Capitulo Dos: Un bello aroma.
Realmente no podía quitarse de la mente el aroma de ese omega. Cada vez que debía concentrarse en su trabajo estando en su oficina, debía tomar un respiro hondo para volver al trabajo pero imposible olvidar los labios de Jimin tan cerca como la noche anterior.
Tener a Jimin cerca de él fue el recuerdo que su mente utilizaba para distraerlo. Pero jamás olvidaría lo que vivió.
Frotó su cien y soltó un largo suspiro, uno que llamo la atención de todos a su alrededor, que se encontraban en pequeñas oficinas como la de Jeongguk y compartían el mismo lugar.
-¿Hay algo que te desconcentra?-Min Yoongi, su jefe estaba allí acompañado de Kim Namjoon, otro jefe más del departamento policial junto a Min. Ambos observaban a Jeongguk preocupados por su desconcentración.
-¿Algún amor en tu vida te pone así?-Comento Namjoon metiendo sus manos en sus bolsillos profundos de su uniforme y esperaba la respuesta del azabache con la mirada de Yoongi sobre él.
-Algo así pero prefiero no hablar de eso.-Jeongguk se puso de pie rápidamente y observó ambos para luego hacer una reverencia hacia ellos en forma de saludo.
-Como sea, si ese amor continúa distrayendo tu mente, es mejor que vayas a verlo.
Jeongguk asintió con una sonrisa cálida y ambos hombres siguieron su camino por el lugar para chequear que todos los demás oficiales estén trabajando correctamente.
La idea se encendió en su mente cuando ese consejo fue el impulso para volver a su misión preparada solo por el mismo en ir a la mansión de Park como infiltrado, solo para verlo otra vez.
Eran las nueve de la mañana, hora dónde Jimin se despertaba listo para tomar su desayuno y debía estar allí si realmente no quería levantar sospechas de ser un infiltrado.
Observó en la distancia como Namjoon y Yoongi hablaban con dos oficiales mientras se cuestionaba si infiltrarse en la mafia Park estaba bien o estaba traicionando a la policía por se parte de esta con el único objetivo de tener al Omega junto a él.
Era evidente que lo que estaba haciendo estaba mal. Infiltrado en la mafia sin permiso de Yoongi y Namjoon, iba en contra de las reglas pero no podía evitar seguir lo que sentía. Realmente deseaba a Jimin.
Solo se alejó de la oficina y caminó hasta la salida con el propósito de cambiar su uniforme por el traje que la mafia usaba.
𝐄𝐥 𝐃𝐞𝐬𝐞𝐨 𝐃𝐞 𝐓𝐞𝐧𝐞𝐫𝐭𝐞
Jimin bajó las escaleras con su bata roja que rodeaba su cuerpo esbelto y delgado pero otros ojos estaban sobre su cuerpo antes de bajar las escaleras por completo.
El Omega se detuvo al observar a su sirvienta, algo anciana y alfa, esperarlo con su desayuno ya preparado sobre la mesa.
-Su desayuno está listo, Señor Park.
Jimin solo se ató mejor su bata mientras le enseñaba una sonrisa a su sirvienta, quien lo miró como si fuera su hijo aunque sea imposible tener un hijo siendo alfa. Pero su instinto maternal solo quería a Jimin.
-Muchas gracias por el desayuno.
El pelirrojo tomó asiento en la punta de la larga mesa lujosa. Luego tomó la gran servilleta larga y la colocó sobre sus piernas para no ensuciarse.
El café se vertió dentro de su taza de café gracias a su sirvienta y nuevamente le dió las gracias con solo asentir con su cabeza.
Todo era paz y armonía hasta que las grandes puertas del salón, donde desayunaba, fueron abiertas por cuatro miembros de su mafia quienes eran seguidos por un hombre que le parecía reconocer desde la noche anterior.
Sus ojos se entrecerraron y luego sus manos se detuvieron antes de cortar su comida. Solo observó por debajo de sus pestañas a los hombres, después desvío su mirada a su sirvienta, quien entendió que debía retirarse y cerrar la puerta de la cocina dónde desapareció, dejando a todos los hombres solos.
