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21. Recuerdos

En el camino de regreso, Lyon no dijo nada. De vez en cuando me miraba de reojo. No estaba tan molesto como antes, pero parecía estar pensando en algo: seguramente el castigo que me impondría. Conducía el chófer, por lo que él se quedó mirando por la ventana, con la mirada perdida en el cielo estrellado. En mi lado de la ventana, podía ver la luna en cuarto creciente. Parecía que se movía a la vez que el coche. Estaba recordando a James. La primera vez que le veía en meses y era vestida así y tener que despedirme de él para estar con Lyon.

Una lágrima resbaló por mi mejilla y Lyon se dio cuenta. Me secó la mejilla con su pañuelo. Llegamos y subimos a la primera planta. Lyon me hizo pasar a su habitación. Me senté en el sofá y él se sentó delante. Había llegado la hora de dar explicaciones.

- ¿Qué parte de que si ibas a casa de Carl estabas en peligro no entendiste? Sofia, ¿se puede saber cómo se te ocurrió semejante locura? ¿No podías pedirme lo que necesitabas recuperar de tus pertenencias?

- La verdad, no lo pensé...

- ¿Cuándo vas a dejar de actuar locamente por tu cuenta y vas a empezar a pedir ayuda? Seguro que te habrías ahorrado muchos problemas si tan solo te hubieras tomado un momento para hablar con alguien sobre lo que te preocupa.

- Es cierto, tienes razón.

Lyon no estaba satisfecho. No estaba diciendo nada de lo que en realidad quería saber, tan solo asentía. Pero yo estaba verdaderamente pensando en lo que decía.

- Pues empieza por hablar ahora. Dime, con sinceridad, ¿qué sucede?

- Si no cuento mis cosas es porque sé que hará daño.

- Más daño hace enterarse por las malas. Porque sabes que la verdad siempre ha salido a la luz y te ha perjudicado.

- Es verdad- suspiré-. Fui a por mi anillo. Pero no estaba.

- ¿Tan importante es?

- Sí, no quería que lo tuviera nadie más. Era un recuerdo del baile.

- ¿Y no será que es porque te lo dio alguien?

Lyon no tenía un pelo de tonto. Era inútil tratar de ahorrarme detalles.

- Sí.

- ¿James?

- Sí.

- ¿Creíste que no lo sabía? Pero esperaba que lo confesaras tú misma.

- Lo siento, Lyon, no puedo evitarlo, James es a quien más he querido siempre. Lo intenté con Max pero no pudo ser, lo intenté con Carl muchas veces pero acababa volviendo a pensar en James y en cuanto estaba con él me olvidaba de todo. Despedirme de él siempre ha sido doloroso... Y esta vez aún más. No es que esté siempre pensando en él, pero no puedo sentir lo mismo por nadie más y cuando le veo siento tantas cosas...

- Supongo que es inútil hacerte cambiar de opinión por mucho tiempo que pases con otra persona. No pretendo eso, ya te dije que por ahora no quiero una relación, me contento con este semi juego de la sirvienta y el amo y que te diviertas tanto como yo en ciertas situaciones. No es necesario que te enamores y mejor que no lo hagas, pero si significo algo para ti me alegraría.

- Claro que estoy agradecida por tu ayuda y este trabajo puede llegar a ser divertido, pero no haría todo esto solo por eso. He llegado a cogerte cariño, lo hago porque pienso que te lo mereces. Antes eras insoportable pero he visto que ya no lo eres tanto.

Lyon sonrió con sinceridad y extendió los brazos invitándome a un abrazo, el cual acepté.

- Espero que entiendas que no puedo permitir que estés con nadie más... Aunque no pueda hacer nada por cambiar tus sentimientos, por lo menos puedo tenerte para mí. Te agradezco que estés respetando al menos una de las condiciones para estar conmigo aunque veo que es la que más te duele.

