente. A juzgar por la cara de Lyon, esa chica... debía de ser su novia.
Continuará...
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