-Señor Park, tengo noticias para usted.
-¿Noticias?
El hombre asintió, luego se acercó a su jefe lentamente mientras que lo que parecía sacar detrás de su espalda era una carta roja de invitación. Para Park.
Park la tomó sutilmente y luego abrió con sus ojos puestos en el miembro de su mafia pero cuando finalizó de abrir el sobre rojo observó dentro de este un trozo de papel perfumado y escrito por un alfa con solo olfatear el aroma que papel tenía impregnado.
Lo elevó y leyó pero luego sonrío ladino.
-Es genial que aún sigo siendo parte de estás invitaciones.
Continuaría lo que tenía en mente pero el miembro de su mafia lo interrumpió.
-Hay otra noticia que debe saber señor Park, creemos que hay un intruso en la mafia, aún no sabemos quién es exactamente el intruso entre nosotros.
Park solo sonrío un poco.
¿Un intruso en su mafia? Si es así, ese intruso debe tener muchas agallas para infiltrarse en su mafia. Solo pensó que podrían ser alfas que intentan algo con él, de eso no cabía duda.
Sin dudas, si era verdad.. seria un buen momento de diversión hasta encontrar al intruso.
Pero no podía pensar en el intruso y en la invitación de pelea callejera en la que fue invitado a ser parte como espectador. Solo una cosa debía pensar su mente y era uniendo ambas cosas en una sola.
Quizás podía intentar crear un desafío para el intruso. Uno donde ese mismo desconocido pueda ingresar a la pelea para ganar como premio a Jimin y de esa manera quizás podría engañarlo para finalmente asesinarlo por filtrarse en donde no debía.
No era el mejor plan pero si era sencillo.
[...]
Jeongguk caminó entre la multitud.
Una multitud que festejaba los golpes de un combate entre dos alfas en una gran jaula redonda que prácticamente simulaba ser un ring de pelea.
Sus manos se colocaron sobre los barrotes de la jaula y observó como estos dos alfas peleaba con mucha bestialidad como si sus alfas interiores tuviera el poder de sus cuerpos. Agresivo y violento.
Sus ojos se desviaron del combate y observó a todo su alrededor para encontrar a ese omega que estaba invitado está noche aquí. Solo supo que se encontraba en el segundo suelo del lugar pero no lo encontraba con su mirada.
Supo que está pelea sería está noche cuando después de escapar de su trabajo y reunirse con la mafia Park, los miembros susurraban entre ellos que la pelea callejera que tanto esperaban comenzaría en la noche.
Sabía que Park estaría allí, solo tenía que encontrarlo y cuando finalmente sus ojos lo tengan, él iría hacia él.
Fue rápido. Tan pronto lo encontró, subió las escaleras hacia el segundo suelo del lugar repleto de personas, alfas, que gritaban y festejaban mientras sus dineros eran víctimas de apuestas.
Park estaba bebiendo algo rosado en una copa mientras dos miembros de su mafia custodiaban a su alrededor.
Él se encontraba con un brazo apoyado sobre una barandilla de metal y su otro brazo llevando la copa a sus labios mientras que todo su perfil, y como su cuerpos también, se veía excelente. Traje rojo y un buen peinado hacia atrás que enseñaba su undercut.
Jeongguk caminó hacia él con sus ojos donde el mismo pero jamás sus pasos fueron interrumpidos por los demás miembros que lo observaban.
Ambos ahora veían la pelea pero con un Park que ya sabía que ese hombre estaba su lado. Bajo la cabeza y sonrió para luego darse la vuelta un poco hacia el azabache.
-¿Le gustan las peleas?
Sus labios gruesos le hablaron y la sonrisa del contrario fue dulce.
-Es buen lugar donde la policía no sabe de esto, y por ende, me gustan.-Y en la mirada de Jeongguk podía verse Jimin en ella, cómo si el brillo de sus ojos rodeaba el rostro del Omega y lo tenía como un divino dios.
-Entonces... ¿Podemos apostar por un ganador? Todos son alfas.