- Es razonable lo que me pides, lo entiendo. Después de librarme de ese infierno, sería desagradecida si me fuera con otro mientras me aprovecho de lo que me ofreces... Que es lo que he estado haciendo con Carl... Pero esta era mi oportunidad de empezar a hacer las cosas bien. Estoy a tu servicio por propia voluntad y lo que tú deseas es lo que yo haré- dije poniéndome en pie y haciendo una reverencia-. Estoy preparada para cualquier castigo que decidas darme.

- Bueno, no estuvo bien que me desobedecieras tan descaradamente, pero luego dijiste a Carl que estar conmigo era lo mejor que podía pasarte y ya viste su cara, eso ha hecho que le quite un poco de peso al castigo inicial.

- ¿Cuál era el castigo inicial?

- Atarte a mi cama en ropa interior y dormir conmigo esta noche.

La ropa interior era una camiseta de tirantes y unos pantaloncitos con volantes, ambos de seda. Pero desde luego, aunque no se me viera nada, comparado con la ropa que solía llevar de más, me daba vergüenza que me viera en la ropa que llevaba debajo del uniforme. Y pasar la noche a su lado atada vestida así no me transmitía seguridad precisamente.

- Es broma. No sería en ropa interior. Pero lo demás sí- se rió al ver mi cara.

- ¿Y qué castigo es ahora?

- Simplemente es algo que quiero y que quizá normalmente no harías. Déjame descansar mi cabeza en tu regazo hasta que me duerma, luego puedes irte o hacer lo que quieras. Y... Que me acaricies el pelo hasta que me duerma.

Eso último lo añadió como si le hubiera costado decirlo. Fue a cambiarse y volvió con la ropa que llevaba para dormir, aunque la camisa estaba desabotonada. Yo me había sentado ya en la cama. Se tumbó con la cabeza en mi regazo.

-¿Vas con la camisa así? ¿Entonces para qué te la pones?

- ¿Te incomoda?

- Es que... Bueno... Se acerca el otoño y ya no hace tanto calor y vas a resfriarte...

- Puedes abotonarla tú si te preocupa.

Desde la posición que tenía no pude, por lo que tuve que colocarme encima de él con las rodillas a los lados de sus muslos para abotonarle la camisa. Al principio tenía los ojos cerrados, pero luego empezó a mirarme, cosa que me ponía nerviosa. Finalmente llegué al último botón que estaba cerca de su cuello. Mi rostro estaba más cerca del suyo que antes. Alzó una mano hacia mi rostro y metió los dedos en mi cabello, peinándolo hacia atrás. Inexplicablemente, sentí mariposas en la tripa. Nuestras miradas se cruzaron unos instantes hasta que retiró la mano y volví a mi sitio dejando su cabeza en mi regazo. Comencé a acariciarle el pelo.

Recordé esa vez en la que se lo hice a James, el día que se lo llevó la policía y por culpa de eso tuve pedir luego ayuda a Carl. Si no hubiera sido por el plan de Max, mi primera cita con James hubiera terminado bien y tras volver de su viaje con el tesoro quizá habría vuelto para tener otra cita. Seguramente habría tenido el tesoro ya que no hubiera tenido que decidir entre salvarme o su deseo. Quizá me hubiera llevado con él de todas formas y no le hubiera debido nada a Carl porque no me buscaría para vengarse. En cualquier caso, Carl sobraba y hubiera sido mejor sin el trato. Aunque fue Max quien me metió en ese lío. Por otra parte todo lo que hizo fue para librarme de James. A Carl también acudí para librarme de James. Y Lyon me libró de Carl. Al final todo vuelve a James. De no haberle traicionado, habría estado con él y no me habría metido en todos esos líos. Si tenía que volver a hacer las cosas bien, hubiera sido desde entonces. Me pregunté cómo hubiera sido todo de esa manera.

Al ver que Lyon se había quedado dormido, le tapé y como tenía mucho sueño, me quedé dormida a su lado.

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