Jeongguk aceptó con su mirada y luego sonrío ladino.
Lo quería para él, quería ese omega y Jimin quería encontrar al infiltrado de su mafia, que sabría si él se volvía un premio, ese infiltrado tendría la oportunidad de obtener al Omega si luchaba pero también sería atrapado.
Ningún miembro de su mafia sentía la necesidad de acostarse con él porque sabían lo que les esperaba.
Sin dudas ese infiltrado debe ser valiente.
Lo que Jimin no sabía era que Jeongguk podía apostar pero por él mismo con su nombre anónimo hacia su persona llamado "Diablo" a partir de ahora.
-No apostaré pero siento que puedo unirme a la pelea ¿Crees que tengo potencial?
Park lo observó de arriba abajo y asintió. Su sonrisa era juguetona pero se volvía debilidad ante los ojos del azabache.
-Quiero ver tu potencial... Alfa.
Tan pronto sus belfos exquisitos susurraron "Alfa"... Su cuerpo y su mente dejaron de funcionar mientras que todo a su alrededor era eufórico. Todos los alfas saltaban de alegría junto a sus gritos que celebraban victoria gracias a las apuestas que lograron crear con sus dineros.
Todo era tan lento que Jimin incluso parecía voltear curioso hacia el frente, viendo quien era el ganador del primer round y Jeongguk casi deja escapar un pequeño lloriqueo de su alfa interior cuando ese omega quitaba su atención de él.
Lo quería y lo deseaba. Ahora.
[...]
Un golpe, otro golpe y otro más.
El saco de arena de boxeo pedía piedad ante sus golpes fuerte y profundos.
Sus nudillos arden debajo de las vendas blancas que los cubren como toda su mano.
Su alfa puede rugir desde su interior mientras le habla en su mente y le dice que juntos podrán obtener lo que tanto desean.
Jeongguk y su alfa parecían dos personas en un cuerpo pero ambos eran lo mismo.
Su mente se siente tocada con recuerdos de Jimin y cada golpe que da contra el saco se siente cada vez más fuerte como también posesivo.
Pero fue distraído por una voz que reconoció rápidamente.
El alfa, Kim Taehyung, estaba en el club de boxeo dónde Jeongguk ahora era el único alfa que entrenaba en medianoche.
Solo detuvo los movimientos de vaivén del saco de boxeo que se balanceaba por producto de los golpes anteriores. Abrazo el saco y lo detuvo mientras observaba con cautela como ese alfa se aproximaba a él saliendo de la oscuridad del rincón del salón.
-Dime que quieres aquí.
-Quiero solo algo que tú también quieres y que tus ojos lo dicen demasiado.
Jeon pensó y luego desvío su mirada a su alrededor.
-¿Hablas del Omega mafioso? No me gusta.
Mentía. Jeongguk siempre lo deseo desde que su trabajo como oficial comenzó y también cuando se interesó en reconocer a los mafiosos de la ciudad. Fue en ese instante que sus ojos fueron cautivados por un hermoso omega pelirrojo que posaba hacia una cámara como identificación de mafiosos mientras sus manos sostenían un cartel de identificación de prisionero pero el tiempo paso y Park fue libre nuevamente en las calles. Por suerte, nunca sufrió en la prisión pero si aprendió a defenderse demasiado bien de los alfas.
Desde ese instante, Jeongguk fue cautivado por su forma de ser, carácter y belleza pero su personalidad lo atrapaba aún más para luego sentir la necesidad de protegerlo soñando noches tras noches con la esperanza de convertirse en su alfa.
-Se en lo que piensas, Jeon.
Taehyung solo podía dar vueltas a su alrededor. Estaba curioso por Jeongguk.
-¿Qué es lo que pienso en este instante? -Susurro Jeon mientras bajaba su cabeza pero su mirada aún estaba en ese alfa por debajo de sus pestañas.
-Se que lo deseas también y déjame decirte que soy como tú. He hecho lo que tú piensas ahora mismo muchas veces y creeme que fue lo mejor que experimenté pero tiene consecuencias.
-Si tiene consecuencias quiero saberlas por mi mismo antes de que tú me lo digas.
-Entonces me rechazas indirectamente la ayuda que puedo brindarte para ganar. Quieres a ese omega como yo lo quise pero puedo ayudarte a obtenerlo como también ganar las peleas callejeras. Déjame convertirte en un buen luchador.
-Realmente no necesitas convertirme en un buen luchador mejor de lo que soy.
-No te confundas, esas técnicas al golpear no soy muy buenas y no se utilizan en peleas como las nuestras.
Jeongguk pensó un poco en sus palabras, su celo se frunció y su puño, sobre el saco de arena de boxeo, se apretó fuerte sin importar que la vendas blancas dejen marcas luego por la presión que ejercía.
Sonrío de lado y lo observó sin miedos. Podía retarlo cuando sabía que ambos eran alfas poderosos y fuertes. Finalmente escucho a Kim hablarle con certeza.
-Creeme que me lo agradecerías luego, no me equivoco.
A lo que Jeongguk respondió...
-¿Qué ocurre si me niego a tu ayuda?
-No es una ayuda, es un entrenamiento. Tu y yo podemos ser un poderoso dúo de alfas en contra de todos esos alfas. Tengamos un trato, oficial.
Jeongguk dejo de sonrío cuando su oficio fue mencionado y tragó duro cuando no sabía cómo ese alfa podía saber su oficio oculto.
-¿Cómo es que sabes-
-¿Realmente debo explicarlo todo, oficial? Larga historia y además si quieres seguir en su mafia debes tener el trato conmigo o tu secreto puede ser tu mejor muerte.
-Estas estorcionando un oficial de policía, eso es delito.
-Y tu tienes tus narices en un sitio donde no debes pero admitiré que no eres oficial si me ayudas mientras también yo lo hago.
Jeongguk solo se alejó del saco de boxeo y lo observó serio.
-Dime que trato quieres. -Sus dientes estaban apretados entre si mientras cada palabra salía con molestia.
-Mi trato es el siguiente, una de las mafias de aquí me debe demasiado dinero, jamás te diré quién es su jefe pero mientras tú ganas cada pelea callejera gracias a mi entrenamiento yo puedo acercarme a esa mafia y tener contacto con su jefe para acabar con él. Tómalo como una venganza pero mejor un ajuste de cuentas.
-Sere tu carnada en este delito.
-Pero no sufrirás, te lo prometo pero podría asesinarte aquí mismo por ser un oficial pero se que quieres algo de mafia y te ayudaré. ¿Trato? No hay vuelta atrás si aceptas pero no olvides que puedes obtener en lo que tanto piensas.
Jeongguk nunca se sintió dudoso antes, era la primera vez que afrontaba una duda para obtener su deseo cumplido. Su mirada de confusión cambio a una de atrevimiento.
Kim la observó perfectamente con su mirada de superior y luego extendió su mano gustoso de aceptar la mano contrario que le daría paso a un trato sellado.
-Acepto tu maldito trato pero si me fallas te meteré en prisión.
Jeongguk estrechó su mano junto a ese alfa y luego señaló a su persona demostrándole lo amenazante que podía ser un policía en estos momentos.
-Puedes hacerlo pero primero debemos conseguir lo que nos corresponde, colega.
Pero antes de decir algo más, unas manos aplaudieron en el salón y desde la oscuridad un Park Jimin salió de allí con una sonrisa ladina.
-Dos alfas conversando... Debe ser algo se suerte, quiero obtener suerte por ver a dos alfas en un tema de conversación, me pregunto a mi mismo que deben hablar entre ustedes.
-Es un gusto verte aquí, Park, solo tenía algo que decirle a este alfa. Quiero que se mantenga en su sitio y no me falte el respeto nunca más.
Taehyung hablo en un tono con superioridad mientras observaba a los ojos a Jeongguk, quien entendió lo que aquel alfa intentaba hacer y le siguió aquel juego.
El castaño rizado guiño un ojo a Jeon y luego se despidió de ambos, de aquel alfa y Omega que luego de unos segundos finalmente se encontraban solos.
Jimin observó a Jeon mientras sus pasos se acercaban a él.
-Es curioso verte aquí en medianoche entrando duro.
-Me hace sentir mejor.
Jeon no podía negarse observar los ojos de ese omega que jugaban con él. Todo su ser era su debilidad absoluta. Y mientras lo observaba se alejaba, del saco de boxeo quitándose las vendas de sus manos, en camino a las duchas del sitio para acabar con el sudor.
Aquel Omega solo seguía sus pasos lentamente con sus brazos cruzados y sus ojos que se posaba en la espalda de Jeon, luego observó su mullet despeinado. Ladeó su cabeza cuando el mismo azabache giró su cabeza hacia atrás un poco para observarlo sobre su hombro y ver cómo Park solo se delataba a él mismo cuando observaba a Jeon con una mirada de curiosidad.
-Puedo sentir tus ojos quemando mi espalda y el ruido de tus zapatos siguiéndome a las duchas. ¿Vienes por una ducha conmigo?
Jimin soltó un pequeño «Hmp» y luego su mirada se desvió hacia otro lado sintiéndose inalcanzable para el alfa.
-Solo puede que despiertes luego de esto, Jeon. No siento necesidad de envolverme contigo jamás. Sueñas mucho.
-Tus ojos me confirman algo diferente.
Pero ese alfa no era inocente como su rostro se veía. Solo desapareció luego de cruzar la puerta de las duchas y el aroma de un alfa como él era exquisito. Este mismo ni siquiera se mezclaba con su sudor y eso era lo bueno de los alfas.
Su aroma a tierra mojada con chocolate caliente era dulce pero no era mala mezcla al olerlo.
Sin dudas, tuvo que cuestionarse a él mismo cuando se confesaba en su mente que le había gustado por primera vez un aroma en su vida.
Negó. Era un alfa, y todos los alfas son iguales. Solo piensan en su celo, posesión y pelear como bestias por un omega o por territorios que deseaban obtener.
-Alfas...
Aquel omega de su interior rasguñaba a Jimin con ganas de perseguir a Jeongguk hacia las duchas pero siempre su conciencia rechazaba a su Omega interior y le negaba todo lo que deseaba. Jamás escuchaba a su omega y por ende, Park jamás había estado con un alfa por ser exigente con su yo mismo.
Todo estaba prohibido para su omega cuando se trataba de un alfa. Ni siquiera un mínimo toque podría obtener. Jamás.
Es por eso que no le importaba si su omega ahora mismo lloraba cuando poco a poco se alejaba de la puerta de las duchas y se retiraba del lugar, dejando a un Jeongguk solo en las duchas.
[...]
Podía sentir sus dedos recorrer su piel, sus brazos, piernas, cuello, muslos y todo su cuerpo sentía ese tacto posesivo de un alfa siempre deseo en su cama pero no podía tenerlo por su bien.
Si algún alfa lo toca, él dejaría de ser el jefe de la mafia que tanto amaba ser.
Pero este sueño se sentía tan real que podía sentir esos besos bajar por su abdomen levemente marcado y mientras la habitación se inundaba de feromonas deliciosas que su omega disfrutaba utilizar para atraer a ese alfa que en su sueño jugaba con él.
Acarició ese cabello algo largo y azabache como si fuera un buen chico para luego tomar del mismo para jalarlo hacia arriba.
Sentir sus belfos finos fue lo mejor que le pasó pero sus ojos se abrieron en el mal momento y jamás supo quién era el hombre que besaba exactamente.
Después de ese sueño, su rostro se encontraba rojo en las mejillas mientras el sudor bajaba por su frente. Su corazón latía con fuerte mientras sus ojos observaban, la apenas iluminada habitación gracias a la luz de la luna del balcón.
Realmente aceptaba que desde que observo a Jeon por primera vez, su Omega no puede estar tranquilo nunca, incluso en sus sueños es tan imparable que solo rugía por correr hacia los brazos de ese alfa y pedirle al oído volverse suyo.
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